Partida Rol por web

Tras la pequeña ceguera provocada por el resplandor repentino intento buscar y ubicar al dueño de la tienda, mientras tanto mis ojos cruzan gran cantidad de objetos y joyas, desde espadas con joyas incrustadas en sus mangos, hasta armaduras pulidas hasta tal punto que parecian hechas de plata y multitud de anillos y piedras de variables colores. Una vez localizado el tendero le realizo la pregunta que tanto tiempo llevo preguntando y a la cual la respuesta es siempre la misma, pero pienso- Por probar, que puedo perder.- asique me decido a preguntarle al tendero.

No sabra usted por casualidad donde puedo encontrar objetos psionicos, ¿verdad?.

Las puso en la palma de la mano.

-Ahí van.

Probó el vino: era fuerte, entraba, rascaba y no era muy delicado: la clase de vinos que había crecido bebiendo. Por lo menos parecía no estar aguado, aunque fuese porque era más barato servir el vino así que mezclarlo con buen agua.

"¿Oh, sí?"

Siguió escuchando al bardo... con un poco de suerte se reiría un rato.

Sonrriendo por las palabras de la moza el barbaro salio empapado del abrevadero - ¡Ja, Ja, Ja! - rio con ganas mientras agitaba la cabeza con fuerza para secar un poco el pelo - ¡No desesperes que enseguida estoy a tu lado y ademas un poco mas limpio que hace un instante! - y se encamino al interior de la posada siguiendo los pasos de Genericus dispuesto a subir al piso de arriba de una forma mas civilizada.

- Bonito garito... - dijo Gerbo mientras contemplaba la decoración y trataba de evitar ser tragado por aquella alfombra.- Estoy harto de ver magos de barba blanca con bolas de cristal y sombreros puntiagudos, por su culpa nos tienen encasillados y la gente desconfía de la gente joven como nosotros.

El gnomo se sentó en un de los cojines y miró de reojo la pipa que tenía al lado. Se preguntó si fumar aquello tendría el mismo efecto que aquella vez que le dio un lametón a Zoroastro, no era magia pero como si lo fuera.

- Eh... si, los objetos - volvió a sacar la mercancía y la puso sobre la mesa.- Las botas, la capa, el broche y la túnica... está todo... Hum, supongo que con el pago habitual te refieres al coste de las gemas más el 10% por el lanzamiento, es decir - Gerbo comenzó a contar con los dedos.- Son cuatro objetos que requieren cuatro gemas, a 100 por gema hacen un total de 400, más un 10% serían 440... Dejémoslo en 450 porque eres un tipo simpático y quiero aportar mi granito de arena al pequeño comerciante ¿Estamos de acuerdo?

En ese momento el sonido de una campanilla captó la atención del mago y la intensa luz de la tienda volvió a encenderse.
-Vaya hombre, o no viene nadie o todos a la vez. Espera un momento por favor, voy a despacharlo enseguida.-El mago volvió a ponerse los anteojos mágicos y entró a la tienda. Mientras, el aroma a incienso y el cálido ambiente hacían que Zoroastro se revolviera inquieto. 

Al parecer el tendero era un tipo de lo mas descortés, pues no respondió a tu pregunta ni a la siguiente y cuando la vena del enfado comenzaba a palpitar una voz surgió detrás de ti.-Si eres capaz de hacer hablar a esa túnica, te contrato para el espectáculo.-

Efectivamente, debido a la intensa luz de la tienda y a que tenías los ojos medio cerrados protegiéndolos de la luz confundiste una túnica puesta en una percha con el tendero. Al parecer era un hombre joven, con largo pelo negro y perilla. Llevaba unos cristales oscuros en los ojos a modo de gafas.

-¿Tatuajes psiónicos? Vaya, parece que tenemos a un Xefe por aquí, algo raro, insólito ver a los de tu raza tan al oeste.-

Entras en la taberna con el consiguiente olor a humanidad, a cerveza, a vino y tantos otros olores mezclados que entumecen los sentidos. Un bardo canta una oda cómica pero no te paras a escucharle pues tus oídos están atentos para otra canción, mas dulce y melodiosa que, sin sonido alguno, te atrapa en su hechizo. La mujer de la ventana te espera en el umbral de la puerta, cuando se asegura de que la has visto, entra en la habitación.

Ves a Xiombarg, empapado de agua de arriba a abajo, entrar a la taberna. Aunque no parece enfurecido ni rabioso, si no mas bien feliz y contento. De cuatro zancadas que dejan regueros de agua sube por las escaleras hasta una habitación de arriba. 

- Claro, claro... sin problema - respondió Gerbo.

Como era una persona de naturaleza curiosa (todos los gnomos lo eran) no pudo quedarse quieto y sentadito y se arrastró un poco por la alfombra para acercarse y tratar de ver quién había entrado, o al menos escuchar de lo que hablaban. No perseguía ningún fin, era sencillamente el afán de cotillear.

Reprimió la risa metiendo el morro en la jarra. ¡Si es que lo sabía! Por lo menos sabía caer como para no romperse la crisma... estos rashemíes estaban hechos de una pasta queeee...

Me acerco a la barra rapidamente - ¡Rapido una ceveza posadero que a una bella muchacha le espera una noche de pasión y no quiero hacerla esperar! -

El melenudo te hace una seña para que le acompañes a la trastienda-Pero...-continuó el mago-solo dispongo de conocimientos específicos por lo que tendrás que ser mas explícito en cuanto al tatuaje.-

-AAhhh..te refieres a Roxane, la rubia. Es capaz de ponérsela tiesa a un buey JAJAJAJ. Toma-el posadero te pone una jarra de cerveza delante-No me la pagues, no es necesario.-

- Pues aqui se encontrara con un toro bien fogoso - fanfarroneo el barbaro mientras agarraba la cerveza y subia por las escaleras en dirección a una noche, y quizas parte del dia siguiente, agotadora pero sin duda que muy satisfactoria - Roxane, exotico nombre para tan exotica mujer - penso mientras llamaba a la puerta.

La trastienda no era si no un corral donde a un lado había conejos, al otro una cabra y las gallinas pululaban con total libertad. en un rincón había un postizo que accedía a una estancia de la que emanaba un intenso olor a incienso que inundaba el corral.

-Bien, ¿que tatuaje quieres? no  es el mismo precio para unos que para otros ¿sabes?-

Cotilleas desde la oscuridad que te ofrecen los tapices y cortinajes oyendo como el mago habla con otra persona. Al poco la figura del mago aparece otra vez en el corral seguida de otra figura peculiar y muy conocida, Cyrus de Dareh.

Al parecer el mago le pregunta que tatuaje quiere hacerse para saber el precio que debe pagar.

Miro al tendero y le comento brevemente lo que quiero.

Bien mire, quería saber si tiene usted algún escudo con alguna piedra psionica que me ayude a defenderme un poco mejor, y en cuanto a los tatuajes me gustaría que me tatuaras dos de ellos uno reptante de empujón de energía y otro normal de retroalimentación psiónica.

El problema es que me gustaría que ambos tatuajes me los tatuara con dos aumentos.

Y también tengo otro problema, y este es más serio, es que no tengo mucho dinero para pagar todo esto, pero si pudiera aceptar una pequeña cantidad y hacerme los tatuajes y guardarme el escudo, yo en cuanto recibiera mi parte de una misión que tengo que cobrar vendría y le pagaría el resto, ¿si le parece bien?

Observas al tendero y a Cyrus mientras dialogan.

"Bien mire, quería saber si tiene usted algún escudo con alguna piedra psionica que me ayude a defenderme un poco mejor, y en cuanto a los tatuajes me gustaría que me tatuaras dos de ellos uno reptante de empujón de energía y otro normal de retroalimentación psiónica.

El problema es que me gustaría que ambos tatuajes me los tatuara con dos aumentos.

Y también tengo otro problema, y este es más serio, es que no tengo mucho dinero para pagar todo esto, pero si pudiera aceptar una pequeña cantidad y hacerme los tatuajes y guardarme el escudo, yo en cuanto recibiera mi parte de una misión que tengo que cobrar vendría y le pagaría el resto, ¿si le parece bien?"

Al parecer Cyrus tiene un pequeño problema de dinero para equiparse. Es una coincidencia que hayais acabado en la misma tienda.