Partida Rol por web

El helicóptero se eleva rápidamente, de hecho parece desplazarse exclusivamente en modo vertical hasta alcanzar una altura considerable, muy superior a la mayoría de los desplazamientos en este tipo de vehículos. A medida que os alzáis, se hace evidente en las compuertas que la cabina está presurizada, algo que no es habitual en estos aparatos. Nunca lo habéis visto, al menos.

Los hombres que os acompañan, miembros del equipo de las GOES dirigidos por el capitán Baltasar, preparan su abundante equipo con la naturalidad que concede hacer este tipo de cosas habitualmente. Su superior, el capitán, mantiene comunicación mediante un teléfono vía satélite, recibiendo al parecer instrucciones.

Cuando os encontráis a una altura considerable, rodeados de las nubes de este día empañado por un tiempo desapacible, el helicóptero se inclina sobre su morro y comienza a acelerar a gran velocidad, un impulso al que tardáis en aclimataros. El trayecto, en realidad, se hace muy breve, apenas entre cinco y diez minutos, antes de comenzar a descender. Lo hacéis en medio de la explanada principal de lo que parece un desguace, donde un par de hombres os esperan junto a una furgoneta blanca, sin rotulación alguna, similar a las que se usan para reparto o transporte de herramientas y mercancía.

¡Todos abajo! -Grita Baltasar en cuanto se abren las puertas, haciéndose oír por encima del sonido del rotor del helicóptero, mientras tres de sus hombres descienden eficientemente, rodeando el helicóptero con sus armas a punto. El propio capitán da un salto afuera, caminando decidido hacia la furgoneta mientras los dos hombres, con uniformes de una empresa de mensajería, le saludan marcialmente- Estos agentes, Pascual y Romero, serán nuestra tapadera durante el trayecto. Tratamos de no llamar la atención, si se descubre que andamos detrás de esa célula, todo se irá a la mierda.

El helicóptero me parece algo extraño, nunca había visto algo así, aunque para ser sinceros tampoco había visto ninguno de cerca en mi vida así que quizás no sea cosa del otro mundo. Me acomodo en mi asiento dispuesto a pasar el viaje lo mejor posible.

Esto parece que sube mucho ¿No?

Prefiero mantenerme callado y no decir nada para no quedar como un gilipollas, mi padre siempre decía que valía más parecer un gilipollas que abrir la boca y confirmarlo. Al recordar a mi padre no puedo evitar mirar a Vicky de reojo, todavía sigo guardándole rencor por como se portó, a pesar de los años que han pasado la sigo culpando de muchas cosas que pasaron. El movimiento de aceleración del helicóptero me hace dejar de pensar y agarrarme al asiento, no creía que un aparato de estos podría volar tan rápido, siempre pensé que era un transporte lento en comparación con un avión, este no lo parece. Cuando empiezo a acostumbrarme a esa sensación el helicóptero comienza su descenso y acabamos en mitad de un desguace con el Capitán Navidad gritándonos para bajar. Lo hago con algo de desgana y también con prudencia para no sufrir ningún maero o algo parecido. Sigo al capitán hasta la furgoneta con los dos "agentes" que nos escoltarán hasta la zona, parece que se están tomando muchas molestias.

-Hola Pascual, hola Romero. Yo soy Igor. -Saludo y hago un gesto con la mano, nada militar.- Uno de los "paquetes" que tenéis que entregar hoy.

Me aparto y dejo a mis compañeros que se presenten si quieren mientras busco la puerta para meterme dentro de la furgoneta.

Apenas presté atención a mi alrededor mientras el helicóptero se dirigía hacia su destino, supongo que estaba demasiado concentrada en lo que estaba por venir como para fijarme en el paisaje. Estaba nerviosa, y no porque hubiera una alta probabilidad de entrar en combate, sino por el peso que suponía ser la líder de la operación. Por una parte deseaba ponerme a prueba y demostrar que era capaz de hacerlo bien, pero por otra parte estaba el miedo al fracaso, a que mis compañeros no me tomaran en serio por ser mujer y un sinfín de cosas más.

"Respira, Vicky... lo harás bien" - pensé.

Me repetía aquellas palabras una y otra vez en un intento por calmar mis emociones. Por suerte creo que funcionó, y cuando el helicóptero se acercó de nuevo al suelo y escuché el grito del Capitán, me sentí con fuerzas para conseguir los objetivos.

"Eso es, todo saldrá genial"

Corrí hasta la furgoneta, que pronto nos llevaría a la boca del lobo. Junto a ella estaban los dos agentes que nos iban a llevar hasta allí.

- Saludos, Agente Pascual, Agente Romero - dije, haciendo un saludo marcial.- Aquí la Agente Vega.

Me dispuse a montar en la furgoneta, aunque no pude evitar un gesto de desconfianza al escuchar las palabras del Capitán: "Tratamos de no llamar la atención". Me giré un instante observando la armadura de Óscar en su movimiento hacia la furgoneta.

"No sé si eso va a ser posible, Capitán" - pensé

El viaje en helicóptero no fue nada normal. Aunque en cierta forma, era lo esperable. Tres tíos como nosotros viajando en un helicóptero normal sería lo extraño. Pero era interesante confirmar que su tecnología iba más allá de armaduras y ciberimplantes.

Me bajo del vehículo siguiendo las órdenes del capitán, y me dirijo hacia la furgoneta. Pasar desapercibidos... cosa fácil. Sonrío detrás de la máscara de la armadura. Saludo marcialmente a los dos agentes.

- Subt... - malditas costumbres - Agente Baroja. Un placer.

Los agentes tratan de mantener la compostura al verse abordados por gente de aspecto tan peculiar. Probablemente se les haya instruido en estos asuntos, pero aún así es difícil no mostrar algún tipo de reacción cuando un tipo que parece más máquina que hombre saluda como si tal cosa. Sin embargo, Pascual reacciona aún más a la llegada de Victoria, a la que sin poder evitarlo lanza una mirada de arriba a abajo, devolviéndole nervioso el saludo a la mujer al darse cuenta de su gesto descarado. Ambos se centran rápidamente en Blindado, ese tipo embutido en una pesada tecnoarmadura. Es realmente impresionante, y solamente la dura mirada de Baltasar les hace regresar a sus deberes.

El capitán os acompaña al interior del vehículo, la parte trasera del furgón desprovisto de ventanillas traseras. Un par de bancos acoplados a ambos lados sirven de asiento para los cuatro, mientras el furgón arranca y comienza a circular.

Iremos por calles secundarias, no tardáremos más de diez minutos si el tráfico acompaña. -Informa el capitán- Tenemos un piso franco con buenas vistas en un edificio cercano, pero para llegar hasta allí sin llamar la atención tendremos que dar un rodeo.

Efectivamente, todo depende del tráfico. Y como es costumbre en la capital, no acompaña. Los diez minutos se convierten en casi media hora de atascos, paradas en semáforos interminables y luchas encarnizadas por acceder a rotondas saturadas. Pero finalmente os detenéis, y uno de los dos agentes golpea la carrocería de la furgoneta mientras se acerca a la parte trasera y os abre la puerta.

Hemos llegado. -Informa el agente Pascual.

Al mirar al exterior, descubrís una especie de pabellón industrial aparentemente en desuso, con techos amplios y muros altos sobre los que amplios ventanales sucios dejan entrar la luz exterior.

Paso el viaje en silencio, los sonidos de la ciudad me traen la nostalgia de una vida que hace tiempo que perdí y que no podré recuperar nunca.

Todo gracias a Vicky.

En todo o en parte la sigo haciendo responsable de todo lo que pasó, pero sigo sin verle el sentido a nada, al fin y al cabo podría haberme esperado eso de alguna de mis ex, pero de ella... teníamos nuestros problemas, pero no para llegar a eso. Y como suele decirse habitualmente, encima de cornudo, apaleado. Ahora aquí la tenía, teniendo que colaborar con ella como si de un mal chiste se tratara, uno que no me hace ni puta gracia. La voz del agente Pascual me saca de mi soliloquio interior, lo que pensaba era otro semáforo más resulta el final del trayecto.

-Parece que los paquetes llegamos a nuestro destino. -Hago una mueca, algo parecido a una sonrisa pero que probablemente ni se haya acercado, ahora mismo no estoy de buen humor y me incorporo para salir de la forguneta, estamos en una especie de fábrica abandonada.- Dígame donde está ese edificio Capitán, puedo encontrar el camino yo solo, una vez allí avisaré a Óscar de que estoy en posición y podrán empezar.

Íbamos a tener un pequeño problema de comunicación con nuestra jefa de equipo, pero ahora mismo tampoco es que tenga muchas ganas de dirigirle la palabra, ya se arreglará Óscar con ella, en cualquier caso no es mi problema, que le hubieran puesto un microchip a ella también, así sabría lo divertido que era que usaran tu cuerpo para meterte chatarra experimental.

El viaje es un buen momento para reflexionar sobre todo lo que está pasando. El plan sigue siendo claro, aunque escueto. Pero por la experiencia, esos suelen ser los mejores. Ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo. Nunca había sabido de quién era aquella frase. Me sonaba que de un alemán de la primera guerra mundial... pero en la guerra moderna, aquello seguía aplicando. Los planes más sencillos tenían menos probabilidades de torcerse.

Al llegar y salir, volvieron las disputas. Igor no dejaba de tener razón, y quizá ya era un poco mi predisposición a que el rubio marcase las diferencias con Victoria, pero aquellas palabras parecían tirar a herir. Respiré hondo y decidí no entrar en discusiones. Estaba cansado de su chascarrillo fácil y sus aires de lobo solitario. No entendía muy bien por qué habían aceptado civiles en este proyecto. Pero echaba de menos un poco de profesionalidad.

Me tomé unos segundos para planear ligeramente cómo actuar. A pesar de sus estupideces, el plan de Igor era de lo más adecuado, al fin y al cabo se trataba de sacarle el máximo partido a las habilidades de cada uno.

- Capitán, ¿Contamos con algún informe de actividad civil en la zona? - pregunté, antes de comenzar ninguna actividad.- Si no es así tendremos que comprobarlo nosotros mismos... Creo que lo mejor será dividirnos, por el momento - miré a Igor.- Igor, en efecto será una buena idea que busques un lugar elevado para reconocer la zona sin ser visto y eliminar algún objetivo a distancia sin llamar la atención. Mantén la comunicación con Óscar en todo momento - después me giré hacia Óscar.- Óscar, tú y yo, junto a la unidad Campeador, deberíamos reconocer el terreno para encontrar posibles entradas. Una vez que lo tengamos claro estableceremos una estrategia más definida... ¿Alguna duda o pregunta?

Simplemente niego con la cabeza ante las palabras de Vicky, no tengo ninguna duda y si me surge algo ya le preguntaré a Óscar por la radio. Ahora tengo ganas de llegar a ese piso que ha dicho el Capitán y encontrar un buen ángulo de tiro para cubrirles el culo.

-Cuando esté en posición os lo digo y si hay algún blanco a la vista os avisaré.

El capitán Baltasar os escucha con atención, sin que su rostro muestre expresión alguna en ningún momento. Espera a que dejéis de hablar y se hace un silencio incómodo, tras el que toma aire y expulsa un bufido cansado.

Si me acompañan... creo que puedo ofrecerles una posición algo mejor desde la que aproximarse a la misión. -Dice girándose y caminando en dirección a una trampilla de gran tamaño en el suelo, de metal sólido. Se agacha y golpea la chapa dos veces, esperando un instante y golpeando otras tres veces más. Con un estridente sonido, la chapa comienza a levantarse, empujada por dos agentes con trajes tácticos y armamento de asalto que surgen de debajo de ella, de lo que parece una rampa que desciende bajo el almacén.

La rampa es empinada, y llega hasta el inicio de un túnel que parece formar parte del sistema de alcantarillado de la ciudad. De hecho, cuenta con infinidad de bifurcaciones, aunque el camino está marcado por un sistema de luminarias cableadas ancladas al techo. Baltasar os guía a través del túnel, encontrando algunos agentes apostados por el camino haciendo guardia. Perdéis la noción de la distancia, aunque tenéis la impresión de haber recorrido varias manzanas, cuando una bifurcación os lleva a una escalera, por la que accedéis a un oscuro sótano frente a un montacargas.

Este edificio no está muy frecuentado. -Explica Baltasar- Es de oficinas, aunque la mayoría han cerrado. Hemos instalado la mesa de crisis en la última planta, la quinta. Desde ahí podrán comprobar la actividad civil. Es un barrio obrero normal y corriente, hay bastante gente en la calle, habitualmente. Tenemos previsto un operativo para cortar el tráfico en varias calles a la redonda cuando sea necesario, pero no podemos desalojar los edificios circundantes, llamaría mucho la atención. -Dice mientras espera a que el ascensor llegue.

Tomáis el ascensor, que emite un crujido chirriante al sentir el peso exagerado de Blindado. Sin embargo, aguanta estoicamente y comienza a ascender. Os deja, tal como indicó Baltasar, en la última planta, donde accedéis a unas oficinas abandonadas con el mobiliario apartado contra las paredes. Desde allí, un agente mantiene atención a través de las cristaleras cubiertas con cortinas de láminas con un teleobjetivo sujeto a un trípode.

Camino fuera del ascensor con cuidado. Aunque ha aguantado el peso de mi armadura, no deja de ser un asunto peliagudo. Subir por mis propios medios habría sido mucho menos peligroso, pero igual llamaba un poco la atención. Observo la sala detenidamente. Todo aquello me daba una agradable sensación de familiaridad. Las fases previas a las operaciones. Los momentos en los que se ponía el plan sobre la mesa y todo el mundo se preparaba para seguirlo. Esos instantes justo antes de estar todos en posición, mientras lo repasabas mentalmente... listo para entrar en acción. Había vuelto a casa.

Me eché a un lado para dejar que el resto salieran, quería ver cómo se desenvolvía nuestra jefa en todo esto. Aunque eso me recordó algo.

- Capitán, ¿tendríamos un comunicador para Victoria? No creo que sea buena idea que no esté en contacto con el equipo en todo momento.

- Eso sería genial - respondí ante la petición de Óscar.

Mientras tanto me dediqué a escudriñar el lugar. Estaba claro que desalojar todos los edificios de la zona era pedir demasiado, de modo que aquella distracción tendría que ser suficiente. No había que ser muy listo para darse cuenta de que la operación tenía que ser muy rápida o pondríamos en riesgo la vida de una buena cantidad de civiles. Puede que a alguno de mis compañeros eso le diese igual, pero desde luego que a mi me importaba, y mucho.

- Lo mejor será comenzar en cuanto el Capitán nos informe de que el operativo de distracción está listo - dije hablando para todos y dándole un poco de tiempo al Capitán para que hiciera las presentaciones.- Tendremos que ser rápidos.

El ruido del ascensor me pone nervioso, no quiero quedarme atrapado aquí o desplomarme hacia el suelo si algo falla y toda esa armadura que lleva Óscar no ayuda mucho a mi confianza.

-¿Has pensado en bajar un poco de peso? ¿O subir por las escaleras? Supongo que a nadie se le ocurrió preparar el ascensor para llevar una armadura tan pesada ¿Verdad? ¡Ah! ¡Ya llegamos! Olvídalo, era broma Óscar.

Estas oficinas han tenido mejores épocas, pero ahora nos vienen de perlas para poder llevar a cabo el plan, tres personas como Óscar, Vicky y el muñeco llamarán mucho la atención caminando por la calle, cuanto más puedan acercarse mejor. Asiento ante las palabras de Óscar sobre nuestro pequeño problema de comunicación con Vicky, aunque eso signifique tener su voz en el oído continuamente. Mientras siguen hablando me acerco donde está el otro agente con el teleobjetivo.

-¿Ese es el edificio que debemos asaltar? ¿Puedo echar un vistazo? Quizás a vosotros tampoco os venga mal saber que os vais a encontrar. -Mientras espero el permiso para mirar me giro hacia el Capitán.- Baltasar ¿Quiere que dispare desde aquí o hay acceso al tejado? Si no lo han hecho puedo echar un vistazo yo mismo y determinar cual es el mejor ángulo de tiro para cubrir el edificio.

Me parece mentira escucharme a mi mismo habla de ángulos de tiro y todas aquellas cosas, Solchaga hizo bien su trabajo, muy a mi pesar.

El capitán de las GOES asiente ante la petición de Blindado. Girándose para mirar al agente que está junto al teleobjetivo, que se cuadra inmediatamente.

¡Ramirez! Facilíteles lo que necesitan. -Ordena, con autoritaria voz de mando.

¡Sí, señor! -El agente hace un saludo militar, dirigiéndose a paso ligero a uno de los laterales de la sala, donde al parecer mantienen ocultos entre los muebles apartados algunos maletines de equipo. Extrae uno, de pequeño tamaño, y lo abre, cogiendo una emisora, una batería, una funda y una bolsita. Regresa inmediatamente, en dirección a Victoria, aunque al alcanzarla se detiene, observándola de arriba a abajo, pensativo- C-con permiso... -Dice en voz baja, ligeramente avergonzado, clavando una rodilla en el suelo algo por detrás de ella. Deja el material en el suelo y comienza a prepararlo. Coloca la batería en la emisora, ésta dentro de la funda, y abre la bolsa, extrayendo un cable terminado en un auricular, siendo el extremo contrario una clavija con varias terminaciones. Sitúa la clavija en un lateral de la emisora, apretando un tornillo con un pequeño destornillador que saca de un bolsillo de su traje táctico, y pone la emisora en la cintura de Victoria, enganchando la funda al cinturón del traje mediante unos amarres. Entonces comienza a desplegar el cable del pinganillo para que ascienda por la espalda hacia la oreja de la mujer, preparando un trozo de cinta adhesiva, una especie de esparadrapo de alta calidad, con el que pegar el cable a la piel de la mujer por detrás de la oreja para que no se le caiga durante la misión.

Mientras tanto, Baltasar continúa respondiendo a las solicitudes del equipo, comenzando por Victoria.

El operativo está listo, los hombres están situados hace horas, esperando la señal. Se han camuflado como agentes municipales y operarios de la compañía del gas, será un corte generalizado de varias calles, desviando el tráfico y dificultando el paso de los peatones en la medida de lo posible. Se tardarán unos minutos desde que se ponga en marcha hasta que sea efectivo, pero ustedes deben dar la orden de comenzar cuando estén listos. Aún no se qué piensan hacer...

Igor se acerca al teleobjetivo, y Ramirez responde a su pregunta mientras ultima la preparación de Victoria.

Por supuesto, señor, lo tiene enfocando la planta superior. Gire la rosca de la derecha si quiere alejar el zoom.

Ese es el edificio, sí. -Confirma Baltasar- Lo reconocerán por las fotografías que les mostré antes. -Dice, recordando la reunión de antes. La unidad artificial se acerca a las cristaleras, quedándose rígida con la vista entre las cortinas, como si estuviera analizando el edificio- No decido yo desde donde debe usted disparar, para eso tiene a su superior. -Replica a Igor, señalando a Vicky- Sí puedo informarles de que el tejado está libre y custodiado por dos agentes nuestros. Se puede acceder por unas escaleras al fondo de ese pasillo.

Dibujo una sonrisa en mi cara al ver la reacción de Ramirez cuando tiene que poner el micrófono a Vicky, no se si es que le da miedo o es que no ha visto una mujer en mucho tiempo. Dejo que haga su trabajo y me acerco donde se encuentra el teleobjetivo. Acepto la invitación y me pongo a mirar el edificio enfocando la puerta de entrada e intentando encontrar al guardia que se supone tendré que abatir. También voy pasando por cada piso y ventana para ver si se puede observar algo. Tuerzo un poco el gesto al saber que será Vicky la que tendrá que decidir desde donde disparo, aunque bien pensado si algo sale mal siempre puedo echarle la culpa a ella en último caso. Me incorporo tras mirar con detenimiento nuestro objetivo y antes de dirigirme a mis compañeros reparo en el sintético que se ha colocado allí.

-Que, ¿Buenas vistas verdad? -Ni siquiera espero que me conteste, así que sigo hablando con Vicky.- Y bueno jefa, donde quiere que me ponga, ¿En esta ventana o en el tejado? Si queréis puedo ir a echarle un vistazo y daros mi opinión "profesional" -Hago un gesto con los dedos para remarcar las comillas imaginarias que hago al decir la palabra.- O bien podemos ir todos, como queráis.

A medida que se acerca el momento de entrar en acción me voy poniendo nervioso, lo de disparar a unos sintéticos que te están atacando es una cosa, disparar a gente es algo más serio, por mucho que sean peligrosos terroristas.

- Adelante - respondí al agente, indicándole que tenía vía libre para ponerme el equipo de comunicación.

Era un alivio contar con aquella tecnología, sobre todo en un operativo real en que era probable que tuviéramos que estar separados durante bastante tiempo. Escuché mientras tanto los detalles del operativo que se había organizado como distracción, desde luego era mucho más sofisticado de lo que esperaba, aunque seguía limitando la duración de la operación. Y eso era lo que más me preocupaba en aquel momento, teníamos muy poco tiempo y me parecía que la información era escasa. Quizás los superiores no apreciasen mi exceso de prudencia, pero si algo había aprendido en la Policía era a pensar antes de actuar (por mucho que la mayor parte de mis compañeros hicieran más bien lo contrario), sobre todo si había vidas civiles en juego.

- Agente Ramírez ¿Contamos con algún plano del alcantarillado de la zona o de los garajes y subterráneos? - pregunté, asumiendo que era quién podría tener esa información.- Creo que entrar desde abajo puede ser beneficioso pues que guardan allí los trajes de combate. Hacerlo de este modo puede minimizar las posibilidades de que accedan a ellos - me giré hacia Igor.- En el tejado tendrás mejor visibilidad y más capacidad de reacción. Pero antes de hacer nada reconoce bien el lugar, asegúrate de cuales son las vías más rápidas para entrar al edificio desde allí, en caso de que sea necesario. Por el momento tu misión será de reconocimiento, observarás a los objetivos que seas capaz de identificar y seguirás sus rutas. Una vez tengas esa información podemos proceder a neutralizar a alguno de ellos de la manera más sigilosa posible. También será necesario que elimines algún objetivo si se hace evidente que nos han detectado - suspiré pensando en lo que diría a continuación.- Confío en tu criterio para reconocer esos casos, de modo que si es así no esperes una orden y actúa. Asumiré la responsabilidad en caso de que algo salga mal.

Vicky decide que me vaya al tejado y yo no tengo nada que objetar, aunque prefiero echarle un vistazo antes de tomar una decisión definitiva, al menos ya se que vista tengo desde el piso y puedo compararla con la de arriba.

-Subiré arriba y veré si hay alguna posición idónea para disparar, después recorreré el lugar con la mira telescópica y os informaré de todo lo que vea.

Lo de que Vicky cargue con toda la responsabilidad es algo con lo que ya contaba y la verdad me descarga un poco saberlo.

Debe joderle un montón tener que confiar en mi para esto. Bueno, a mi tampoco me gusta tenerla de compañera, que se joda.

Me doy media vuelta sin decir nada más con intención de subir al tejado y buscar una buena posición de tiro a no ser que alguno de mis compañeros o el Capitán Navidad me detengan.

-Si no te veo, buena suerte Óscar, seguimos en contacto por la radio.

Observo tranquilamente cómo Victoria reparte las órdenes. Parece que lo está haciendo bien. Aunque dejar que nuestro pequeño lobo solitario tome sus propias decisiones con un rifle de francotirador en la mano, igual es un poco arriesgado. Aún tengo que conocer un poco más al equipo para confiar plenamente en ellos.

En cualquier caso, hasta que la jefa decida iniciar el movimiento tengo poco que hacer. Observar la información de inteligencia e intentar memorizar todo lo posible. Me sorprende la frase de Igor, aunque la tomo como otra pulla encubierta a Victoria. Pero no voy a entrar en el juego.

- Gracias. Igualmente, Igor.

Tengo ganas de que empiece la acción.