Partida Rol por web

Nadie pareció escucharle. Es más, los marines ya se dirigían a abrir la siguiente puerta tras una orden del comandante, que había dejado a dos marines apostados en la sala y se preparaba para avanzar con la doctora y con otro de ellos.

Pasado un rato, Scott escuchó el característico ruido de su comunicador y a Sammy, que decía, como hablando con alguien:

- Entonces... ¿Dice que han puesto trampas sus compañeros? ¿Es que hay algún peligro ahí fuera? Porque si es así... quizá deberíamos ir todos juntos. Así, los soldados nos protegen, que es su trabajo, y nosotros hacemos el nuestro mientras tanto... ¿no?

Lo curioso era que aquello le parecía más un farol para asustar a los civiles y disuadirlos de ir explorando la base sin el consentimiento militar. A él le daba igual pues por muchas trampas que pusieran no le afectarían.

Siguió observando y vió que empezaba el movimiento (por fin los marines parecían hacer algo inteligente).

El comandante dio orden de sacar los detectores de personal, sincronizados con los idp (identificadores de personal) de la base Titán. Tras una breve conversación entre ellos, el japonés encendió un ordenador y empezó a manejarlo con sorprendente destreza mientras que James movía mesas de un lado para otro y las colocaba a modo de barricadas.

¿Por qué a un lado y a otro? - Pensó - ¿Están locos? ¿Creen que somos una amenaza?

Para rematar la idea de que estaban locos mientras se movilizaban sonó por la radio del comandante el siguiente mensaje del cap. Lennox:

- Señor, creo que el periodista de la cámara los está siguiendo. También supongo que está en contacto con su compañera mediante un micro que no quiere entregar. ¿Puedo proceder como si se tratara de un enemigo?

Ahora sí que no cabía ninguna dudad, estaban locos....

¡Su puta madre! ¿Enemigo? ¡Estos tíos habían perdido la chaveta!

Scott sopesó la posibilidad de entregarse para evitar un mal mayor pero luego se lo pensó mejor. ¿Entregarse? ¿A estos paranoicos? ¿Y que harían? Sin duda atarlo y encerrarlo. No, no había viajado hasta aquella colonia perdida para quedarse como un niño bueno encerrado sin enterarse de lo que pasaba. Porque allí, claramente, pasaba algo raro.

Así que empezó a reptar lo más rápidamente que pudo por el túnel de ventilación para adentrarse en la base adelantando a aquel escuadrón de imbéciles. ¿Seguirlos? ¡Y una mierda! Que lo siguieran a él si querían. Él iba a averiguar que pasaba allí.

Scott siguió por el túnel al tiempo que escuchaba a Muller decir permiso concedido...Pero eso no le detuvo, su trabajo era informar de lo que acontecía en la la colonia y eso era lo que pensaba hacer, le pesara a quien le pesara. Tampoco creía que los marines estuvieran tan locos como para empezar a matar civiles....O eso quería creer.

Escuchó a Sammy por el comunicador - Entonces... ¿Dice que han puesto trampas sus compañeros? ¿Es que hay algún peligro ahí fuera? Porque si es así... quizá deberíamos ir todos juntos. Así, los soldados nos protegen, que es su trabajo, y nosotros hacemos el nuestro mientras tanto... ¿no? - Sabía que era mentira lo de las trampas, pero ya le daba igual, él iría por delante.

Siguió avanzando agachado y haciendo apenas ningún ruido (1). Los conductos de ventilación bordeaban un pasillo completamente vacío, desde el que ya no se veía la puerta por la que debían salir los marines.

Todo estaba tranquilo pero pronto se dio cuenta de que algo había ocurrido, algo gordo....las paredes estaban manchadas de....¿Sangre? Era o eso o algún idiota con un cubo de pintura roja que lo había ido derramando desde una pared hasta una puerta que cerró tras de sí....Algo comenzaba a no darle buena espina....¿Qué era lo que había ocurrido en ese lugar?

Se puso el visor en el ojo derecho y manipuló el panel lo suficiente como para que la pequeña cámara flotase hacia el pasillo. No pensaba asomar la cabeza hasta saber que estaba pasando allí... y fijo que no pasaba nada bueno.

Scott desplegó su microcámara y echó un vistazo al pasillo. Aparentemente el pasillo estaba vacío, salvo por la mancha de sangre en la pared que se dirigía hacia la puerta, no parecía haber nada.

Maldijo su suerte cuando escuchó(1) al comandante Muller dar órdenes a los marines que a buenas horas se habían decidido a salir de la sala de recepción y se adentraban por el pasillo. No podía verlos, pero era obvio que estaban a la vuelta de la esquina....

- Mierda...- susurró Brandigan - ¡Se quedan como zombies una eternidad y ahora les vienen las prisas! ¡Putos miltares!

Sopesó la idea de colarse a toda velocidad pero había demasiadas cosas que podían fallar... y esos descerebrados abrirían fuego sin dudarlo. No. Lo más seguro era buscar un camino por el propio conducto de ventilación. O eso o seguir avanzando hacia el interior de las instalaciones dejando atrás a aquellos tarados armados.