Partida Rol por web

Las tres médicos se encontraban en la sala de conferencias del hospital. Estaban alli por los sucesos y la pérdida de contacto con Titán, colonia terrestre de la luna de Saturno.

Esperaban al jefe médico para que les explicase los pormenores de la operación de rescate que se estaba organizando. Los comentarios generales eran que la operación estaba bajo jurisdicción militar y que no era más que una operación de rescate normal y corriente, acorde al protocolo de seguridad colonial.

Pasé las págimas del informe preliminar que me habían entregado cuando me llamaron para la misión. Nada interesante. Los códigos impresos en las páginas indicaban una sencilla operación de rescate. Seguir el protocolo, procedimientos estándares, etc, etc, etc...¿Podía ser más aburrido? Por qué tenían que haberme llamado a mí para esto. Podían haberse encargado otros menos cualificados. Si quisiese hacerme un viajecito a Titán, lo hubiese hecho en algún viaje comercial, comodamente y con gente encargada de atender mis necesidades. No necesitaba que me metieran en una lata espacial con un montón de marines. Y el jéfe médico seguía sin aparecer.

-¿Es que este hombre no va a llegar nunca?-Tiré el informe sobre la mesa y me recosté en la silla, mirando el techo.-Saturno, allá vamos, por lo que parece. ¿Alguna de vosotras ha estado en Titán antes?-pregunté a las otras dos. Al menos se podía matar un poco el tiempo conversando.

Jamás, este va a ser mi primer viaje...

En todos los hospitales hay casos de robo de drogas y material médico, pero esto es muy distinto. Anoche, soñé que teníamos complicaciones en el viaje y me siento un poco mal por ello, espero que estos…científicos, tengan todo bajo control; y bueno ni se diga de esos “Marines”…y que se cree este hombre, tengo cosas que dejar en completo orden antes de partir, creo que si hubiera traído un Monopoly, ya hubiéramos jugado “tres rondas”.

-Pues por la pinta de esto, vamos a tener tiempo de conocerlo bien. No creo que tengamos mucho que hacer cuando lleguemos. Os apuesto algo a que nos mandan más por una cuestión de publicidad que otra cosa. "La Unión Terrestre siempre cuida de sus gentes. Nuestros mejores hombres siempre están listos para ir a socorrerlos". Algo así. No querrán tener más problemas de disturbios en las colonias.-Me erguí de nuevo en la silla, y cogí un bolígrafo de mi bolsillo. Sin mucho interés, empecé a revisar de nuevo el informe, marcando las partes más importantes.-Problablemente nuestra principal misión sea sonreir mucho mientras ponemos tiritas.

Entonces me dí cuenta de lo que acababa de decir Juliana.

-Espera, ¿tu primer viaje?-Me levanté de la silla y la miré con interés. Claro, con lo joven que era. Sabía que no llevaba mucho tiempo en el grupo, pero no le había prestado mucha atención antes. Si prácticamente era una niña. Extendí la mano le revolví el pelo juguetonamente-Una novatilla, ¿eh? Bueno, supongo que tienes suerte, entonces. Será una forma fácil de ir cogiendo rodaje.

-Sí, mi primer viaje, me imagino que debes haber viajado antes allí, ¿o me equivoco?... en realidad me preocupa más la convivencia con los Marines que lo que pueda pasar en el viaje; no he tenido un ambiente muy agradable con ellos, espero nos entendamos muy bien en todo esto, para mí es un placer estar en esta misión en tu compañía, con tu experiencia y demás pues todo saldrá excelente, ¿no crees?.- El tono de voz de Eileen era amistoso, eso calmaba un poco mi paranoia, ante lo que había soñado con la complicación del viaje y pueees… ¡bah! solo era un sueño, y tengo que estar con mi mente activa en el trabajo que vamos a desempeñar.

Me encogí de hombros.

-En toda misión puede haber complicaciones inesperadas, pero si todo es como dice el informe, tampoco debería ser muy dificil. La verdad es que, aunque he estado varias veces en misiones en las colonias, nunca me ha tocado en Titán, así que tampoco puedo estar segura de los detalles precisos, pero no creo que cambie tanto respecto a las otras. En cuanto a los Marines, si no te interesa hablar con ellos, ignóralos. Te han mandadado para hacer tu trabajo como médico, nadie te obliga a que también seas simpática.

Mientras mis dos compañeras hablaban yo me había mantenido en un abstraído silencio. Sentada a la mesa de reuniones en una posición equidistante de ellas, había permanecido con la mirada clavada en mis manos cruzadas ante mí, sobre la carpetilla color azul que contenía el informe. Ni me molesté en abrirla. Dado mi estado actual de apatía ante todo me daba sinceramente igual los detalles de la misión. Por mí, como si la nave se queda flotando en el espacio para siempre jamás...pensé agogeramente. Un pensamiento absurdo y que, por lo demás, daba a entender el estado depresivo en el que me hallaba. Con tal de salir de aquí...me vale cualquier cosa...viendo que si seguía dándole vueltas a la cabeza iba a terminar echándome a llorar terminé por levantar la mirada y observar a las dos mujeres que de pie charlaban amigablemente. No conocía a ninguna de ellas, ni siquiera de vista, pero no era de extrañar pues no es que soliese fijarme en la gente. Y cuando te fijas mira lo que termina pasando...me recriminé. ¡Basta! Descruzando las manos las apoyé sobre la mesa con contundencia ante mí y, con más vehemencia de la que quería, aparté la silla hacia atrás para levantarme yo también. Necesitba huir de mi misma.

- Yo tampoco he participado nunca en ninguna misión...- comenté en un tono neutral pero amable y con el rostro serio. Deteniéndome al lado de las dos mujeres me serví yo también un vaso de agua y me volví a mirarlas- Por lo demás, ella tiene razón- hice un gesto hacia Eileen y por fin mis labios se curvaron en un amago de sonrisa cuando miré a la más jovencita- vamos a hacer nuestro trabajo. Mientras los Marines nos dejen hacerlo, no tenemos por qué interactuar con ellos- sentencié con firmeza. Aún con el vaso en una mano alargué la otra para estrechársela- Doctora Andrews, Jefe del Departamento de Cirujía de este hospital.

Pasaron unos minutos más y mientras las médicos presentes hablaban entre ellas el Dr. Edward Barber entró en la sala. Todas lo conocían, era el jefe del área médica, puesto que se había ganado a pulso siendo uno de los mejores cirujanos que habían pasado por el hospital.

Entró con semblante serio, algo normal en él, pues no era dado, ni en las celebraciones, a esbozar una sonrisa. Como muchos de los mejores cirujanos, era una persona bastante fría.

Instó a las médicos presentes a sentarse mientras se apoyaba en una mesa, de cara a ellas y empezó a hablar, de forma clara y directa, no era de los que perdían el tiempo con trivialidades:

 - Buenos días, como ya sabréis, se ha perdido contacto hace 5 días con la colonia Titán, luna que orbita Saturno. Debido a esto, y siguiendo el protocolo habitual, se va a enviar una misión de rescate para ver qué ocurre allí. Como ya supondreis, vuestra presencia aquí indica que sois las elegidas para ir como apoyo médico.

 - Vuestra tarea será prestar atención, en caso de que sea necesario, a todos los heridos y/o prestar ayuda, así como llevar suministros a los servicios médicos de Titán.

Se levantó de la mesa donde estaba apoyado.

 - Bien, eso es todo ¿Alguna pregunta?

No os sorprendió ese comportamiento, el Dr. Barber era tan frío e impaciente que en ocasiones podía llegar a resultar grosero.

Es decir, lo que habíamos esperado. Barber no era muy simpático, pero al menos no se andaba con rodeos e iba al grano. Mejor, no nos hacía perder el tiempo. Antes de que se fuera, le plantee las cuestiones sobre el lugar.

-¿Algo reseñable respecto a la zona? ¿Lugares más vulnerables en los que centrarnos o instalaciones en las que podemos instalar un puesto médico? ¿Tenemos algún contacto en la zona con el que podamos hablar para que nos sirva de guía?

Vaya que sí era insípido como un limón, parece que no le importara nada de lo que sucediera, que fuera un caso más de gripe el cual atender, pero bueno, no estoy aquí para hacer grupos sociales, vamos a cumplir una misión, y las personas que al parecer tienen complicaciones son nuestra prioridad.

-Sí, necesitamos detalles de la zona donde llegaremos, saber si tendremos un lugar donde organizarnos, o si tendremos que ubicar un lugar donde podamos atender al personal herido y/o enfermos.-

Poco después de que mis compañeras se presentasen entró mi compañero Edward Barber, su gesto como siempre serio y centrado. Le saludé con la cabeza mientras me sentaba enfrente suya, las manos de nuevo cruzadas ante mí. No me molesté en saludarle de otra forma. Edward y yo nos conocíamos de antiguo, y siempre habíamos mantenido una relación cordial y centrada en nuestro trabajo, por lo que nunca había habido espacio para ningún tipo de intimidad. Tras asentir a sus palabras esperé a que mis compañeras hablaran antes de plantear mis propias cuestiones:

- Sí, solo un par de preguntas...supongo que recibiremos algún tipo de formación ¿no? En relación al viaje y a trabajar allí. No sé si mis compañeras habrán hecho este tipo de misión antes, pero yo carezco totalmente de entrenamiento a ese respecto. Por lo demás...supongo que en la propia colonia tendrán instalaciones médicas. Si nos facilitáis información de dónde están situadas quizás nos resulte más fácil trabajar.

Suspiró ante las preguntas y, colocándose las gafas en su sitio con un dedo comenzó a responderlas en meticuloso orden y pasando del tuteo anterior a un trato de respeto que acostumbraba a utilizar cuando algo le irritaba:

 - Dra. Aktins, sobre la zona no sabemos nada, no es nuestra competencia saber nada sobre vulnerabilidades estructurales. Es una colonia y, como tal, tienen la obligación de tener unas instalaciones médicas completamente equipadas y un personal competente.

 - Dra. Bathory, es una misión de rescate. Irán acompañadas de un grupo de marines que se encargarán de realizar el rescata. Su misión es darles soporte médico, en caso de ser necesario. Para ustedes será como un día en ambulancia, no tendrá mayor diferencia. Y como ya le he dicho a la Dra. Atkins, no necesitamos conocer referencias estructurales, de eso se encargarán los marines.

- Dra. Andrews, creo que ya he respondido sus preguntas ¿Me equivoco?

Se le veía impaciente, pues estaba perdiendo su valioso tiempo explicando algo que para él caía de cajón.

-Aún necesitamos saber cómo se estructurará el equipo. ¿Debemos someternos al mando del dirigente militar del grupo o tendremos independencia en cuanto a cómo realizar nuestra misión y las decisiones que tomemos?

Barber miró a la Dra. Atkins con algo de desdén, es cierto que era su primera misión de rescate, pero debería conocer el protocolo acerca de ellas.

 - Buen punto Dra. Atkins, pero como ya debería saber, todas las misiones de rescate están bajo jurisdicción militar. Deberán obedecer, siempre y cuando sea necesario, las órdenes de los marines. Tendrán, eso sí y por supuesto, independencia en cuanto a la toma de decisiones médicas y al posible traslado de pacientes.

Barber. Tan borde como siempre. Aunque, en realidad, me importaba bastante poco su actitud o si le gustaba tener que responder a mis preguntas o no. Mientras fuese necesario, se quedaría donde estaba. Por suerte para él, al menos yo, no tenía más preguntas.

-Nada más por mi parte.-dije. Miré a mis compañeras, para ver si alguna añadía algo.

-Por supuesto, Dr. Barber. Siempre tan eficiente como siempre- contesté cuando el interpelado me preguntó, en tono amable y sin asomo dando a entender que su tono seco me hubiera sentado mal. Le entendía, yo tampoco solía tener tiempo para tratar cuestiones absurdas. En silencio, observé el intercambio de palabras entre él y la doctora Attkins y cuando ésta se volvió hacia nosotras negué con la cabeza- Por mi parte eso es todo..gracias por su tiempo, doctor- me despedí con un gesto de la cabeza.

-¿¡Que?!, yo, recibir ordenes de marines, ¡JA!, eso lo veremos- respondiendo cortantemente hacia Barber, a mi no era que me causara…entusiasmo saber que viajaríamos con los marines, mas bien me causaba un poco de repulsión.

Bueno tendré que controlar un poco mis impulsos, ya que no quiero ser desvinculada de la misión, y mucho menos que me despidan.

Barber saludó a las tres y se dirigió a la puerta, la abrió, y miró de refilón a juliana:

 - Dra. Bathory, a ninguno nos gusta seguir las órdenes de unos descerebrados que solo saben escupir y decir sandeces, pero piense que esto puede ser un oportunidad de ascender en su carrera. Ahora por favor, les quedan 11 horas para prepararse. Buena suerte.

Con esto, y sin más, salió de la sala. Las tres doctoras se despidieron y cada una se fue a prepararse para el viaje que les esperaba.