Partida Rol por web

Aunque le hablas mentalmente, él te contesta de viva voz.

- No se preocupe Adele...sé cuidarme bien. No llegué a viejo por ser descuidado, pero ahora creo que ustedes operarán mejor solos...y sin mí. Yo me ocuparé de hacerles perder el tiempo...tengo recursos y ahora mi objetivo es que no vayan a por ustedes. Además tengo un par de trucos para esta situación...así que les costará mucho más atraparme de lo que creen...

Saca un mando a distancia controlado por radio, es un dispositivo de un solo botón y una pequeña palanca. Luego saca una pequeña linterna que te entrega:

- Voy a dejarlos sin los servidores del CNI. Isaac y yo teníamos acordado un protocolo de emergencia para este tipo de situaciones... - presiona la palanca y se activa una luz - ...voy a activar una serie de cargas explosivas, el impulso no creo que las friera al estar varios pisos bajo tierra. Además de los servidores se cortará la luz en todo el centro, el generador de emergencia tarda entre tres y cinco minutos en arrancar pero es necesario que lo hagan manualmente ya que con otra carga me cargaré el aparato que lo hace automáticamente...así que puede que haya diez minutos con suerte de caos en las instalaciones. Evacuarán pensando que es un atentado...así que les costará seguirme...

Pulsa el botón y una serie de detonaciones sordas empiezan a escucharse, un ligero temblor invade la estructura y la luz se apaga. Valladares enciendo otra linterna, es bastante potente para el pequeño tamaño. Comienza a caminar deprisa iluminando el camino. Dos agentes del GEOM lo preceden iluminando con sus linternas tácticas mientras que el resto va detrás vuestra cubriéndoos, luego Valladares se para y les da una orden.

- Necesito que vayan a su base y la evacuen. Sigan el protocolo 172. Estamos ante un golpe de estado.

Todos los agentes del GEOM asiente y tras saludar militarmente salen corriendo hacia su base.

- No se preocupe por mí, el GEOM lo fundamos Isaac y yo...escogemos a todos los hombres que forman parte de los equipos. Ahora mismo informarán a los suyos y se dispersarán por toda la geografía española aguardando órdenes. 

Seguís caminando y llegáis hasta un almacén de material de oficina, en verdad es un pequeño office de dos por tres metros donde se amontonan archivadores y un par de estanterías de metal. Valladares busca con el tacto algo en un archivador, parece encontrarlo y te dice que ilumines una pequeña cerradura que abre con una pequeña llave que saca de otro bolsillo. Con algo de esfuerzo abre una puerta tapada por la estantería y accedéis a un túnel de servicio que desciende. Luego cierra la puerta y ves como la atranca con un pasador metálico.

- Esto nos llevará a la vieja estación de metro...ahí nos separaremos. Esperaré a que el señor Bergara y Parkour vengan a buscarla. Yo me encargaré de esconder a mi sobrina, aunque sé que Isaac no me traicionaría sé que con metahumanos de por medio es posible que sus esfuerzos sean inútiles...¿alguna pregunta?

El teniente era mucho más terco de lo que me esperaba, no aceptando el que me quedara con él, pues su prioridad era que no dieran con nosotros. Afirmando que tenía un par de trucos bajo la manga, comenzó a explicarme uno de ellos, dispuesto a ponerlo en marcha en seguida. Activaría unos explosivos que privarían a nuestros enemigos de los servidores del CNI y con suerte los dejarían sin luz durante unos diez minutos.

Comencé a seguirle cuando puso su plan en marcha, avisando a Josu de lo que pasaba.

- Nos estamos moviendo. Valladares es un cabezón y dice que no viene con nosotros. Seguiré informándote. – dije al detective de forma telepática, siguiendo de cerca los pasos del teniente.

Finalmente nos quedamos a oscuras, iluminados por aquellas linternas que portábamos, y Valladares dio instrucciones al GEOM, quienes en seguida se pusieron en marcha. El hombre trató de tranquilizarme antes de que continuáramos caminando, llegando hasta a una especie de almacén de oficina donde se encontraba una salida secreta a un túnel subterráneo.

Salimos a este, y el teniente me informó de a dónde nos dirigíamos y cual era su intención, terminando por decirme si tenía preguntas.

- ¿Está seguro, señor? – fue lo primero que quise saber. Aquello de dejarle sólo no me gustaba nada, tenía la impresión de que todo acabaría terriblemente mal. – Podemos ayudarle a esconder a su sobrina, sabe que puede confiar en nosotros. Le ayudaremos a llegar hasta ella y la protegeremos. – afirmé convencida, esperando resultar convincente.

Mientra esperaba su respuesta volví a ponerme en contacto con el detective.

- Estamos en un túnel descendente que lleva a la vieja estación de metro. Dice que se quedará conmigo hasta que vengáis a buscarme. Quiere encargarse él solo de esconder a su sobrina, estoy intentando convencerle de que nos deje ayudarle… - compartí con preocupación.

Un portal mágico se abre cerca de Adele y de Valladares. De él sale Jose Bergara, el detective mago. Parkour no lo acompaña, seguramente se ha debido quedar en el cementerio.

Valladares saluda a Josu y se prepara para partir en busca de su sobrina.

- Gracias señor Bergara por venir... - agradece a modo de saludo - ...ahora debo ausentarme y esconder a mi sobrina, Isaac aguantará el interrogatorio pero si poseen un psíquico con ellos es posible que no tarde demasiado en abrir su mente. Estamos entrenados pero sólo para soportar un tiempo...intentaré llevarla al Norte. Pero por seguridad no iré con ella, así si me atrapan a mí no podré indicarles donde está.

Mira a Adele y os indica:

- Deben reunir a los que puedan, escóndanse unos días. Que piensen que han huido, su golpe ahora será poderoso...se ven triunfantes y seguramente movilicen a todos sus efectivos pero al cabo de unos días si no les encuentran pensarán que se han alejado y relajarán su búsqueda...eviten enfrentarse a Gavilán. - hace una pausa, toma aire y durante unos segundos parece pensar sobre qué decir a continuación, como si dudara un par de segundos qué camino debe indicaros. Por fin se ha decidido, saca un par de llaves de su llavero y se las da a Adele - ...Atendedme, os acabo de dar las llaves de una casa que poseo cerca de Galicia. Es una vieja palloza cerca de Pedrafita do Cebreiro, está modernizada por dentro, no es una maravilla pero os permitirá pasar allí desapercibidos unos días y ver los acontecimientos que van a suceder. Adele mira en mi cabeza ahora, te diré donde queda exactamente...

Adele ve la imagen y la dirección en su cabeza, la ve claramente por lo que puede indicarle a Josu donde abrir el portal. Es una casa muy alejada de la civilización pero eso es bueno ya que en esa zona es difícil que os encuentren.

Lo cierto es que esperaba otro escenario, cuando abrí aquel portal. Pensé que ante mí se abriría un círculo de combate, a Adele aguantando con su escudo los ataques o, como mínimo, amenazas de los soldados traidores. Mi intención era, de hecho, abrir el portal en el propio interior de su escudo, y sin atravesarlo completamente tirar de ellos hacia el portal, trayéndolos conmigo de vuelta en lugar de acudir yo a su lado. Sin embargo, al comprobar que la situación era mucho más estable, me planté tras ellos quitándome la gabardina.

Joder, hacía calor en ese sitio, no me extrañó que los tíos confesaran.

Ya se que me echabais de menos. -Dije en cuanto crucé el portal, mirando a un lado y a otro- Ahorraos los aplausos.

El viejo comenzó a desgranar sus planes. Casi parecía que lo hubiera tenido todo planificado de antemano, como uno de esos tíos que siempre estaban preparando protocolos para tal o cual situación. Mientras él se encargaba de esconder a la sobrinísima, nos dejaba una choza en Galicia para ocultarnos y comer pulpo y marisco unos días, mientras todo se calmaba. Y orujo, hostias, habría litros y litros de orujo por allí. Algo bueno podríamos sacar de aquella mierda.

Todo este rollo de traiciones y demás... ¿Tenemos que asumir que es un golpe de estado? ¿Que todas las fuerzas gubernamentales están en sus manos? -Pregunté con un mal gesto, lleno de incomodidad- Porque, que no se moleste nadie, pero una cosa es encargarse de un asesino místico y otra cosa es esto. No es mi campo, y diría que me viene un poco grande. Si usted desaparece, ¿quién va a decirnos qué hacer? Porque yo de sofocar rebeliones no tengo ni puta idea...

Mis intentos de convencer a Valladares fueron en vano. Ni siquiera llegó a responder a mis últimas palabras, abriéndose aquel portal junto a nosotros, muestra de que Josu llegaba. En seguida le vimos salir del portal, saludando de aquella forma chulesca. En otras circunstancias su gracieta me hubiera molestadao, pero la verdad era que sí le echaba de menos. Aquello era una maldita locura, y me sentía muy perdida.

- Gracias por venir tan rápido. – le dije con voz apagada, antes de que el teniente comenzara a hablar.

Valladares explicó entonces a Josu sus intenciones, antes de mirarnos a ambos para darnos indicaciones. Nos pidió que reuniéramos a cuantos pudiéramos, instándonos a escondernos hasta que las cosas se calmaran, hasta que esos tipos se cansaran de buscar. Su mención a Gavilán me procuró un escalofrío. No sabía mucho de él, pero era un metahumano al servicio del Gobierno, debía estar más que entrenado.

Tras unos segundos de duda, el teniente me dio unas llaves que pertenecían a una casa que poseía cerca de Galicia, un lugar donde poder escondernos hasta que llegara el momento adecuado para actuar. Miré entonces en su mente, como me pidió, viendo dónde se encontraba exactamente la casa.

- Lo tengo. – dije mirando a Josu, antes de que este tomara la palabra.

El detective hizo unas interesantes preguntas al teniente, a su peculiar estilo, tras lo que yo también me pronuncié.

- Y yo mucho menos. – me sumé a lo dicho por Josu. – ¿Se le ocurre alguien más con quien podamos contar? ¿Alguien en quien confíe plenamente? – pregunté a Valladares. - ¿Qué hay del GEOM? Ha dicho que estaban de nuestro lado…

- Sí, es un golpe de estado en toda regla y no lo he visto venir... - dice lamentándose - ...pero no tienen a todo el gobierno de su lado...el GEOM de momento responde ante mí aunque es posible que no tarden demasiado en hacer limpia de mandos intermedios y pongan a gente de su confianza...pero los míos responderán llegado el momento - dice con orgullo por sus hombres  - ...he avisado a mis hombres para que se escondan y esperen órdenes. Espero que Isaac avisara a los suyos, veré si puedo contactar con los que sé que tiene plena confianza para avisarlos y que se escondan. - hace una pausa y añade -  Confío en vosotros plenamente pero vigilen a Daniel y Penélope* de cerca, son demasiado impulsivos y los creo capaces de organizar algo por su cuenta y riesgo. Se desenvuelven bien en las calles pero no serían rivales para los enemigos a los que os tendréis que enfrentar...

Tras decir esto se calla durante unos segundos, intentando recordar si debe comunicaros algo más. Recuerda las palabras de Josu de sofocar una rebelión; sonríe y os dice mientras se aleja de vosotros en los oscuros pasillos de la vieja estación de metro en la que os encontrabais.

- Tendréis noticias mías muy pronto, sé donde encontraros. No penséis que os iba a dejar solos ahora y menos con una rebelión...tened fe y esconderos...

Dicho esto se pierde entre las sombras, alcanzáis a escuchar el ruido de una puerta metálica que se cierra.

Mientras se aleja el viejo teniente en tu mente escuchas lo siguiente:

- Y tenemos este canal abierto, si necesito de vosotros tú podrás localizarme al instante...así que no temáis que estaremos en contacto...

El jefe parecía muy convencido de poder confiar en buena parte de sus hombres, aunque éstos tuvieran que ocultarse hasta el momento adecuado en que poder contar con ellos. Yo no era tan optimista, nunca lo era. La vida me había enseñado que, por fuerte que te golpeasen, por muy hundido que llegases a estar, siempre volverían a golpearte aún más fuerte y hundirte aún más.

Dudo que el general lograse avisar a nadie, en vista de cómo pasó todo por allí. -Indiqué con gesto de desgana, rememorando cómo los traidores habían tomado el control de las instalaciones en que nos encontrábamos en apenas unos instantes, completamente por sorpresa. Apenas había tenido tiempo de reaccionar antes de estar apresado, aunque podía equivocarme- ¿Quiénes son...? Oh, vale... -Me di cuenta de a quienes se refería a mitad de mi propia pregunta, siendo de repente claro que hablaba del saltimbanqui y su amiga la ninja rubia. Sin duda eran muy capaces de plantearse hacer una estupidez de las suyas, pero dada la relación que empezaba a tener con él, casi podía asegurar que acabaría haciendo una estupidez de las mías. Y hablando de estupideces, empezaba a plantearme más de una, cosa que me guardé de decir delante de Valladares. Lo hablaría con la pin-up más tarde, ya que necesitaría su ayuda.

Mis ojos se entrecerraron mientras todo el aire de mis pulmones brotaba por mi nariz al ofrecernos una esperanza en la que no confiaba, envuelta en la peor palabra del mundo.

¿Fe? -Repetí, tirando el cigarro al suelo mientras apartaba mi mirada hacia un lado- Haré todo que esté en mi mano, jefe, pero no me pida que tenga fe. -Le pedí, dándole la espalda- Eso no.

La fe no me había servido de nada en toda mi vida. Confiar en ella sólo me había proporcionado un mayor sentimiento de soledad y abandono. Porque el hijo de puta de arriba había hecho precisamente eso, abandonarme.

He dejado a Parkour con los suyos. -Informé a Adele en cuanto Valladares desapareció- Quería poner a salvo a su novia, sus colegas y demás. Lo que hace la gente normal, supongo. -Reconocí encogiéndome de hombros- Más tarde nos reuniremos con él en el punto de reunión. Hay que buscar a la ninja y a las dos tostadoras, aunque la guardaespaldas de tu jefa no servirá de nada si no conserva su armadura. También habría que intentar localizar al "animal del periodismo", es un poco chulito pero puede ser útil. ¿Puedes localizarlos? Debemos reunir a todos los que podamos, para hacer ésto. -Indiqué, sin especificar qué era "ésto"- ¿Y a Saavedra? ¿Puedes localizarle y saber dónde está?

Valladares pronto respondió a nuestras preguntas, confirmando que aquello era un golpe de estado, y que si bien podíamos confiar en el GEOM, aquello probablemente fuera algo temporal; hasta que sus hombres fueran retirados de la organización. En cualquier caso, el teniente parecía contar con varios hombres de confianza que podrían ayudar llegado el momento, lo cual resultaba tranquilizador. Puede que incluso pudiéramos contar con la gente de confianza de Saavedra, aunque Josu dudaba de que este pudiera haberlos avisado.

Valladares nos pidió entonces que nos encargáramos de Daniel y Penélope, por cuya descripción supe de inmediato que se refería a Parkour y su compañera. La referencia del teniente a que confiaba en nosotros me dotó de una mayor seguridad en mí misma, pero aquello también suponía una gran responsabilidad.

Cuando hizo mención a que tendríamos noticias suyas, pues no era su intención dejarnos solos al frente de lo que sucedía, y nos pidió que tuviéramos fe además de escondernos; el detective en seguida respondió. Sus palabras y sus gestos no hacían más que dar cuenta de la amargura que guardaba aquel hombre en su interior, y no pude evitar sentir lástima por él.

La voz de Valladares se coló entonces en mi cabeza, alejando aquel pensamiento y sacándome una tenue sonrisa mientras veía cómo el hombre se alejaba. Tras ello Josu me explicó cómo estaban las cosas, preguntándome si podía localizar a los demás, incluidos Rafael y el sargento.

- Con ellas intenté hablar antes, para que fueras a buscarlas de ser preciso, pero no tuve respuesta alguna. Volveré a intentarlo. – le dije, pensando en si sería capaz de localizar a Saavedra. – Creo que también puedo dar con el sargento, a menos que hayan hecho algo para impedirlo… Me concentraré, espero que funcione. – añadí antes de cerrar mis ojos, respirando profundamente y poniendo toda mi atención en aquellos canales mentales.

Primero retomé el canal que ya había abierto para hablar con mi jefa, Elvira e Inezumi, enviando un nuevo mensaje por este.

- ¿Dónde estáis? Debemos reunirnos, es urgente. – expliqué de forma breve.

Entonces traté de ponerme en contacto con el presentador, toda ayuda era poca, y como bien había apuntado Josu podía sernos útil.

- ¿Rafael? Soy Adele Arjona. ¿Dónde estás? Necesitamos tu ayuda. – le dije rauda.

Por último, volví a respirar profundamente, echando el aire despacio, captar al sargento no sería tan sencillo; aunque el haber entrado antes en su mente me facilitaría las cosas.

- Sargento, soy Adele Arjona. ¿Puede oírme? ¿Está bien? ¿Sabe dónde está? – pregunté preocupada, esperando que estuviera bien, y que pudiera darnos alguna pista.

Tras ello abrí mis ojos, mirando al detective, que permanecía junto a mí.

- Cuando sepa algo te lo diré. – dije antes de que me preguntara, pues no había recibido respuesta de momento. – Creo que deberíamos irnos ya, te indicaré cómo llegar a la casa...

Con Rafael no logras conectar, es posible que esté demasiado lejos o que por algún motivo no sea capaz de procesar tu telepatía debido a su condición física o mental.

Escuchas un eco en tu mente, es la conexión con Saavedra pero notas que es confusa...y lo es a propósito, escuchas cientos o puede que miles de voces y si profundizaras más es posible que pudiera afectarte. Parece que en lugar de cerrar su mente el viejo coronel; que por lo que intuyes todavía sigue en el edificio del CNI; ha preferido abrirla y llenar de información en caso de que un telépata intente interrogarlo. Es una opción interesante ya que nunca te enfrentaste a una mente abierta pero caótica.

La voz de Inezumi te responde:

- Estamos bien. En la casa de María, algunos soldados nos ayudaron a escapar y estamos haciéndole un cambio de look a Atta para que nadie la reconozca...al parecer tienen fotos de ella que podrían usar para localizarla. ¿Vosotros dónde estáis?

No todas las conexiones que había intentado resultaron fructíferas, o no todo lo fructíferas que me hubiera gustado, pero al menos sabía que Saavedra seguía vivo.

También había podido saber dónde estaban las mujeres, disponiéndome a responder a Inezumi antes de informar a Josu de las novedades.

- Estamos en el CNI, pero iremos hacia un refugio que nos ha proporcionado Valladares. Ha insistido en que es importante en que nos mantengamos ocultos hasta que nos avise. ¿O falta mucho? ¿Vamos a buscaros? - expuse con rapidez.

Miré al detective, quien tenía que haberse dado cuenta de que me encontraba demasiado concentrada, mirando a ningún lugar en particular.

- No he podido dar con el presentador, no sé si está demasiado lejos o es que le pasa algo. En cuanto a Saavedra, creo que sigue en el CNI, pero no sé exactamente dónde... Su mente es demasiado caótica, demasiadas voces… Es casi… doloroso… - expliqué, terminando por perder fuerza en mi voz, dándome un respiro antes de continuar. – He podido hablar con Inezumi, está junto a Atta y Dragoon en casa de mi jefa. – por las palabras de Inezumi me había parecido que esta ya sabía de la verdadera identidad de mi jefa, pero al no estar segura preferí no mencionarle nada al detective por el momento. – Están cambiando el aspecto de Atta, al parecer pueden localizarla mediante algunas fotos que tienen de ella. – me encogí de hombros, pues esas cosas se me escapaban. – Les he contado lo del refugio y les he preguntado si vamos a buscarlas.

Adele tenía la misma facultad que todas las tías para volverte loco, diciendo y haciendo una cosa y la contraria en sólo un instante. Me instaba a marcharnos cuanto antes, y al mismo tiempo se quedaba embobada concentrada en sus rollos mentales. ¿En qué quedábamos? ¿Estábamos a setas o estábamos a Rolex?

No encontró a Rafita, y Saavedra debía estar soportando ya interrogatorio, a tenor del modo en que describía el estado de su mente. Apreté la mandíbula en un gesto lleno de ira contenida, sabiendo que le estarían torturando para sacarle información sobre nosotros y, especialmente, sobre la sobrinísima.

La hostia puta.

Al menos había buenas noticias. Había encontrado a la amiga rubia ninja de Parkour, y estaba con la tostadora y la termomix.

El refugio, sí... -Confirmé a la pin up, pensativo, sacando el mechero del bolsillo y encendiendo su pequeña llama, para permanecer un instante observando su luz, antes de cerrar la tapa, con la mirada perdida- Pregúntales algo más. -Dije, parpadeando, como si acabase de despertar de un sueño reparador que me hubiera ofrecido respuestas que necesitaba. Pero no eran respuestas, sino decisión, valor. Total, al menos yo no tenía nada que perder, era sencillo. Para mí. No para ellos- Si prefieren que les mande a ese refugio, o venirse conmigo a rescatar a Saavedra. -Le dije a Adele con seriedad, mirándola fijamente- La pregunta también es para ti, y luego se la haré al saltimbanqui. Arrebatarles una fuente de información como él va a ser nuestro primer golpe a esos cabrones.

Tras contarle aquello a Josu, este se mostró especialmente pensativo, sacando su mechero y observando la llama de este unos instantes antes de pedirme que le preguntara algo más al resto.

Entonces soltó aquella bomba, provocando que mis ojos se abrieran como platos de inmediato. Estaba dispuesto a acudir a rescatar a Saavedra, cosa que quería que transmitiera al resto para ver si preferían aquel plan al de acudir al refugio, propuesta que también me hizo a mí mirándome fijamente. Sus ojos y sus palabras me transmitieron una gran determinación, tanta, que mi reacción fue llevarme la mano a la cara.

- Y supongo que no hay ninguna forma de convencerte de lo contrario… ¿No? – dije al retirar mi mano, sintiéndome frustrada. – Valladares ha sido muy claro, ha confiando en nosotros… Ya te he dicho que no sé exactamente dónde está Saavedra, y por lo que he podido ver en su mente, no es sencillo sacar información de ahí. – apunté con firmeza. - ¿Cuál es tu plan? ¿Puedes abrir todos los portales que quieras? Porque puede que abrir uno tras otro hasta dar con el lugar exacto sea la única opción. – añadí con pesadumbre. – Pero os acompañaré… No os voy a dejar hacer el idiota a vosotros solos…

Si te concentras lo suficiente y ahogas la información puedes localizar la posición de Saavedra, eso te daría un punto por el cual aparecer e intentar el rescate. No será fácil pero es factible, ya que Josu es capaz de abrir portales.

Hay una opción de salvar a Saavedra de una manera rápida. Es incluso sencilla, si Adele es capaz de localizarlo podrías abrir un portal y lanzar un ataque rápido a través del portal. Necesitarás la ayuda de Adele fijo ya que con su telequinesis puede barrer a todos de un ataque, los dos tecnificados pueden atacar a distancia también...en un abrir y cerrar de ojos podrías rescatarlo y desaparecer.

No tardó un instante en quedar claro que Adele no estaba para nada de acuerdo con mi idea de rescatar al general. Un simple gesto bastó para atestiguarlo, y sus siguientes palabras fueron una declaración de rendición en toda regla. De hecho, me encogí de hombros.

Exacto, el viejo ha confiado en nosotros, y no creo que sea para que seamos corderitos que obedezcan al perro pastor sin rechistar. Lo siento, no hice la "mili", no valgo para ser soldado. -Renegué- Puedo hacerlo sólo o con ayuda, pero con ayuda, por mucho que me cueste reconocerlo, será más fácil. No hay límite al número de portales que puedo abrir, así que esa opción es viable. Puedo abrir un portal tras otro hasta inspeccionar todas esas instalaciones y dar con él, sin necesidad de cruzarlos siquiera, sólo para mirar lo que hay al otro lado. Es un coñazo, pero mientras me mantenga a menos de quinientos kilómetros de esas instalaciones, puedo hacerlo. Sin embargo, esos portales doblarán el espacio y acercarán a Saavedra, así que al tenerle más cerca quizás te resulte más sencillo localizarle. -Indiqué, sacando el paquete de tabaco, al que apenas le quedaban un par de pitillos. Saqué uno y me lo llevé a los labios- Cuando demos con él, puedes traerlo en plan jedi hasta nosotros a través del portal, mientras el microondas y la batidora me ayudan a cubrirte a distancia. Un golpe rápido, preciso. Joder, hasta demasiado profesional para mí. -También había otra opción, que era dejar que ella se ocupase de los guardias con un empujoncito mental mientras yo creaba un portal bajo el prisionero para que cayera a nuestro lado. Que el plan tuviera variantes era algo bueno.

Saqué mi mechero y encendí el pitillo, aspirando con fuerza una primera calada con los ojos cerrados, que me supo a gloria.

Y luego lo celebramos con orujo gallego en nuestro "piso franco", con unos cuantos brindis por "hacer el idiota"...

Las primeras palabras de Josu me hicieron reflexionar. Puede que incluso tuviera razón y todo, si habían confiado en alguien como él, puede que fuera precisamente por su temeridad; aunque también el teniente había confiado en mí, siendo todo lo contrario en eso.

Es como si hubiera calculado que entre ambos alcanzaríamos un extraño equilibrio.

Escuchar al detective decir que prefería contar con ayuda fue un gran inicio para la exposición que me hizo de sus habilidades y del plan, incluso contempló cómo el uso de sus habilidades podría contribuir a las mías.

Terminó encendiendo el cigarrillo que había sacado durante su explicación y dio a este una profunda calada, quedando claro por su rostro que la estaba disfrutando. Tras ello hizo mención a cómo acabaría todo aquello, recogiendo mis palabras sobre hacer el idiota.

Negué con una sonrisa en mis labios antes de explicarme.

- El problema no es la cercanía. Saavedra ha dejado su mente abierta “de par en par”, por decirlo de algún modo. Intuyo que trata de evitar que ningún telépata pueda robarle información, pero claro, eso también me dificulta a mi hacerlo… Hay cientos de voces ahí, pero volveré a intentarlo. – le dije, quedándome pensativa un momento. – Esto podría llegar a afectarme, así que no te asustes. – le advertí, quitando importancia a lo que podía llegar a pasar.

Volví a cerrar mis ojos, concentrándome en captar la mente de Saavedra. No tardé en hacerlo, y es que semejante cúmulo de información no era difícil de localizar, otra cosa era encontrar algo dentro de aquel mar de datos y voces. Apreté mis ojos con más fuerza, comenzando a sentir una fuerte presión en mi cabeza. Trataba de obviar aquello que no nos aportaba nada, lo cual no resultaba sencillo, pero tampoco parecía ser imposible.

Comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza, y apreté mis dientes aguantando un quejido de dolor, hasta que finalmente abrí mis ojos de forma repentina, respirando de forma agitada.

- Y-ya… Ya sé dónde está… - anuncié a Josu, dándome unos segundos para volver a respirar con normalidad. - ¿Sabes? Hace mucho que no bebo orujo… Hace mucho que no bebo, en general. No me dejaban… - expliqué sin detalles. – Quizás ha llegado el momento de que vuelva a hacer un poco el idiota. – afirmé, acercándome a él para arrebatarle el cigarrillo y darle a este una profunda calada.

La pin-up me explicó donde estaba el problema. No era tanto un tema de distancia como más bien de lo que el general trataba de hacer para evitar que le arrancase la información, lo cual indicaba dos cosas. La primera, que estaba al límite. La segunda... bueno, que al final se lo sacarían igualmente. Tan sólo intentaba ganar tiempo.

Precisamente por ello era tan importante sacarle de allí. Por eso sería una sonora bofetada en sus feas jetas el quitárselo de las manos haciéndoles un gran corte de manga. Eso solitario confirmaba mi decisión de hacer aquello, algo que Adele parecía también dispuesta a hacer aunque no pareciera convencerla en absoluto.

No irás a ponerte en plan "niña del exorcista", espero... -Repliqué al escuchar su advertencia- Como empieces con eso de "mira lo que ha hecho la guarra de tu hija" yo me piro.

En realidad, no tuvo nada que ver con lo que sucedió. Más bien parecía que tratar de encontrar a Saavedra le suponía un gran esfuerzo, casi doloroso, así que asistí a la imagen de sus ojos cerrados con fuerza y sus dientes apretados por el esfuerzo mientras enarcando una ceja, cerca de ella. Me daba la impresión de que en cualquier momento la mujer colapsaría y se vendría abajo, y una cosa era no querer acercarme demasiado, pero otra era permitir que se abriera la crisma contra el suelo si se desmayaba.

Por suerte, no hizo falta mi intervención. Adele abrió los ojos, y en su respiración se hizo evidente el esfuerzo al que se había sometido para lograr la información que necesitábamos. Confesó que llevaba mucho tiempo sin beber, sin que yo entendiera a qué venía aquello, y sin comprender qué era eso de que no la dejaban.

Pues ya pareces mayorcita como para que te prohíban una mierda... -Comenté con extrañeza. Ya había habido varios comentarios suyos que me habían puesto la mosca tras la oreja, y empezaba a estar hasta los cojones del misterio que rodeaba a aquella mujer- ¡E-eh! -Sin pedir permiso ni nada, me arrebató el cigarro de la mano para darle una calada que amenazaba con consumir todo el pitillo. No entendía esa manía que tenían la mayoría de fumadores de creer que algún tipo de hermanamiento extraño obligaba a otros a darles tabaco cuando no tenían- En fin, ya pillaré más en el estanco... -Si algo tenía de bueno crear portales, era la posibilidad de abrir uno en un estanco o una licorería frente al estante de productos y coger material- Bueno, ¿vamos a buscar a Robocop y Terminator ya, o...? -Alargué la mano para recuperar el cigarro, al que quedaban como mucho un par de caladas. Le di una, y le ofrecí lo que quedaba, expulsando el humo en su dirección- ¿...necesitas pedir permiso?

Saavedra está relativamente cerca, a unos seiscientos metros de vuestra posición en una sala de interrogatorios rodeado de gente, detectas al menos a seis personas (ninguna mutante).

Es posible el rescate, la sala debe ser amplia para tanta gente y teleportarse debería ser fácil para Josu. La sala crees que está al lado de donde estuvisteis por la mañana, en una zona conocida.