Partida Rol por web

El Camino del Héroe

4. La Ciudad de las Enseñas.

Cargando editor
20/09/2011, 17:59
Ossian

Velarburgo es la Ciudad de las Enseñas —había empezado a parlotear Ossian, poco después de que abandonarais el campamento—. El viajero camina por entre los árboles y las piedras. Pero el ojo no se detiene en una cosa, cuando se da cuenta de que es el signo de otra. Una huella en la tierra indica el paso del lobo, un pantano anuncia una corriente de agua, la flor que ve al margen del camino presagia el fin del invierno. La misma Hachuela es el signo de un señor soberbio que taló el bosque del Cormanthor para enriquecerse con el comercio.

»¡Y finalmente, llega a Velarburgo! —continuaba el bardo, incansable con fuego e ilusión en los ojos, mientras os adentrabais en la ciudad—. Ya la ha visto aparecer en la lejanía, con esa enorme luna de cobre del Templo que representa a Khauntea. Entonces se adentra en ella por calles llenas de otras señales que sobresalen de las paredes. Ve figuras de cosas que significan otras cosas: el martillo indica la casa del herrero, la jarra la taberna, las alabardas el cuerpo de guardia, la balanza el herborista. Se fija en que otras señales advierten sobre aquello que está prohibido: aparcar las carretillas en el callejón, orinar detrás de los puestos del mercado, o lo que es lícito como aquel letrero sobre abrevar los caballos.

»La mirada recorre las calles como páginas escritas: Velarburgo dice todo lo que debes pensar, te hace repetir su discurso,y mientras crees que la visitas, no haces sino registrar los nombres con los cuales se define a sí misma y a todas sus partes.

Os detuvisteis cerca del templo.

Cómo es verdaderamente la ciudad bajo esta apretada envoltura de signos, qué contiene o esconde, el viajero sale de Velarburgo sin haberlo sabido. Afuera se extiende la tierra vacía hasta el horizonte, se abre el cielo donde corren las nubes. En la forma que el azar y el viento dan a las nubes el hombre ya esta entregado a reconocer figuras: un barco, una mano, un dragón...

Ossian sonrió e hizo una reverencia como si hubiera terminado la narración.

Cargando editor
20/09/2011, 18:49
Galatea

Galatea caminaba al lado de Ossian sin interrumpirlo pero escuchando el relato completo. A la elfa le gustaban las historias y los relatos sobre otros lugares pero también le gustaban las impresiones ajenas de los que ya conocía y el bardo definitivamente parecía disfrutar contando la suya.

Una vez hubieron llegado al templo, rió un poco entre dientes y sonrió aplaudiendo suavemente un par de veces.

Desde luego sabes hacer que la gente se proponga fijarse hasta en el más mínimo detalle la próxima vez que pase por algún sitio—dijo—. Nunca había visto Velarburgo de esa forma. Hay aspectos de algunas cosas que ni advertimos hasta que otra persona nos los hace mirar.

Hasta hace poco la druida había ido rogándole a los dioses que cuando volvieran no fuesen a encontrarse medio campamento en llamas pero el relato tan entusiasmado de Ossian había logrado apartar a un lado aquellas preocupaciones.

Nos hacía falta alguien como tú en el grupo—añadió acercándose a la puerta del Templo. Posó una mano sobre la arcada de piedra antes de cruzarla—. A veces se agradece oír algo más interesante que los gruñidos de Khaila ante lo incómodo que resulta deambular por el bosque llevando una armadura.

Separó la mano entonces y señaló al interior discretamete.

He estado más veces aquí, a las hermanas Pastorales les encantan los consejos de un druida cuando tienen alguna duda sobre alguna incógnita agrícola o ganadera—se llevó entonces la mano al rostro con gesto confidencial y añadió en un murmullo—. En realidad en ocasiones parece que me rifasen, pero es una forma eufemista de decirlo.

Por supuesto a ella no le molestaba que dos reclamasen su atención por la izquierda mientras otra la abordaba por la derecha, tenía paciencia de sobra y le gustaba ayudar en eso, pero tal vez el advertirlo evitaría que Ossian se pasara el rato levantando cejas.

Buscamos al hermano Icarus, es un buen amigo desde hace tiempo. Tal vez pueda informarnos sobre el tema de las pociones.

Cargando editor
20/09/2011, 20:17
Ossian

Ossian sonrió como un cachorrillo al que se le hubiera arrojado una galleta.

Gracias, un bardo no es nada sin alguien que esté dispuesto a escucharle —dijo Ossian—. Y algún día, alguien me oirá cantar tu historia.

Ensanchó su sonrisa al oír el resto.

Vayamos a ver a ese Icarus —dijo con jovialidad.

 Ossian: amistad +5

Cargando editor
20/09/2011, 21:32
Director

Al templo se entraba por la Torre de la Luna, un ruinoso dedo de piedra cuyo piso superior había sido arrancado por un furioso dragón de antaño, si uno hacía caso de las supersticiones de los lugareños. Entre la arcada de piedra y las destrozadas almenas se erguía la imponente luna de cobre que relucía con los encantamientos de los Hermanos Pastorales.

Al otro lado del arco de piedra se accedía a las galerías que miraban al gran claustro rectangular. El patio estaba dedicado al cultivo de las frutas y verduras que comían la casi veintena de sacerdotes y guardas del templo, pero también había plantas medicinales y hierbas aromáticas. Las malas lenguas de Velarburgo decían con sarcasmo que allí se almacenaban también todas las monedas que entraban por su puerta. Pero, aunque no podía negarse que era un templo grande e importante, no era menos cierto que los lugareños entregaban sus donativos de todo corazón. Los Hermanos Pastorales reparaban las cercas de las granjas, y regaban, sembraban y limpiaban de malas hierbas los campos de los granjeros y las gentes necesitadas de todo el Valle. Y, al menos hasta ahora, la Gran Madre había utilizado el dinero para reconstruir caminos y puentes, mejorar los sistemas de regadío y colaborar con los leñadores, granjeros y elfos del bosque con el fin de que todos siguieran viviendo en armonía y la tierra continuase regenerándose.

A aquella temprana hora del día los sacerdotes estaban afanándose en los campos. Icarus estaba hablando con un granjero, que escuchaba sus observaciones sobre la siembra del trigo y el mejor momento para segar la mies.

Cargando editor
20/09/2011, 21:51
Galatea

Galatea de vez en cuando echaba una mirada fugaz a alguno de los árboles o seto de planta medicinal. El esmero con el que los y las Hermanas Pastorales cuidaban aquello era encomiable. Ni una sola hoja mustia o fruto marchito.

Cuando localizó a Icarus hablando con el granjero, se detuvo a varios pasos a su espalda y apoyó el peso del cuerpo sobre una piedra, luego se cogió de brazos y esperó pacientemente a que el clérigo terminase su explicación.

Tan dedicado como siempre—dijo una vez el granjero se marchaba a tiempo que sonreía ligeramente—. Estoy convencida de que si el trigo pudiese hablar, te daría las gracias cada vez que lo riegas.

Cargando editor
20/09/2011, 22:02
Icarus Darian

Icarus era un hombre menudo, cuarentón, que llevaba la baja estirpe escrita claramente en el rostro. Se cubría los hombros con una capa de lana verde muy usada y descolorida por el sol, y llevaba un jubón y unos pantalones de color marrón, a juego con su pelo y sus ojos castaños. Tenía la barbita corta salpicada de hebras grises, y llevaba un guante de cuero en la mano izquierda. Sabías que ocultaba un dedo mutilado en esa mano, recuerdo mudo de un accidente cuando recorría los Reinos con la Compañía Caravanera de los Venados.

Eres muy bondadosa conmigo, Galatea —dijo el monje. Iba a agregar algo más hasta que vio que estabas acompañada. Tomó el medallón de Khauntea que llevaba al cuello entre sus manos y se dirigió a Ossian con cortesía provinciana—. Buenos días.

Cargando editor
20/09/2011, 22:16
Ossian

Bienhallado, buen hombre —replicó el bardo con soltura.

Cargando editor
20/09/2011, 22:36
Galatea

Sólo digo la verdad—respondió Galatea levantando ligeramente la barbilla. Luego descruzó los brazos y se terminó de acercar—. Andaran atish'an, amigo mío. Imagino que a estas alturas ya estás al tanto de todo el asunto del dragón, ¿cierto?

Esperó a que el bardo se presentase antes de añadir:

Él es Ossian, va a echarnos una mano con esa criatura.

Antes de formular la pregunta, suspiró ligeramente cuando por un momento se le pasó por la cabeza lo mal que le debía haber sentado a más de un Hermano Pastoral el gesto tan feo que había recibido su suma sacerdotisa. Aunque enseguida apartó aquel pensamiento y lo sustituyó por el hecho de que había ido a preguntarle a Icarus precisamente porque se pasaba la mayor parte del tiempo cuidando entre otras cosas del inmenso repertorio de plantas medicinales. Si alguien podía informarles rápido sobre qué tipo de pociones podrían encontrar en la botica del templo, era él.

Nos preguntábamos si podríamos encontrar algo de ayuda en el templo—explicó—. ¿Podrías orientarnos sobre el tipo de pociones de las que disponéis en estos momentos?

Cargando editor
20/09/2011, 22:56
Icarus Darian

Icarus estrechó la mano de Ossian y se presentó formalmente. Pese a que la mayoría de los clérigos de Faerûn abandonaban sus apellidos cuando se unían al clero, Icarus seguía usándolo. «Es lo único que me queda de mi familia —te había contado un día—, y la Madre Segadora estuvo de acuerdo en que lo conservara.»

La gente está muy asustada con el asunto del dragón —admitió Icarus, poniéndose la mano de visera y levantando la vista al cielo como si esperara encontrárselo allí, volando en círculos como una monstruosa ave carroñera—. Aunque esa mujer con los cabellos de fuego le sigue muy de cerca.

Icarus se encogió de hombros.

Yo les digo que La Madre dispondrá —añadió el sencillo clérigo antes de invitaros con la mano a que lo siguierais a la botica—. La Gran Madre Segadora ha estado redoblando los esfuerzos de los sacerdotes en la elaboración de pociones desde que se enteró de que teníamos un dragón por las proximidades. Pero el problema es que sólo ella puede preparar las pociones más potentes, así que tenemos poca variedad de conjuros de la tercera esfera, algo más de la segunda y casi todo lo que puedas necesitar de la primera. ¿Buscas algo en concreto?

Cargando editor
20/09/2011, 23:19
Galatea

Galatea siguió al monje mientras hablaba.

Supongo que... protección o absorción contra la energía, fuego en concreto—comenzó a enumerar mientras pensaba concienzudamente para no olvidar ningún detalle—. Incluso contra el daño físico creo que también valdría, y alguna poción de vuelo.

Por desgracia, no había pociones que permitiesen lanzar tormentas de hielo. Aun así, puede que mirando lo que tuviesen disponible se le ocurriese alguna idea más.

Cargando editor
21/09/2011, 08:22
Icarus Darian

¿Volar? —Icarus negó con la cabeza—. Eso es algo que hacen los magos, no los sacerdotes. Al menos desde mi limitado entendimiento. Quizás tengas más suerte con...

Cargando editor
21/09/2011, 08:31
Olavia Tsardruyn

El monje iba a explicarte dónde podías acudir cuando La Gran Madre Segadora apareció en la galería. La anciana llevaba la trenza reluciente sobre la túnica del color de las berenjenas, y sonreía plácidamente, envuelta en ese aura de paz que la caracterizaba. Icarus le dedicó una respetuosa inclinación de cabeza cuando se paró frente a vosotros.

Galatea y —su mirada pasó de ti al bardo, y se quedó mirándole a los ojos durante un momento—... Ossian. Sí, el bardo en busca de heroicas gestas que cantar en sus canciones, de la gloria y la inmortalidad de los libros de historia. Se han hecho hazañas increíbles en busca de la gloria, aunque también se han hecho cosas terribles. Para quien aspira a coronar la montaña, no hay término medio entre la cima y el precipicio. ¿Quién serás tú, me pregunto? ¿De los que pasan a la historia por su bondad o por su infamia?

Cargando editor
21/09/2011, 08:40
Ossian

Ossian rebulló inquieto, sin saber muy bien de dónde le había venido todo aquello.

De los primeros, espero —le respondió, aturrullado, antes de dedicarte una mirada de soslayo que era la vida imagen de una súplica de ayuda.

Cargando editor
21/09/2011, 08:40
Olavia Tsardruyn

¡Esperas! —cloqueó la vieja—, eso sí que es inesperado. ¿Y tú Galatea, qué buscas tú?

Cargando editor
21/09/2011, 14:37
Galatea

Volar...  Sí, bueno, me refería a cam... —comenzaba a decir Galatea cuando en ese momento vieron aparecer a Olavia y se detuvo para saludarla un instante—Oh. Andaran atish'an, Madre Segadora.

La anciana le hizo aquella pregunta a Ossian que no parecía estar acostumbrado a un enunciado tan tremendamente largo así que a Galatea le hizo cierta gracia la mirada que le echó.

No tiene nada de malo dudar—le dijo dedicándole una sonrisa sesgada—. Demuestra que no te crees omnipotente y que no quieres caer en el segundo caso por error.

Devolvió su atención a la mujer y la sonrisa no llegó a borrársele pero sí se tiñó de algo de resignación.

Ser merecedora de la fe que depositan en mí—dijo—. Aunque para eso también tenga que pasar por buscar cosas más mundanas. Ossian y yo hemos venido a ver si el templo cuenta con alguna poción que nos pueda ser de ayuda contra el dragón rojo.

Cargando editor
21/09/2011, 19:42
Olavia Tsardruyn

La Gran Madre Segadora esbozó una sonrisa que le acentuó las arrugas de la cara.

Claro, claro —respondió Olavia—. En ese caso Icarus te atenderá estupendamente.

Olavia Tsardruyn ensanchó su sonrisa hasta montar una hilera de dientes torcidos y amarillentos. El aludido hizo una reverencia aún más sentida que la anterior.

Si necesitas alguna otra cosa, ya sabes dónde puedes encontrarme.

La suma sacerdotisa se despidió con un cabeceo y echó a andar. El dobladillo de la túnica caía recto hasta casi rozar el suelo, haciendo desaparecer sus sandalias y dotando a la anciana el aspecto de que se desplazaba flotando a ras del suelo. Ossian la acompañó con la mirada, aún desconcertado.

Cargando editor
21/09/2011, 19:51
Icarus Darian

Es una guía espiritual excepcional, no sé qué será de esta congregación cuando nos falte —dijo Icarus, y se volvió a agarrar el símbolo sagrado del colgante—, quiera La Madre que dentro de mucho.

Cargando editor
21/09/2011, 20:01
Galatea

Lo dices como si eso fuera a impedirle seguir velando por vosotros—respondió Galatea tras despedirse de la mujer y haciéndole a Icarus ademán con una mano para invitarlo a que continuara guiando la marcha—. Mientras sigáis su ejemplo estoy segura que no pasará nada, así ha sido desde hace décadas y así seguirá siendo. Eso es lo que hace que el espíritu conjunto de esta congregación siempre haya sido tan fuerte.

Cargando editor
21/09/2011, 20:09
Icarus Darian

Icarus no parecía tan seguro.

Es un templo grande —objetó el sacerdote, echando a andar por la galería de piedra—, el ejemplo no organiza las tareas de los Hermanos Pastorales, ni pone en orden las cuentas, ni decide dónde ha de gastarse el dinero de las limosnas.

Cargando editor
21/09/2011, 20:14
Ossian

Ossian enarcó una ceja.

Habláis más como un mercader práctico que como un pío sacerdote —comentó el bardo.