Partida Rol por web

Días extraños

La sangre llama a la sangre

Cargando editor
25/11/2009, 16:00
Ana

Ana, que había avanzado hacia ella y sonreía como no solía, le hizo una caricia en el pelo.

-Nada, cariño, nada. Es sólo un poco de sangre, pero no te preocupes. Ya estás bien.

Abrazó a la pequeña estrechando también a Carolina.

-Ahora nos vamos a casa para que veas Las Tortugas Ninja, ¿vale?

La niña asintió, satisfecha.

Cargando editor
25/11/2009, 16:02
Director

Ya era de noche cuando regresaron a casa. Sofía se dio una buena ducha, feliz como la niña que era, mientras Ana hablaba por teléfono con Olga, una de sus compañeras de trabajo, y le decía que se iba a tomar un par de días libres. Carolina se relajaba en el salón con su hijo pequeño, roto entre carcajadas con el Arre, burro, arre. Qué gratificante era volver a casa después de un día tan loco y que todo fuese igual.

Todo no. Llamaron a la puerta, tres golpes furiosos e impacientes.

Cargando editor
25/11/2009, 16:14
Carolina

La verbena permanecía sentada en el sofá, completamente hundida con una manta por encima y haciéndole pedorretas a Héctor. Sofía estaba en la ducha, y ya sabía hacerlo sola, le encantaba jugar en la bañera y aunque a ella no le hacía gracia porque gastaba mucho agua, hoy se lo merecía. Así que le había preparado un baño con mucha mucha espuma.

Entonces sonó la puerta y a Carolina se le borró la sonrisa de la cara. Cogió a Héctor en brazos y lo dejó en el parquecito de los juguetes dándole un beso en la mejilla. Solo había alguien en el mundo tan irritado como para aporrear la puerta en vez de llamar al timbre, así que se armó de valor para intentar explicarle a Fernando lo que había ocurrido.

Cargando editor
25/11/2009, 16:24
Fernando

Allí estaba Fernando, con un cabreo monumental y rojo de ira. Empezó a gritar algo que sonaba como "Pero quién te crees que eres", "En el hospital han puesto una denuncia", "Tú y tus locas ideas".

Gritó tanto en tan poco que cuando se dio cuenta de que Carolina no había dicho nada, calló repentinamente.

-¿Dónde está Sofía?

Cargando editor
25/11/2009, 16:34
Carolina

Carolina no dijo nada, agachó la cabeza intentando no escuchar los gritos hasta que terminó. Se dio la vuelta y caminó hasta el baño sabiendo que Fernando saldría corriendo detrás de ella. Abrió la puerta y le señaló el interior donde su hija jugaba con un par de muñecas en un mar de espuma y agua de color rosado.

- Ahí está, feliz y tranquila, Fernando.- giró la cabeza para mirarle muy seria- Te dije que la curaría y es lo que he hecho.

Contuvo la respiración a al espera de su reacción.

Cargando editor
25/11/2009, 16:36
Sofía

La niña, que estaba jugando con los Playmobil dentro de la bañera, se sorprendió de ver allí a su padre. Le miró con los ojos grandes y chispeantes y sonrió.

-¡Papá! ¿Qué haces aquí? ¡Hoy es jueves!

Cargando editor
25/11/2009, 16:45
Fernando

Fernando, sencillamente, abrazó a su hija. Metió las mangas del traje en el agua espumosa y levantó a Sofía, estrechándola contra su pecho mientras la colmaba de besos.

-Dios... Gracias, gracias, gracias...

Cargando editor
25/11/2009, 16:59
Carolina

Carolina contempló la escena casi a punto de llorar, miró hacia otro lado y cogió una toalla de baño que colocó por encima de la sana y confusa niña. Les miró momentáneamente y le acarició el pelo a Sofía.

- Perdona por no… haberte avisado. Pero no me ibas a dejar.- murmuró angustiada.- Daría mi vida por ella... Nunca le haría daño.

Cargando editor
25/11/2009, 17:03
Fernando

Fernando sólo dejó a su hija cuando estuvo seguro de que no era un sueño. La miró de arriba a abajo.

-Así que es verdad. Todo lo que me dijiste. No lo recordaba, pero... -Fernando ladeó la cabeza.

Mientras Sofía era secada por Carolina y protestaba porque quería hacerlo sola, Fernando no siguió hablando. Pero una vez la niña se fue a la habitación, Fernando cerró la puerta, bajó la tapa del inodoro y se sentó sobre ella.

-Así que eres una bruja. -Fernando levantó la mirada. Carolina no supo lo que significaba-. Me has dado un susto de muerte. La policía te está buscando. He estado pensando en denunciarte para quitarte la custodia de Sofía. Después de secuestrarla, cualquier juez me dará la razón.

Cargando editor
25/11/2009, 17:32
Carolina

Carolina secó a su hija mientras ella se quejaba y al final le dijo que se fuera a la habitación y le dijera a Ana que estaban hablando con Fernando y que no interrumpiera. No estaba segura de si su hija se lo diría bien, pero mientras Fernando hablaba quitó el tapón de la bañera y dejó que el agua se fuera.

Cuando escuchó lo de la denuncia alzó la cabeza y le miró atónita. No era ira lo que sentía sino impotencia. La magia le había dado tantas cosas como le había quitado.

- Pero… no vas a hacerlo ¿verdad?- preguntó casi sin voz.- L-le he salvado la vida. ¿Esperabas que… me… quedara sentada sin hacer… nada? ¿No habrías hecho tu lo mismo?

Cargando editor
25/11/2009, 17:44
Fernando

El hombre bajó la cabeza.

-Casi me matas del susto, Carolina. Además, ¿cómo vas a explicárselo al hospital? ¿Cómo vas a explicar que Sofía esté perfectamente sana? ¿No has pensado en eso? -Fernando apoyó las manos en las rodillas-. Por supuesto que no. Siempre has sido irreflexiva. Y no creo que este ambiente de brujería sea bueno para la niña...

Cargando editor
25/11/2009, 17:47
Director

Carolina recordó cómo había sido pedirle el divorcio a Fernando. El matrimonio iba mal desde que ella había Despertado. Sofía lo sentía cada vez más, aunque sus padres no lo mostrasen delante de ella. Y luego estaba Ana, para complicarlo todo... Se habían enamorado, se veían a menudo, se acostaban y luego Carolina volvía a casa y tenía que mirarle la cara a su marido. Ana le había pedido que cortase con aquella relación que sólo causaba dolor, pero debía ser Carolina quien lo hiciese.

Fernando y ella habían dicho las palabras mágicas: "tenemos que hablar". Así que se habían sentado en el mismo sofá donde se abrazaban para ver la televisión no hacía tanto tiempo, mientras Fernando la miraba inquisitivo.

Cargando editor
25/11/2009, 18:02
Carolina

Carolina se sentía mal no, lo siguiente. Sofía pasaba más tiempo en casa de sus abuelos que con ellos porque en casa solo había broncas, malas miradas y silencios angustiosos que no favorecían el bienestar de la niña. Al menos en eso estaban de acuerdo. Pero no lo estaban en nada más.

Fernando se había vuelto completamente receloso y escéptico con lo de la magia, algo que para Carolina se había convertido en verdaderamente importante y vital. Eso había hecho que se distanciaran cada vez más y más, y al sentirse sola Carolina había buscando en las personas que se lo daban: su hermano, Ana… Hasta que se había enamorado, y ocultarlo le resultaba cada día más imposible, a demás de incómodo. Fernando no estaba haciendo nada para ayudarla, o al menos ella lo veía así, mientras que Ana siempre le prestaba atención y estaba pendiente de ella y de cómo estaba. Él… siempre estaba ocupado y cuando ella estudiaba le gritaba que eso eran chorradas.

- Fernando, esto no va bien. Yo no aguanto vivir así.

Cargando editor
25/11/2009, 18:23
Fernando

-¿Te crees que yo sí? -respondió él a la defensiva-. No me prestas ninguna atención. Estoy harto de que andes siempre por ahí con tus idioteces de la cábala y la magia.

Fernando negó con la cabeza.

-Esto no puede ser, Carolina. No podemos estar así.

Cargando editor
25/11/2009, 18:29
Carolina

Carolina frunció el ceño. Ya estaba poniendo el dedo en la yaga otra vez.

- No son tonterías. He intentado explicártelo y tu no me has hecho ningún caso. Piensas que son bobadas y que estoy loca, y eso no es así.- se calló durante un momento- Tu tampoco es que pases demasiado tiempo en casa. No estás siendo nada comprensivo conmigo.

Cargando editor
25/11/2009, 18:31
Fernando

-Bueno, es que las hipotecas no se pagan solas, ¿sabes? Tu sueldo no es que sea espléndido. Alguien tiene que hacer horas extras para pagar la casa, el coche, el colegio de la niña, los caprichos... ¿o no? ¿Encima ahora me haces pasar por culpable a mí? Cuando llego a casa lo que debería ocurrir es que tú estuvieras ahí para recibirme, pero en realidad no. Estás fuera con ese aquelarre de viejas que teneis montado, adorando a la luna y todo eso. ¿Y quién recoge a Sofía de casa de tu hermano, quién la baña, la viste y la mete en la cama? Yo.

Fernando se estaba obcecando. Era muy propio de él.

Cargando editor
25/11/2009, 18:40
Carolina

Carolina abrió la boca indignada.

- Porque me has prohibido acercarla a cien metros de la cábala. Ni que fueran a secuestrarla. Cuando venía se lo pasaba muy bien y estaba toda la tarde conmigo, y no tenía por qué dejarla en casa de Jesús.

Cargando editor
25/11/2009, 18:43
Fernando

-Estás muy equivocada si crees que voy a dejar que le metais ideas raras en la cabeza -dijo Fernando, indignado a su vez.

Cargando editor
25/11/2009, 18:45
Carolina

Carolina le miró en silencio sabiendo que no había nada más que hacer. Le quería, no como antes, pero le tenía mucho aprecio. Quizás de alguna manera esperaba que él cambiara y mágicamente todo se solucionara. Pero no, él no había cambiado ni un ápice de su pensamiento y no estaba dispuesta a soportar aquello más tiempo.

- Vale… Quiero el divorcio.- anunció con cierto temblor en la voz.

Ya estaba dicho. Ya no había vuelta atrás…

Cargando editor
25/11/2009, 18:56
Fernando

-Pues muy bien. El divorcio -dijo él, orgulloso.

Y después vino el papeleo, la rabia, los remordimientos, los recuerdos, el rencor, los insultos. Cosas que estaban olvidadas, o al menos, escondidas. Pero Fernando parecía querer volver a ello.