Partida Rol por web

La nave aterrizó sin novedad en el puerto de la colonia Titán. En la zona de desembarco, toda la tripulación, tanto marines como civiles se prepararon para salir de la nave y realizar el despliegue.

Siguiendo las órdenes principales, los civiles deberían quedarse en la zona de atraque mientras los marines realizaban una primera exploración y aseguraban el lugar.

La nave tras situarse en órbita, fue desacelerando hasta alcanzar la velocidad de reentrada. Con precisión, pues la atmósfera de Titan era mas densa que el estandard terrestre, inició la maniobra de caída aprovechando la fricción para contribuir al frenado.

En la bodega de desembarco, Muller espero con cierto grado de tensión a que transcurrieran los minutos finales antes del aterrizaje.

Y esos minutos, acabaron. Se oyó por toda la nave el sonido del metal contra el metal cuando las enormes patas de la nave, tocaron la superficie también metálica de la pista de aterrizaje. Y toda la escuadra pudo oír a continuación, el zumbido que indicaba el cierre de las puertas del hangar de seguridad. Habían llegado a destino.

Muller se colgó su mochila a la espalda y reviso por ultima vez su Avenger y su Shuriken. Hecho esto, avanzo unos pasos hasta llegar hasta el portón de la bodega de desembarco. Con un siseo, este empezó abrirse y Muller, se giro entonces hacia sus hombres para decir.

- Caballeros, ya hemos llegado. De momento, quiero la zona de atraque totalmente asegurada. Echaremos un vistazo a esta zona de atraque pues es en donde quedaran los civiles hasta nueva orden. Después, quiero dos hombres conmigo para ir examinar el interior de la base. Los otros dos, quedaran custodiando el pasillo de acceso desde la base hasta este hangar. Impedirán que algún civil quiera dar el coñazo antes de tiempo y, estarán alertas, por si fuera necesario su apoyo como refuerzo.

Mientras Muller hablaba, la rampa de desembarco termino de desplegarse. Muller se giro y ajustándose el casco, inicio un leve trote para descender.

- Es hora de moverse muchachos. Suerte para todos.

Birkins termino justo a tiempo de colocarse el equipo ya revisado antes de que la nave terminara el descenso, cuadrandose rapidamente al girarse el comandante para intentar disimular sus acciones.

- Si, señor.

Es todo lo que dijo en vez de una de sus tipicas bromas, se ajusto el casco bien sobre su cabeza y siguio a su comandante un paso por detras de él manteniendo la velocidad. ¿Habra que sacar una pajita pequeña para quedarse o para entrar? Dijo para si mismo mientras trotaba bajando la rampa, una leve sonrisa se le escapo al pensar decir la frase en voz alta.

Lennox se quitó el cinturón que lo ataba a la silla de un golpe en el cierre y rápidamente, se fue hacia su comandante para poder organizar el desembarco.

Estaba claro que Muller tenía las cosas claras, por que ya había separado al equipo ni bien comenzamos la misión.

El Capitán oculta su descontento ante la opción de separar a un grupo reducido como el que había llegado a Titan. Lo mejor es mantenernos juntos, no sabemos que podemos encontrar y si la información es correcta, lo más probable es que necesitemos toda la ayuda que sea necesaria.

Pero Lennox no dijo nada.

Era un buen Oficial.

- Listo y dispuesto, Comandante. -

Al igual que los demás Brooks aguantó firme los últimos momentos del aterrizaje con un fuerte sentimiento de euforia que recorría todo su cuerpo de punta a punta, una vez la nave hubo aterrizado aseguro sus armas y se dispuso a seguir a su comandante sin miramientos, estaba cansado de no hacer nada era un tipo que necesitaba estar en movimiento, necesitaba hacer algo, la monotonía de la nave le hacía sentirse viejo y oxidado. Cuando el comandante dio las ordenes pertinentes él tan solo se limito a asentir fuerte con su cabeza y a pronunciar las palabras mágicas

-!A la orden mi comandante!

Tras decir ésto se situó tras el listo para seguirle hasta el mismísimo infierno si hiciese falta

Mientras todo parecía estar listo me fui a dar una ducha, estaba un poco incomoda por tanto “roce social”, quería estar con mente y cuerpo fresco para todo lo que viniera.

–Bueno Eileen, creo que me iré a mi recamara a darme un baño, tenemos tiempo para algunas cosas mientras los señores fortachones hacen su trabajo de reconocimiento-.

Kano, tras aterrizar la nave, comprobó que tenia todo correctamente.
Por su mente paso la imagen de su hermana y soltó un susurro sin darse cuenta -Espero que este bien.
Tras comprobar que todo estaba correctamente y oír las ordenes del Comandante se dirigió a la puerta de desembarco a esperar las ordenes.
- ¡Preparado para recibir ordenes, señor!

-De acuerdo. Te espero en el hangar, entonces. De todas maneras, es mejor que no tardes mucho, supongo que tardarán un rato, pero si encuentra heridos o dificultades podrían llamarnos en cualquier momento.

Eileen recogió su bolsa de la mesa donde la había dejado, y despidiéndose de Juliana, se dirigió al hangar. Los militares ya estaban listos para salir, cumpliendo con sus rituales de estos casos: las órdenes, las respuestras preprogramadas de los soldados, aquel peculiar ambiente donde los soldados formaban un grupo aparte, distanciándose psicológicamente de todos los que no estuviesen en su unidad...Mirarlos resultaba fascinante, en cierto sentido. Aunque no durante demasiado rato. Eileen acabó por sentarse en el suelo, con la espalda apoyada en una de las paredes del hangar, y jugueteando con un llavero con una nave de juguete que solía llevar encima, mientras observaba a la gente que había allí reunida.

El doctor Nito andaba de aquí para allá con su maletín a cuestas (de un tamaño generoso, pues llevaba un verdadero kit de emergencia con sierra láser, taladro multifunción, tarjetas de control de casi cualquier sistema, incluso ¡un destornillador de carraca!) metiéndose por el medio de los soldados y admirando su armamento.

Sin embargo, se las apañaba para no estorbar a nadie, como si supiese de antemano como se movían aquellos soldados.

Se le veía un poco aburrido.

Por fin habían llegado. Sin embargo Scott no mostró ningún interés especial en ser el primero en desembarcar. Simplemente se quedó en el pasillo revisando su orbicam. Luego se aproximó a Sammy para revisar las notas que tenían sobre Titan. Dejarían que los marines aseguraran el perímetro y luego ya verían que hacer.

Empezó hablando de cosas banales con Sammy pero luego bajó la voz:

- Oye... voy a intentar bajar en cuanto esos gorilas desembarquen. Si tenemos suerte sólo dejarán a uno vigilando que nos portemos bien... y si tú lo puedes entretener un poco y yo puedo salir por una de las escotillas de reparación de la nave podríamos adelantarnos a la fiesta. Sólo echar un ojo y volver, tampoco quiero que nos arresten... o bueno... ya se verá. Tendremos que improvisar un poco ¿no?

¿Y para esto tantas prisas? pensó la doctora Andrews entrando en el hangar de descarga donde aparentemente los civiles aguardaban pacientemente a que les dieran permiso para descender. Con expresión fría Vera observó los preparativos de los marines que, armados hasta los dientes, y visiblemente implicados en su misión, parecían ajenos a todo salvo sus órdenes. No son mucho más diferentes que un buen equipo de cirujanos...meditó ausente. Luego miró a su alrededor intentando encontrar un sitio donde sentarse. No lo había, así que finalmente optó por dejar su mochila de campaña en el suelo y apoyarse contra una gran caja de plástico, de esas que guardan suministros en su interior. Va a ser un día muy largo...pensó mientras seguía los movimientos de los marines con calma, los brazos cruzados ante el pechoen actitud sobria.

A pesar de todo lo que Sammy hubiera querido relacionarse con los demás, durante el aterrizaje se vió claramente en quién confía más, pues cuando empezó a notar el descenso, corrió rápidamente a acurrucarse junto a Scott, el cámara, y la pequeña orbicam de éste.

- Hola guapo. ¿Me has echado de menos?

Bromeó a modo de saludo antes de acariciar con un dedo la orbicam.

- ¿Y tú, Scotty?

Luego se echó a reír por su propia broma, quizá liberando tensión para olvidarse de que el suelo que tiene bajo sus pies, se mueve, algo un tanto difícil viendo a los soldados de aquí para allá.

Una vez estos salieron, se despidió de ellos con una mano, agitando los dedos de largas uñas perfectamente limadas.

- ¡Hasta luego!

En realidad, Sammy aprovechó la broma para acercarse más a Scott y poder cuchichear a gusto con él.

- Yo he repartido un par de micromicrófonos a los hombretones de la nave. El capitán lleva uno y el doctor May lleva otro. O deberían, pues no pareció que se dieran cuenta. Así que en cuanto se separen, puedo intentar escuchar de qué hablan y qué ocurre. Quería acercarme a una de las doctoras, pero parecen demasiado distantes. Lo intentaré más adelante si tengo oportunidad.

Cuando escuchó su plan, no pudo evitar sonreír de medio lado.

- No esperaba menos de ti, querido Scotty.

Los marines se desplegaron y una vez hubieron asegurado la zona, los civiles hicieron lo propio, desembarcando sus pertrechos y equipaje y dejándolos en la zona de carga el hangar.

El equipo militar hizo un gesto a los civiles para que bajaran y se quedaran en la zona de carga mientras ellos se dirigían a la puerta de acceso principal a la colonia.

Científicos, periodistas y médicos, a excepción de Juliana Bathory, descendieron y dejaron sus cosas en la zona de carga, esperando el permiso de los militares para acceder al resto de las instalaciones....