Partida Rol por web

Uno a uno los combatientes victoriosos fueron regresando al punto de inicio a lo largo del dia , a esa gran posada donde comenzara todo. Fijándose antes de entrar vieron que esta vez no había uno, si no dos zepelines atracados  muy cerca.

Apenas habian tenido tiempo de asearse y prepararse para descansar en sus aposentos particulares cuando les molestaron en mitad de la noche. Eran llamados  a embarcarse, algo que estaba previsto justo para el dia siguiente lo que les pareció algo prematuro y raro. Os repartieron entre las dos embarcaciones voladoras y vosotros en particular subisteis a la que poseia una bandera de una Grulla en su mastil.

- "Han cambiado la ubicación del castillo principal, algo esta ocurriendo..." Llegasteis a escuchar de uno de los marineros de cubierta que cuchicheaba con otro como si un rumor de que las cosas no marchaban bien se estuviera extendiendose. Y es que era sabido por todos que esa fortaleza volante, el castillo del Shogun podía viajar por todo el amplio reino; Parecía pues que el viaje tardaria varias lunas en que llegarais al destino.

- Pasajeros de la Grulla Roja, bienvenidos a bordo soy el Capitan Alacorn. Os espera un viaje de dos dias hasta llegar al Castillo. Cada uno y una de vosotros tendrá un camarote y podrá pasear por cubierta, pasillos, salón y la pequeña bodega habilitada para que  podais entrenar . Cocinas, bodega de carga y el puente son excluidos. Cualquier cosa que necesiteis pedirla a uno de mis hombres.

A pesar de la hora no habiais cenado por lo que habían preparado un buffet libre en el salón principal del zeppelin. Uno a uno fuisteis llegando a esa sala y así conociendo con que futuros rivales estabais viajando.

Aun sin haber escuchado aquellas palabras del marinero, Katsu empezaba a sospechar que algo raro pasaba. Pero tampoco podía estar muy seguro de nada, no habiendo conseguido la información que antes había querido.

Sin embargo Katsu decidio que no dejaria ver preocupación o alguna otra emoción por esta noticia, eligiendo parecer desinteresado al contrario de lo que sentía dentro. Dandole la suficiente atención al capitán se fue y sentó en su lugar para comer, asi de paso observaría a los demás contendientes.

En el comedor, despues del discurso del capitan, entro una especie de demonio humanoide, gris y fornido, cola y alas moviendose juguetonas a su espalda, apestando a incienso y azufre, bostezando y estirandose en toda su estatura, adormilado, recogio un poco de cada plato, preferemente salmon y patatas cocidas.

Una vez termino, se puso en el rincon mas lejano al centro de la sala, con la cabeza gacha casi como si no quisiera molestar a nadie. Empezo a devorar, no moviendo la cabeza para arriba, para otra cosa que no fuera ver los demas compañeros de torneo, o ver si habia segunda racion de salmon.

Lo mejor de ese viaje en el roñoso barco volador eran las compañias; No se me había pasado por alto el atractivo capitán y sus marcados abdominales, creo que podría comer el pure en ellos sin usar la cuchara.

Busco ese lugar donde nos han preparado algo para comer y no tardo en encontrarlo, ya hay dos hombres en su interior. Ambos comen en silencio apartados como si no quisieran nada de nadie.

- ¿Que pasa?¿Es esto un funeral?. Digo divertida sin dirigirme a nadie en concreto con la mirada perdida en la comida. Cojo algo de pasta y fruta y me siento en mitad de una de las mesas centrales con el gesto aburrido.

Una imagen vale mas que mil palabras ;

Un hombre apuesto entra en la sala iluminando todo con su sonrisa. Por supuesto, como no, el tio guapo era yo.

- No les hagas caso preciosa, son unos aburridos. Paso de largo con una manzana en la mano para sentarme frente a la mujer de los pechos enormes. Tampoco disimulo demasiado y la vista se me va alguna vez a ese par de tetas enormes. 

- Yagami Ryu. Digo al sentarme frente a ella y guiñándole un ojo.

No se sentía del todo molesta con el cambio, es mas en ese momento casi se sentía con curiosidad de hacia donde se iban a dirigir. Olvidando casi lo acontecido en la villa del norte. Mina se dispuso a observar a los demás contrincantes. Poco que añadir mas que una sutil mirada. Seria divertido ver quien seria su próximo oponente. Tal vez el joven que se deja cautivar por la belleza? O el que parecía mas demonio que persona? Cualquiera le valía.

En ese momento Mina llevaba puesto uno de sus vestidos favoritos, el negro. Perfecto para una noche en las alturas. Al sentarse en la mesa, miro todo lo que estaba servido y solo pudo arrugar la nariz. No probaría ni un solo bocado. Alzando una mano hizo que la atendieran y con una sonrisa dijo. -No esperaras que coma comida humana verdad? Traeme algo digno de mi. Mostrando parte de sus colmillos. -Y apresurate, el hambre no me hace ser amable. Giro la cabeza hacia los presentes.

-Como mínimo no se le a trabado la lengua a todos. Aunque algunos ojos si que se han quedado congelados en algún punto. Quien sabe. Deja escapar una larga risa. -Entretenida la primera vuelta del torneo?

El joven Nigromante sonrió con crueldad cuando escucho las primeras palabras que salía de uno de los otros participantes en aquel torneo. Una mujer grandes pechos y gran hermosura en general. La sonrisa no decreció cuando otro participante hablo solo para insultarlo. “Tu madre no dijo lo mismo cuando le tome por el culo ayer.” Contesto sin verguenza alguna mirando a Ryu.

“Respecto a si esto es o no un funeral...te debo dar la mala noticia que no lo es preciosa.” Comento sirviéndose vino y un poco de cada comida. El joven vestia con largo sobretodo amarillo con simbolos nigromanticos dibujados en este, cuando se dispuso a comer se saco la capucha dejando ver su cabello corto de color verde casi fosforecente y sus ojos dorados.

“Katsu.” Se presento y miro al demonio entretenido con su simple presencia, antes de atender a la pregunta de la que parecia una niña. “Muy entretenida la primera ronda, curioso de saber que hicieron cada uno con sus victimas.” respondio dando una mirada a todos en general.

-La hice pasear desnuda y a cuatro patas por el poblado entero, y luego le obligue que usara su humeda lengua para limpiar mi entrepierna como la perra que era delante de toda una taberna llena de involuntarios y sorprendidos espectadores.- Sonrei divertida, mientras me aproximaba dentro de la sala.- Fue un espectaculo del cual deleitarse, pena que fuera interrumpido abruptamente por uno de los supervisores de nuestro morboso juego de puños enfrentados, sangre sobre arena y humillaciones sobre los vencidos.

Pestaña perfiladas, carmin negro sobre mis labios y luciendo un elegante vestido negro de gala, entre en el comedor, evaluando y examinando a cada uno de mis participantes. "¿Asi que estos son los supervivientes de la primera ronda? Son interesantes a la vista, y traen muchos misterios que resolver, tomando por ejemplo ¿Como demonios habra pasado una cria mas alla de la primera ronda?¿Acaso es un demonio tras un disfraz o ilusion fantasmagorica?" Pense, mirando de reojo la canija, que parecia de todo, menos peligrosa.

-Buenas noches, damas y caballeros, me presento, mi nombre es Violet P.Rose, y espero que el funesto futuro que nos depara, obligandonos a cada uno ser el asesino de uno de los presentes, no impida que disfrutemos de esta deliciosa velada y la compañia mutua.- Me presente formalmente, antes de proceder a buscar entre los platos del menu, sushi y marisco que llenar mi recipiente."¿Tendran palillos aqui?"- No se si lo habreis notado, pero debo preguntar ¿Es que estan tardando en llegar los combatientes restantes, o tan pocos hemos sobrevivido del medio centenar de gladiadores sedientos de sangre que habia al principio de esta epica?

- ¿Aburridos?. Pregunto divertida hasta que uno de ellos se da por aludido y increpa al hombre guapo y vacilón que se sienta frente a mi.

- Me alegra que no sea entonces, sería tremendamente aburrido el viaje. Digo respondiendo a Katsu. Jugueteo con mi cena lentamente viendo las caras nuevas que van entrando. Una chica rubia de aspecto aniñado y otra con el pelo bien corto. Esta última nos cuenta lo que le hizo a su rival y estallo en carcajadas de tal forma que casi me atraganto. - Pobrecilla, ¿No te dio pena?. Yo al mio lo dejé en cueros y hice que se pintara en el pecho con mierda de cerdo " Soy un imbécil". Después le mandé que fuera corriendo por los caminos así y que no parase hasta que llegara al siguiente pueblo.

- Pues si que somos pocas...aunque creo que había otro chisme como este antes de salir de la posada, así que imagino que viajaran los demás en ese.

-¿Pena? Al contrario, querida camarada. La unica pena que siento, es no haber podido jugar mas con ella, antes de embarcar hacia nuestro destino final.- Respondi con una sonrisa a la mujer del parche, riendome levemente. "Un castigo demasiado vulgar para mi gusto, pero entretenido no obstante."- De haber sido derrotada, mi rival hubiera hecho lo mismo conmigo con aterradora simetria, como confesaba de su estupida y maleducada boca, reiteradas veces mientras me miraba con salvaje lujuria. Se podria decir incluso, que mi disciplina le ha servido como una leccion vitalicia, de respetar a los demas como invididuos y no desear cualquier mal en el projimo, que no desees en uno mismo. A excepcion claro esta, de que puedas apoyar esa crueldad y falta de empatia con fuerza tiranica y sangre fria.- Explique, tomando asiento con mi bandeja preparada.- Que no se diga, que servidora no es un pozo de bondad y sabiduria en este multiverso lleno de caos y corrupcion.- Alce las manos, en una mofa de la imagen de una sacerdotisa, aun sabiendo cuan retorcidas y faltas de amor estaban bañadas mis propias palabras.

-¿Y lo demas que?¿Alguna fascinante anecdota de como humillasteis y usasteis a vuestros queridos trofeos de arena?- Pregunte, inclinandome hacia delante con las manos cruzadas. Adoraba oir historias, y cuan mas oscuras mejor, y de los que aun no habian dicho nada, el hombre capucha y simbolos tenebrosos junto el demonio, prometian satisfacer mis gustos.

Largo una desagradable carcajada luego de escuchar la historia de Violet y la mujer del parche. “Fue una hermosa elección la de ambas.” Les felicito antes de tomarse un sorbo de su vino.

“A la mia que era una sacerdotisa, la hice desnudar y que me contara su pecado secreto. Consiguiendo que me contara que le gustaba masturbarse en los cementerios…”dijo riendo un poco al recordar aquella confesión y el rostro de la mujer al darse cuenta de lo que habia dicho. “Aprovechando que la lucha ocurrió en un cementerio, le pedi que me mostraba como lo hacia. Luego de disfrutar un buen rato de su humillación frente a los espíritus del lugar, termine cogiendola encima de la tumba donde habia elegido sentarse. Fue una lastima que no pude hacer nada mas, porque fue interrumpido de la misma forma que como con Violet.” Les relato no escondiendo su desagrado ante la interrupción que habia sufrido, pero el momento lo habia disfrutado igual.

“Supongo que tenemos distintos gustos...” Dijo encogiendo sus hombros ante la respuesta que le habia dicho la mujer del parche.

Un claro ejemplo de lo que podía ocurrir si uno perdía, ademas de jactarse de la fuerza de uno mismo y sus posibilidades. -Una lastima no tener una historia tan apasionante como las vuestras. Cuando vencí, después de haber sido una arrogante, vestí a la perdedora con un bonito traje de doncella. No me gusta divertirme a la luz del sol, iba a esperar a la noche a que aprendiera la obediencia que tendría a partir de ahora. Mina pasa una de sus manos por uno de los cuchillos de la mesa, pero no lo coge.

-Me interrumpieron como al resto, no aproveche tanto el tiempo y ahora mismo estoy hambrienta. Una gran lastima, sin duda. Mina alza la mirada y mira a lo que serian sus enemigos pero por el momento su única compañía. -Que modales los míos, Mina Tepes. Las presentaciones son fugaces y interesantes, si están acompañados de vuestras hazañas mucho mas. Que degenerado juego haréis al próximo que pierda? Sinceramente, el aprovecharme de mis victimas no esta en mi naturaleza, con que obedezcan a mis deseos es mas que suficiente.

Creo que mi madre no es sacerdotisa, por tanto, no pudiste cogerla. Digo mientras doy de mordiscos a la manzana, levantándome con toda calma de la mesa, en dirección al nigromante... y parándome frente a él, solo atino a decir en voz baja, pero audible para todos-Abra cadabra- escupiendo las pepitas de la manzana en el rostro de Katsu.

"Me gusta su estilo, creo que en otro lugar y otro momento, podriamos haber sido buenos aliados." Pense, al oir con sumo gusto el relato del hombre encapuchado, mordiendome levemente el labio, pensando cuanto me hubiera sido ser testiga del tal humillacion.

Entonces, interrumpio el otro varon, y se puso a escupirle de manera ofensiva el contenido de su postre. Maleducado y vulgar, cuanto odiaba esa clase de invididuos.

-No caigas en sus provocaciones.- Le avise a Katsu, brazos cruzados y sin intervenir mas alla de mis palabras.- Cualquier carta que muestres ahora, es una ventaja que le das a tu futuros rivales en un futuro.

"No deberia aconsejarle, parece el mas peligroso de todos sin contar el silencioso demonio, pero tenia ganas oir futuras historias suyas despues de nuestra segunda ronda." Reflexione, aunque no revele para nadie que no fuera yo misma.

“Crees? Te puedo asegurar que cuando estaba conmigo gritaba el nombre de los dioses muy seguido y les agradecía con total alegría mi presencia. Así que supongo que era una sacerdotisa finalmente.” Le provoco mientras el hombre se acercaba para ponerse frente suyo y con unas palabras que no comprendía su relevancia le escupía pedazos de la manzana de que había estado comiendo.

Su ofensa si bien lo hizo enojar, no lo mostros dejando que una sonrisa siniestra se formara en su rostro. Por poco y habría contestado de una forma bastante brutal al guerrero si no fuera por la intervención de Violet. “No te preocupes, tendrá que ser más creativo con sus provocaciones para hacerme enojar.” Comento mientras usando una servilleta cercana se empezó a limpiar. “Te preguntaría si tu madre no te enseño modales en la mesa, pero ambos sabemos que ella estaba demasiado ocupada estando arrodillada para ocuparse de vos.” Siguió provocando al guerrero, que ese momento se había vuelto su objetivo al cual haría sufrir por su osadía.

Movio su mirada a la que parecia una chiquilla (Mina). "No es tanto humillarlos, como mostrarles lo que verdaderamente son." le corrigió con un tono divertido.

Ya veremos... digo con un dejo de tranquilidad, mientras observo a la chica que ha intervenido en la conversación. Doy un nuevo y final mordisco a lo que resta de manzana -Ya veremos- susurro al final, caminando de vuelta a la mesa.