Partida Rol por web

- Vamos. - Dijo Rodrigo sin más, y se dirigió al encuentro de Aurelio.

Necesitaban cosas para comenzar a trabajar, y ese era el único vástago que podría conseguirlas.

La otra persona era el Príncipe, pero de alguna manera, Rodrigo no tenía ni las ganas ni el ánimo de volver a hablar con semejante cucaracha.

Comenzó a caminar hacía el Salón Principal, en dónde estaba seguro que encontraría a la persona que estaban buscando. Cuando lo tuviera delante, ya se encargaría de pedirle todo lo necesario para comenzar a elaborar un plan o por lo menos, para poder defenderse.

A punto de dirigirse a su habitación se detuvo para esperaros, imaginando que querríais algo cuando caminabais hacia él en manada. 

- ¿Os puedo ayudar en algo?

Demetrio, salió por la puerta adelantándose, como había mencionado, siempre con ese paso de zancada larga y brío exagerado.

Acompaño en silencio y un poco preocupada a los demás. La idea de que Elena pueda estar observando nuestras evoluciones no me ha resultado nada tranquilizadora.

- Buenas noches Aurelio, queríamos saber qué tienes listo de lo que te comenté ayer, sobre el tema de los documentos y demás -.

Asiente a Sofia

- Esta todo en marcha, como mucho en un par de noches tendréis esas nuevas identidades. Cuentas corrientes, tarjetas de crédito, teléfonos móviles... necesitaría unas fotos aunque todavía estaba pensando como solucionar el tema de Demetrio - obviamente, refiriéndose a su aspecto físico

- Ah, bueno... - Dijo Rodrigo levantando un poco su mano derecha mostrando cierto alivio. -...si es sólo un par de noches podemos esperar sentados en la puerta del despacho del Príncipe para evitar cualquier contacto con los mortales, más que nada para no llamar demasiado la atención y... -

Negó un par de veces con la cabeza.

- Aurelio... ¿puedo llamarte Aurelio? Así, en confianza y entre amigos. - Continuó el Brujah casi sin pestañear. - Sé que tu no estás muy a gusto aquí, yo tampoco estoy para festejar y esas cosas, aún así, le he dado mi palabra a nuestro querido Príncipe que voy... - Miró a los demás presentes. - ...vamos a solucionar su pequeño problema. En otras palabras, tenemos un trato, yo le ayudo, el me ayuda tras cumplir lo que desea. -

Se acercó un poco al Vástago, guardando una distancia de seguridad, y prosiguió con su charla.

- Esperar dos días para una identificación me parece una soberana gilipollez. Pero supongo que podremos mantener el perfil bajo durante dos noches, ahora bien, el tema del dinero... eso es algo que no tiene discusión. Necesitamos dinero y lo necesitamos ahora. Nada de cuentas corrientes, eso a mi me da igual, necesitamos billetes, por no hablar de vehículos, y armas. No me creo que no tengáis un fondo para emergencias, ni vehículos, y mucho menos no creo que no tengáis ni siquiera un arsenal aquí dentro. Así que, me gustaría que nos entregaras un par de fajos de billetes, las llaves de unos coches y algunas armas. Seguro que el Príncipe estará de acuerdo con ello, por lo menos, para empezar a trabajar esta misma noche. -

Aurelio sonríe

- Si crees que el Príncipe va a dar a mi dinero, armas y vehículos... estás muy equivocado. No soy precisamente su hombre de confianza ¿sabes? Estoy aquí "bajo amenaza", de forma temporal... para echaros un vistazo hoy, pero mañana Dios sabe si no me ordene mataros. En cuestiones de dinero tendréis que hablar con él, os puedo invitar a un café pero poco más - asegura - coche solo tengo el mío y armas... mis propias manos. Eso es todo. 

-Bueno seguro que podemos apañarnos un par de noches sin identificaciones, lo de el dinero es un problema, pero también podrá esperar...
Gracias Aurelio, si puede ser mañana, mejor que pasado mañana, y lo intentaremos agradecer.

Digo mirando intensamente al Grangel.

-Será mejor que vayamos saliendo, tenemos cosas que hacer.

- Halla paz, tengo dinero para algo más que pagar un café. Ese no va a ser un problema Arturo, te lo aseguro -. Me dirijo a Aurelio con tono amable y concialiador. - En cuanto al coche, ¿tienes obligaciones o puedes llevarnos? - Me vuelvo hacia el resto, - en caso contrario, hay autobuses hasta las 3 a.m.. siguen algunas rutas por la ciudad, me se algunas, y siempre se puede llamar a un número de teléfono -, saco una libreta en la que busco un poco - ah sí, aquí, para llamar a un coche que te viene a buscar a la dirección que indiques y por un precio te lleva a otra parte. Y si tienes hambre... bueno eso no te lo va a cobrar, pero recomiendo discrección - sonrío finalmente, mientras guardo mi libreta en el bolso y con paso tranquilo cierro la comitiva que sale del Elíseo.

Rodrigo levantó un dedo como para decir algo, sin embargo, simplemente gruñó y bajó la mano en un veloz movimiento para dejarla de nuevo al lado de su cuerpo.

Mal acompañado y sin dinero.

Esto va a ser una fiesta.

Miró a sus compañeros, se puso las manos dentro de los bolsillos y volvió a negar con la cabeza.

No le hacía mucha gracia, ni una pizca, recibir órdenes de la morena, pero nuevamente, ya no sabía cuantas veces, hizo tripas corazón y se calló la boca, para simplemente, seguir a los demás dónde quiera que vayan.

Nos encaminamos hacia el punto de reunión con el nosferatu prácticamente en silencio, parece que todos tenemos cosas en las que pensar.

- No tengo nada mejor que hacer, como queráis - se ofrece

-No se preocupe Aurelio, iremos paseando, entienda que nos parece un lujo poder caminar... Intente mover el tema de las identidades. Gracias de todos modos.