Partida Rol por web

John se gira al escuchar los pasos de Erick subiendo por las escaleras.

Pensándolo bien, tiene razón. Además, no nos sentará mal algo de ejercicio.

Así que con esta reflexión, echa a andar detrás de él.

Van subiendo por la escalera, Erik algo adelantado. El sonido amortiguado de televisores tras las puertas y algún llanto lejano les indica que el piso no está deshabitado pese a lo silenciosa que se halla la escalera. 

Llegando a la cuarta planta, Erik se gira para decirles que ya queda solo una y entonces grita cuando ve que entre él y sus vecinos acaba de aparecer de la nada una mujer de unos cincuenta años en riguroso luto. 

Anayansi ilumina con su linterna y aunque John está prevenido tras el grito, vuelven a gritar ellos también. Pensaban que era Erik quien tenían delante y no. Es esa señora de negro. 

- No griten. Bastantes gritos se han escuchado ya en esta escalera. ¿Dónde van? 

¡Un fantasma! Es lo primero que pienso al ver a esa señora sin esperarlo entre nosotros y Erik. Era lo último que nos faltaba por ver, lo mismo este edificio está lleno de ellos. ¡Qué chulo! Siempre me ha atraido todas estas cosas, Carmen tendría que haber venido ella seguro que puede hablar con ellos sin dificultad, voy a intentarlo yo.

-Disculpe señora. No gritaremos más, es que no nos esperabamos que estuviese aquí y claro, un sobresalto jeje- contesto a la señora fantasma. -Pues mire. Me llamo Anayansi Fátima Segunda Casimira Mendez y venía a conocer a la persona que vive en el 219. Voy a serle sincera, no sé quien es pero me han dicho que puede ayudarme. ¿Usted sabe quien se encuentra en ese apartamento? Si quiere puede acompañarnos, parece que conoce el edificio y seguro que nos puede contar cosas sobre el.- soy sincera con la mujer, seguro que los espíritus saben si mentimos y si lo hacemos se enfadan. Como aquella vez que hice la ouija cada vez que mentía algo se caía y ya me dije, nunca más mentiré a un espíritu.

-¡Ay! Que maleducada soy. ¿Cuál es su nombre? Ellos son Erik y John, son buenos chicos no haga caso de su apariencia.

Miro a la señora con el monóculo, el cual intento llevar puesto siempre que puedo aunque a veces me olvido, intentando ver más allá de su primera apariencia.

Me suena el movil pero como no quiero hacer enfadar a nuestra señora fantasma no lo miro por el momento. Será un aviso para que recargue, o que se me han acabado los megas. Ya le tengo dicho a Christof* que si quiere hablar conmigo tiene que meter dinero en el movil que sino no tengo un duro.

La verdad, no lo sé. Creo que Erik estaba un poco extraño. - No puede evitar una sonrisa juguetona. La reacción de todos había sido... exactamente lo que habría esperado de cada uno de ellos.

No creo que los demás desconfíen de nosotros por lo del baúl... pero si creo que las Casas tienen sus propios planes, y todos nos vemos envueltos en ellos. - Un semblante mucho más serio se apodera de la cara de Blanca. Toma la mano de Darío un poco más fuerte... - Los Zeón son guardianes... quizás lo guardianes originales, y se sacrificarán por el Equlibrio de Antaño... pero como te dije en ese desayuno que tomamos, no creo que todas las Casas tengan el mismo respeto por la diplomacia y el Equilibrio. La paranoia de Spear puede parecernos molesta, pero todos los prejuicios se basan en porciones de la realidad.

Pienso que sería bueno no desconfiar de nuestros vecinos, pero si estar más atentos a lo que hacen en nombre de sus casas. - Nathan y Erik, por ejemplo... Ruby Black, piensa la camarera.

Al ver la cara de Hache, sonríe a modo de disculpa.

Lo siento, Hache. Acabo de arruinar un perfecto paseo por Lalegua. Creo que aún te debo esa limonada con albahaca del día en que nos cambiamos!... quieres que te sirva una en el Rumdock?... puedo darle un pequeño twist, si te gusta el gin jejeje. Claro, es un regalo de mi para ti. - y le da un beso pequeño en la mejilla.

Eso si, debes tener cuidado con Karl... a veces se pone algo sobreprotector. Una vez le rompió la nariz a un tipo que me hablaba demasiado cerca. No puedo decir que lo culpo, es más, quizás hasta lo agradezco... No he tenido una muy buena historia con los hombres - y se ríe tristemente.- A veces extraño a mi padre. Mamá dice que se encuentra bien, como siempre... pero extraño su voz, aún cuando fuera para regañarme. Recuerdo que me llevaba en su bote y nunca le gustó como ataba las cuerdas jajaja... supongo que siempre he sido una decepción...

Para de repente. Sonrrojada, era la primera vez que le contaba algo de sí misma a alguien en mucho, mucho tiempo. Quizás, incluso, desde que dejó la universidad.

Ehr... qué le dijiste a tu familia por los días que estuvimos desaparecidos? - termina, intentando cambiar el tema.

Mientras conversa y pasea con Hache, Blanca saca su móvil aún roto desde su primer encuentro con Spear y le envía un whatsapp a Anayansi.

Anayansi!... ayuda, hace mucho que no tenía una cita y creo que lo arruino todo!... vamos a tener que conversar una vez que volvamos a la Torre. XOXO.

Nathan se metió en el papel de pijo. No había actuado de esa manera ni si quiera cuando sí que lo era.  Porque había sido un poco pijo. Cuando eres un niño, absorbes lo que vives. Pero ya se había curado de eso, solo había que ver su cutre bici. Tal vez hasta estaba compensando al universo los excesos de su pasado y de su padre, abuelo, bisabuelo,…

Cuando aquellos “working class” se largaron, se sintió desfallecer. –¿Ha colado?¿En serio? Joder, no me lo puedo creer. Si casi se me salta el corazón por la boca.- Pensó el muchacho, un poco tembloroso.

-Parece que los demonios además de no tener luz, también sabemos mentir. Aunque la verdad es que me he puesto, nervioso no, lo siguiente.- Le dijó a su compañera con una sonrisa. –Por cierto, eres mi primera novia falsa. Salvo que contemos a una de parvulitos que dijo que de mayor nos íbamos a casar.

La mansión era como se había imaginado, pero la fiesta no parecía una fiesta sino más bien una reunión de jubilados rancios con pasta. -¿Qué será mejor idea? ¿llamar, esperar a que terminen? ¿En la web de su galería de arte viene un móvil de contacto personal? Es más… ¿Tiene web su galería de arte?- Con una mueca de broma añadió: -Si la misión es de vida o muerte, la planificamos un poco más que esta.

-Hablando de eso, ¿cómo llevas lo de las misiones sobrenaturales y esta doble vida en general? Yo estoy preocupado, pero por lo rápido que he entrado al trapo. No creo que me este volviendo loco ni que esto sea un sinsentido. Y no sé si eso es muy normal.

Apenas John se había recuperado del susto cuando Anayansi explotó con su verborrea habitual en un intento por ganarse el favor de la señora. Lo cierto es que estaba en su salsa. No le cabía la menor duda de que acabaría logrando su propósito, así que pensó que lo mejor era dejarla hacer sin intervenir más que lo mínimamente imprescindible.

-Hola...-dijo cuando Anayansi les presentó. La voz de John sonaba apagada y entrecortada. Tan solo alcanzó a acompañarla con un tímido gesto con la mano.

Cuando Anayansi se pone a relatar como hace siempre me dan ganas de taparle la boca con un calcetín... ¡le está contando todo a esa señora! ¿Y si es una enemiga de los Altair? ¿Y si su misión es impedir que nadie llegue a ese piso? Así que me pongo en tensión, por si acaso, y no saludo como hace John. Pero Anayansi no es tan tonta como creía, y se pone a mirar a la aparecida de la nada por su monóculo (bien, Anayansi), que, según nos contó, es como un filtro de Instagram para resaltar las cosas mágicas (me vendría incluso bien uno así para postear fotos de mis abdominales frente a una puesta de sol en la playa, fíjate...). Así que dejo que ella se encargue de esto, y caigo en la cuenta de lo que ha dicho antes la señora:

- No griten. Bastantes gritos se han escuchado ya en esta escalera. ¿Dónde van? 

 ¿Qué querrá decir con "bastantes gritos se han escuchado ya"? ¿Será que los pobres son más escandalosos y no saben guardar las formas? (Ya sé que sí) ¿O se está refiriendo más bien a que han pasado cosas chungas aquí y tienen que ver con el apartamento 219?

Camino hinchada como un pavo por ser la primera novia falsa de un universitario, tal vez por el subidón de moral o quizás por la adrenalina de que no nos haya pillado el guarda me oigo decir a Nathan mientras le cojo del brazo:

- ¿Por qué no echamos un vistazo?- mientras señalo la mansión del Sr. Lobo.

Hablando de eso, ¿cómo llevas lo de las misiones sobrenaturales y esta doble vida en general? Yo estoy preocupado, pero por lo rápido que he entrado al trapo. No creo que me este volviendo loco ni que esto sea un sinsentido. Y no sé si eso es muy normal.

- A mi me pasa lo mismo, de repente me encuentro asimilando como normal que haya seres que pueden curar, o matar, mediante sus poderes sobrenaturales, a lo mejor nos eligieron precisamente por no ser muy normales- añado con una sonrisa- no sé, me gustaría pensar que podemos sacar algo bueno de todo esto- por mi cabeza pasa como un rayo la imagen del curandero... poder ayudar a tantas personas con un poder como ese- Lo único que me preocupa es... bueno... pertenecer a una casa de demonios... no sé, ¿se supone que debemos ser más sórdidos? ¿más malos? - me muerdo el labio al darme cuenta de lo ingenuo que ha sonado, pero es algo a lo que llevo tiempo dándole vueltas.

Miro hacia la entrada de la mansión

- Seguro que hay muchísima seguridad... si la seguridad no son esas gárgolas- un escalofrío me recorre la espalda pensando en esa posibilidad, pero ya me creo todo- vamos a dar un rodeo, a ver si por la parte de atrás se ve algo ¿te parece? 

Rodeando la mansión, se dan cuenta que da a una playa privada. El mar acaricia la parte trasera de la casa del Señor Lobo. Viendo la mansión con detenimiento no ven guardia alguna. De hecho, el pórtico está abierto, tal vez para facilitar la entrada a los invitados a la cena. Resulta imposible saber cuántos han acudido porque habría que saber cuáles de los coches que están aparcados pertenecen al anfitrión y cuántos a los asistentes a la velada. 

Pero aunque no hay seguridad alguna, el aspecto y la energía que desprende la casa apuntan a que algo oscuro la rodea. O tal vez la conversación entre Nathan y Helena acerca de lo sobrenatural les está condicionando demasiado. 

Mientras intentan saber qué hacer, si conviene directamente cruzar al jardín y asomarse a los ventanales o llamar a la puerta, se oye un alboroto en el comedor y uno de los invitados sale al exterior: 

Es un hombre joven con camisa rosácea y chaleco. Inmediatamente Nathan se fija en él. Es inevitable porque si el chico que sale no es un modelo... poco le falta.

"Joder, cómo me sigan poniendo todos los hombres de la Casa Cruoris, voy a acabar poniéndome malo" 

Helena observa que se enciende un cigarro y pasea distraído por el aparcamiento. No parece que les haya visto. 

La mujer no parece inmutarse cuando Anayansi se pone el monóculo y la mira o cuando John la saluda. Parece algo ida y sigue mirando al frente. 

(Anayansi no ve que tenga nada mágico la mujer) 

- Ya no vive ahí. Yo no pude hacer nada. Ya no vive ahí. Yo no la conocía casi. Yo limpio todo bien. Así y así. 

La mujer tiene un cubo en la mano y hace el amago de fregar. Después avanza sin hacer ruido. Va descalza. 

Sin presentarse ni interactuar con los visitantes, abre la puerta de su piso, que está en una planta por debajo del 219. 

- No griten. Shhh, shhhh. No hagan ruido. No manchen. No molesten a los que duermen. Shhh, shhh

La mujer se lleva la mano a la boca pidiendo silencio. Su mirada sigue ida. Después, cierra la puerta. 

Erik se da cuenta que los tramos hasta la siguiente planta están efectivamente recién fregados. 

John oye con su agudo oído como detrás de alguna puerta alguien más está respirando y observando, tal vez tras alguna mirilla, tal vez pegando su cabeza contra la puerta. Pero tanto esta planta como el resto del portal parecen deshabitados. 

John observa el comportamiento de la mujer con una expresión que demostraba sorpresa y curiosidad a la vez. La siguió con la mirada sin decir nada hasta que se perdió detrás de la puerta. Su expresión cambió cuando levantó la cabeza y levantó la palma en dirección a sus compañeros como pidiéndoles un segundo de silencio para poder escuchar mejor.

-Hay...gente. Nos observan-dijo al cabo de un momento-Claro que eso no es...no tiene nada de particular. Somos extraños deambulando por su casa. Será mejor seguir a lo nuestro ¿Continuamos?

John se dispuso a continuar su ascenso subiendo las escaleras hasta el siguiente piso.

Tras hablar con la señora fantasma que se dedica a fregar suelos y dar sustos a los nuevos, me acuerdo de Cristoff. ¿Qué será de aquel chico? Saco mi movil para mirar su foto de whatsapp pero no le tengo agregado, entonces veo que fue Blanca la que me escribio un mensaje y decido contestarle porque es mi compi y porque si me necesita aquí estoy.

Anayansi!... ayuda, hace mucho que no tenía una cita y creo que lo arruino todo!... vamos a tener que conversar una vez que volvamos a la Torre. XOXO.

 ¡Blanqui tía! Seguro q no es para tanto. Le has tocado ya el mondongo? Tienes q comprender que Hache es diferent a los otros chicos. Yo diría q es virgen. Tienes q ir con calma quizá un besito en la mejilla o ir al cine y comprarle palomitas. Pero bueno. Tu no te desmotives seguro q todo os va bien. Cuando vuelva paso por tu casa y me cuentas. XOXO.

 Por cierto tía, stoy aquí con John y Erik viendo fantasmas ya os dije donde veniamos pero si ves q tardamos ya sabes, avisas a Samuel y q venga corriendo. Yo creo que estamos yendo al apartamento de un fantasma y huelo la caquita de Erik a distancia. ¡Menudo guardaespaldas me he traido!

XOXO.

El monóculo no furrula. Si ves a Carmen le preguntas que tengo que hacer con el.

El mensaje de Anayansi le preocupa un poco. Detrás de la escritura simpaticona y liviana, si algo logra hacer que los demás tengan miedo y necesiten un guardaespaldas, quizás sea algo más grave de lo que parece.

Blanca le muestra el mensaje a Darío (con cuidado de que no vea los anteriores)...

 Por cierto tía, stoy aquí con John y Erik viendo fantasmas ya os dije donde veniamos pero si ves q tardamos ya sabes, avisas a Samuel y q venga corriendo. Yo creo que estamos yendo al apartamento de un fantasma y huelo la caquita de Erik a distancia. ¡Menudo guardaespaldas me he traido!

XOXO.

Mientras John les anima a continuar, Anayansi se queda mirando su móvil y empieza a guasapear durante un par de minutos. 

-¿Todo bien Any...Anayansi?-pregunta John-.

Las palabras inconexas de la señora de negro parecen confirmar mis sospechas:

- Tíos, creo que la habitante del 219 murió violentamente, y la tipa esta se ha pasado el tiempo limpiando una sangre que ya no está ahí... id atentos y con cuidado, puede que no sean los ángeles de vuestra Casa los que vivan ahí ahora.

Voy siguiendo a John, que ha tomado la delantera, pero él se gira a mirar a Anayansi, que se ha quedado atrás jugando con el móvil.

- Anayansi, coño. ¿Que no has oído lo de estar atentos? Dame la linterna, que voy a ir delante.

Me adelanto a John y recorro el trecho que queda hasta el 219, con el cuerpo en tensión y con los sentidos muy atentos por si hubiera que liarse a hostias en cualquier momento.