Partida Rol por web

De pronto un temblor agitó el suelo. Las formicidas dudaron un segundo en volver a atacar y miraron a todas partes. Después otro temblor y comenzaron a hacer chirridos agudos como hablando entre ellas. A continuación, un tercer temblor y las grandes hormigas huyeron del combate.

Fuera lo que fuera, aquello había hecho asustarse a aquellas criaturas, sin duda lo mejor sería huir y rezar para que cuando regresarais de la cueva aquella criatura tampoco anduviera por allí.

Me acerqué corriendo al ver que las forimcidas huían

Hemos tenido suerte dijo al llegar al lado de su alumno. Acto seguido, le dio una colleja.

Hay que estar más atento al combate, si no nos pueden destrozar si quieren y me eché a reir, pues yo había fallado bastantes veces y alguien me debería regañar a mí. Pero él no, es mi alumno.

Recogí los nunchakus que había dejado caer y los guardé.

Venga, vayamos a la cueva.

La colleja y las palabras de Aerith le sientan como un jarro de agua fría. No porque crea que no las merece, él mismo se reprocha su inutilidad en el combate, si no porque es la segunda bronca que se gana en su primer día realmente a prueba, las cosas no podrían ir peor.

-Aún no he derrotado a ningún enemigo, solo he sido carga.- Baja la vista con tristeza.- Esta vida no para mí.

Envaina su espada, que ni siquiera ha manchado en el combate, y mantiene la vista fija en el suelo, sintiendo toda la rabia por no ser capaz de ayudar a su gente.

Ooh, pobre Bedric pensé con ternura al verle desmoralizado. No pude evitarlo, y le di un fuerte abrazo.

No te preocupes, malos días los tenemos todos. Pero hay que saber reaccionar y aprender de los errores.

Me aparté de él dándele un sonoro y gran beso.

Vamos, tu enemigo espera. Ya verás como tenemos mejor suerte esta vez y se demuestra todo lo que sabes hacer

A pesar de las dificultades del viaje lográis llegar hasta la Caverna del Rayo. Ante vosotros hay una gran puerta de tonalidades azuladas que llevan al interior de la montaña en la que se aloja la prueba a la que debéis enfrentaros en aquel momento.

Una mujer de ropajes anchos está parada en frente de la puerta.

Cuando Aertith está cerca de ella le tiende la mano a modo de saludo. Y después hace una inclinación para saludarte a ti.

- Bienvenida Instructora Moonlight. Veo que has traído al aprendiz a Filo del Alba tal y como me dijiste. Me alegro de que hayáis llegado hasta aquí sanos y salvos. Las tierras de Talant son peligrosas para cruzarlas andando.

De todas maneras lo importante es que ya estáis aquí y por fin podrás enfrentarte a tu última prueba antes del examen para Filo del Alba.

Esta es la Caverna del Rayo y en su interior y cantidad de elementales eléctricos. Son muy peligrosos y pueden materializarse con muchas formas y apariencia, tened mucho cuidado. Al final de la cueva os encontraréis con ella, la guardiana elemental. Ese es vuestro objetivo, derrotarla y lograr que se os una a vuestro bando.

¡Hola Kai! Hace ya tiempo que no vengo a verte. En cuanto tenga un rato libre, volveré para pasar un buen rato le dije a la guardiana haciéndole un guiño y una pequeña sonrisa.

¡Hola Aerith! ¿Qué tal? ¿Cómo se llama el chico que traes? Parece un buen hombre.

La mujer devolvió la sonrisa ante las palabras de la instructora. Después miró al alumno y se quedó observándolo.

Seguro que pasa la prueba sin problemas. ¿Tienes alguna duda, muchacho? Pregunta cuanto quieras.

Bedric se deja abrazar por Aerith sin saber muy bien como reaccionar y poniéndose algo rojo. Para evitar que se le note echa a andar rápidamente intentando ocultar su rostro a su instructora.

Cuándo llegan a las puertas, devuelve la inclinación a Kai, y espera a que ambas mujeres intercambien saludos, sin decir nada.

¿Elementales eléctricos?¿rayos? No conoce esas expresiones, pero no va a permitir que su ignorancia se note después del ridículo que ha hecho en su primer combate real como aprendiz, así que niega con la cabeza cuando Kai le invita a preguntar sus dudas y desenvaina su alfanjón, inspirando con fuerza y tratando de calmar sus nervios y apelar a su concentración.

-Me llamo Bedric.- Responde solamente, controlando su voz para evitar que se note su nerviosismo.

Si no tienes ninguna duda, podemos continuar, Bedric. Pero como estés en silencio porque te da vergüenza... y empecé a hacer gestos con la mano como amenazándole que se llevaría un azote.

Es de sabios obtener la mayor información posible del enemigo. Tenemos suerte, ya que sabemos qué enemigo será nuestro rival y Kai podrá resolver tus dudas. En otros momentos, no será así. Así que te animo a que preguntes.

Te confieso que aquí todos hemos preguntado. Así me hice amiga de Kai

El bárbaro se decide finalmente a expresar sus dudas.-No sé que significa rayo, no conozco esa palabra en vuestro idioma. ¿Cómo se vencen?

Ves, pequeño. No dejes que tus dudas te atormenten por dentro, preguntar te lleva hacia el conocimiento, y el conocimiento te conduce más pronto al saber. Un hombre sabio es un hombre preparado. Y un hombre preparado está más cerca de convertirse en un Filo del Alba.

Bien, pues te explico, el rayo es aquello que se produce cuando hay tormentas. Las nubes se juntan y lanzan chispas cuando hay lluvias torrenciales. Mientras te mojas, las luces que se pueden observar son los relámpagos. 

Con esta energía nacen los elementales, son elementales del rayo o de electricidad. Y atacar con conjuros de tierra te ayudarán en tu misión. Posees magia, y si conoces este tipo de conjuros te serán de gran ayuda.

- ¿No tienes ninguna duda más?

La cara de Bedric se ilumina al comprender a qué se refiere Kai. -¿Guerreros de Nyniver?- Los rayos son un fenómeno muy raro en el desierto. Bedric sólo ha visto una tormenta de ese tipo en su vida, y siempre ha tenido a los rayos un terror reverencial. Los sabios de su tribu dicen de ellos que son los ataques de los espíritus del cielo contra el desierto, en la eterna batalla entre Nyniver (la diosa del cielo) y Rhin (el padre de las arenas). Nunca ha llegado a ver a esas criaturas, más que en el momento del relámpago, aunque sí ha visto después de la tormenta el cuerpo  de uno de sus hermanos de tribu calcinado por ellas. Cuándo se da cuenta de que sus acompañantes no comparten sus creencias (algo que ya ha comprobado durante el tiempo que ha pasado fuera del desierto), trata de explicarse como puede.

-Nyniver es espíritu del cielo. En donde yo vengo, rayos son sus ataques contra desierto.

Kai parecía saber perfectamente el tipo de creencia que tenía Bedric y asintió cuando formuló la pregunta, antes de que diera la explicación.

- En efecto, las criaturas que te encontrarás en esta misión serán criaturas de Nyniver. Estarán para proteger a su guardián y tu misión aquí es vencerlo para pedirle que se una a nosotros. ¿Entendido?

Mmmm... dije con aires de entenderlo todo, aunque no sabía de lo que hablaba. Sabía que tenía otra cultura, pero esas batallas que contaba...

Bedric asiente con la cabeza.

-Estoy listo.

Kai abre las puertas hacia el interior de la prueba.

De pronto una extraña sensación recorre vuestro cuerpo. Sin duda aquella caverna estaba cargada de electricidad estática. Bajo vuestros pies una pasarela de roca llevaba hasta las profundidades de la cueva. El camino atravesaba unos grandes nubarrones que había bajo vuestros pies que de cuando en cuando soltaban algún terrible rayo o relámpago que iluminaba la zona y os ensordecía.

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A cada lado de ella tan solo había nubes y un inmenso vacío. Caer por ella sin duda acabaría con vuestra vida cayendo en un vacío infinito. Seguramente antes te murieses de hambre que contra el suelo. Así que lo mejor sería andarse con cuidado y avanzar de prisa pero sin pausa.

Y entonces, después de haber andado varios metros tres criaturas eléctricas se posicionaban frente a vosotros. No había casi apenas espacio para moverse debido al camino tan estrecho, así que el combate sería directo, sin ataques sorpresa ni por la espalda.

Ten cuidado con las criaturas, Bedric. Golpes rápidos y directos. Y si lo prefieres, lucha con la guardia bien alta. Hay que estar bien fresco antes del gran combate dije al tiempo que cargaba la ballesta y la levantaba, disparando a una de esas criaturas eléctricas

Bedric asiente, obediente, a los consejos de su instructora. Opta por el ataque a distancia, igual que ella, así que coge una de las dos lanzas que lleva sujetas a la espalda y la lanza contra una de las criaturas.