Partida Rol por web

EL BLOQUE III

TRAMO BLQ071-BLQ072

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08/01/2015, 13:03
Paul "White" Dorsey

Notas de juego

Lo primero disculparme por no avisar. Mis vacaciones empezaron el dia 19 de este mes, hacia mucho tiempo que no tenía veinte dias de vacaciones y al final desconecté del todo, por eso no he posteado ni nada durante estas fechas.

Postearé entre hoy y mañana cuando tenga el primer hueco tras mi vuelta, a ver si hay suerte y consigo que sobreviva el personaje hasta al final, aunque entendería que lo mataras. 

Un saludo y de nuevo disculpas.

No tengo muy clara cual es la situación, es decir, ¿vamos hacia una pared sólida impulsados por al viento en la que hay una grúa incrustada? ¿o vamos hacia el exterior impulsados por el aire y la grúa está en una especie de lateral?

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08/01/2015, 16:39
Director

Notas de juego

Para nada hombre, me alegro mucho de verte por aquí y a ver si hay suerte. Con un buen post y alguna idea inspirada a ver que sucede ;)
Por otra parte quiero alargar la partida ya lo menos posible. Estamos ya a unos pasos del final, así que espero que llegues a verlo!

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08/01/2015, 16:50
Paul "White" Dorsey
Sólo para el director

Notas de juego

He editado el posteo con una pregunta, XD.

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08/01/2015, 17:36
Director

Notas de juego

Vais en dirección a una pared en la que hay un agujero, en esa pared es en la que está la grua.

Está el agujero en la pared, más adelante la compuerta, esta da al tramo en el que está la corriente, al final del tramo está la grua llena de hierros "custodiando" el agujero de la pared, que tiene el tamaño de un coche.

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08/01/2015, 17:56
Paul "White" Dorsey
Sólo para el director

Notas de juego

A ver si me he enterado bien...

Hemos pasado la compuerta, y nuestro destino es una pared con un agujero... ¿qué hay detrás del agujero? o simplemente la grúa está tapando el agujero y lo que hay que "evitar" es estamparse contra los hierros de la grúa? 

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08/01/2015, 18:10
Director

Se creó una fuerte corriente de aire que os ha engullido, el objetivo principal es esquivar los hierros, ya que el agujero en la pared es el que os "absorve" como el agujero de un water al tirar la cadena. El objetivo inicial es ese, esquivar los hierros, serías tragado y luego ¿? eso sería esquivar el peligro más próximo. Si consiguieses lanzarte sobre la cabina y el asiento de la grua, digamos que te podrías sujetar allí y ponerte a salvo completamente mientras las presiones se igualan (que es lo que habria de suceder, aunque quien sabe xD )

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08/01/2015, 18:37
Paul "White" Dorsey
Sólo para el director

Apenas había perdido unas décimas de segundo en mirar hacia Isabella, tal vez un segundo completo. El tiempo suficiente como para perder la posibilidad de agarrarse con fuerza, y es que, al final, Lerman había tenido razón cuando habló de que ella sería su perdición...

El clave era la mejor opción, pero para ello tenía que encontrar un lugar donde engancharlo, sujetarlo con las dos manos en una especie de desesperado paracaídas. Para ello debía acercarse más a la grúa, aún con el riesgo que eso conllevaba, pero no sabía donde desembocaba el dichoso agujero.

!Agárr...!

Lanzó el cable hacia Elena, dispuesto a empujarla en cuanto lo tuviera, sino lo soltaba, ella regresaría hacia su posición, dándole ese pequeño impulso que buscaba para desviarse de la trayectoria que lo incrustaría en los hierros y atraer a la chica con él. No había mucho más a lo que agarrarse, y la idea de ser trago no le parecía para nada sensata, así que la cabina era la mejor de las opciones, lo que significaban que todas eran una autentica mierda.

Si ella fallaba o no lo entendía, la empujaría igual, puesto que sino lo hacía terminaría de todas formas contra los hierros, así que con mucha suerte la lanzaría hacia el hueco.

Notas de juego

Gasto 8 bloques debido a lo desesperado del asunto, XD.

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12/01/2015, 13:05
Samuel Lerman

Las maniobras de Lerman, imitadas por la joven que durante tanto tiempo hubo de observar desde la lejanía, apenas lograron la fuerza de un ancla en medio de un huracán. Zarandeado, agitado, golpeado por el viento incesante y creciente, Lerman se sentía como un muñeco de trapo sujeto a las veleidades de aquel fenómeno. La carne de las mejillas ondeaba como una bandera implorando la rendición, los ojos abiertos se secaban pero renunció a cerrar los párpados en un intento de conservar en su memoria aquellos hechos y ante todo, procurando evitar la pertinaz lluvia de objetos tanto o más peligrosa que el viento en sí.

Vio desaparecer, engullidos por aquella voraz e insaciable boca, a la soldado y al mercenario. Imposible que sobrevivieran a aquel Gargantúa hambriento. Tan solo habían transcurrido unos minutos y el bloque se había cobrado su tributo, mermando sus fuerzas en un cincuenta por ciento y reduciendo a la mitad sus oportunidades de éxito, ya de por sí escasas.

Gruñó y acabó gritando por el sobrehumano esfuerzo. Un grito mudo en emdio de la cacofonía reinante. Los músculos, doloridos, le ardían y las muñecas, laceradas por el cinturón, parecía que iban a ser seccionadas de un momento a otro. Y entonces, un sonido se impuso a cualquier otro. El metal retorcido, gimiente, chirriante del fuselaje del avión lo llenó todo. Ante los ojos de Lerman, ante su mirada normalmente fría, la nave se transformó en un enorme espolón que acabó taponando la esclusa por la que habían entrado. Su cuerpo, desmadejado y ya no sujeto por el viento aullante, cayó al suelo. De rodillas y jadeante, de espaldas a la boca abierta, sus ojos permanecían clavados en la gigantesca broca puntiaguda en la que se había tranformado el avión. Y el goteo de sangre no fue sino la macabra confirmación del destino de cuantos se habían refugiado en su interior. El capitán, el segundo de a bordo, las azafatas, el pequeño que había salvado, su madre y decenas más de inocentes cuyo único pecado había consistido en no huir a tiempo.

Las secas pupilas volvieron a humedecerse, no en un cliclo natural sino fruto de una emoción que hacía tiempo no experimentaba. La compasión. La cabeza de Lerman cayó y por un segundo, tan solo fue un hombre abatido, desnudo ante el universo. Pero cuando su cabeza volvió a alzarse, la mirada fría regresó y con ella algo más profundo y oscuro. El deseo de venganza y de justicia en medio del apocalipsis final. Sí, Lerman se había transformado en uno de sus cuatro jinetes.

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12/01/2015, 20:23
Elena

Elena entendió rápidamente que pretendía hacer Paul, de hecho había comprendido -tan bien como el mercenario- las opciones de ambos.
Elena cogió el cable lanzado por Paul y, antes de que el mismo pudiese hacer nada, dobló las rodillas, se puso en posición fetal, y le dió una fuerte patada con los dos pies en el doble. Sin mirarlo, con sus ojos clavados en algún lugar tras de tí.
Solo un par de segundos después atraviesas el cristal parabrisas de la cabina y caes violentamente contra los asientos del mismo. A través del parabrisas vés, también, en medio de aquella locura, como Elena es ensartada por uno de los enormes hierros de la grua. Su muerte es prácticamente instantáne, la parca apenas le da unos segundos en que te busca con la mirada y al verte, dirías que sus ojos brillan con unaa sonrisa, antes de morir en silencio, como tantos otros antes.
Y luego aquel vendaval se detiene y la grua cae al suelo enterrándote en toneladas de hierro retorcido, de metal que cae sobre tí enterrándote en vida, herido, casi muerto, sin luz ni esperanza.

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12/01/2015, 20:36
Isabella Pars

A Isabella le temblaban las piernas. Había sobrevivido a aquella devastación siguiendo los pasos de su acosador particular...para ver un nuevo horror que superaba a todos los anteriores.
Había salvado la vida yendo con el grupo, y sobre ella ahora caía otra muerte, la muerte del mercenario. Había sido el estorbo que Lerman, con sus ojos y gesgos, había indicado siempre que era. De la muerte de Elena no podía responsabilizarse, ya que ella en cierta forma había creado esto. Isabella miró aquel enorme hierro retorcido, aquella pirámide cónica de metal y sangre, y imaginó que Elena seguramente estaría mejor muerta antes que sufrir la culpabilidad por todas aquellas muertes. Aunque si había que ser justos, la culpa de todo era de aquel maldito bloque.
Pensaba esto mientras no podía evitar llorar en silencio, con el corazón compungido, por tantas muertes. Hasta hacía unos minutos había compartido oxígeno y esperanzas, miedos y algunas charlas, con pasajeros de aquel avión. Madres, padres, niños, ancianos: Inocentes todos. La pena se había convertido en una lluvia que la limpiaba de aquel odio que la había corroido, de aquella rabia. En ese momento observó a Lerman y diría que vió la sombra de algo, algo que la conmovió durante unos segundos...que es más de lo que duró ese "algo". Se había quedado sola con el, como si fuese otra broma del destino. Pero aquella enorme uña de hierro llena de inocentes muertos la había destrozado por dentro a ella también, y ahora se estaba volviendo a reconstruir. Con las ideas, puede que por primera vez, claras.
Se sacó el ipod del bolsillo trasero del pantalón. Con ese mismo aparato había hecho las busquedas cuando tenía wifi. Luego se lo alargó a Lerman.
-Jamás seremos amigos pero dice como excusándose, su rostro mojado por las lágrimas es un curioso contraste a la pose "dura" que intenta tomar, así que lo deja. Durante al menos media hora estuve volcando datos sobre el bloque en este ipod. No se cuanto conseguí descargar o su utilidad. Pero sí se que tu tienes muchas más oportunidades de salir de aquí... se queda mirándote y acaba diciéndote por favor

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12/01/2015, 21:25
Director

La compuerta se acaba de cerrar y podéis ver claramente que hay tras la misma. Como si se tratara de uno de esos concursos de "adivina que se esconde detrás". Como siempre, la muerte y la destrucción. Al final del tramo hay una pared que debió ser tapiada hace mucho. Tiene un agujero por el que podría entrar un coche a nivel del techo, así que os imagináis que lo realizacon aún con la gravedad invertida.
La grua que debió realizarlo yace destrozada, convertida en un montón de hierros, a los pies del agujero. Esta misma os sirve de escalera para llegar al mismo agujero tras el que solo se ve una oscuridad que contrasta con la iluminación del tramo. Los focos y la electrónica de la compuerta siguen funcionando a la que camináis hacia delante. Asi que la compuerta se va cerrando mientras os acercáis y cuando estáis a unos metros véis, en uno de los hierros, a Elena atravesada por un enorme hierro. Muerta, silenciosa, fría... diríais por la herida que no sufrió. De hecho debió de ser instantáneo.
El cadaver de Elena indica el inicio de la "escalada" a través de aquellos hierros para llegar hasta la entrada a El Bloque.

Notas de juego

La "escalada" no parece complicada, quiero decir que está a la vista que, al menos por ahora, no requiere bloques.

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14/01/2015, 16:09
Samuel Lerman

-Sé que es un camino de ida pero no sé si lo será de vuelta -dijo Lerman mientras tomaba el ipod y lo guardaba en un bolsillo-. No obstante, intentemos permanecer vivos. Tú ya lo conseguiste una vez. No dudes de que puedas volver a hacerlo. Además, cuatro ojos ven mejor que dos. Hemos sido imprudentes. Pendientes de lo que pueda haber delante, nos hemos olvidado de lo que dejábamos atrás. Y lo hemos pagado caro -señaló mientras escalaba la grúa y accedía a aquel nuevo paisaje. La imagen de la soldado, empalada, los saludó macabramente. Lerman no lo dudó. Fríamente registró el uniforme de la mujer y tomó cuanto pudiera serles de utilidad-. No podemos detenernos. Debemos seguir y estar preparados para todo. Incluso para encontrarnos con tu acompañante. Y no te será fácil. Pero necesito que seas fuerte, que no caigas de nuevo en un estado de catatonia. Debes valerte por ti misma en la medida de lo posible. Aquí dentro, las oportunidades de uno y otro están equiparadas, aunque pienses que no. ¡Sigamos!

Notas de juego

Ya me dirás qué encuentro en el cadáver de Elena.

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15/01/2015, 00:19
Director

Seguís avanzando, Isabella permanece callada, como intentando asimilar todo aquello. Lerman busca en el cuerpo de Elena y encuentra la pistola que le habían dado a última hora. Lleva sobre su abdomen una bolsa con un pequeño portátil. En sus fríos bolsillos encuentras un cargador y un pequeño monedero con llaves, algunos dólares, dos condones y chicles de fresa.
Aún no habéis ascendido hasta el agujero cuando véis que rayos de luz, procedentes seguramente de linternas, empiezan a bailar dentro de aquella oscuridad. Escucháis voces pero no entendéis que dicen. Aún así, sí entendéis el tono: estan en un extraño estado de excitación entre el enfado, la rábia y, sobretodo, el miedo.

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15/01/2015, 11:22
Isabella Pars

Isabella asintió guardandose aquellas palabras que reconocían su valía como un tesoro. Un extraño tesoro procedente de un más enigmático cofre que rara vez dejaba vislumbrar que había en su interior.
Sí, ya sobreviviste a este lugar ¿cuantos pueden decir eso?
Observó a Lerman examinando el cuerpo sin vida de Elena, y se preguntó si aún estaría caliente, si aún habría algo de sangre corriendo por inercia en sus venas. Fué muy conciente de guardarse para sí una mirada de repugna hacia aquello que unas horas antes le habría lanzado y exagerado. No hizo nada, solo lo miró secándose las lágrimas en el dorso de la camisa No es una profanación, tonta, es supervivencia se dijo a sí misma, y se dió cuenta de que realmente lo creía.
No podía sonreir a aquel hombre, ni ser amable con él, así que se limitaría al menos a no hacerle aquello más difícil de lo que ya era.

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16/01/2015, 21:51
Samuel Lerman

Lerman recogió con rapidez cuanto había hallado y tendió el portátil a Isabella para que esta se hiciera cargo de él. En un instante, la soledad de ambos fue rota por haces de luces que preconizaban la presencia de terceros. El preludio a voces que destilaban miedo y rabia en proporciones desiguales.

-Shhhh -susurró Lerman poniéndose un dedo en los labios y exigiendo silencio, al tiempo que prestaba atención a las voces aún incomprensibles en cuanto a su contenido. Se acercó a la mujer y pegó los labios a su oreja, colocando una mano en su hombro pidiendo inmovilidad. El aire cálido de su aliento acarició la piel de Isabella-. No te muevas, no saques ruido. No sé quiénes son. Pero les oigo. Como tú. Y ese miedo no es bueno. Dispararán a lo primero que se mueva. Es terreno peligroso. Dejemos que pasen. Es mejor ser quien persigue que ser perseguido. Y observar a ser observado.

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17/01/2015, 10:03
Director

La estancia que podéis ver delante vuestro es enorme, hay focos caídos aquí y allá, que desde el suelo emiten luces medio tapadas por objectos que no reconocéis aún. Pero esos puntos de luz difusos, aunque diríais que en principio se habían repartido de manera equitativa, como en líneas y a la misma distancia. Era el intento de iluminar aquel enorme Hall, frustrado por aquel vendaval que había inundado con lanzas de metal -realmente hierros de la grúa que teneís bajo vuestros pies- aquel lugar. El viento había lanzado los focos de aquí a allá, rompiendo algunos de los cables que los unían y dejando a ciegas, pues, algunas de aquellas formaciones. Las que habían sobrevivido, amarradas -como no hacía mucho vosotros mismos- a los cables eléctricos estaban tiradas en el suelo. Creando unos contornos cada vez más siniestros.
Vuestros ojos se van acostumbrando a las tiniebras de aquel lugar gracias a aquellos resquicios de luz. Aquel Hall sería tan grande como un campo de futbol profesional.
El agujero donde os encontráis está al centro de una de las paredes, en la pared justo a la derecha hay la entrada a un enorme y negro pasillo enmarcado dentro de una especie de enorme detector de metales. Junto a la pared de vuestra izquierda, parece ser que habían montado alguna especie de campamento provisional que ocupaba toda la misma, estava prácticamente demolido y lleno de vigas clavadas, iluminado todo ahora por las linternas de cuatro soldados.
Oh mierda y ahora que? pregunta uno a los demás..
En la pared de enfrente de la vuestra se puede ver cuatro puertas. Un par de ellas tienen como una especie de bultos que las obstruyen haciéndolas impracticables. Os fijáis en ese punto, por alguna razón, incluso cuando véis de que se trata no lo entendéis. De una de las puertas sobresale el contorno de un hombro y de una cabeza, también el brazo sobresale de la puerta para acabar hundiéndose en el marco que separa puerta y pared.
Con esta información visual volvéis a mirar aquellos objetos que bloqueaban la luz de los focos caídos: si hacer esculturas con seres humanos fuese legal, os encontraríais dentro de una obra de Dalí. En su obra más perturbadora y maníaca. Aquello fueron sin duda humanos -soldados, trabajadores- algunos medio hundidos en el suelo como si solo fuera agua que se hubiese congelado sobre una parte de ellos. Algunos diríais que están medio dublicados, como si cualquier ley de la naturaleza hubiese desaparecido y estuviesen reproduciéndose como una celula, clonándose, partiéndose a si mismo. La manera en que se han deformado muchos de ellos, atravesándose a si mismos, alargando sus brazos, piernas y cabezas que traviesan paredes y el suelo como tubos, para volver a emerger, más deformes. Y lo peor, es que a pesar de estar cuviertos por polvo de años, a pesar de ese ténue color azulado de sus pieles, a pesar de ser completamente imposible -o tal vez por todo ello- no tenéis la menor duda de que aquello fueron humanos. Seguramente todos intentaban escapar de aquel lugar, dirigiéndose hacia la puerta de salida para encontrársela tapiada. El lugar por el que vosotros entráis era su salida, o debió serlo.
Ahora no os cuesta abosultamente nada saber porque aquellos soldados tienen tanto miedo: veis muchos otros soldados vestidos como ellos -con un uniforme blindado negro- lanzados aquí y allá entre las "estatuas", atravesados o aplastados por hierros, desnucados o reventados por dentro por reiterados y violentos golpes contra aquellas mismas paredes.
Bienvenidos al infierno.

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23/01/2015, 17:12
Samuel Lerman

La mirada de Lerman lo recorrió todo. Desde la primera a la última figura, todas ellas congeladas en posturas impensables, hundidas en la materia como si fueran a emerger de ellas como una Venus de la espuma del mar. Un circo de horrores inimaginables que provocó un inevitable escalodrío que recorrió la espalda de Lerman. Era incapaz de imaginar qué poía haber provocado todo aquello pero intuía que podía estar relacionado con lo que estaba destruyendo el mundo. El polvo solo indicaba que aquel desastre había comenzado mucho antes de lo que cabía esperarse. Lo que estaba ocurriendo ahora mismo no era sino la última ficha de dominó cayendo. La primera había caído mucho tiempo atrás por lo que parecía.

Pero a las imágenes inanimadas siguieron las animadas. Cuatro figuras humanas, vivas y que debían ser la fuente del miedo que antes había captado. Asomar de entre las sombras no parecía ser lo más acertado. No, si quería seguir vivo. Hizo un gesto a la mujer para que permaneciera en silencio y quieta, al tiempo que alzaba cuatro dedos en representación de aquellos soldados. Frunció el ceño y aguzó la vista. Antes de moverse, necesitaba saber.

Cargando editor
23/01/2015, 17:18
Samuel Lerman
Sólo para el director

Notas de juego

¿Reconoce Lerman a alguno de los soldados?

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24/01/2015, 19:43
Director

Notas de juego

Dos de ellos van con casco (armadura integral), de los otros dos que no llevan -incluso con la escasa luz- sí lo reconoces. Es Tom Ehfront, un tipo duro de roer, coincidistes con el en alguna escaramuza del Bloque: pertenece a la guardia personal de Jhonson
Mensaje solo para tí

Cargando editor
31/01/2015, 22:55
Isabella Pars

Isabella nisiquiera sabe como su mano reacciona lo suficientemente rápido para ahogar lo que hubiese sido un grito de terror que los hubiese delatado y, como si necesitase algo más para no gritar aprieta fuertemete las mangas de Lerman y hunde con fuerza su cara contra su hombro.
Está así un tiempo que se le hace interminable, pero que apenas es unos segundos. Como si de una película de terror se tratara vuelve a mirar lentamente hacia el interior de aquel lugar, pero nada de aquello ha desaparecido.
Suelta la manga de Lerman con mirada de disculpa, imitará como una sombra lo que haga el espía, asesino o lo que sea que fuese.