Partida Rol por web

El Camino del Héroe

2. Un Mal Día para un Mago.

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23/06/2011, 16:42
Director

La noche pasó sin más sobresaltos que el ocasional gruñido lejano de algun depredador nocturno y pudísteis disfrutar de un reparador descanso. Al día siguiente, cuando el sol ya brillaba con fuerza en el cielo, recogísteis vuestros pertrechos y reemprendísteis la marcha por el Sendero de la Hachuela. Si Galatea no se equivocaba (y pocas veces lo hacía en estos menesteres), llegaríais a Velarburgo, vuestra próxima parada, a medio día.

Pero empezásteis a ver signos de habitabilidad antes de llegar. Aquí y allá se levantaban setos que delimitaban pequeñas fincas agrarias. Los granjeros se afanaban sobre sus huertos de flores silvestres y plantas rastreras junto a sus pequeñas casitas.

Llegásteis al pequeño y rural Velarburgo cuando el sol se encontraba en su punto más álgido, hambrientos y con ganas de llevaros algo fresco al gaznate. En las afueras de la ciudad brotaban los numerosos almacenes madereros que constituían uno de los principales negocios de la región, rodeados siempre de altos muros de adobe para reducir el riesgo de incendio. Aunque el edificio más impresionante era sin duda El Templo de la Luna de la Cosecha, erigido en honor a Khauntea. El edificio cuadrado (un antiguo castillo) tenía una gigantesca luna de cobre, que resplandecía encantada por diversos conjuros. No os cabía duda de que, de noche, esa luna hacía las veces de almenara que podía ser vista desde millas de distancia.

Buscando El Descanso de Felzun el Sendero de la Hachuela se transformó bajo vuestras botas en la vía de la Rastra, el estrecho camino que atravesaba el pueblo y se dividía para formar un anillo en torno al embarrado mercado en el corazón de la ciudad.

Pero aquel día el mercado no tenía nada de bullicioso. Todo el mundo parecía estar apelotonado, expectante, frente a El Descanso de Felzun. Había miembros de la guardia local con sus ballestas apuntando a la puerta. El silencio casi podría cortarse con cuchillo.

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23/06/2011, 18:56
Galatea

Habían salido tras el alba aunque Galatea ya había calculado más por costumbre de ser capaz de orientarse en terreno agreste que otra cosa que no verían Velarburgo hasta medio día, lo cual significaba llegar con un hambre creciente al pueblo.

Conforme las granjas comenzaron a aparecer, Áscalon empezó a hacer menos incursiones exploradoras al frente del grupo y se quedó pegado a su compañera, bien fuera porque lo consideraba "territorio habitado sin peligro", bien porque Galatea le hubiese enseñado hace tiempo que un lobo deambulando en el camino cercano a sus hogares no es la visión más tranquilizadora que un campesino desease ver.

O bien por ambas cosas.

Una vez apareció ante ellos el Templo de Khauntea, la elfa sonrió ligeramente de lado mirando la brillante luan de bronce, ¿cuánto tiempo hacía que no visitaba aquél lugar? tenía que pasarse luego... casi podía imaginarse a más de una sacerdotisa tirándole de la manga nada más entrar (bueno, del codo) para llamar su atención antes que ninguna otra sobre alguna pequeña incógnita agrícola o ganadera. Nunca la había molestado ayudar a alguien pero el hecho de que hubiera quien aguardaba ese simple consejo con la impaciencia y el entusiasmo de quien aguarda el salario, le hacía cierta gracia. Definitivamente las Hermanas Pastorales eran pura vocación.

El hecho de que el mercado estuviera tan inusualmente silencioso llamó su atención de vuelta a la realidad, como andaban buscando la taberna, el encontrarse con que toda la atención del pueblo (y de los guardias) se hallaba precisamente en la entrada de ésta, la hizo enarcar uan ceja.

"Vaya... ya tardábamos en encontrarnos con la rareza de turno. Esperemos que no se haya metido otro nirbolg allá adentro".

El grupo se había detenido así que ella se acercó a un pueblerino curioso que anduviese cerca observando y le dió una palmadita en el hombro.

Perdone... caballero, ¿sabe qué está ocurriendo en la taberna?

Lo murmuró instintivamente, hablar en voz alta medio de tanto silencio casi daba la sensación de estar perturbando algo.

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23/06/2011, 19:13
Director

Se giró un granjero de aspecto tosco.

¿Caballero? ¿Yo? —miró a Galatea de arriba abajo—. ¿Se está burlando de mi?

Debió ver algo en el rostro de la elfa que le indicó que no era una mujer muy dada a las chanzas, así que carraspeó.

Pue' mire, mujer, ¡nada menos que se nos ha colao una demonia! ¡E-echa fuego por la boca y sa'cargao un guardia! —hizo un gesto con la mano, como si le saliera fuego por la boca—. Y la mu' jodía nos ha traío el dragón. ¡Vaya que sí!  

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23/06/2011, 20:34
Galatea

 

—.......

Galatea giró en silencio la cabeza para mirar al grupo en espera de la reacción de sus compañeros, la cara de la druida era un poema con una ceja más alta que otra y los ojos muy abiertos. Si le hubiesen dicho que la Tríada se encontraba dentro de la taberna jugando a las cartas, le habría sorprendido menos.

"O le he preguntado al borracho del pueblo o el concepto local de "demonio", "dragón" y "fuego" se ha desvirtuado hasta límites insospechados desde la última vez que estuve aquí...".

Quizá iba a ser mejor preguntarle a un guardia...

Quizá.

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25/06/2011, 11:49
Khaila

Finalmente los compañeros llegaron a Velarburgo. Khaila ya pensaba en la enorme jarra de cerveza bien fría que se iba a pedir en cuanto entraran en la taberna. Sentía su garganta seca tras las horas que llevaban caminando y tragando el polvo del camino. 

Pero, la joven se detuvo un momento al contemplar el mercado silencioso. Era muy extraño, algo estaba ocurriendo. Se dirigieron hacia la taberna "El descanso de Felzun". Al llegar pudieron ver a la gente reunida ante ella, silenciosa y expectante, incluso la guardia se encontraba allí, preparada con ballestas en mano, apuntando hacia la puerta.

Instintivamente la mano de la guerrera se dirigió hacia la empuñadura de su gran espadón. Aunque no llegó a desenvainarlo, esperando enterarse antes de qué estaba ocurriendo. 

Escuchó a Galatea preguntarle a un pueblerino. Éste le dijo que había una demonia y un dragón. Cuando la elfa giró la cabeza y cruzaron la mirada, la guerrera negó con la cabeza. Poco era lo que conocía sobre los dragones, pero seguro que si hubiera uno, en aquel momento el pueblo ya habría dejado de existir. Apartó la mano de la espada, no quería asustar a aquellos pueblerinos, y dirigió su mirada hacia el paladín. 

- ¿Qué hacemos? - Le preguntó con voz firme, dejando que fuera él quien tomara la iniciativa. Ella solo sabía machacar con su espada, en cambio, Rengar conocía más sobre tácticas y en como actuar en aquellas situaciones.

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25/06/2011, 14:10
Rengar

Rengar tomó el escudo por precaución y lo asió fuertemente con la mano izquierda. Por precaución. No era precisamente el hombre más astuto de Faerûn, así que el posible significado escondido de las palabras del hombre se le escapaba. Sólo sabía que había un demonio y un dragón, y la mayor parte de las veces eso significaba una pelea contra algo maligno.

Khaila le preguntó aquello y el semiorco alzó las cejas y torció los labios. No tenía ni idea, más allá de entrar para ver de primera mano lo que estaba ocurriendo.

-Eh... No creo que haya un dragón ahí dentro -dijo el paladín-. Pero han matado a un guardia. Hay que entrar a ver qué es. ¿Galatea?

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25/06/2011, 14:22
Galatea

 

Galatea se limitóa esbozar uan sonrisa forzada. La situación le resultaba tan surrealista a ella como a sus compañeros, es más, se le antojaba hasta cómica.

Claro que no hay un dragón ahí adentro... —respondió en voz baja para poder dirigirse sólo a los miembros de su grupo—ni la cría más pequeña salida del huevo cabe por esa puerta. Además, tengo entendido que les va más eso de arrasar poblaciones que meterse en las tabernas a tomar algo... de modo que a saber a qué le llama esta gente "dragón".

Levantó ligeramente una mano y movió los dedos como si les saludase.

Y "demonio", porque por esa regla de tres, yo soy una terrible archiddiablesa que lanza llamaradas.

Alguna vez había visto a alguno de los druidas de su círculo lanzando conjuros en su forma animal. Ver un oso disparando un rayo o una bola de fuego por las fauces era de las cosas más bizarras que seguramente cualquier humano no-acostumbrado vería en su vida. Ella no podía hacerlo, o bueno, no había probado (ni pensaba probar) pero tras oir al pueblerino ahora tenía dudas de si no podría hacerse también en forma humana... a fin de cuentas, Rengar no había mencionado que detectase nada maligno, tal vez por eso se le veía confuso. Pero si no era un demonio, ¿qué era? porque como mínimo sabía de magia.

Su gesto se tornó de pronto serio, pensativo, una pequeña chispa había saltado en su cabeza al reparar en aquello.

Si Rengar no siente nada maligno, definitivamente no es un demonio. Pero usa magia y tiene un... "dragón". ¿Podría ser un mago?—dijo—los magos tienen familiares. Igual es una salamandra o un pseudodragón o... bueno, yo que sé.

Suspiró y sacudió una mano a un lado como quien aparta desdeñosamente un mosquito molesto.

Si se ha cargado a un guardia habrá que entrar a ver qué demonios ocurre—señaló hacia atrás, hacia la puerta, con el pulgar—porque si esperamos a que la seguridad local se decida, podemos tirarnos aquí el día entero.

Galatea tenía sed y estaba cansada, iba a entrar allí a sentarse y beber algo fresco así fuera la misma Lloth quien se hubiese atrincherado en el interior, porque no estaba de humor para ponerse a buscar otra taberna y menos cuando había alguien suelto por ahí incinerando guardias, fuera lo que fuera.

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25/06/2011, 15:06
Ossian

Demonios y Dragones. —repitió Ossian—. Todo ello delante de una multitud expectante. ¡Glorioso!

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25/06/2011, 15:08
Director

Os abristeis paso entre la multitud en dirección a la puerta de la posada. Pasabáis entre la multitud como un cuchillo cortaba la mantequilla, levantado murmullos a vuestro paso.

Míralos —decía una vieja a su marido con tono desdeñoso—, se creen TAN poderosos...

No sois bienvenidos —dijo otro aldeano.

Si entráis ahí os comerá vivos —soltó un agorero—. ¡Escuchad lo que os digo aventureros!

Ossian miraba a la gente como si no diera crédito.

¿Siempre tenéis recibimientos así? —murmuró por lo bajo.

Un miembro de la guardia os dio el alto antes de que os acercarais al perímetro de seguridad que sus hombres habían formado en torno a la taberna.

¡Deteneos, forasteros! La taberna está cerrada. Es labor de la guardia...

Se escuchó la voz de una mujer gritar desde el interior.

Como algún necio dispare una ballesta... ¡por los cuernos de Gáragos, me pienso cargar hasta el último de vosotros!

Los guardias se encogieron y el propio sargento tragó saliva. La turba retrocedió, subiendo el volumen de sus murmullos. Y no fueron ni uno ni dos quienes se largaron de allí corriendo.

Claro que, si queréis ayudar, no querríamos ser desagradecidos...

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25/06/2011, 17:14
Galatea

 

Galatea hizo oídos sordos a los comentarios de la gente, una de las cosas que estaba segura que jamás entendería de los humanos era que muchos consideraban el tener las orejas de punta o la piel de otro color una razón de peso suficiente como para creer que no eras de fiar... ¡si hasta desconfiaban de si mismos sólo por no ser del mismo pueblo!

Quien los entendiera, que los comprase.

Cuando llegaron frente al hombre y este le dio el alto, antes de que pudiese responder, lo hizo una voz desde el interior de la taberna. El siguiente comentario timorato del guardia sobre que no querían ser desagradecidos hizo que la elfa lo mirase con un brillo divertido en los ojos.

Por supuesto, faltaría más...

"La cortesía ante todo".

Miró la puerta de la posada. La mujer de adentro era evidente que se encontraa de mal humor... y de hecho también ella estaba incómoda; había tenido que dejar a Áscalon fuera antes de entrar en Velarburgo. No era la primera vez que visitaba aquél pueblo pero, aunque sabían que era inofensivo, a los vecinos no les gustaba ver un lobo deambulando por sus calles. Si Galatea no lo dejaba en la espesura hasta su salida, podría venir algún guardia a sugerirle que le pusiese un bozal o lo llevase atado como un vulgar chucho casero de esos a los que los humanos trataban de mascotas...

Ni borracha acataría eso.

Así que no le quedaba otra que hacer que su compañero la esperase en el bosque, luego sólo tenía que llamarlo y él volvería rápidamente pero mientras no estaba a su lado, se sentía como si le faltase algo, como un guerrero con espada pero sin armadura.

¿Nos puede decir exactamente qué ha pasado para que haya terminado esto así, buen hombre?—añadió inclinándose un poco para susurrarle al guardia.

A ver si ahora había más suerte y el "dragón" no se convertía en la Tarasca o la "demonio" en Malar.

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26/06/2011, 00:03
Rengar

Mientras Galatea hablaba con el guardia, Rengar intentó percibir el mal en dirección a la posada. Quizá no fuese más que un malentendido. Pero primero debía asegurarse de las verdaderas intenciones de la mujer que gritaba tanto.

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26/06/2011, 11:01
Director

La capacidad de detectar el mal es la carga más pesada de un paladín —te había dicho Ser Lodin en una tranquila tarde estival—. Según vayas perfeccionando tu habilidad, te harás cada vez más sensible a la oscuridad que albergan los corazones mortales, cuyas sombras son en ocasiones más negras que las de las criaturas de los Nueve Infiernos. Y entonces serás consciente de que el Mal no es un ejército al que se pueda vencer con una estrategia; podemos combatirlo, pero nunca derrotarlo del todo. Y es una lucha en la que estamos solos.

Y eran esas pequeñas oscuridades las que sentías en aquel momento. El mercader que escatima con la medida de grano, el buhonero que vende recetas mágicas falsas, el campesino que engaña a su mujer. Desde luego no la poderosa presencia de un demonio, que te sería revelada con claridad. Sólo rastros de maldad aislados, confusos, revueltos y poco poderosos.

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26/06/2011, 15:51
Director

El sargento de la guardia se rascó la barba de varios días. Tenía serias dudas sobre si debía informar a unos forasteros sobre los asuntos de la Guardia del pueblo. Pero el montón de cenizas humeantes en el que se había convertido su hombre era bastante persuasivo.

Esta mañana, hemos visto a un dragón rojo sobrevolar la ciudad y creemos que ha anidado en los montes al este. Demasiado cerca de la población. Poco después, nos informaron de que una mujer muy extraña había llegado. Creemos que ambos sucesos podrían estar relacionados. Intentamos detenerla, pero nos atacó arrojando llamas. Vosotros... no la habéis visto, ¡su pelo arde como una hoguera, parece un auténtico demonio!

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26/06/2011, 16:21
Ossian

Pues sí que ha cambiado el cuento del dragón y la dama en apuros —comentó ociosamente Ossian. Instintivamente miró a Rengar. El caballero de brillante armadura también era bastante atípico.

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26/06/2011, 16:59
Galatea

 

Galatea parpadeó levantando una ceja. Vale, no había un dragón en la taberna, pero había un dragón en los alrededores, y para colmo, rojo.

Genial.

No tenía la más remota idea de qué tendría que ver la dichosa mujer con el dragón, igual simplemente era una viajera que había tenido la mala suerte de arribar al pueblo justo unas horas después del avistamiento y aquella turba de humanos paranoicos la habían tomado con ella... aunque lo del "pelo en llamas" era la primera vez que lo oía. ¿Los magos podían hacer aquellas cosas tan raras?  bueno, eso suponiendo que fuera una maga, que ya no sabía qué pensar.

No creía que fuera el propio dragón transformado porque no tenía sentido que se encontrase amenazado allá adentro cuando podía simplemente adoptar su verdadera forma y largarse de allí o aplastar el pueblo como quien aplasta un hormiguero, es más, ¿para qué narices necesitaba un dragón ir a un pueblo?

Aunque, por otra parte, muy inocente tampoco era la mujer, había reducido a cenizas a un guardia así que o tenía muy mal pronto, o la habían "intentado detener" amenazándola hasta el punto de que había tenido que defenderse a tales extremos. A saber. Como sólo uno de ellos cuatro podía hacerse una idea aproximada de por dódne iban los disparos, decidió preguntar.

Rengar... ¿percibes el mal en esa tipa de allá adentro?

Ladeó la cabeza mirando al semiorco con gesto ligeramente confuso. No sabía cómo hacían los paladiens para percibir aquellas cosas, si era voluntario o por gracia divina pero quería asegurarse de que si no lo había dicho fuera porque no lo percibía, no porque estuviera demasiado lejos o algún despiste así.

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28/06/2011, 10:29
Khaila

Al escuchar a aquellos pueblerinos, el rostro de Khaila palideció. No esperaba gloria alguna, pero no estaría mal que fueran algo respetuosos con los forasteros. La guerrera se mordió el labio inferior para evitar soltar algún comentario mordaz. Sintió el deseo largarse de aquel lugar y que se apañaran ellos solos.

Miró a sus compañeros y un suspiro salió de sus labios, sabía que lo último que pasaría por sus mentes sería largarse dejando a aquellas gentes indefensas. Y aunque ella sí que lo deseara, en el fondo sabía que sería incapaz de algo así.

Escuchó como el sargento les advertía sobre la existencia de un dragón rojo que se encontraba relativamente cerca del pueblo, y describía a aquella mujer. Dirigió nuevamente su mirada hacia la entrada de la posada, intentando ver algo a través de la puerta abierta. Desconocía qué podían encontrarse en aquel lugar, pero si había sido capaz de matar a un guardia convirtiéndolo en cenizas, no sería precisamente un campo de rosas...

- ¿Sabéis si la posada dispone de alguna entrada trasera? - Le preguntó al sargento sin apartar la mirada de la posada. 

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28/06/2011, 22:09
Rengar

-¿Un dragón rojo? -preguntó Rengar, rascándose la barba. No es que estuviese pensando, es que le picaba-. No sé si hay de esos por aquí. Qué raro.

Los paladines no tenían miedo, por lo que Rengar no sintió el pánico que cualquier persona cuerda habría sufrido de saber que había un dragón rojo en los alrededores. Pero se inquietó igualmente. No podía vencer a un dragón, a uno rojo menos. Eso estaba claro. No podría proteger al pueblo de su posible ataque, y eso no le gustaba nada. Había descubierto su vocación entrando sin pensar en mitad de un incendio para salvar a la gente inocente que estaba a su merced, pero sabía que el fuego quema. De no ser por Kestrel, aún le supurarían las quemaduras...

-No sé. No siento algo muy maligno. No es un dragón ni un demonio. Creo que es sólo una persona normal. Todo el mundo hace cosas malas, pero no son malos todo el tiempo. Esa mujer no es mala, digo.

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28/06/2011, 22:30
Galatea

 

Galatea negó con la cabeza como si no fuera capaz de encontrarle sentido a todo aquél asunto. Por el grito de antes, había gente dentro de la posada, no podían arriesgarse a irrumpir a lo bestia y si lo que se estaba temiendo era verdad, aquella situación era realmente estúpida.

Espera, Khaila... 

Se volvió hacia el guardia. El caso, es que cada vez estaba más segura de que aquella situación podría haberse evitado de alguna manera, el problema es que era la gente de dentro de la posada quien estaba pagando el precio, tenían que sacarlos de allí de alguna forma.

Disculpe... verá, no he podido evitar reguntarme una cosa—levantó un dedo mientras se mordía el labio inferior como pensando la mejor manera de decir aquello sin que sonase lo absurdo que realmente era— ... pero por casualidad se han fijado en que el motivo por el que han asociado a la mujerde ahí dentro con el dragón es... —hizo una pausa y terminó encogiéndose de hombros—¿nada?

El gesto desconcertado del rostro de la druida daba a entender que no se trataba de una broma, la pregunta iba en serio. 

¿Atacó al otro guardia porque le dio la gana o fue porque se le echaron encima nada más llegar?—añadió, luego levantó ligeramente una mano como haciendo esperar la posible respuesta—Es decir, no estoy excusando nada, pero si es lo segundo... ¿nadie se paró a pensar que igual simplemente es una viajera que ha llegado al pueblo (como cientos de viajeros más) solo que con la dudosa suerte de que fuese justo después de que se avistase un dragón? magos, hechiceros, druidas, clérigos... hay cientos de personas capaces de evocar llamas en el mundo.

No sabía qué diablos entendían por "extraño" en alguienen aquél pueblo, hasta ahora todo parecía producto de un enorme y paranoico malentendido, rezaba para que así fuera.

Y para que cosas como tener el pelo de dos colores no entrase en la lista de "extrañas", se dijo mentalmente con una mezcla de humor negro y resignación.

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29/06/2011, 07:59
Director

Sí, hay una entrada trasera, por la cocina —le explicó el sargento de la guardia a Khaila—. También la tenemos controlada. El problema es que tiene rehenes y amenaza con abrasar la posada hasta los cimientos con todo el mundo dentro.

Tras el discurso de Galatea, el guarda enrojeció hasta las orejas.

P-pero. ¡Le ardía el pelo! Y los ojos le brillan como ascuas, arroja fuego y... ¡llega justo cuando viene el dragón! ¡No puede ser una simple coincidencia!

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29/06/2011, 08:11
Ossian

Parece que las negociaciones con la guardia han llegado a un punto muerto —comentó Ossian al resto—. ¿Entramos allí y echamos un vistazo?