Partida Rol por web

- Si en algún momento se sintió provocado por mi, sí debería pedirle disculpas señor Álvarez. Como ya comenté anteriormente, creo que todos hemos pasado una experiencia bastante desagradable y no estamos en nuestro mejor momento social. Lo cual hace que su anterior exabrupto con el género femenino, aparte de el tema del insulto contra mi persona, queden parcialmente excusados, por cierto. No obstante una disculpa por su parte, entre antiguos Primogénitos y aliados, no estaría de más, y cito sus plabras de hace no tanto "sería conveniente hacer piña para poder sacar algo en claro" -.

Cambio mi peso de un pie a otro - Está es la educación que creo que es la correcta, la que creo que beneficia nuestra empresa, y esta es la mano que le tiendo. Espero no estar equivocandome ahora -.

- Mira, cielo, me caes mal. - Dijo sin más el Brujah, sin siquiera pestañear. - Me caes mal tu, así como todo tu jodido Clan, pero pese a ello, tengo que darte la razón en algo. No estamos aquí para ver quién la tiene más larga, así que por mi parte, borrón y cuenta nueva. -

El Vástago se metió la mano en la chaqueta como buscando algo y refunfuñó al ver que no lo encontraba. Se tanteó un par de bolsillos y frunció un poco el ceño.

En realidad la cuestión no era esa. No estaban aquí para medir fuerzas o algo parecido y, aunque Rodrigo pensara que la jodida Toreador necesitaba una buena paliza, ahora tenía cosas más importantes en su cabeza como para meterse en un fregado con la de la lengua viperina. Todas las décadas que pasó "congelado" hicieron que todo lo que tenía en los años cuarenta se fuera a la mierda.

- Intentaré dejar de lado todas mis mierdas hasta que podamos solucionar todo esto. - Concluyó metiéndose las manos en el bolsillo y apretando con fuerza los puños hasta que los nudillos se tornaron blancos.

Morderse la lengua no era uno de sus principales méritos, pero de alguna manera, acalló la bestia interior y pasó página. Algo no muy propio de un Brujah temperamental. Sin embargo, estaba seguro que ya ajustaría cuentas con algunos miembros de su estirpe, y a decir verdad, Sofía no era una de las primeras en su lista.

- Mañana ya tenemos cosas que hacer, por mi parte creo que iré a dar una vuelta por la ciudad. -

Una media sonrisa, mitad forzada, mitad resignada, acompaña mis siguientes palabras - Usted tampoco es mi vecino favorito señor Álvarez, pero esta es la ciudad en la que nos toca lidiar, y como bien dice, tenemos cosas que hacer. Que pase buena noche, ya le veré mañana -.

Una vez que Rodrigo se aleja, doy media vuelta y deshago mis pasos escaleras arriba, es hora de aclarar ciertas cosas...

-- CAMBIO DE NOCHE, TERCERA NOCHE DESDE "EL DESPERTAR" ---

A la noche siguiente, tras pasar el día alojados en el Elíseo, volvéis a encontraros en uno de sus Salones. Aquel salón os recordaba irremediablemente al de vuestra última reunión con el príncipe hace más de siete décadas, debía ser por la decoración. Los gustos del príncipe no parecían haber cambiado con los años.

Me levanto en la pequeña habitación que tengo asignada.

-Debería encontrar un refugio...

Me arreglo un poco y bajo las escaleras hacia la sala en la quedamos encontrarnos. Llevo bajo mi brazo el libro que estuve leyendo anoche, no lo acabe y parece ser temprano, así que me acomodo en un sillón y continuo mi lectura mientras espero al resto del consejo.

-Consejo... Supongo que ya no formamos parte de la primogenitura...

La ciudad por la noche pasa a ser un pequeño gran desastre. Estaba claro que Rodrigo no recordaba mucho de la disposición de lo que era la antigua Valladolid, la de hace 70 años, sin embargo lo poco que recordaba había cambiado por completo. Ya sea por acciones del gobierno, acciones de la Camarilla o del Sabbat, todo lo que conocía se había esfumado, así como sus contactos... todos muertos.

Si en ese momento Rodrigo pudiera respirar, habría soltado todo el aire de los pulmones con un sonoro resoplido.

Cuando regresó a su refugio provisional para pasar el día, estaba desencantado. Aunque más bien, ese desencanto era una rabia un poco contenida por lo poco que conocía todo lo que en este momento le rodeaba. Al Brujah le daban iguales las peleas entre los Vástagos, la Camarilla, el Sabbat o la mismísima Mascarada, pero no le daba igual no ser el rey de las calles como lo era hace 70 años.

Eso si le rompía el corazón. Aún más.

Se tumbó y dejó pasar el día, poniendo la mente en blanco para no tener pesadillas. Esa noche, sería tranquila para él y su mente. Y por un lado, era lo mejor. Ya tendría tiempo de que sus terrores le interrumpan el sueño en las noches venideras.

Cuando despertó tras un "sueño" reparador, se volvió a poner la misma ropa que tenía el día anterior (tenía que comprar ropa nueva) y bajó al salón en dónde habían quedado con sus "compañeros" de aventuras. Arturo era el único que estaba allí por lo que cuando entró no tuvo que soportar tener que saludar al jodido engendro... ni al Nosferatu...

Con un ademán de su cabeza, dio las buenas noches al Vástago presente y se sentó en uno de los sillones que allí había, a esperar.

Levanto la cabeza de mi lectura y observo como Rodrigo entra en la sala, me saluda con un gesto de cabeza y se sienta.

-Buenas noches viejo amigo, ¿Que tal te fue la noche? Espero que nuestros compañeros lleguen pronto, quiero empezar a sentirme util cuanto antes y poner la ciudad en orden será de gran ayuda para todos.

Aún se tocaba el pecho, cada vez que despertaba con la llegada de la noche. Demasiado tiempo con una estaca en ese lugar, tanto que se sentía extraño sin ella. Bien, pero extraño. El día anterior había sido en cierta medida fructífero, pero aún pasaban muchas cosas por la mente del nosferatu, la cual no dejaba de funcionar, como si de pesados engranajes se tratase. Se dirigió con paso abundante al Eliseo. Trás su llegada, buscó con la mirada a alguien. Al divisar a Arturo y a Rodrigo, se dirigió hacia ellos. -Buenas noches-. Hoy no estaba especialmente generoso en su saludo.

Abro los ojos de nuevo. Al frío, a la noche. Al menos no estoy momificada con una estaca clavada en el pecho. Hay que ver la parte positiva de las cosas. Después de la fructífera noche anterior, bajo las escaleras mientras escucho los sonidos que se desgranan en el Elíseo. Unos zaparos de suela de madera que se mueven incansablemente "clac, clac" arriba y abajo. Y los rumores de unos Vástagos que se saludan hoscamente; no escucho aún al bueno de Aurelio, espero verle.

Vestida con unas ropas más adecuadas pero que ni de lejos muestran lo mejor de la mujer de mi figura, desciendo las escaleras y me dirijo a la salade donde provienen los sonidos. - Saludos Antiguos Primogénitos, a esto nos vemos reducidos - giro sobre mi misma con los brazos abiertos - en fin, tenemos trabajo que hacer supongo -.

Buenas noches a los dos. Efectivamente, creo que tenemos trabajo que hacer, deberíamos planificar nuestros próximos pasos. De momento hablar con la jefa de policía, ¿Que más?

Rodrigo se sentía entumecido y se masajeaba los hombros una y otra vez con sus manos. Era una sensación extraña volver a estar despierto tras tantos años y eso le hacía sentir incómodo. Además, la situación en la que se encontraba en este momento, tampoco hacía que se sienta de la mejor manera posible. Pero se había prometido la noche anterior intentar ser un poco más "amable" y volvió a morderse la lengua para no soltar una lluvia de barbaridades delante de los demás.

Sin embargo, la pregunta del Tremere hizo que levantara sus ojos para mirar a los recién llegados y al hechicero mismo, e inclinó la cabeza hacía un lado curioso.

- Recuperar lo que nos han quitado. - Dijo sin más el Brujah. - Necesitamos información y mis contactos o están muertos o simplemente ingresados en un asilo de ancianos. Mis ahorros, probablemente devaluados o quemados, ropa, armas, vehículos, todo. - Se acomodó en el sillón y prosiguió. - No pretendo que en tres noches consigamos la posición que teníamos hace 70 años, pero deberíamos empezar de algún modo a volver a tener algo de poder. -

Sonrío a Rodrigo.

-Buen amigo, esta claro que para poder arreglar algo necesitamos al menos una sombra de lo que teníamos hace 70 años, pero, no creo que el príncipe tenga entre sus planes concedernos demasiado poder. Ten cuidado con el poder que amasas, puede crearte problemas...

Digo bajando la voz.

- Ambos - miro a Arturo y a Rodrigo - tenéis razón. Nuestras facultades personales no bastarán en una liza cotra el Sabbat, ellos tienen esas habilidades también, aparte de otras más mundanas de las que en estos momentos carecemos. Y a ellos no les importan las Tradiciones, ni la Mascarada, máximas en las que nosotros creemos y fundamentamos nuestra existencia. Necesitamos un respaldo en varios sentidos para poder ser eficaces. Con la mesura adecuada, claro está - sonrío brevemente en dirección a Arturo.

Paseo con gesto calculado mientras comento - Necesitamos validar nuestra identidad con documentos cuando menos. Lidiar con el enemigo ya es bastante duro para tener que andar en las sombras todo el rato -. Miro en dirección a Demetrio con gesto afectuoso - Al menos para los que no somos duchos en esas artes, amigo - miro hacia las entradas de la sala - Es posible que Aurelio ya se esté encargando de esos documentos, algo comentó ayer. Una vez tengamos esa libertad, quizás Demetrio podría reconocer el terreno por saber si la visita que tenemos prevista está comprometida ¿qué dices Demetrio? Hoy no estás muy hablador y echamos de menos tu astucia en estas lides -.

- Su falta de respeto hacía la Mascarada siempre ha sido algo favorable para nosotros. - Dijo Rodrigo respondiendo la afirmación de Sofía. - Ellos no se ocultan tras ella como nosotros y digamos que son mucho más visibles ante los ojos de la gente avispada. Por lo menos, no vamos a encontrarnos con los líderes de la manada de buenas a primeras, pero siempre es posible rastrear a los chupópteros menores para llegar a los mayores. -

Después miró a Arturo y sonrió de medio lado.

- No pretendo que ninguno de nosotros llegue a la posición que ostentábamos hace 70 años, pero bien sabes que si el Príncipe necesita de nuestra ayuda, tendrá que proveernos de ciertas "herramientas" para poder desempeñar nuestro trabajo. Así como tampoco podemos ir por las calles de la ciudad en plan "somos los más poderosos" por que nuestro poder hace rato que ha desaparecido, sin embargo, que haya desaparecido no significa que no podamos recuperar un poco del mismo para erradicar al Sabbat de la zona de una maldita vez. -

Demetrio escuchó atento todo lo que los demás comentaban sin mediar palabra. Miró a su alrededor un momento para finalmente apoyar los codos sobre las rodillas y entrelazar los dedos. -Deberíamos ir a dar un paseo. Hoy hace tan buena noche como ayer para pasear y charlar.- Miró hacia las esquinas del techo de la sala como buscando algo. Luego miró al resto con cierto gesto de reproche en esa mirada afilada que ya os era familiar.

Recuerdo lo que ayer comentó el nosferatu sobre los avances de la tecnología y me detengo cuando parecía que iba a decir algo más.

-Si, tienes razón Demetrio. Aprovechemos que podemos pasear una vez más.

Digo mientras me levanto y me pongo el abrigo.

Rodrigo se levantó del sofá y se pasó las manos por sus ropas para aplanarlas un poco. No estaba muy acostumbrado a lo que llevaba puesto, sin embargo, ir por la calle con ropas de hace 70 años y con una camisa con un agujero en medio del pecho era un poco más que bastante llamativo para los que puedan ver al grupo de cuatro personas.

Pero salir del Eliseo era una buena idea.

Si su cabeza no le fallaba, el Nosferatu estaba ansioso por salir de allí y la cuestión era que sus "preocupaciones" podrían ser bastante ciertas. Si hace 70 años se podría escuchar las conversaciones de una persona con micrófonos grandes como una maceta con flores, en esta época lo más probable es que los micrófonos fueran tan pequeños que entraran en un simple botón.

- La noche es jóven, así que salir a dar una vuelta me parece correcto. - Dijo Rodrigo mientras se acercaba a la salida. - El problema es que me gustaría antes de salir, tener una forma de identificación actual. No quiero tener ningún problema con la policía si me piden una identificación y decirle que me la he olvidado en el otro traje. ¿Dónde está Aurelio? -

Demetrio hizo lo mismo que Rodrigo y se puso en pie. -Bien, podemos quedar donde la noche anterior. Es un lugar tranquilo para charlar. Si os parece me voy adelantando para echar un vistazo, en cualquier caso, mientras habláis con Aurelio-. Comenzó a caminar hacia la salida. Parecía no querer demorar aquello mucho tiempo.

De acuerdo entonces, nos vemos allí Demetrio.

Me encamino en busca de Aurelio, o en su defecto un ghoul que lo encuentre por mi.

-¿Me acompañáis?

Aurelio tiene una habitación asignada en el eliseo, sino esta visible en los pasillos o el Salón Principal, "por defecto" podéis encontrarle allí.