Partida Rol por web

 No tienes que andar mucho para llegar al salón. Es un ejemplo más de estos edificios de piedra tosca y escasas aperturas que hay repartidos por todo el imperio, hay un enorme espacio lleno de mesas bastas con bancos donde os sentáis para comer el poco rancho que os suelen dar. Al fondo hay una larga barra hecha de piedra con unos cuantos tabuertes donde suelen sentarse los snagas cuando no están durmiendo o en uno de los dos turnos de guardia diarios.

 En estos momentos apenas hay alguien, tan solo escuchas algo de ruido que procede de las cocinas...

 Cruzas la plaza en dirección noroeste donde se encunetra el peculiar edificio destinado al harén. Es un edificio con un gran cuerpo central del que salen cuatro alas, una de ellas es la de acceso, uniendo las cuatro alas hay un muro sólido de piedra de más de dos metros y medio de alto, lo que representa unas tres veces un trasgo medio. Visto desde fuera parece algo así como una prisión...

 Al llegar te encuentras con un guardia ataviado con el equipo reglamentario. En un inicio cunado te acercas corriendo se pone en medio de la puerta, en actitudo marcial, pero a medida que te acercas y te reconoce ves que se echa a un lado mientras te lanza una mirada de envidia mal disimulada.

 - Imagino que a por el premio, no?- Dice el snaga con cara de rabieta.- Tengo órdenes de franquearte el paso. Puedes... pasar sin llamar.

 Viendo que Grolm se lanza corriendo en dirección al harén te apresuras tú también para ir a los baños, corriendo como alma que lleva el demonio. Cruzas medio pueblo hasta la zona del circo y los pozo de los esclavos.

 Sin pararate a mirar te internas dentro donde hay algunos barreños y unos barriles que continen agua...

Un simple asentimiento con la cabeza es todo lo que recibe el portero por respuesta pues la mente de Grolm está totalmente concentrada en el premio que le espera en el interior del edificio.

Cuando ha entrado unos cuantos pasos de repente se para

Espero que a Lerb no se le ocurra mandarme llamar mientras estoy... noooooo, seguro que no jijiji

Sin embargo no tarda mucho en volver a caminar con la estúpida sonrisa en la cara..

 Cuando te adentras en la antesala te encuetras con una trasga... te da un subidón, pues por lo general vosotros, los varones del montón no las veís jamas pues estas viven confinadas en este edificio, donde hacen confeccionan las prendas con las que se viste el pueblo, normalmente hechas con pelo de cabra. Y también están aquí para hacer el trabajo que se espera de las hembras, nutrir el clan de una fuerte descendencia. Cuando las hembras envejecen demasiado como para traer más trasgos al mundo se van al orfanato donde aprenden de las más viejas como educaros para que cuando sea el día sepáis todo lo que deba saber un trasgo.

 Así pues la visión que tienes delante es algo sobrecogedor...

 Ves como parece alegrarse de ver un rostro nuevo en el harén y se te acerca a ti ronroneando... Poco después estás en una ala del edificio en un lugar todo llendo de jergones, retozando en un mar de euforia, cumpliendocon tu deber de macho.

Me acerqué a aquellos barrenos y los miré, pero si algo había aprendido de todo eso que no había llegado a comprender era que el agua que teníamos estaba mala.

- ¿ Y si me meto dentro y enfermo? - Pregunté asomando la cabeza a los barreños a ver si se veía algo malo en ella. - Luego vomitaré y estaré malo.. que aquí sólo han enfermado mis compañeros y los que usaban las mismas cosas que yo..

Era un poco raro sí, pero había llegado a una conclusión yo solo y no me apetecía mucho enfermar. Que la mierda no me iba a matar ya lo tenía claro, porque sino hacía años que habría muerto.. pero el agua..

Negué con la cabeza y arrugué la nariz y me fue de ahí a donde las hembras... si querían que me lavaran ellas..

 Deshaces el camino hacia los barracones de los matasanos y cruzas la plaza en dirección noroeste donde se encunetra el peculiar edificio destinado al harén. Es un edificio con un gran cuerpo central del que salen cuatro alas, una de ellas es la de acceso, uniendo las cuatro alas hay un muro sólido de piedra de más de dos metros y medio de alto, lo que representa unas tres veces un trasgo medio. Visto desde fuera parece algo así como una prisión...

 Al llegar te encuentras con un guardia ataviado con el equipo reglamentario. En un inicio cunado te acercas corriendo se pone en medio de la puerta, en actitudo marcial, pero a medida que te acercas y te reconoce ves que se echa a un lado mientras te lanza una mirada de envidia mal disimulada.

 - Imagino que a por el premio, no?- Dice el snaga con cara de rabieta.- Tengo órdenes de franquearte el paso a tí también. Puedes... pasar sin llamar.

Me detuve no se por qué delante de aquel guardia, ya que con mi nueva armadura lo abasallaría y le pisaría la cabeza al pasar por encima de él para ir a buscar a las hembras, de eso no había duda.. ya no me acordaba de la última vez que había tenid barra libre con una y estaba muy necesitado de cariño..

Asentí cuando dijo lo del premio, pero no me di cuenta de que me miraba mal ni de que tenía esa envidia, así que sin darle las gracias ni nada, me despedí vagamente de él para drigirme al interior del edificio.

- Hasta luego.. - Fue todo lo que dije.

 Cuando te adentras en la antesala te encuetras con unas trasgas... te da un subidón, pues por lo general vosotros, los varones del montón no las veís jamas pues estas viven confinadas en este edificio, donde hacen confeccionan las prendas con las que se viste el pueblo, normalmente hechas con pelo de cabra. Y también están aquí para hacer el trabajo que se espera de las hembras, nutrir el clan de una fuerte descendencia. Cuando las hembras envejecen demasiado como para traer más trasgos al mundo se van al orfanato donde aprenden de las más viejas como educaros para que cuando sea el día sepáis todo lo que deba saber un trasgo.

 Así pues la visión que tienes delante es algo sobrecogedor... de fondo, en alguna habitación cercana sientes algunos jadeos.

 Ves como parecen alegrarse de ver un rostro nuevo en el harén y se te acerca a ti ronroneando... Poco después estás en una ala del edificio en un lugar todo llendo de jergones, retozando en un mar de euforia, cumpliendo con tu deber de macho. Con la armadura repartida a cachos aquí y allá y un par de hembras haciendote diabluras y requiriendo sus atenciones.

No me podía creer que existieran aquellas hembras y no entendía por qué las tenían ahí encerradas con lo que me gustaban todas, es más, todas todas.. así que me dejé arrastrar a donde ellas quisieron, que incluso me hacían mimos sin pedirlos y yo me dejé hacer, feliz, sin preocuparme de nada más que de aprobechar todo lo que pudiera aquel momento, porque tardaría mucho en repetirse..

No había pasado por la taberna, pero no me hacía falta.. allí se estaba bastante mejor y no pensaba irme hasta que no me echaran, porque si hacía falta trabajaría más allí que cuando tenía que ir a alguna parte con mi hacha a la espalda.

Con una sonrisa en los labios, Akrate se dirigió al mostrador - Tasko. Un par de dosis de tu mejor brebaje - pidió a los gritos mientras se sentaba en uno de los taburetes - El mismo Lerb dió la orden, así que sirve algo que no sea pis de gato - insistió dispuesto a disfrutar, por una vez, de una bebida agradable.

- Y ve preparando algo de alimento. Que matar kobolds da hambre! -

 Te sientas en el taburete ante la barra y aparece Task con un sucio trapo guardado en algo parecido a un delantal, sucio y asqueroso.

 - Hombre, uno de los grandes héroes de Segarm.- Dice mostrando sus colmillos carcomidos.- Y los demás héroes no han venido, ¿están enfermos también?

 Mientras te habla descorcha una botella y sirbe un par de jarras de latón, una para tí y una para él.

 - Tengo algo de estofado, ahora te lo traigo.

Akrate saca pecho con suficiencia, demasiado poco inteligente como para darse cuenta si lo que recibe realmente es una felicitación o una burla, pero sin ánimo de ofenderse - Supongo que ya vendrán... Y no, no estábamos enfermos, solo heridos. No fue sencilla nuestra tarea. Incluso murieron algunos de los nuestros -

Repentinamente y al recordar a los caidos se pone de pie y levanta su taza - Brindo por Puggo! Y por Chiux! -

 Task asiente mientras le explicas y cuando propones el brindis el alza su jarra al tiempo y brinda contigo.

 - Por los caídos, Puggo y Chiux.- Dice antes de metérselo entre pecho y espalda, acto seguido arruga el gesto ante lo abrasibo del licor y finalmente exhala un ahhhhh sonoro.- Así que kóbolds, he oido que tragistéis aun par de ellos jejeje y que ahora estan (o estaban) en las manos de Gurd.

 Ves como de un enorme puchero en el que cabrías tú mismo en su interior sin necesidad de agacharte, saca unas generosas cucharadas de estofado y te lo sirve en un cuenco.

 - Cuéntamen que pasó allá abajo.

- Eh... no si si Lerb estará de acuerdo - comenta el enfermero mientras traga su primer tazón de bebida y mira con interés la marmita con el estofado - Pero muchos nos escucharon cuando le contamos al llegar - se justifica a si mismo - Así que supongo que no hay problema en contarlo - añade, haciéndose el interesante y mostrándole al tabernero su taza vacía, para conseguir más bebida antes de realmente ponerse a contar sus aventuras

 Ante el cuenco de estofado tu estomago te ruge, recordándote que hace casi un día que no has comido nada. Mientrastanto Task te sirve otro trago, y de paso echa un poco en su jarra tambien, antes de meterle el corcho de nuevo.

 - Soy todo oídos...

- En realidad el problema fue que alguien nos mandó algo para enfermarnos - comienza Akrate su disertación, mientras prueba algo del estafado y bebe pequeños sorbos de la bebida - Y Lerb quería saber quien, como y porque -

- Primero averigué el como... fue con unos animales enfermos que infectaron el agua que tomamos - explica sacando pecho y dando a entender que fue el solo quien descubrió eso - Claro que no fue tan facil, allí abajo hay monstruos terribles, nos encontramos con un ser de piedra que defendía el lugar. Acabamos con el... pero Puggo no sobrevivió - se entristece mientras vuelve a sorber de su tazón y lo levanta en un gesto de respeto al fallecido.

- Cuando le expliqué la situación a Lerb el se ocupó de que limpiaran los pozos, pero me pidió, bueno, a mi y a los sobrevivientes y a Chiux, que averiguáramos quien fue el que quería envenenarnos - Poco a poco el estofado desaparece en la boca del matasanos, que mezcla la charla con el engullido de su vianda y observa sorprendido su plato semi-vacío - Esto es bueno... hay más? Matar Kobolds da hambre -

- Como decía, partimos en busqueda de los culpables. Y los encontramos y los matamos. Bueno, no a todos, trajimos un par de prisioneros, entre ellos a su jefe, para que Lerb los interrogara - por primera vez reconoce que no fue el único que participó de la incursión, usando el plural - Y ahora será cuestión de esperar que el maestro averigue porqué lo hicieron... y nos dediquemos a vengarnos! Despues de todo ellos mataron a Chiux - añade en un rapto de ferocidad mientars elvanta su tazón nuevamente, esta vez como muestra de respeto al albino.

- Será peligroso, como fue lo que ya hicimos, pero hay que hacerlo. Por cierto, tienes algo más de esa bebida? Debo ir a ver a las hembras y preferiría no ir con las manos vacías... ya sabes, cuando beben se vuelven más cariñosas, jeje - comenta mientras sonríe tontamente, pensando en el rato de placer que pronto disfrutará - La comida y la charla están interesantes, pero el cuerpo pide acción - añade sacando pecho - y no hay que desaprovechar las oportunidades. Despues de todo no se si volveré de mi próxima misión - exagera los peligros que puede llegar a correr en el futuro

 El posadero va asintiendo tus palabras mientras se prepara un plato para él y llena de nuevo el tuyo. El lugar está súmamente tranquilo entre unas cosas y las otras estás cerca de una hora coiendo, bebiendo y narrando las experiencias vividas en las porfundidades. Crees que posiblemente se deba a la gran cantidad de gente que se encuentran sumidos entre mareos y retortijones en el barracón de los enfermos, y para suplir la bajas los que no están enfermos hacen más turnos aún.

 Estás pidiendo a ver si logras llevarte algo de bebida para el harén cuando llega Pringo a las puerta del salón que da a la plaza.

 - Hola.- Dice a nadie en concreto, se acerca y tras dar un par de vistazos crees que te identifica, una vez su mirada se acostumbra a la penumbra reinante del salón.- Te estaba buscando, Lerb me ha mandado encontrarte a tí y a los demás para que os reunáis en su choza...- Parece algo amedrantado.- Es urgente.

 Tras lanzar otro vistazo y asegurarse de que no está ni Grolm ni Thok en el salón se predispone a ir en su búsqueda.

 Sin saber muy bien como, mientras estabáis ciegos de place y lujuria, os encontráis los dos en la misma espaciosa habiación rodeados de serviciales y activas hembras deseosas de vuestras virtudes. Alabándoos por vuertro valor al ver vuestras heridas y escuchar vuestras fanfarronadas sobre estas.

 Cuando de repente entra Pringo en el dormitorio. Tras unos cuantos incómodos carraspeos, comenta.

- Lamento llegar en mal momento chicos, pero... Lerb me ha mandado buscaros,... es urgente.

Estaba agustito, en silencio, disfrutando de las caricias de dos hembras que harían las delicias de cualquier macho e incluso alguna cosa más de lo esperado y por mi parte, me porté todo lo bien que pude con ellas, sin ser demasiado bruto e incluso dando las gracias como si fuera necesario cuando apareció aquel otro trasgo a jodernos el rollo.

- Nunca he odiado tanto ver a alguien como estoy odiándote a ti en este momento.. - Dije poniéndome de pie mientras le miraba como si quisiera arrancarle la cabeza, que más o menos era lo que quería hacer.

De todas formas, en aquella ocasión tenía que contenerme así que miré a las hembras y sonreí pues me gustaban todas.

- Lo siento chicas, pero nos llaman de nuevo.. os echaré de menos.. - Y no se podían imaginar cuanto.

Me puse la armadura y cogí mi hacha y luego, salí de aquel lugar, no sin echar una última mirada al paraíso que seguramente no volvería a ver.