Partida Rol por web

Fátima no tarda en regresar con su billete en el que se muestra igualmente "Calais" como punto de salida y Dakar como destino.

-A ver... ¿déjame eso? -dice el señor Vanzetti curioso, tomando el billete de la mano de Fátima. -No, aquí dice Calais, parece que Anna y tú venís del mismo lugar. Eso me recuerda... Anna, nuestros pasaportes dicen que... -mientras dice esta frase, se agacha junto a las maletas y rebusca un poco, hasta sacar el pequeño librillo. -Según esto tú y yo somos americanos. Es posible que la señorita Vanzetti y tú viniérais de los Estados Unidos y desembarcárais en Calais. En cambio yo... algo haría en París. Bueno, si es que vengo de allí porque... nnn-no entiendo cómo he... en fin. -Sin saber cómo explicar su extraña sensación, Gianni finalmente agacha la cabeza con semblante serio, sabiendo que las dos señoritas entienden simpatizan con esa extraña incertidumbre que se adueña de su alma.

-Bueno, ahora que estamos juntos los tres, ¿qué les parece si vamos al vagón restaurante? Tal vez podamos sacarle algo de información a Mark, el chico que está de camarero ahí.

Mecojo del brazo de Gianni mientras intento soneírle para darle ánimos pero sin mucho éxito.

- Se...se...será mejor que invites a é...é...éstas señoritas a cenar.

Abandonáis el coche-cama, en dirección al vagón-restaurante. Como podéis observar, la puerta de separación de vagones reza en la parte superior: "a los coches-cama", por este lado. Desde ella puede verse un largo pasillo, en el que primero advertís una pequeña puerta en la que se lee: "enfermería", tras esta, una puerta de doble biombo de madera sobre la que se lee: "salón", una puerta insertable en la pared sobre la que se lee: "cocina", una doble puerta con fondo de cristal sobre la que se lee: "vagón-restaurante", y una puerta también insertable en la pared sobre la que lees: "biblioteca". Al final del vagón se puede ver una puerta con cierre de seguridad y escalerilla desplegable que posiblemente da acceso al exterior, con el tren parado. Junto a esta, un tirador de emergencia descansa para dar la alarma en caso necesario.

Gianni os conduce hacia el vagón-restaurante, como si ya estuviera familiarizado con el entorno. Dos amplias puertas complementarias con fondo de cristal translúcido dan acceso, desde el pasillo de un trén, a una concienzudamente decorada y cuidada estancia de gran extensión. Todos los detalles han sido cuidados para poder acomodar como si estuvieran en su propio comedor hasta a 24 comensales en hasta seis mesas adosadas a la pared, con 4 sillas a juego (todo de madera) cada una. Una carta de letra inglesa elaborada informa en varios idiomas del menú, alumbrada por lámparas individuales sobre cada mesa, meciéndose al ritmo de los embites de la vía sobre el vagón-restaurante. Una puerta de doble bisagra accede a la cocina en uno de los laterales de la sala.

En un lateral puede verse un cartel informa de la distribución de las comidas anteriores, según solicitudes: entre las 5 y las 6 estaban comiendo el Sr. y la Sra. Davourier, el Sr. Homburg y el Sr. Anthony O'Hare. Entre las 6 y las 7 comieron los Vanzetti y los Sacco.

Cuando entráis el vagón-restaurante está vacío, pero Mark no tarda en aparecer una vez que tomáis asiento, desde la puerta que suponéis que será la cocina.

-¿Puedo ayudarles en algo?- pregunta el solícito camarero.

SOnrío tímidamente ante el camarero avergonzada por mi actitud anterior.

- Bu...bu...buenas noches, creo que...que...un café me ve...ve...vendría bien.

-¿Y cómo quiere el café la señorita?- pregunta el camarero con corrección.

A mi me vendría bien un té, gracias me siento en la mesa que nos indica el camarero y, acercándome a Anna
¿has visto que hay una biblioteca?

Al ver qué la otra mujer le solicita otra infusión de la misma manera, Mark sonríe y añade:

-Supongo que preferirán que el fastuoso Mario las sorprenda entonces, señoritas.- dice como si compartiera una broma -¿El caballero tomará algo?- añade dirigiéndose a Gianni.

-Yo... pues póngame eeeeh... -La desorientación de Gianni se hace otra vez evidente, al no tener claro qué puede ser apropiado en esta circunstancia. -Bueno, tomaré un whisky con hielo, por favor.

Tras esto se siente en una mesa, indicando a las señoritas que se acomoden junto a él. En voz baja se dirige a ellas, intentando ser discreto:
-Como podéis ver, parece que los Davourier están aquí, y Kurt. Y por lo que parece, hay alguien más de la familia Sacco, posiblemente Pietro. El tal O'Hare no se me ocurre quién puede ser...

Pienso unos instantes la información que nos acaba de aparecer.

- No...no...no me suena e...e...el nombre de O´Hare pe...pe...pero me pregunto si e...e...ese Vazetti incluye a...a...a Ilona.

Mark se ausenta en la cocina por un breve lapso, y pronto regresa con vuestro pedido en una humeante bandeja:

-Confío en que les guste el capuccino con canela, señoritas.- dice el camarero sirviéndoos dos cafés cremosos a cada una -Y para usted, licor escocés directamente de las Tierras Altas.- añade, dejando un vaso redondo y ancho, lleno de líquido dorado, con dos cubitos transparentes, ante Gianni -Si no se les ofrece nada más... - termina con ademán de retirarse.

Cuando ve que el camarero va a marcharse, Gianni esboza una sonrisa de complicidad, y hace amago de darle conversación, levantándose de la mesa, con afabilidad:

-¿Qué tal va la noche, Mark? ¿Está ya todo más tranquilo? -Acercándose un poco a él, le susurra algo al oido, como con intención de no ser escuchado por las señoritas. -Por favor, disculpe a mi hermana si le ha molestado, está un poco nerviosa con todo el asunto este de... ya sabe. -Su gesto se vuelve condescendiente al decir estas palabras.

-¿Y quién no...? Todavía no puedo creerme lo del asesinato. Confío en que ese inspector húngaro pueda arreglar la situación cuando suba en Budapest.- dice Mark, forzando una sonrisa educada, mientras hace amago de retirarse a la cocina.

¿Asesinato? Mientras un escalofrío recorre su espina dorsal, Gianni trata de que su intranquilidad no trasluzca en su rostro. Haciendo esfuerzos por conservar la razón responde, con toda la claridad con la que puede pensar:

-Desde luego, sólo de pensarlo... oiga Mark, no quisiera ser entrometido. No sé si lo sabe, mi hermana y yo somos americanos, así que no sabemos mucho de todo este asunto... sólo quería preguntarle si... bueno, se trataba de una persona importante, ¿no?

-Eh... no comprendo... Usted estaba a la mesa, ¿no?- dice Mark como confundido -Sí, juraría que sí... no sé, todo fue muy confuso. Acababa de entrar en el salón para servir el café y los nueve mantenían conversaciones aisladas. Yo me encontraba en el centro de la mesa, justo en frente del Sr. O'hare. De repente entramos en un túnel y todo estaba oscuro. Cuando salimos del túnel él tenía clavado tres cuchillos en su pecho. Todo el mundo estaba de nuevo en su sitio aterrado por la escena. lo cierto es que fue impactante.- dice Mark algo blanco.