Partida Rol por web

Viendo que ya no le quedan lanzas que arrojar al elemental, Bedric se decide a lanzarse a atacar cuerpo a cuerpo. Ya ha cogido algo de confianza con el alfanjón, y además debe proteger a Aerith, igual que hizo ella antes. Suelta un grito gutural mientras trata de golpear verticalmente al ser eléctrico.

Será posible el bicho este, ¡vas a hacer daño a tu madre! grité enfadada levantando la ballesta y disparando de nuevo.

Esta vez fue Aerith la que quitó de en medio con un solo virote a la criatura eléctrica. La flecha atravesó a la criatura para perderse en la inmensidad de la cueva.

Cuando volvisteis a mirarla, os habíais dado cuenta que el elemental se había desvenecido en una suave corriente de aire que ahora os dejaba el camino libre para seguir avanzando hasta vuestro objetivo final.

Uff dije sentándome en el suelo y pasándome la mano por la frente. Creo que estas criaturas no me quieren mucho, casi me desfiguran añadí mientras rebuscaba en la mochila.

¿Necesitas una poción? Yo me voy a tomar una dije mientras empezaba a beber.

-Puedo a... aguantar. Pero me vendría bien.- Bedric recupera sus lanzas, y vuelve a envainar su espada, preparando una de ellas entre sus manos para el siguiente enemigo. -¿Muchos guerreros aún?

El nómada parece ansioso por continuar avanzando, echando rápidos vistazos hacia adelante cada poco y sujetando la lanza con fuerza, con las manos casi agarrotadas alrededor de ella.

Pues toma dije metiendo la mano en la mochila y sacando otra poción para dársela a Bedric.

-Gracias.- Responde Bedric cogiendo la poción, y haciendo una leve inclinación de cabeza a Aerith. Después toma la delantera, avanzando por el pasillo delante de su instructora.

Habían decidido parar para tomar un respiro. Bedric se tomó la poción que le había entregado su maestra y ellahizo lo mismo. Habían decidido descansar un poco, pero ya era momento de volver a ponerse en pie y continuar avanzando a través de las pasarelas.

Aerith recordaba más o menos el lugar, y no debería quedar mucho más para encontrarse con el guardián del Rayo.

Es hora de ponerse en marcha. Vamos a continuar, estamos cerca de nuestro objetivo

Bedric asiente con la cabeza y avanza delante. Lleva una de las lanzas preparada para arrojarla a la mínima señal de amenaza.

Conseguí dar un salto para esquivar a esa criatura. Se te oye a distancia, guapa dije levantando la ballesta y disparando al elemental.

El virote de la instructora atraviesa el cuerpo creado a base de electricidad y transformándolo en un instante en una mera corriente de aire fresco. Aquel elemental había durado menos que cualquiera de los rivales contra los que os habíais enfrentado hasta ahora.

Ya podíais continuar avanzando en vuestra búsqueda del guardián.

Cuando anduvisteis varios metros más os disteis cuenta que estabais frente a un portal, una ccorriente eléctrica circulaba a través de las rocas.

Sin duda habíais llegado a vuestro destino, teníais que atravesar aquella corriente y enfrentaros al rival que habíais venido buscando.

El fin de aquella misión estaba realmente cerca. Pronto sabríais si, verdaderamente, merecíais convertiros en un Filo del Alba.

Antes de que pueda siquiera darse cuenta de que hay un elemental tras ellos, Aerith ha acabado con él de un disparo. Bedric abre la boca impresionado, y se reprende mentalmente no haber reaccionado más rápido. Cuando su instructora ha recargado la ballesta vuelve a avanzar delante, intentando estar más atento esta vez.

Al llegar al portal lo observa con respeto, ocultando como puede su inquietud.

-¿Aquí está su líder?- Respira con fuerza, consciente de que esta puede ser la prueba definitiva que decida si puede convertirse en un Filo del Alba, y espera indicaciones de Aerith. Piensa avanzar delante, pero no se atreve a atravesar el portal hasta que ella no le confirme que es seguro hacerlo.

Sí, aquí esta el Guardián dije mientras posaba mi mano en su hombro. Podemos entrar con seguridad, esta pared eléctrica no nos hará ningún daño. Tienes una misión y es conseguir que ese Guardián se una a ti. Recuerdalo y eso te ayudará. Adelante.

Atravesáis la corriente y sentisteis como vuestro cuerpo se cargaba de electricidad estática.

Cuando accedéis a la sala un hombre está descansando en un trono de hierro. Justo abre los ojos cuando se da cuenta de vuestra presencia y en el interior de ellos podéis apreciar como brillan con un pálido color azul. 

De pronto un rayo se materializa en su mano y se pone en pie para recibiros y finalmente dedica una mirada a Aerith, como si dos antiguos conocidos se encontraran de nuevo.

Aerith, ¿has traído un nuevo alumno a mi guarida? Sabes que no pienso rendirme. Jamás me habéis derrotado y dudo mucho que lo hagáis ahora. Dime, de quién se trata esta vez. ¿Crees que será capaz de vencerme?

Los pelos se me encresparon al pasar al interior. Estaban tiesos como si fuera un erizo asustado, y por mucho que intentara bajarlos, no lo conseguía.

Joe, siempre me pasa igual, podías cargar un poquito menos el ambiente, Guardián del Rayo. ¡Tengo una imagen y siempre me despeinas! solté antes de empezar a reírme.

Si te vence o no, es cuestión de tiempo. Me giré a Bedric

Debes mostrar tus respetos. Preséntate y dile a qué vienes. El es un Guardián, un ser mágico, no es una criatura cualquiera. Recuerda cuál es tu objetivo.