Partida Rol por web

- Pueblo grande. Muchos guerreros. Esperan más guerreros para ir a matar romanos.

Veis como se aproxima un hermano legionario desde la playa (Appianus).
Appianus ve que ha habido un feroz combate con media docena de britanos muertos. Han tomado una prisionera pelirroja.

- ¿Guerreros? Quizá esa golfa quiera llevarnos a una emboscada.

Quintus continuó su camino siguiendo una senda natural que se internaba a través de las faldas de la colina, y pronto llegó a la cima. Desde ella, agachado y tratando de no llamar la atención, echó un vistazo al verde paisaje de bosques y planicies que tenía ante él. Primeramente intentó divisar a sus dos compañeros, pero a ratos se detenía para observar casi de reojo la mar agitada y embravecida en la lejanía.

La sorpresa hizo sonreír a Antonius al escuchar hablar latín a la mujer. Y, por lo que intuía, Quintus se sentía atraído por ella.* ¿Y quién no? Él no. No merecía la pena enamorarse de mujeres tribales. No era buena idea, cuando uno tenía que quedarse luchando y matando a los de la sangre de su "amada". Lo que le interesó fue lo que ella dijo de los catuvellani. 

-¿Son muchos vuestros rivales? ¿Qué sabes de ellos? Tácticas, estrategias, armas, números, terreno... ¿Alguien que pueda dar más información? ¿Qué me dices? E ignora al calvo, por favor. No te preocupes por él... 

-Fuscus tiene razón. Somos seis y acabamos de salir de este combate. Ir a por una aldea es mala idea. No, tú vendrás con nosotros. Y si no intentas escapar ni sabotear los barcos o campamentos, te irá bien. Fuscus y Quintos no dejarán que te hagan daño, eso tenlo por seguro...

Puedes ver a tus compañeros agazapados tras una roca... Y a unos 100 pasos de ellos un jinete britano de aspecto noble. Te lanzas detrás de un arbol a tiempo de que no te vea.

La chica no habla tanto latín para ser vuestro Polibio* y no entiende todo lo que pide Antonius. Pero responde como puede:
- Muchos hombres en pueblo. Hombres fuertes. Jefes con carros y espadas. Yo estar en casa de druida con cuerdas. Sus voces más fuertes que el trueno. Juntar fuerza con Togodumno y Caratacus**.

Quintus intenta arrastrarse unos metros pendiente abajo para intentar hacer una seña a los compañeros que se encuentran con Ammina. Lo hace poniéndose a cubierto e inmediatamente vuelve a su posición para controlar los movimientos del jinete.

Oís un silbido y veis que Quintus se está aproximando sigilosamente a vuestra posición.

Estás acercándote a los demás cuando ves que el anciano de túnica blanca (o era blanca antes que le abrieran las tripas, cuyo cuerpo yace retorcido, levanta la cabeza de repente. Se incorpora sobre un codo y empieza a reptar hasta la chica dejando un rastro de sangre al arrastrarse sobre su horrible herida. Lleva en las manos una hoz afilada de hoja negra...

Appius se movía con cautela, la niebla era algo que no lo hacía estar aun más alerta de lo normal. Como quedaría su orgullo si a un veterano como él lograban sorprenderlo, los hombres confiaban en Appius y el debía actuar acorde a eso. De repente un bulto llamó su atención, por las heridas que tenía lo habría dado por muerto, pero de repente se movió dejando claro que estaba vivo. El corazón del legionario casi le da un vuelco. ¡Maldición casi me mata del susto ese maldito! Pensó resentido contra aquel anciano que ahora reptaba de forma amenazante hacia una chica. 

¡No tan rápido viejo de mierda! Se dijo mientras avanzaba hacia el moribundo britano con gladius en mano listo para acabar con él. 

La flecha de Antioco cruza los aires y alcanza al jinete, pero su montura se mueve en el último momento y sólo le roza le atraviesa la capa. Se gira sorprendido y ve a Antioco y a Marcus. Furioso, espolea su caballo y carga contra ellos...

Estáis distraidos hablando cuando de repente Appius desenfunda su espadaa. En este momento veis que el anciano moribundo ha reptado sobre su estomágo destripado, con las tripas asomando, para intentar apuñalar a la chica en un horroroso último esfuerzo. Appius golpea y le corta el brazo con la hoz por la mitad.
El anciano intenta entonces arrastrarse para arrebatar el arma de su mano cortada. Pero Appius le remata cortándole la garganta.

Os asustáis al ver que entre borbotones de sangre brota un humo negro. Y todos oís unas palabras que resuenan en vuestras cabezas.
- ¡Malditos seais hasta la décima generación! Habéis negado mi destino. Muero incompleto. Pero la muerte no es el fin para mi ni para vosotros. ¡Tendré mi venganza y mi sangre, en nombre de la Luna Oscura!

Roger, seriosament: ¿com es calcula la sort, el destí?

Només sé que gastant un punt fent una pregària pots millorar en un punt el destí en la tirada, però no sé més.

Ho he buscat una estona en les teves regles, però no ho he trobat.

Espero, i no és broma, que m'ho expliquis.

Salut.