Partida Rol por web

Ver las casas de colores de Lalengua me hizo darme cuenta de algo. En algún momento habíamos dejado de verlas. Lo que era francamente extraño. En silencio, presté atención a lo que comentaba John sobre los hombres con casacas y la explicación, nuevamente forzada, de Phineas Imeldus. 
De hecho, me llamó la atención que especificase que prefería no tener contacto ni empatizar con los futuros inquilinos. Sobretodo porque eso era contrario a lo que solía suceder. Normalmente se pedían referencias y si se tenían conocidos comunes, aquello inspiraba más confianza. ¿Cómo si no ibas a garantizar que la persona elegida cuidase del apartamento y las cosas? 
Había demasiadas cosas que no encajaban en el comportamiento de Phineas Imeldus o la notaria. Pero tenía la certeza de que sólo respondería con evasivas y medias verdades. Asumiendo que respondiera algo. De hecho, la única vez que había llegado a "responder" con algo menos ambiguo era cuando Martín había usado la misma fórmula que él mencionando el sello de las seis casas y el nombre del cónclave...
Pero había cosas que podían observarse sin necesidad de que las explicasen. Phineas Imeldus tenía prisa. 
 

Por un momento pensó que la comunidad de vecinos iba a convertirse en una turbamulta dispuesta a torturar a Phineas hasta que “cantase”. Solo faltaba que una de los vecinos fuera Carmen Maura.

-Nadie está obligado a responder sobre sus creencias religiosas o sus circunstancias personales- Comentó, empalizando con el de la inmobiliaria. Era horrible cuando la gente te hacía preguntas y más preguntas sobre un tema del que querías ser discreto.

-Maldita sea, tengo que poner una cerradura enorme. Si se ha montado este revuelo por unas sombras en el agua… ¿que pasara si en una tormenta se va la luz?- Se imagina cabras degolladas en el portal y símbolos arcanos pintados con sangre por todas las paredes.

Por suerte la mente de Nathan es volátil y juguetona y el muchacho esboza una suave sonrisa mientras sigue desvariando en esa dirección: Primer punto del orden del día: reparto de la limpieza de la escalera. Segundo: Instalación de batería antiaérea en el tejado para eventual avistamiento de naves alienígenas.

Phineas Imeldus está tranquilo cuando finalmente se sienta después de hablar. Tal vez lo ha hecho de más y ha explicado más de lo que es su cometido. Y más de lo que vayan a creerle nunca, además. Pero es lógico que algunos planteen más interrogantes que otros. Y no todos deben ser igual de acomodaticios ante el riesgo. Es parte del éxito de este grupo de candidatos. 

No obstante ha notado apoyo por parte de otros futuros inquilinos. Han cuestionado el acoso dialéctico y la desconfianza. Por eso no va a hacer falta usar ningún otro recurso. Hablará con Martín cuando desembarquen. Eso es. 

Además ninguno ha visto aún el Faro Pródigo. Eso les recordará seguro por qué han aceptado condiciones y pautas tan extrañas. 

- Desviaros por aquí, eso es... por este entrante de mar, ahí, junto al risco.

Amigos... ¡Contemplad el Faro Pródigo! ... 

Pip se para, y mira para arriba. Hasta él  se ha quedado sin palabras. Pero al girarse sonriente todos entienden que mereció la pena el desvío tan extraño para ver esta preciosa perspectiva de lo que será su casa. Su futuro hogar.

Ante ellos se sitúa un edificio sobre una plataforma rocosa a pie de mar. Es alto y estrecho y la primera luz de la mañana le hace brillar tanto que se diría que está hecho de oro y cristal. Pero tras el fulgor dorado lo que se yergue ente el mar y la extensión de tierra de Lalengua es la fachada principal de una torre estrecha y alta, de seis alturas y un ornamento central de piedra entre doce grandes ventanas, dos por nivel, acompañados de doce pequeñas ventanas,  que culmina en una cúpula hueca coronada por una gran aguja que se pierde entre la bruma costera. 

- Es una maravilla, ¿Verdad? Desde el mar parece un faro sin luz, perdido y hermoso. También tengo entendido que cuando iluminéis vuestros hogares su fulgor se contempla desde otros salientes de la costa, como la Ermita de las Olas Eternas o el Gran Faro de Trieste. Y ahora mirad, tiene salida al mar. 

La Señora Threpwood guía a Rob a remar por la pared de acantilados hasta una reja majestuosa de hierro que Pip abre dando paso a una ensenada que permite que la misma barca llegue prácticamente hasta la puerta de la Torre. 

- No hay embarcadero pero es fácil atracar un bote si os gusta navegar. Y a los que os guste más caminar por tierra, fijaos qué parque, qué maravilla de forestación han hecho en este saliente rocoso hasta transformarlo en este parque circular. Por el otro lado tenéis la avenida principal de Lalenguga: Sus comercios, sus bares, su paseo... 

Mientras se aproximan a la puerta de bronce majestuosa todos miran hacia arriba tratando de escudriñar el interior de la Torre por las señales externas. 

Alineados con la puerta hay ventanucos... cinco y un gran y único balcón central a la altura de la segunda planta. Al lado de los mismos dos grandes ventanales y dos ventanas de tamaño normal. Si la puerta da al sur, dos de las ventanas dan al este, hacia el mar y dos al oeste, al barrio de Lalengua. La cara norte no tiene ventana alguna. Hay ventanucos como de ventilación al lado de las ventanas grandes. 

Cada planta, por tanto, tiene en efecto solo dos apartamentos, cada uno de ellos con una ventana y un gran ventanal, y un ventanuco de ventilación, siendo además apartamentos individuales se explica que la anchura de la torre sea tan limitada, aunque puede que esos apartamentos tengan mayor tamaño y luminosidad de lo que os hubierais esperado a ese precio. 

Al lado de la majestuosa puerta de bronce hay un telefonillo con un único número y hasta una video cámara de seguridad. 

- El edificio es antiquísimo. De hecho es el vestigio de esa antigua Torre de la Encrucijada de la que hablábamos antes. Aunque la casa ha sido totalmente reformada como verán, la estructura del edificio tiene aun pilares y bóvedas que datan de aquella época.

Una vez están todos fuera Pip se acerca a Martín. 

- Mire qué maravilla, Martín, inhale esta belleza y este misterio e inspeccione todo lo que quiera el lugar. Si al final decide no formar parte de la comunidad, dígalo sin miedo, aunque toda la operación requiere de una urgencia extrema, quien viva en el Faro Pródigo tendrá que firmar un contrato tan peculiar que, como siempre dije, requerimos una total convicción de vivir aquí. 

Mientras se lo explica, el resto, a falta de poder entrar aún en la vivienda dan una vuelta por ese pequeño jardín que acaba en una verja a pie de calle junto a otros edificios modernos de este barrio bohemio. 

En el jardín se maravillan de ver flores y árboles exóticos junto a pequeños estanques de agua dulce que continúan el enorme papel del agua en la entrada del Faro. Hay árboles y arbustos de extrañas formas: La de un hombre con dos agujeros en la espalda de arbusto, la cabeza de un toro de piedra, dos troncos que parecen torsos con las manos entrelazadas, lo que podría ser una mujer sobre un pedestal. Una corona de flores. Un nenúfar gigantesco...  El parque entero parece un valioso jardín botánico 

- Una maravilla ¿verdad? Ya se lo dije… Creo que empiezan a entender el enorme valor que tiene para la Plataforma Ciudadana y para la remodelación de Lalengua que se salvara no solo ya la torre sino que trajeran de todas partes de Aquilea estos árboles y este terreno que lo rodea. Y a los entendidos en arte como Nathan o Lea  seguro que no les pasa inadvertidos que dentro del edificio existe la indeleble huella del arte antiguo en multitud de detalles… No podría definirles a que estilo y época pertenecen, dada la enorme variedad del interior… tal vez sea un compendio del paso de la humanidad en muchos siglos. Aquello parece grecorromano, ese arco puede ser gótico y la fachada neorrenacentista….

Este es el Faro Pródigo amigos. Pero no es un faro, ni una torre de guardia, ni un monumento al esplendor de otras épocas. Es a partir de ahora su casa. ¿Pueden creerlo? Acompañenme al interior, quiero enseñarles sus apartamentos, planta por planta. Aun no han visto lo mejor

Cuando os aproximais al portal, la Señora Threpwood se queda atrás y dice

- Phineas, yo espero aquí a que les enseñes el edificio. Trata de que tu entusiasmo no demore la visita demasiado.

Pip saca un gran manojo de llaves antiguas de bronce y dice sin dejar de sonreir:

- Eso intentaré Señora Threpwood pero me va a resultar imposible contenerme al ver sus caras”

- Entonces- dice de nuevo la mujer de rojo mientras se aleja lentamente dando un paseo- cuéntales los inconvenientes, desperfectos y pequeñas dificultades que tiene esta vivienda. Tal vez así tus pies vuelvan a tocar el suelo Phineas

Impresionada, Blanca se levanta lentamente para contemplar la belleza del lugar. Los jardines y bosquecillos del parque, sumados a la belleza ecléctica del Faro la dejan totalmente muda. El viaje en bote parecía ahora un sueño lejano, y las conductas extrañas de Phinneas y la Sra. Threpwood un espejismo. Casi como con miedo de pisar algo y que se rompiera, Blanca se aleja del esquife y se empieza a acostumbrar a los espacios cuando, de pronto, recuerda que dos de sus futuros vecinos se encuentran mojados hasta los huesos.

Quizás mientras esperamos, Martín y Helena podrían cambiarse de ropa a algo seco, y así también evitar que se moje el interior de nuestro nuevo hogar.- Esto último lo dijo con una sonrisa sincera, en el momento en que se daba vuelta para mirar a sus compañeros de viaje. Esta sonrisa no era como las anteriores, de simpatía o preocupación, si no más bien una sonrisa nacida de la más pura esperanza, como aquella que nace de la expectativa de empezar de nuevo, limpia e ingenua. Hacía mucho tiempo que no pensaba en el "hogar", y este lugar parecía prometer poder serlo.

No paro de asombrarme, desde la primera visión del faro, hasta el jardín y el embarcadero que no es...desde luego, somos unos afortunados poder disfrutar de esta vivienda por ese precio, o al menos yo me siento así.

- Uau... sí tío...cuéntanos los inconvenientes y los desperfectos de la vivienda para que yo también ponga los pies en el suelo...

Digo casi dejando caer la mochila del hombro...

Efectivamente el edificio era una amalgama de estilos. No pasaría el canon de ninguno de ellos, pero aquí estaba, orgulloso de su mestizaje y su historia. Al igual que cada anilla en el tronco de un árbol, cada arco, contrafuerte y decoración representaba un año, una época.  

-Ya que insiste tanto, accedo a construir su torre, pero solo trabajare un día cada cinco años en la construcción de su edificio. -Dijo el resabiado cantero-. Como quieras -Respondió el patrón, el brujo más poderoso a este lado del océano- porque vivirás hasta que coloques la ultima teja. Al principio  el cantero se sintió feliz de haber conseguido la promesa de una longevidad que duraría más de un milenio. Pero cuando enterró a su tercera esposa y su octavo hijo comprendió la grandeza de su maldición. No podía odiar la construcción pues era para él lo que para un efímero mortal, un diario.-

Dándose cuenta de que había murmurado uno de sus típicos desvaríos mentales, se apartó un poco, como si aquella flipada no fuera con su mente y contempló las plantas.

-¿Quien riega y cuida tantas plantas? ¿No pondrá en nuestras manos tantas especies diferentes y únicas? Hace falta ser botánico más que jardinero para ocuparse de un jardín tan variopinto.

Lea todavía no daba crédito. Todo había pasado demasiado rápido. Durante los acontecimientos en la barca no había sido capaz de reaccionar, de intentar ayudar a la chica que cayó al agua y a Martín cuando al momento le vio saltar sin pensárselo. Había permanecido inmóvil y callada del susto. Menos mal que ya había pasado todo y estaban todos bien. 

Tenía tantas ganas de llegar que tampoco le dio importancia al misterioso teatro que montó Pip. Todo ello le fascinaba. La torre era justo como recordaba. Por fin podría conocer el interior! Me pregunto en qué planta estará mi nueva casa!. 

Me sentó bien pisar tierra y enseguida me escapé para explorar el jardín. Ahora nadie podía sacarla de allí a patadas. Esto le hizo acordarse de la escena de las ropas saliendo del mar... Las mismas ropas que llevaba ese hombre.. Bueno suficiente -¿Pip, podemos entrar ya?- 

John se quedó mirando la torre. Se sintió pequeño mirando aquella sorprendente construcción. 

-Es...increíble. Nunca había visto nada igual. 

La rodeó despacio, examinando cada uno de sus detalles, intentando compararla con algo que hubiera visto antes, pero no era fácil. Su construcción parecía particular, extraña...única. Intentó descubrir grabados ocultos, como los que dejaban los masones que le permitiese ubicarla.

El entorno bucólico, de cuento de hadas, que rodeaba la torre también era sorprendente. Parecía increíble que aquella torre estuviese tan cerca de la ciudad. 

Cuando acaba de hacer su tour, se vuelve a dirigir a Pip.

-¿Así que la construcción que vemos es una reconstrucción a partir del edificio original?¿Y de la plaza?¿No se conserva nada?

Lamente no tener a mano mi móvil para grabar la llegada al edificio. Sabía que no volvería a tener tiempo para hacerlo, como tampoco solía tenerlo para ver amaneceres y disfrutar de la paz que se respira cuando la mayoría duermen. Poder apreciar los matices del cielo que va llenándose de luz, cómo los primeros rayos de sol se reflejan sobre la piedra ¿marmol? ¿U otra cosa? No lo sabía, pero para adoptar aquel color debía estar pulida. Supuse que tal vez la arquitecta conociera mejor el material, pero para mi bastaba con poder disfrutar de la vista. 

Miro alrededor. El jardín me recuerda a los que visitaba en mi niñez en Japón. Todo estaba realmente bien pensado, ya que a pesar de la mezcla de elementos de tan distinta procedencia sorprendentemente todos armonizaban.
De repente se me ocurrió que sería buena idea aprovechar la espera para situarme en la ciudad y saber a que distancia estaba de el centro de desarrollo de Trelleborg.
Saqué del bolsillo mi flamante Sony nuevo (regalo de mamá) inicie el Google maps y esperé a que la recepción de datos GPS me situarán en el mapa.

- eh?...ah sí!, claro Helena - le digo mientras su petición me quita el embobamiento de mirar la torre.

Veo como Lea se aleja por el jardín, como John parece escrutar cada detalle de la edificación... y en cómo Ochi saca un móvil última generación para, seguro, consultar algo sobre ella.¿Por qué no se limitan simplemente a disfrutar del momento y de la situación?, o quizá sea yo el que está siendo demasiado poco crítico de nuevo. Bueno, ya veremos, de momento me voy a centrar en cumplir la misión que me han encomendado (que la maleta no se vaya, se caiga al mar dejando ropa a la deriva y provoque otra situación de caos similar a la nuestra) y a disfrutar de las vistas.

- Me ha costado Helena, pero aquí sigue tu maleta intacta... ya estamos todos secos, no?, Pip ¿entramos y nos hablas de los inconvenientes esos?

Digo olvidándome por un momento de Martín y su chapuzón, llevado por la emoción de entrar cuanto antes

La gente no para de hablar (bla bla bla, blu blu blu) y yo hago como que escucho, pero en realidad me he imaginado a más de uno ahogandose en el mar o siendo devorado por un besugo gigante.

"No Anayansi, no es de buenas personas imaginar cómo un besugo gigante se zampa al cachitas de turno" pienso algo arrepentida, haciendo gala de mi ya famosa capacidad de reflexión.

Estos terribles pensamientos se esfuman de mi mente al ver el maravilloso jardín que sostiene nuestro hogar.

Paseo por el jardín mientras la gente sigue hablando (bla bla bla, blu blu blu) y decido que me gusta el chino porque habla poco. Me gusta la pitonisa, que habla poco pero ¡amén hermana! Cuánta verdad en tus palabras. También me gusta el gordito, que detestaba hace un rato y hace cinco minutos he decidido lo contrario. Así es mi personalidad; voluble.
 

Me fundo en un largo abrazo con el árbol de troncos entrelazados. También le doy un beso y siento su corteza rugosa en la lengua, dejándomela áspera y con sabor a madera. Me parece sentir cómo la savia corre por mis venas. -Son como dos enamorados malditos- digo muy bohemia con la mirada perdida. Miro a Carmen María Acosta y digo con voz firme. -Hermana, aquí han debido pasar cosas maravillosas pero también terribles, ¿lo siente?

Yo en realidad no siento nada, pero me lo imagino y es también una sensación muy intensa. Este lugar tiene pinta de ser entretenido y si todo esto es lo que me hace sentir el jardín, no me quiero imaginar el interior del faro.

He dejado la maleta en la entrada del edificio, con la intención de recogerla cuando vayamos a entrar, pero domo en principio la gente no parece tener esa intención, sigo oliendo las flores, tocando los árboles y apoyando mi cara en las esculturas de piedra, como si tratara de escuchar algo pero en realidad solo quiero sentir el fresquito que desprenden.

Nota mental: mantenerme cerca de Anayansi. Nunca he visto una persona más cercana a un personaje de videojuego. Ella sola puede ser la fuente de inspiración para una trilogía...que digo trilogía!, saga!!!...un momento...¿esta chupando un árbol?...a no!, le estaba dando un beso!...mmmm...¿eso debería tranquilizarme?

Miro a Helena consternado y después me acerco a Blanca...

- Igual no es oportuno, pero...errr...si no están los pisos ya asignados...¿te importaría ser mi vecina de planta?... - le digo en tono bajo para que sólo ella me escuche y mirando a Anayansi disimuladamente...

Anayansi parece buena chica, pero el hecho de que me la imagine por la noche en el rellano con un cuchillo de trinchar enorme, con mirada perdida y que le quede bien, me inquieta, y el exceso de testosterona en otros vecinos, me intimida....

Una vez llegados a tierra, sacudo mis agotados brazos y hago algún estiramiento; el viaje ha sido demoledor. 

Al mirar el imponente faro me doy cuenta de cómo he estado desperdiciando de algún modo mi vida y me siento orgulloso de mi decisión de tomarme un respiro de todo lo anterior: la burocracia, la inseguridad, la rutina, las amenazas... 'Aquí estaré protegido y podré desconectar'.

Además, aunque algo alocados y extravagantes, los que van a ser mis vecinos parecen buena gente. Y ya hemos compartido un viaje y una casi-tragedia, más de lo que he compartido con ninguna otra persona en mi vida. 

Me paseo por el idílico jardín y pienso que quizás me inspire a la hora de escribir una canción. El grupo de música es ahora mismo lo único que echo de menos de la otra orilla. Me acerco a OCHI mientras configura su GPS y le hablo:

- Viendo la urgencia del asunto, el precio de los pisos y la precariedad del viaje...no sé si habrá mucha tecnología en este lugar. Veo que vas bien equipado...Si no te importa y podemos elegir, ¿querrías instalarte en el mismo piso que yo? 

Veo el sitio y me quedo sin palabras, pero mi cerebro no deja de funcionar

"¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¡¡¡O-H, D-I-O-S  M-I-O!!!"

Me giro... doy vueltas... intento revisar todos los rincones del jardín... me quedo absorta mirando la torre...

"¡Oh, Dios mío!... cuando dentro de un año esto sea mío y pueda poner aquí mi consulta los clientes van a entrar ya mentalmente preparados para cualquier cosa"

Sí, sí, el sitio es precioso y la energía que desprende totalmente mágica y, justamente por eso, sólo puedo pensar en cómo me va a beneficiar cuando el piso sea mío de verdad, sin restricciones.

Oigo que Anayansi me dice algo pero estoy tan absorta que tengo que decirle - ¿disculpa? No te he oido estaba intentando asimilar todo esto... -

Entonces paso cerca de los arbustos, lo que desde lejos yo había tomado por estatuas y recuerdo la sensación que tuve en la barca sobre Pip y la preocupación me vuelve

"Hay puertas no merece la pena abrir, ni por un sitio así... ¿o sí?"

Busco a Martín con la mirada porque no quiero ser yo quien vuelva a sacar el tema y él era el único tan interesado como yo, en conseguir una respuesta de Pip. Es cierto que me guío por las intuiciones, pero también es cierto que fallo muchas veces... no me atrevo a volver a mencionarlo, así que opto por esperar a ver qué hace él y me doy cuenta que, en el fondo, estoy pensando "que no diga nada, que no diga nada... ¡estoy deseando ver el piso por dentro!"

- Tiene usted razón, Nathan, hará falta un jardinero. Entiendo que quien diseñó y plantó todo esto en cuestión de días ya se hace cargo que requiere un cuidado así que seguro que la Plataforma Ciudadana enviará a alguien. Descuiden que no van a tener que estas esclavizados de cuidar plantas. 

Ah, John, la plaza quedó cubierta por el mar, la marea ha subido en estos siglos al parecer. Parte del lecho rocoso en el que se asienta ahora el Faro Pródigo, antigua Torre de la Encrucijada, ha sido construido de manera artificial para poder erigir de nuevo las obras. 

Ochi Ravenport sitúa correctamente el lugar donde está respecto a sus oficinas en West Wind. La verdad es que está en la otra punta. Tiene que coger un tranvía que atraviesa toda LaLengua hasta la parada del Parque Azul, y de allí otro hasta West Wind. Duración del trayecto aproximada de 57 minutos. Pero lo que él quería era vivir en el centro de la cultura y el ambiente así que no puede haber mejor zona de Aquilea que ésta. 

Y ahora ¿entramos?

Alegremente Pip abre el portón de bronce el cuál se abre con ligereza y facilidad. Dentro un olor a pintura nueva se junta con el olor a mar que llega a toda la plataforma.  Los doce se apiñan en la planta baja que sirve de vestíbulo a toda la torre. Allí en el portal Pip vuelve a coger su tono de comerciante: 

- Vale, vale, un momento por favor. Ya les dije a casi todos que evidentemente por un precio tan bajo y tratando de habilitar a toda prisa la vivienda hay ciertas incomodidades y carencias… Estoy casi convencido de que serán ni-mie-da-des al lado de todo lo que van a descubrir… No creo que se imaginaran un apartamento tan bien puesto. Pero… Sí, será mejor que para quitarles sus miedos les comente primero lo negativo del Faro Pródigo. 

- Como ven no hay portero en su cabina- dice señalando un mostrador y un sillón que hacen de conserjería en una de las esquinas del portal. - Estamos buscando conserje pero de momento tendrán que apañarse sin sus atenciones.

Luego se gira hacia el hueco central donde hay un flamante ascensor moderno pero encorsetado con hierros como los antiguos para darle un aspecto clásico.

- Está el problema del ascensor. Tras todas las molestias que se tomaron en instalar uno para tan pocos vecinos resulta que solo funciona de la planta baja hasta la tercera y de esta hasta aquí… sin hacer parada en ninguna otra planta. Supongo que todo el mundo que viva más arriba de esta planta podría ir hasta allí y luego subir andando. Fuera como fuese nadie tiene que subir más de tres plantas, cosa más que habitual en cualquier piso antiguo… En fin, es lo que hay y parece que el problema está en la imposibilidad de reformar el suelo de las otras plantas para que pueda parar el ascensor en ellas.

El grupo mira hacia arriba. Extraño. Pero no demasiado molesto. Muchos ni siquiera se esperaban que hubiera ascensor. En esta planta hay una alfombra de color verde sobre el mármol gris del suelo. Un interruptor enciende la luz de una gran lámpara de cristal en el techo y de dos pequeñas luces, una dentro de la conserjería vacía y otra en el otro lado que ilumina dos cuartos. Uno donde están las máquinas, y otra el cuarto de almacén y limpieza.

- La calefacción es central. Se debe regular desde algún lado del cuarto de máquinas. Pero no hay red telefónica ni internet en el Faro... aunque tal vez desde alguna planta se pueda localizar alguna red ajena. Lamento que no podamos poner a la compañía telefónica al corriente de esta situación por el tema de la privacidad. Podrán usar sus móviles para comunicarse, claro, pero temo que no llega la señal nítida. Si quieren mantener una conversación larga deberían salir al jardín o, qué diantres, quedar con la persona en cuestión. ¿No es bonito recuperar las viejas costumbres? 

No hay garaje ni aparcamiento, tendrán que usar el de Lalengua aunque en esta calle no hay tanto problema por aparcar cerca como suele ser habitual en este barrio tan de moda.

Se intentó hacer un aparcamiento. Queda esa entrada que ven ahí. Se ha tapiado porque pronto se inundó. ¡A quién se le ocurre hacer un garaje en un edificio histórico asomado al mar! 

Pip sube los primeros escalones que dan a la primera planta y se vuelve aún con gesto solemne y preocupado

- Tal vez lo que más les sorprenda de todo esto, y espero que no les resulte demasiado desagradable, sean las diferencias que existen entre cada planta. Las complejas y variopintas estructuras que se entremezclan han supuesto duros retos para nuestros reformadores, y además temo que nuestros plazos no les hayan ayudado. Lo cierto es que si bien en los apartamentos se ha tratado de homogeneizar al máximo, las plantas en sí difieren tanto en detalles como en ventajas e inconvenientes entre sí. Acompáñenme por favor.

Media hora de visita después todos están bajando de nuevo a la entrada. Atónitos y maravillados por igual. 

Lo que más les ha sorprendido son LOS APARTAMENTOS en sí. Cada uno a un lado de la escalera. Como en esa famosa telecomedia de amigos. 

Están totalmente nuevos y perfectamente amueblados. Son unos 70 metros cuadrados distribuidos en tres estancias de la siguiente manera:

Un amplio dormitorio donde hay una cama de 1.90x1.35, un armario y una mesa con una silla frente a una generosa ventana. Tiene buenos detalles como las lámparas de mesa, las fundas nórdicas a estrenar o una planta con flores en cada uno de los dormitorios.

- Un salón con cocina americana incorporada. El salón es muy grande y luminoso con un gran ventanal. Tiene un sofá de 5 plazas, una mesa de madera con 6 sillas y estanterías vacías alicatadas a la pared. También tiene pequeños detalles que le dan un aire elegante y moderno: Una lámpara de pie al lado de una plaza de un sofá, un par de cojines mullidos, un pequeño armario empotrado para guardar cosas…

La cocina es pequeña pero tremendamente funcional.  Está equipada con vitrocerámica, horno, nevera, lavadora, microondas, cafetera…Está integrada en el salón pero separada por la barra americana que puede usarse de estante o de mesa para comer una o dos personas. Aunque le llega la luz del salón tiene su propio ventanuco para una mejor ventilación. 

- Un pequeño cuarto de baño al lado del dormitorio donde cabe una bañera/ducha, un lavabo, el wc, y un espejo con estantes para colgar las cosas.

Les sorprende lo limpio y bien dispuesto que está todo. No se los imaginaban tan amplios, luminosos, modernos y bonitos.

Todos los apartamentos son iguales salvo los colores de los sofás, las fundas nórdicas y otros pequeños enseres y las diferencias que comprobaron en cada planta. 

Algunas tienen un color diferente en la paredes. Todas tienen dos apartamentos, uno enfrente del otro donde hay colgado un letrero dorado con el número de piso y una E  (Este) u O ( Oeste). Además hay una tercera puerta que Pip explica que es un amplio cuarto trastero que compartirán por cada planta. (En efecto cada cuarto tiene un candado con dos cerraduras). Entremedias de las escaleras hay un ventanuco que da al exterior por donde entra algo de luz natural. Hay además luz eléctrica. 

Como avisó Pip CADA PLANTA tiene sus diferencias. Estas son las que os narra y comprobais vosotros mismos.

La primera planta:

El color de las paredes de la planta es ligeramente malva. No tiene luz eléctrica y en su lugar hay un barroco espejo grande con un marco de oro donde alguien ha dibujado sobre el fino polvo que lo cubre “No tenemos luz”. - Oh, qué gracioso el electricista, ya podía haberlo dejado en una nota ¿verdad? Es obvio que en esta planta no funciona. Aunque en cada apartamento sí, descuiden. Los apartamentos son iguales

La segunda planta:

El estado de las paredes y del suelo es más descuidado y viejo. Los escalones están algo podridos probablemente por la humedad que también ha dejado su huella en todas las paredes. Huele demasiado a brea en la escalera. Pero eso sí, en vez de un ventanuco en la planta está el balcón que vieron desde el exterior. Los apartamentos son iguales y las paredes están intactas y recién pintadas. 

La tercera planta

Es la única que tiene el ascensor. Y otro pequeño detalle en el interior del apartamento: Son los únicos apartamentos que tienen videotelefonillo, y se puede ver en blanco y negro una imagen de quien llamara desde el portal. El resto es igual pero en vez de sofás hay sillas. Pip no alcanza a entender el por qué de esa discrepancia. 

La cuarta planta

Es la más bonita estéticamente ya que las paredes están recubiertas de enredaderas y plantas. "Hmmm, aquí el jardinero que venga de la Plataforma Ciudadana a arreglar el jardín también debería limpiar esto de vez en cuando. Es una preciosidad y no debería llenarse de insectos". Al lado del cuarto trastero hay una graciosa campana plateada con un cordón dorado que cuelga. 

La quinta planta

No parece tener nada destacable sobre las demás. Ni color de las paredes, ni elemento decorativo, ni nada diferente en los apartamentos pero al llegar sorprenden los pitidos de los móviles, y alguna notificación. Parece que sí hay cobertura en esa planta. Únicamente en esta planta que por lo demás es la más sobria al no tener color en nada del mobiliario. 

La sexta planta

El color de las paredes brilla mas que en el resto, como si fuera la última recién pintada. Los apartamentos son abuhardillados y los techos más altos. En el techo hay escrita una nota con caligrafía gótica: “Te compadecemos desde aquí”. Pip lo mira como si fuera algún chiste.

Apartamentos Este y Oeste. 

Son exactamente iguales, solo varían en las vistas.

El Apartamento Este da al mar que se ve en toda su magnitud. Por algún extremo del salón se ven ligeramente algunos riscos con las casas de pescadores de colores. 

El Apartamento Oeste da al barrio de Lalengua. Se ven dos de sus avenidas comerciales y una pequeña placita con terrazas y cafés. Solo por uno de los extremos se ve algo de mar. 

- Es cuestión de gustos. Habrá quien se sienta más feliz mirando el azul del océano y quien prefiera ver actividad humana... 

Azotea

Pip explica que desde la última planta no hay acceso a la azotea, la cual al no ser demasiado transitable se optó por tapiar el acceso que llevaba a la misma. "Sin la linterna del faro que tal vez alguien diseñó solo es una cúpula hueca a la que han puesto algún ornamento. Pero tal vez en un futuro se podría construir allí un hermoso mirador ¿Se imaginan?" 

- Bien queridos amigos- dice una vez que están todos debajo de nuevo con la Señora Threpwodd-  son las 7 y media de la mañana y antes de las 8 han de estar repartidos los apartamentos. Eso significa que tienen que hacer su elección en menos de 30 minutos. Ustedes mismos tendrán que decidir que piso quiere cada uno, o si fuera necesario, qué método van a usar para asignar pisos a cada uno.

Los techos y los suelos son menos densos que las paredes laterales así que oirán y sentirán más a sus vecinos de arriba y abajo que a los de su planta. Pero entiendo que con el compañero de planta se acaba teniendo más contacto ¡Por no hablar de que tendrán que compartir el espléndido trastero! 

Pero es de vital importancia que cuando lleguemos la Señora Threpwood y yo la elección ya esté totalmente clara o pondremos en peligro toda la operación. La Señora Threpwood y yo mientras tanto vendremos con sus contratos. Ella hará de notario y les entregaremos en mano sus llaves. Una vez hecho esto podrán hacer lo que quieran el resto del día, el pago del alquiler se realizará en cinco días, cuando sea 1 de Marzo. 

Pip y la Señora Threpwood vuelven a subirse en el bote y se alejan cuando Pip grita: 

¡Ah… por cierto… el piso 4-O no lo repartan. Ya está ocupado. Buenos días!”