Partida Rol por web

El hechizo de la casa Corbitt

Acto II

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25/01/2015, 23:13
Narrador

El silencio mortal de la noche llamó la atención del profesor. El viento no silvaba, los grillos no cantaban. El tiempo parecía haberse detenido tanto en la casa como en el exterior, ni siquiera la arcana madera de la casona crujía por el cambio de temperatura. Sin embargo, Nicholas estaba decidido a acabar con aquella locura de los supuestos sucesos paranormales de la mansión, y aquel nimio detalle no le impediría seguir investigando hasta la última estancia para asegurarse de que nada fuera de lo normal sucedía allí.

Notas de juego

Continuamos. Siento profundamente el desproporcionado retraso, pero me cuesta sincronizar los hilos a través de la web, y para colmo (como sabes), tengo poco tiempo para dedicarle a Umbría.

 

Dime a qué estancia te diriges.

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25/01/2015, 23:22
Narrador

Los rayos del amanecer, filtrándose a través de las polvorientas persianas de su apartamento, despertaron a Arleen. Pequeñas partículas y motas de polvo procedentes de la moqueta (y el poco tiempo del que disponía para limpiar) flotaban en los halos amarillentos que se proyectaban sobre la cama, indicando que un nuevo día comenzaba, un día que podía dar mucho de sí en la investigación de la periodista.

Notas de juego

Continuamos. Siento profundamente el desproporcionado retraso, pero me cuesta sincronizar los hilos a través de la web, y para colmo, tengo poco tiempo para dedicarle a Umbría.

 

Dime a dónde te diriges.

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25/01/2015, 23:25
Narrador

La noche alcanzó a los dos investigadores cuando iban de camino a la casa, a la que no tardaron en llegar debido al poco tráfico a esas horas. Mientras el chófer de Rutherford conducía tranquilo, pudieron observar ambos el vecindario. La mayoría de la gente que vivía en el barrio antes de la Gran Guerra ya se había mudado o había fallecido, las casas decimonónicas habían sido sustituidas por nuevos edificios de oficinas y comercios, y la casa de Phillips, con su patio frontal cubierto de malas hierbas, era ahora la única residencia privada de toda la manzana.

El chófer aparcó el coche en la misma calle Baker, a sólo un par de edificios de la citada casa. No había nadie más en esos momentos en la calle. El cielo estaba nublado, y parecía que fuese a llover de un momento a otro. Aunque bien pensado, eso podía decirse de casi todos los días en aquella época del año. El silencio mortal de la noche llamó la atención de los investigadores: el viento no silvaba, los grillos no cantaban.

Notas de juego

Continuamos. Siento profundamente el desproporcionado retraso, pero me cuesta sincronizar los hilos a través de la web, y para colmo, tengo poco tiempo para dedicarle a Umbría.

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29/01/2015, 17:21
Prof Nicholas Feynmann

El profesor se puso en pie, alterados sus nervios por la lectura de aquel texto infame, mientras pensaba en abandonar aquella casa marchita en el menor tiempo posible. Se había propuesto echarle un vistazo a las estancias, abandonada ya la idea de quedarse a dormir allí, y luego quizá buscar un teléfono con el que pedir un taxi, o directamente salir y buscarlo en la calle. Con pasos deliberadamente calmos, Nicholas atravesó el salón en dirección al comedor, y luego hacia la cocina, para tomar las escaleras e inspeccionar el segundo piso.

Notas de juego

Pues eso, exploro en este orden: comedor-cocina-escalera. Si algo me llama la atención, me detengo a inspeccionar con más cuidado.

En particular, me fijo en si hay algún teléfono.

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30/01/2015, 11:50
Arleen Veltron

Un té caliente me ayuda a despertar de una noche pesada, donde no acabé de descansar bien. Resoplo al ver el estado de mi propia casa, pero siempre prioricé mi trabajo sobre mi vida personal...Un error quizá...El tiempo dirá.

Me como una última galleta antes de comenzar a vestirme y acicalarme un poco. La edad se nota en mi rostro pero no es motivo para arreglarse lo suficiente y dar una buena imagen, lo cual puede abrir algunas puertas.

Cojo el bolso y una de las cosas más importante: mi agenda de notas. En una de las hojas tengo la dirección del manicomio de Roxbury.

 

Notas de juego

Al manicomio pues.

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04/02/2015, 23:58
William Rutherford

Mientras el coche transitaba las cada vez más desiertas calles William miraba por la ventana el ánimo del barrio donde se encontraba la casa de los Macario. No se sentía cómodo con la presencia de Louis en el auto ya que no eraba acostumbrado a tratar con gente de esa clase social. Por supuesto, todo el mundo ve vagabundos y pedigüeños por las calles frecuentemente, pero una cosa es soltar unos centavos y seguir andando y otra muy distinta llevarlos el tu coche, más que como invitados, como compañeros de trabajo.

En cualquier para sí mismo reconocía que Louis había encontrado información crucial y que podría ser de gran ayuda en este trabajo. Solo esperaba que se comportase adecuadamente.

Al llegar al lugar dio las gracias y despidió por el día, diciéndole que llamaría por teléfono si necesitaban algo antes pero que si no pasaría a recogerle a las 9 de la mañana del día siguiente.

Cuando los faros del coche se perdieron por la esquina de la calle miró a los costados y se extrañó de la implacable quietud que gobernaba el lugar, sin el menor ruido, sin el ruido de la corriente de las, ni los pequeños animales que gustan de salir por la noche a la ciudad que por el día les relega a la oscuridad de sus guaridas. Se ajustó la chaqueta tratando de reafirmar su seguridad y cedió el paso a su compañero haciéndole un gesto con la mano para que avanzara primero.

- Después de usted. Estoy impaciente por empezar a inspeccionar el lugar.

Notas de juego

No te preocupes... yo también ando fatal estos últimos días.

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09/02/2015, 14:05
Narrador

Los investigadores no tardaron en darse cuenta de que la puerta principal estaba cerrada con candados. Desde luego, no era el primer candado que Louis veía, y pudo darse cuenta rápido de que eran ni más ni menos que lo que parecían cuatro cerrojos viejos (pero aún resistentes, a pesar del óxido) los que impedían el acceso por la puerta principal. Lo extraño es que los cerrojos estaban colocados desde dentro...

Las ventanas, tapiadas también desde el interior con tablones de madera, no permitían ver qué se ocultaba en el interior de la casa. Sin embargo, bastó un pequeño paseo para darse cuenta de que una puerta en el lateral de la casa daba acceso a la misma. La puerta había sido derribada por la fuerza hacía poco...

El interior hedía a cerrado, a polvo y a humedad. Estaba demasiado oscuro ( sólo la luz de la luna, que entraba a través de la puerta recién abierta, iluminaba la habitación, haciendo notar las motas de polvo que flotaban en el ambiente, moviéndose lentamente, como en un siniestro baile), y no tardaron el parapsicólogo y el buscavidas en descubrir de dónde venía aquel olor a humedad: el suelo de la habitación estaba totalmente embarrado. En un viejo perchero colgaban sombreros, abrigos y paraguas, cubieros de una gruesa capa de suciedad. En una esquina se amontonaban unos cuantos sacos de carbón para estufa.

La única puerta de salida estaba justo al otro lado de la habitación, enfrente de por donde habían entrado. Un tenue luz iluminaba el pasillo...

Notas de juego

Avanzo un poco rápido para agilizar la partida.

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09/02/2015, 14:11
Narrador

Fue el ruido de unos pasos lo que alertó al profesor de la presencia de alguien en la casa. Portando la vela, salió al pasillo y se acercó a la habitación embarrada por la que entrara a la mansión hacía unas horas. No cabía duda, el crujir de la madera indicaba que al menos una persona se acercaba, despacio, a su posición...

Y cuál fue la sorpresa de todos cuando el parapsicólogo William Rutherford y el mendigo Louis fueron a topar con Nicholas Feynmann, en la oscuridad.

Notas de juego

Avanzo un poco rápido para agilizar la partida.

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09/02/2015, 22:44
William Rutherford

Al acercase a la entrada principal William se quedó mirando curioso los candados primero y luego las protecciones que tenían las ventanas. A primera vista se diría que alguien (o algo) que vivía en el interior no quería ser molestado.

Pensativo reflexionó que la única llave que les había dado su empleador de poco serviría con tantos candados, pero dedicó unos segundos a examinar los bloqueos, debían llevar poco tiempo allí, si no habrían sido alertados por el Sr. Phillips.*

Tras el vistazo a los artilugios se irguió de nuevo y se dispuso a dar un rodeo para ver si había otra entrada.

Cuando entraron por la puerta lateral William no pudo evitar taparse la boca con la mano tratando de contener el mal olor, pero pronto se recompuso y analizó el lugar donde estaban.

Al ver la tintineante luz acercarse por el pasillo sus nervios se pusieron en tensión, tragó saliva mientras agarraba su bolsa de mano recordando que llevaba allí su arma, pero todo quedó en un susto cuando fue el rostro del profesor asomarse por el pasillo.

Se recompuso del pequeño susto, amonestándose interiormente por no mantener la templanza, y saludó cortésmente.

- Buenas noches profesor. Espero que no le hayamos molestado. ¿Alguna... - se detuvo unos segundos buscando la palabra adecuada - incidencia? ¿Sabe si la señorita se ha acercado al lugar?

- Tiradas (1)

Notas de juego

* ¿Los candados están viejos o nuevos? ¿Alguna pista con la habilidad de descubrir?

Avanzo un poco rápido para agilizar la partida.

no hay problema... íbamos a llegar seguro a lo mismo y además debe ser un dolor de cabeza lo de tener 3 grupos para 4 personjes XD

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11/02/2015, 12:52
Prof Nicholas Feynmann

El profesor se sobresaltó en primer término al escuchar la voz de William, aunque luego suspiró aliviado al comprobar que se trataba de él, y del mendigo. Agradecido de volver a contar con compañía en aquella casa lúgubre, saludó a los recién llegados con más entusiasmo del que mostrara horas antes, al ser contratados por su amigo, el señor Doodley.

- Al fin han llegado ustedes. - dijo, con la voz aún entrecortada - Me alegro de verles. De la señorita no sé nada, salvo que no se ha acercado por aquí en toda la tarde. Tampoco he podido hallar nada extraño, salvo este diario - extrajo el desvencijado cuaderno del bolsillo de su chaqueta - el cuál narra todo tipo de horrores relacionados con una secta, la cual, al parecer, fue lugar de acogida del antiguo dueño de esta propiedad, el señor Corbitt.

El profesor dejó el diario sobre la mesa del salón, por si los recién llegados deseaban hojerarlo.

- Le sugiero que no lo lea en profundidad ahora, o no podrá dormir. - advirtió - En este momento me disponía a terminar de inspeccionar la casa y pedir un taxi para marcharme. Pueden acompañarme, si lo desean.

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11/02/2015, 16:24
Narrador

Notas de juego

Dejo el mapa de la planta baja para los recién llegados. Habéis entrado por la habitación 3. El profesor proviene de la habitación 4 (el salón), y ahora mismo estáis en el pasillo.

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23/02/2015, 23:20
William Rutherford

- Si me permite el diario. Lo leeré en cuanto tenga ocasión.

Dice Rutherford y ojea ligeramente el diario principalmente para hacerse una idea de la fecha en la que el tal Corbit habitaba el lugar.

Después de echar un vistazo al manuscrito y levantó la vista para situarse en la casa y preguntó:

- ¿Qué habitaciones ha examinado hasta este momento? Me gustaría acompañarle pero preferiría echar un vistazo a toda la casa antes, si no le molesta.

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24/02/2015, 10:38
Prof Nicholas Feynmann

El profesor tendió el diaro al señor Rutherford para que lo examinase si así lo deseaba.

- Hasta ahora he inspeccionado tan solo el piso de abajo. - replica - Como ya le he dicho, pretendía terminar de visitar la casa antes de marcharme, así que creo que estamos de acuerdo. Vayamos, cuanto antes completemos esta cuestión, antes podremos marcharnos a un lugar menos desagradable a descansar.

Dicho esto, el profesor se dispuso a terminar de registrar las habitaciones del piso inferior para así poder comenzar con los pisos superiores.

Notas de juego

Por abreviar: me quedan por registrar la cocina y el comedor, aparte del piso de arriba. En el resto de habitaciones todo lo que he encontrado es el viejo diario.

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25/02/2015, 22:20
Narrador

Además de que la distancia que separaba al psiquiátrico de Boston no era demasiada, el hecho de que las carreteras estuvieran casi vacías no hizo si no acortar aún más el viaje. El taxista se mantuvo en silencio, haciendo la situación algo tensa. Sin embargo, pronto dieron con su lugar de destino: el sanatorio.

El taxista se quedó aparcado a la sombra de un ciprés, en el coche, esperando que la visita llegara a su fin, y la periodista cruzó a solas la puerta principal del psiquiátrico. Una monja, la hermana Mary, hacía las veces de recepcionista, y su rostro mostró extrañeza cuando la mujer preguntó por los Maccario.

-Pobre familia... ¿Sabe? Es extraño... Nadie ha venido a verles desde que llegaron, ni siquiera sus hijos. Cosas de la familia, creo, para protegerles. Hasta ayer, cuando una... "curiosa" pareja vino a verles. Uno de ellos parecía un hombre respetable, bien vestido, elegante, mientras que el otro parecía un mendigo. Dijeron algo sobre un papeleo de las herencias... ¿Viene también usted por ese tema? En cualquier caso les acompañará un enfermero, por su seguridad. En principio, el señor y la señora Maccario no deben ser peligrosos, pero ya sabe cómo son este tipo de enfermedades. Espero que tanta visita no les haga más daño a esas pobres ánimas...

La mujer se quedó esperando una respuesta antes de hacerle pasar.

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26/02/2015, 10:05
Arleen Veltron

Noto la tensión de mi chófer de hoy en el vehículo, pero agradezco el silencio reinante, que me facilita el pensar y reflexionar en la investigación, por llamarlo de algún modo.

- Enseguida vuelvo, gracias.- Le digo al taxista.

Siempre he dicho que la mente humana juega un papel fundamental en la percepción de las cosas. El saber que este lugar es un manicomio hace que el ambiente que se respira esté enrarecido y te provoque una tensión inexplicable a la par que estéril.

Cruzo el umbral de la puerta y me atiende una monja, personas con las cuales no comparto su modo de vida pero que respeto por sus labores para con los más necesitados.

- Buenos días hermana.- Saludo.- Me han comentado que aquí reside la familia Maccario...

Escucho con atención lo que me comenta. ¿Un hombre bien vestido y un mendigo? Creí que estarían en la mansión Corbitt...

- ¿Y le comentaron algo más esa "extraña" pareja?- Intento saber qué descubrieron a través de la monja. La vena de periodista aparece sin quererlo al sentir como si me hubieran adelantado y quitado una exclusiva.

 

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26/02/2015, 11:29
Hermana Mary

-Parecían bastante interesados en leer los informes de los Maccario -dijo la mujer-. Pero, por supuesto, nadie puede acceder a ellos sin una orden judicial. Incluso pidieron una entrevista con el director del centro, supongo que para pedírselos personalmente... Sin embargo, nuestro director está fuera de la ciudad. Regresa de un congreso de psicología en Baltimore, pero según me ha contado la telefonista, se encuentra retenido por un corte en las carreteras a causa del mal tiempo.

La hermana Mary hizo sonar un timbre que había sobre el mostrador, y continuó charlando. Parecía adorar las visitas, y no era de extrañar. No debía tener mucha conversación a diario, y las que tuviera no debían ser demasiado agradables.

-Los señores Maccario se encuentran bien, muy tranquilos -continuó la Hermana- a pesar de... Ya sabe, su condición. Ayer se pusieron bastante nerviosos tras la visita, así que habrá de tener cuidado -apareció un enfermo, a la llamada del timbre, quien acompañaría a Arleen a ver a los Maccario- La señora Macario es encantadora, no alcanzo a entender cómo alguien tan bueno puede acabar de esta forma... -se santiguó entonces, mirando al techo-. Supongo que no tenemos por qué entender el plan que el Señor tiene para cada uno de nosotros.

Notas de juego

Puedes seguir hablando con la hermana Mary si quieres, o directamente entrevistar a la familia.

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02/03/2015, 00:22
William Rutherford

- Deme un minuto para mirar las habitaciones que ya ha registrado y le acompañaré con el resto del registro.

William se asomó a las salas que ya había estado el profesor para descartar que se le hubiese pasado algún detalle. Un vistazo rápido, pues no quería hacerle esperar demasiado a Feynmann, pero siempre era conveniente que alguien más revisara cada lugar.

Cuando acabó volvió con el profesor y le acompaño con el resto del registro.

- Tiradas (1)

Notas de juego

dejo una tirada para ver si encuentro algo en las habitaciones y luego acompaño Nicholas.

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02/03/2015, 10:41
Narrador

El parapsicólogo pudo echar, desde el pasillo, un vistazo para hacerse una idea de la estructura de la casa. Como persona estudiosa y meticulosa que era, no dudó en numerar en su cabeza las habitaciones, e ir más o menos en orden. Comenzó explorando la habitación adyacente a aquella por la que había entrado*, encontrándose con un viejo trastero. Ancianos y desvencijados por el paso imparable del tiempo, no tenían otra utilidad aparente que ser destrozados y utilizados como combustible para la estufa.

Abandonó de nuevo la habitación para salir al pasillo, dirigiéndose a la habitación contigua**, pues había decidido explorar en primer lugar las habitaciones de aquel ala del pasillo, para luego hacer lo propio con las del lado opuesto. No sabía la función original de aquella sala, pero parecía ser otro trastero. Estaba lleno de cajas y trastos, como un viejo depósito de agua oxidado y una vieja bicicleta, también corroída por el óxido y el tiempo. El polvo era abundante en la habitación, tanto que provocó alguna tos en el (ya no tan joven) señor Rutherford. Dispuesto a abandonar aquel pozo de basura que era la habitación, justo antes de abandonarla, algo llamó su atención. En la parte derecha de la habitación, había un viejo armario abierto junto a unos tablones en el suelo. El armario había sido tapiado, igual que las ventanas, pero el señor Feynman debió haberlo abierto aquella misma tarde.

William se dirigió al salón***, donde no encontró si no todo tipo de muebles y objetos corrientes, como una radio, un sofá y sillas anticuadas (y alguna carcomida), junto a estanterías llenas de baratijas. Un candelabro, en el que ya no quedaba ninguna vela y del que probablemente hubiera sacado la suya el profesor, adornaba la mesa. Un vistazo en la oscuridad bastó al señor Rutherford para observar la inusual cantidad de crucifijos, vírgenes y todo tipo de parafernalia religiosa que adornaba el salón.

Notas de juego

*Entraste por la habitación 3 en el mapa, aquí me refiero a que exploras la habitación 2.

**Habitación 1 en el mapa.

***Habitación 4 en el mapa.

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02/03/2015, 10:46
Narrador

Tras espacio de unos minutos, el señor Rutherford regresó proveniente del salón junto a sus compañeros de investigación. El hombre volvía con las manos vacías, y es que al parecer no había dado con nada. Al menos, nada que no hubiese visto ya el profesor Feynman.

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02/03/2015, 22:24
William Rutherford

- Muy bien, ya estoy listo. Podemos continuar con el resgistro. Doctor, le sigo.

Dijo tras examinar las habitaciones por las que había pasado el profesor. Quería asegurarse que no se pasaba ningún detalle y ahora parecía tener toda la información necesaria para proseguir con la investigación.