Partida Rol por web

Días extraños

La sangre llama a la sangre

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24/11/2009, 19:57
Ana

-Cállate, novato -dijo Ana masajeándose las sienes-. No me apetece escuchar tu charlita sobre la Buena Muerte. Además, olvidas que somos capaces de manipular la vida.

La sangre caía rápidamente a los recipientes.

-Cuando nos vayamos de aquí, este hombre estará ahorcado.

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24/11/2009, 20:18
Carolina

La verbena no tenía ganas de discutir ni de replicar. Miró a Álex y después a Ana de nuevo. No era algo fácil para ninguno de los presentes, ni si quiera para el muerto, y los tres estaban implicados, así que si algo salía mal les acabarían pillando a los tres. Aunque el Eutánatos le daba algo de pena, porque le habían fastidiado su primer “trabajo” que debía de ser algo así como un rito de iniciación. El suyo no había sido especialmente espectacular, pero tenía una hermosa cicatriz en el brazo para demostrar que la sangre también había estado presente.

- Calmaos un poco los dos, ¿eh?- dijo en un tono apacible- Esto ya casi está.

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24/11/2009, 20:45
Ana

El chorreo terminó y los recipientes (que aparentaban una capacidad menor de la que en realidad tenían) se colmaron. El cuerpo humano tiene cinco litros de sangre y se había drenado toda, mitad y mitad, en dos garrafas azules que ocultaban su contenido. Ana los cerró mientras Álex terminaba su cigarrillo.

La Verbena descolgó el cuerpo en silencio y buscó en su mochila unas hierbas que masticó y después aplicó en los cortes. Se cerraron uno tras otro. Como esperaban, se produjo una reacción paradójica y Ana soltó un gemido cuando los mismos cortes aparecieron en su propia piel.

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24/11/2009, 21:52
Carolina

Carolina se agachó junto a ella para ayudarla, y cuando se produjeron los cortes la miró de forma lastimera.

- Déjalo, cielo. Ya lo cuelgo yo. Cúrate eso, tengo hierbas en el bolso.- dijo dándole un beso en la mejilla.

Después le quitó la mordaza al hombre y desató la cuerda de los pies para hacer un nudo y pasárselo por la cabeza. Le costó un rato hacerlo y mover el cuerpo, pero lo logró. Lo que no podía era levantarlo todo, así que miró al Eutánatos.

- ¿Puedes echarme una mano, por favor?-preguntó tirando de la cuerda sin lograr mover demasiado el cuerpo.

Quería terminar cuando antes para irse a por Sofía.

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24/11/2009, 21:54
Álex

Rezongando, pero impresionado por lo que había hecho Ana, echó una mano a Carolina y ayudó a colgar el cuerpo de la vida. Luego acercó una banqueta de la cocina y la dejó en el suelo. Mientras tanto, Ana se sanaba las heridas de un modo que intentaba ser coincidente.

-Ya está -dijo con voz débil-. Podemos irnos.

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24/11/2009, 22:08
Carolina

La verbena esbozó media sonrisa y guardó las botellas en la mochila de Ana y se acercó para examinarle las heridas.

- A ver…- le pasó la yema de los dedos por donde estaban los cortes- Voy a ver si tiene algo para vendártelo. Lo siento.

Le dio un beso en la frente y poniéndose de nuevo la manga en la mano comenzó a examinar habitaciones en busca del baño y un botiquín del que sacar gasas. Quería irse, pero no iba a esperar a llegar al Nodo para que Ana curase sus heridas. A demás era improbable que fuera alguien a visitarle, así que quizás tuvieran algo de tiempo todavía. Pero no estaba tan segura de que Sofía también, aunque confiara plenamente en Chus y sus habilidades.

Volvió al salón con un par de toallas de mano. No había encontrado nada mejor, así que procedió a taparle los cortes con rapidez, al menos para que no se le infectaran. Después le susurró un “Gracias por todo” al oído y se levantó para abandonar de inmediato el lugar. Cargó con la mochila y examinó la sala comprobando que no hubiera nada demasiado llamativo. Tampoco había tocado nada excepto el pomo de la puerta y el cuerpo del hombre, así que antes de salir limpió a conciencia la manivela con la manga de su camisa.

- Todo listo. Vámonos de aquí.- anunció nerviosa.

Ahora había que ir hasta el Nodo y realizar el ritual, y sobre todo esperaba no encontrarse a nadie en las escaleras. Aunque bueno, Álex siempre podía intentar que lo olvidaran.

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25/11/2009, 07:45
Director

Mientras salían hacia el coche, cada una con una garrafa azul y la mochila a la espalda después de limpiarlo todo y asegurarse de que no había pruebas allí dentro de nada que pudiese relacionarlas remotamente con ello, el móvil de Carolina empezó a vibrar y a sonar. Era Fernando.

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25/11/2009, 13:47
Carolina

Carolina caminaba de camino al coche cuando sonó su móvil. Y antes incluso de mirar la pantalla ya sabía quién era, y lo cierto es que no tenía ni idea de qué decirle. ¿Qué la habían trasladado súbitamente y no le había dado tiempo de avisar? ¿Qué se había muerto? ¿Qué la habían raptado para llevarla a una secta secreta?

- ¿Si?- contestó con prisa esperando que él fuera el primero en dar información. Igual no había ido al hospital todavía y solo le avisaba para decirle que estaba de camino, o regañarla de que no le hubiera llamado antes.

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25/11/2009, 13:49
Fernando

-¿Dónde la tienes? -dijo Fernando con una rabia sin reservas-. ¿A dónde la has llevado? ¿Estás loca? ¿Qué crees que estás haciendo?

Aquel era el Fernando que ella había conocido en las últimas etapas del matrimonio, cuando estaba casi todo el tiempo enfadado y receloso de la magia y la influencia de Ana sobre Carolina. En teoría lo había olvidado todo, pero escuchado su tono, Carolina no podía estar segura de ello.

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25/11/2009, 14:20
Carolina

Carolina se paró en seco. Aquello era malo, muy malo. Si le había dado por llamar a la policía o algo y les pillaban de camino, quizás no llegasen a tiempo al Nodo.

- Le estoy salvando la vida la nuestra hija, así que no te metas en cosas que nunca te ha dado la gana de comprender- contestó en el mismo tono, y colgó. Tuvo el deja vu de que ya le había dicho una frase parecida en algún momento de su vida. En alguno ya olvidado.

No tenía fuerzas ni tiempo para discutir con él, y le estaban entrando ganas de llorar por la presión de todo aquello, así que se puso en camino hasta llegar al coche de nuevo.

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25/11/2009, 14:26
Ana

-Caro -dijo Ana mientras se sentaba en el coche-. ¿Estás bien?

Álex, el Eutánatos despechado, pasó por delante del vehículo y las despidió con un gesto brusco. Ana le devolvió el saludo y siguió mirando a su mujer. Le tomó una mano.

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25/11/2009, 14:37
Carolina

Carolina se despidió del chico con un amago de sonrisa que ni si quiera apareció. Después se descolgó la mochila que dejó en la parte de atrás y se sentó frente al volante intentando meter la llave en la ranura.

- No, no estoy bien, cielo.- respondió nerviosa posando las manos encima del volante- Mi hija se muere y Fernando es estúpido. No se si ha recordado algo o no, pero hablaba como cuando estábamos a punto de divorciarnos. Y odio esa parte de él, hablando por hablar siempre y sin comprender nada. Estoy salvándole la vida a Sofía y el nunca lo entenderá, y me dirá que soy una mala madre y que… mierda…- sollozó derrotada.

No lo decía con rabia o ira, sino como quien llega al límite de sus capacidades y se obceca en que ya nada va a salir bien. A lo largo del día había luchado para mantenerse serena y firme, pero había llegado a un punto en el que su mente había hecho “crack”, y todavía les quedaba un trecho por recorrer.

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25/11/2009, 14:41
Ana

Ana se apoyó en el freno de mano todo lo posible para darle el mejor abrazo que pudo.

-Caro, Sofía no se muere. Ya no. Lo estamos arreglando. Y Chus no va a dejar que nada malo le pase. Y en cuanto a Fernando... bueno, es idiota, pero eso ya lo sabíamos. Hay mentes que se empeñan en incrustarse en la realidad y no pueden comprender que haya nada más. Carolina, no llores por él. No se lo merece.

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25/11/2009, 14:53
Carolina

Ella asintió algo más tranquila. Unas palabras dulces, tranquilizadores mas bien hacían mucho en aquel momento. Respiró un momento pasándose las manos por los ojos y encendió el motor.

-Gracias, mi amor.- le dio un beso cargado de agradecimiento y se volvió hacia el volante- Es hora de irse…

Comprobó que no viniera nadie y salió de aquel barrio lo antes posible intentando recordar cómo llegar al Nodo sin dar muchas vueltas por la carretera.

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25/11/2009, 14:55
Director

En la Casa de Campo rehicieron el camino hasta la Capilla, con la mochila con los focos y los recipientes llenos de la sangre del sacrificio. Traspasaron el círculo de influencia mágica y llegaron hasta el centro del Nodo. Eran ya las seis de la tarde y el sol ya no lucía de igual manera que antes, el cielo ya no estaba azul y limpio, sino ligeramente blanquecino. Los Verbena se encontraban reunidos alrededor de la hija de Carolina. El estado de la pequeña había mejorado, pero no sería hasta que llevasen la sangre que terminaría de arreglarse.

Chus regañó a Ana por haber recogido la sangre en un recipiente tan mundano, pero seguía siendo sangre y era lo que contaba. Mientras Las seguidoras de Hera casi al completo (faltaba Miguel Ángel, aunque nadie le había podido localizar) y parte de los Danzantes se arrodillaban alrededor del pentáculo, la Maestra trasladó la sangre a otro recipiente más adecuado.

El ritual estaba a punto de comenzar.

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25/11/2009, 14:59
Chus

-Dios Apolo, gran sanador y médico, escucha mi llamada -empezó. Se agachó junto a la niña y derramó parte de la sangre sobre su frente-. Esta niña no debe cruzar el Hades. Es joven, llena de vida. Su accidente ha sido un error. Pero el culpable ya ha pagado.

Chus derramó más sangre en el corazón de Sofía.

-Su sacrificio, el más alto sacrificio que se puede ofrecer, una vida humana, fue acometido por su propia madre. Dadora de vida una vez y dadora de vida otra, pues con su acción ayuda a la carne de su carne, a la sangre de su sangre.

El vientre de la niña recibió otro chorro carmesí.

-Ha sido purificado y ha pagado su crimen. Y con su sangre, que se restañe el daño. ¡Apolo, oh, dios de la medicina! Usa tu poder y sana a Sofía. Sánala con el poder de la sangre y el sacrificio, devuélvele el aliento y el latido del corazón, cierra su carne herida, permite que su piel se una de nuevo sin una cicatriz. Que sus órganos regresen a la normalidad. Que su conciencia vuelva a ella.

Chus volvió a echar sangre en el pubis, en las rodillas y en los tobillos.

Ahora era el momento de concentrarse. Todos ayudaría a sanar a Sofía.

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25/11/2009, 15:40
Carolina

Carolina se acercó a su hija que, aunque tenía mejor aspecto que cuando se la habían llevado del hospital, seguía bastante mal. Permaneció en todo momento junto a Ana con un nudo en la garganta y los pensamientos fijos en el único sentimiento que tenía: la esperanza de ver sanada a su hija.

Se arrodilló junto a los demás y contempló el ritual, como la sangre de Juanjo iba bañando el débil cuerpo de su hija, y como la maestra pronunciaba los rezos y ruegos a los santos dioses. Cuando Chus terminó de verter el líquido empezaron los cánticos y la meditación. La verbena cerró los ojos muy fuerte y se concentró siguiendo el hilo del canto común que todos entonaban, rogando a la vida, a los dioses, a la sangre, intentando transmitirle toda la fuerza que podía a Sofía para que sanara y se repusiera del infortunio que había sufrido. No era su hora, tenía que seguir entre los vivos, y seguiría entre ellos.

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25/11/2009, 15:43
Sofía

Los Verbena unieron sus corazones al latido del tambor que alguien tocaba. Representaba el pulso de Sofía, que tendría que mantenerse por sí solo y regularse como era debido. Pasaron varios minutos así, concentrándose en sanar a la niña, hasta que finalmente, Sofía tosió y abrió los ojos.

La niña se giró.

-¿Mamá? ¿Qué ha pasado?

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25/11/2009, 15:56
Carolina

Carolina se levantó de inmediato al escuchar la tos de su hija y se aproximó hasta ella. Cuando abrió los ojos y habló tuvo esa sensación que había tenido tras el parto, de felicidad completa. Un hijo arrancado de las garras de la muerte era de las cosas más maravillosas del mundo. Abrazó con fuerza a la niña dándole un efusivo beso en la mejilla y después de calmarse un poco, sonriendo de felicidad, habló:

- Nada cariño. Que te has puesto muy malita y te hemos curado. Pero ya estás bien ¿vale?- le apartó el pelo de la cara con cuidado- ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre? Ay… Te quiero mucho, cariño.

Y la estrechó de nuevo entre sus brazos intentando no llorar otra vez de alegría al verla bien.

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25/11/2009, 15:58
Sofía

-No, mamá, estoy bien -dijo la niña, entre molesta y extrañada. Se llevó una mano a las vendas ensangrentadas de la cabeza-. ¿Por qué esta sangre? ¿Ana, qué pasa?