Partida Rol por web

Al llegar a Ciudad Refugio me quede impresionado al ver la gran cantidad de ajetreo que había en por sus calles, todo tipo de razas, tanto humanoides como no, grupos de aventureros curtidos en muchas aventuras, enormes tiendas de objetos para aventureros y tabernas de todo tipo para los aventureros, todo ello siempre salpicado por los omnipresentes vendedores ambulantes. Cuando pasamos las puertas de la ciudad me quede tan absorto en todos estos pensamientos que me deje guiar por mis compañeros de aventuras, y cuando vine a darme cuenta el pequeño gnomo había desaparecido, posiblemente entre el gentio en busca de algo que comprar o con lo que comerciar y regatear.

El resto de mi grupo de aventuras esta hablando con un hombre sobre algunas de las tabernas en las que poder emborracharse y posiblemente buscar una pelea, pero cuando se aleja el hombre les digo a mis compañeros.

Yo me voy a buscar una sitio donde reponer todos los suministros gastados durante esta aventura y posiblemente comprar algún que otro objeto que nos pueda venir bien para cuando volvamos a la cueva con el portal mágico. Como se como llegar a la taberna nos veremos ahí al anochecer y si consigo ver a ese maldito gnomo inquieto le diré lo mismo y nos veremos en la taberna. Espero que nos esperéis con unas cervezas frías. Les dije a mis compañeros y tras ello me marche.

Mientras me perdía entre el laberinto de calles que componian aquel mercado lleno de tiendas y vendedores, la vista se me perdía entre la multitud de tiendas y de raros objetos presentes en las mismas, así como en las embaucadoras palabras de los vendedores de productos exóticos que presentaban sus productos como los mejores. Al llegar una tienda que me parecía sería y con pinta de vender objetos mágicos le pregunte al tendero.

Disculpe buen hombre, no sabes usted de alguna tienda en la que haya productos para aventureros con capacidades psíquicas, tales como armaduras y demás, y si no es mucho pedir me gustaría, si puede ser, que me indicara el establecimiento del tatuador psiquico de la ciudad, si lo hay claro

La mujer no se sorprendió en nada de que eligierais esa taberna, de echo ya lo tiene asumido. -Yo me alojaré con Praixa e el Gallo, precisamente el alboroto no es lo que mas le conviene. Pasaos mañana por allí y os pagaré lo acordado. Que la luz de Pelor os guíe.-

Con estas palabras Diana, sacerdotisa de Pelor y única descendiente del fallecido comerciante Eolsen de Westgate, se encaminó hacia una nueva vida.

Paseas por las calles hasta detenerte delante de una tienda donde se exponen a través de su escaparate algunos objetos mágicos de valor. Decides entrar y probar suerte allí.

Al entrar a la oscura tienda, una campanilla colgada del dintel suena avisando de tu llegada al propietario e, inmediatamente, un globo de luz invade la estancia suspendido desde el techo haciendo reflejar el metal y el brillo de las joyas de los objetos.

Toda la tienda resplandece tanto que hace un poco de daño a la vista y tienes que taparte los ojos para protegerlos de tanta luz.

Distingues la silueta de un hombre corpulento delante tuyo. 

La cantidad de cachivaches y objetos seguramente mágicos que había en la tienda consiguieron poner de buen humor a Gerbo, que era un apasionado de la magia y sus entresijos. Algún día él tendría una tienda como aquella y, bueno, había que ir recogiendo ideas para el futuro.

- Buenos días, buen hombre - dijo el gnomo en cuanto llegó junto a aquel hombre corpulento que prometía ser el tendero.- Necesito tus servicios para identificar las propiedades mágicas de algunos objetos, aquí los tienes - echó mano de su morral y comenzó a sacar los objetos.- se trata de estas botas, esta capa y también la túnica y el broche... tengo algunas ideas pero prefiero recurrir a un profesional para estas cosas. En los asuntos mágicos uno no puede fiarse de cualquiera.

Por fin llegáis a la taberna de la Teta de la Diosa y como predijo el buen hombre, a dos calles de distancia ya puede oírse la música y el alboroto procedente de su interior.

Es un edificio de dos alturas con la parte baja construida en piedra y la parte superior en madera. El cartel que cuelga encima de la puerta pone su nombre en común pero no hace referencia visual a ningún pecho de mujer y menos al de una diosa, posiblemente para no ofenderlas.
Afuera hay un grupo de borrachos charlatanes y otro mas sale dando trompicones y derramando cerveza de su jarra.

Al parecer es igual a como os la describieron. Un saludo os llega desde la parte de arriba. Alguien quiere llamar vuestra atención.  

- El lugar promete - gruño Xiombarg - cerveza, borrachos y.... espero que mozas de pechos turgentes. ¡No es asi Genericus! ¡Veras como vamos a disfrutar! - pero antes de entrar levanto la cabeza para ver quien diablos les gritaba.

-Y que lo digas. Pequeño, últimamente hay aprendices que quieren saber mas que nadie y crear objetos a los pocos años de estudio.-El mago escupió al suelo con desdén.-Ellos sabrán lo que hacen, es su culo no el mío. Pasa adentro, no me dejes desperdigados todos los objetos por la tienda y así podré quitarme estas malditas gafas antideslumbramiento.-

Gerbo soltó una carcajada y recogió todos los objetos que había sacado para enseñarle al mago. Luego le siguió a grandes zancadas (a todo lo que le daban sus cortas piernas, en realidad) hacia la trastienda.

Tras despedirse con los saludos de rigor y cabeceos de los demás, los dos aventureros se dirigieron... al bebercio y furcieo, básicamente.

No es como si no estuvieran machacados, pero lo habían pasado muy mal, habían estado a punto de morir varias veces y todo lo que tenían a cambio era una paga que podría haber sido mucho, mucho mejor, algunos despojos de botín de guerra y muchos perjuicios y magulladuras, amén de una compañera in un brazo, despedidas y remordimientos. demasiada gente había muerto en aquel lugar, y ellos casi... cerveza y vino hasta tumbarles para recordarles que estaban vivos y eso era como para montar una fiesta no iría nada mal. Y luego, si algo caía, pues caía.

-Pues venga, para dentro -sonrió mientras se desceñía el casco e iba guardando las cosas que no había dejado en el establo con su fiel montura- ...oh, creo que te llama alguien.

Al mirar hacia arriba veis como es una mujer la que os llamaba.-Pareceis grandes guerreros pero... ¿sereis tan valientes como para subir hasta mi?-La melosa voz de la moza hace que algunos transeúntes os miren mientras esperan la respuesta que la dareis. 

- No lo dudes bella moza la cerveza puede esperar a otro momento - exclama Xiombarg mientras busca un lugar donde afianzarse y trepar hasta el balcon.

Miró a Xiombarg, con una sonrisa incrédula que casi le estalla en una carcajada.

-Eh, tú mismo. Creo que me tomaré una copa y usaré las escaleras...  ¡creo que la cautiva señora podría preferir que no te rompas con tus valiosas monedas en el suelo!

Entró en la posada y fue a la barra. Vino o cerveza, cualquier cosa le valía con tal de que entrara fuerte y le despejase la cabeza.

Xiombarg intenta subir a un carro que estaba debajo de la ventana para trepar hasta la "moza" en un acto caballeroso y romántico pero su sueño se ve truncado cuando la mula que tira del carro se asusta y avanzando hace perder el equilibrio cayendo en un abrevadero lleno de agua.
Las risas de la gente no pudieron ser disimuladas pero la "moza" os da ánimos desde la ventana.-Veo que tenéis coraje bárbaro y que en vuestra tierra sabéis asustar a las mulas con vuestra sola presencia. (mas carcajadas) Subid por las escaleras de dentro y os haré una rebaja por vuestra bravura.-

Al oír la rebaja, aquellos que se reían dejaron de hacerlo al instante para mirarte no con cierta envidia. 

Tras preguntar a varias personas la única respuesta que conseguiste de todos fue; ¿un tatuador qué? 

Al final desististe de preguntar. Al pasar al lado de una tienda con los escaparates repletos de objetos mágicos decides entrar en ella. 

Al entrar a la oscura tienda, una campanilla colgada del dintel suena avisando de tu llegada al propietario e, inmediatamente, un globo de luz invade la estancia suspendido desde el techo haciendo reflejar el metal y el brillo de las joyas de los objetos.

Toda la tienda resplandece tanto que hace un poco de daño a la vista y tienes que taparte los ojos para protegerlos de tanta luz.

La trastienda no era si no un corral donde a un lado había conejos, al otro una cabra y las gallinas pululaban con total libertad. en un rincón había un postizo que accedía a una estancia completamente distinta. El olor a incienso inundaba la habitación, cortinajes de exóticas telas colgaban de las paredes y una gruesa alfombra hacía que los pies se hundieran casi hasta tu tobillo. En el centro de la estancia unos cojines estaban en el suelo colocados alrrededor de una gran cachimba.

El mago se sentó en uno de los cojines.-Despliega aquí todos tus objetos. La forma de pago es la habitual y si no tuvieras monedas o joyas yo elegiré uno de los objetos como pago. ¿Estás de acuerdo?.- 

El posadero posó en la abarrotada barra una jarra, la llenó de vino y esperó con la palma de la mano abierta.-5 monedas de cobre.-

Los asistentes reían las gracias de un bardo que, en su relato de como venció a un Troll, describía de forma cómica una maniobra básica de ataque.