Partida Rol por web

El de las gafas dijo que iba a mear, sí, seguro. Pero el otro tipo había salido con un cuchillo y demasiado nervioso para mi gusto. Podría ir a liar alguna, y el mejor sitio para liarla era la Sala de Máquinas. Además parece un cerebrito y seguro que sabe cómo hacer daño a la Orpheus. Niego con la cabeza mientras sonrío para mi mismo. Más le vale no tocar nada que no deba.

Me encamino hacia la Sala de Máquinas, atento por si escucho cualquier ruido extraño o si le ha dado por esconderse en algún rincón oscuro.

Al entrar en la Sala de Máquinas todo parece tranquilo y en funcionamiento. No hay nadie en su interior ya que su ocupante habitual, Steve, está en la Sala Común, arriba. Pero te parece oir algo, un golpeteo metálico, en el hueco que hay debajo del motor principal. Parece que hay algo enganchado... Aunque obviamente no es tu problema, lo tuyo es mantener la mula, tu "niña" secreta, en perfecto estado, no hacer el trabajo de la mecánico, que para eso está. Y por otro lado, está claro que ninguno de aquellos dos está ahí.

Entonces oyes como algo se mueve a pocos metros, cerca del hangar. Aunque intenta ser discreto, no lo consigue.  Cnsigues captar el olor peculiar a especias variadas que siempre parece flotar alrededor de "Nerviosito"...

Vaya, Steve debería beber menos y preocuparse más de la nave. La próxima vez no dejaré que me gane los pulsos tan fácilmente. Me acerco al comunicador y llamo a la Sala Común.

- Oye Steve, algo suena raro en el motor, deberías echarle un ojo.

Ale, yo ya he cumplido, ahora que se encargue la flacucha. Seguro que es una chorrada, pero con el sabotaje y los robos como para fiarse. Sin esperar respuesta, me dirijo hacia mi futuro amigo a grandes zancadas. Me gustan los pasteles de este tipo, y seguro que prefiere quedarse en la cocina haciéndome más. Voy crujiéndome los nudillos mientras avanzo. Necesito un poco de acción, por favor, que se ponga tonto, que se ponga tonto, que se ponga tonto...

Nada más entrar Kratos en el hangar, la cabeza de Ashton asoma como la de un perrito de la pradera, por encima de unas cajas, las mismas que había estado apilando el propio Kratos con Dariel hacia 10 días... El pobrecillo flacucho pega un bote del susto al ver acercarse al armario del Jefe de Seguridad.

-No, nonononono, no lo entiende, ellos están aquí, todos moriremos! Sí, si, claro que le haré uno, muy rico, sé una receta de pastel de melocotón que se relamerá, pero necesito...- se muerde el labio, extremadamente nervioso -Necesito tapones para los oidos y... y...- parece trabado, temblando como una hoja.

-Sólo quiere el traje espacial. Dáselo por favor- se oye a un lado, no previsto. Henry Miller ya no parece tan tímido como los demás días.

-Te pagaremos- finaliza éste, muy serio.

-Sí! Con pasteles! Haré muchos, todos para ti! Y Estofado!- salta Ashton, de improviso.

Miro durante un momento a Ashton, cada vez más cansado de su verborrea. Antes de poder decir nada me sorprende la voz de Henry. Le miro despacio, ¿dónde se ha metido el chico tímido que era antes?

Ta Ma Duh. Aún me duele la cabeza de la resaca, no estoy como para aguantar las tonterías de estos tipos. Deberíamos cambiar los camarotes por unas bodegas, las cajas son menos molestas que los pasajeros. Uno paranoico y el otro bipolar, menuda suerte. Esperemos que las tías sean más normales que estos dos. Hago un gesto de repulsión, que sepan que no estoy para memeces.

- Nadie se marcha de la Orpheus sin que lo diga el capitán. Punto. Vienen los feds, así que más os vale prepararos porque nos van a abordar y no queremos líos.

Miro a ambos con la mirada más amenazadora que logro sacar con el dolor de cabeza.

- ¡Ma Shong!

Dicho esto, me quedo mirando a ambos, sobre todo cuidándome de Ashton y de dónde puede haber metido su cuchillo.

-No pretende irse de la Orpheus, sólo usar el traje espacial, ya sabe, para no estar dentro cuando la registren...- responde Henry- Puedo pagarle muy bien, más de lo que se imagina. Ayúdele- vuelve a intentarlo. Aunque sigue siendo un tipo tímido, la adrenalina del momento y los nervios le hacen salir su lado más desesperado.

Ashton se remueve nervioso y empieza a buscar el traje espacial por su cuenta. El cuchillo no aparece por ningún lado, extrañamente.

-Es... inofensivo, no le hará nada, sólo está asustado y confuso. Por favor- insiste Henry -O quiere dejar de tener el privilegio de que cocine para todos? No hay mucha gente que sepa cocinar de ese modo, créame, ni siquiera en los planetas del núcleo...

Al oír la palabra dinero, mi actitud cambia drásticamente. Parece que esta gente habla mi idioma después de todo. Al fin y al cabo, sólo necesita apartarse de los feds, es comprensible... tampoco me vendría mal a mi hacerlo. Pero espera... ¿y si le pillan? Ta Ma Duh. Seguro que sería peor. Durante la línea de pensamiento voy cambiando de cara, seguro que desde fuera tengo que ser todo un poema. Seguro que a Dariel no le molaría que nos buscásemos problemas. Pero el dinero... miro a Ashton

- Está bien, te daré el traje, pero si te pillan, eres un polizón, ¿comprendido? Y si nos metes en cualquier problema, te aseguro que te perseguiré y cuando te coja, te romperé los huesos uno a uno... ¿entendido?

Señalo a Ashton con el dedo amenazadoramente mientras digo estas palabras. Luego miro a Henry.

- Más te vale no mentirme. Puestos a romper huesos me da igual un tipejo que dos.

Dicho esto busco alguno de los trajes espaciales y se lo lanzo al cocinero sin ninguna delicadeza.

- Ahí tienes, y ya sabes, - hablo despacio y muy claro, remarcando cada sílaba - po-li-zón.

[Puente de mando, lidiando con los Feds]

- Señores, me temo que antes de dar paso a la inspección me gustaría saber el motivo de la misma y a ser posible, ver la orden antes de permitirles el acceso dentro de la nave -Contesto todo lo educadamente que puedo.- Entenderán que a nosotros también nos gusta asegurarnos de las cosas, nunca se sabe lo que te puedes encontrar ahí fuera...

Sonrío amablemente.

Ashton se queda mirando, sin parpadear apenas, a Kratos y asiente con la cabeza. Henry parece algo más aliviado al poder conseguir el dichoso traje.

-Muchas gracias, en cuanto los Feds se marchen, le conseguiré el dinero, sólo tiene que darme su cuenta, o mejor aún! Le abriré una para usted solito!- rectifica éste, pensándoselo mejor.

Ashton coge el traje que le lanza y casi se cae al suelo por el peso del equipo. Intenta ponérselo como buenamente puede y con ayuda de Henry, consigue hasta acabar de cerrarlo y todo. Henry saca una caja negra pequeña, del bolsillo de su chauqeta y trastea un par de minutos con esta.

-Creo que hay una escotilla por ahí...- le indica Henry con gestos a Ashton. Ambos parecen olvidarse por completo de la presencia de Kratos, demasiado concentrados en sacar a Ashton y el traje espacial fuera de la nave...

Entonces Henry se gira de golpe.

-No dirá nada verdad? Es parte del trato, le pagaré el doble si se mantiene callado y no dice nada a nadie, ni a sus jefes...- finaliza éste.

[Puente de Mando]

La imágen de la pantalla del comunicador se pone en azul completo, dejándose de ver la cara del mandamás de las Fuerzas de Seguridad de la Alianza, por unos momentos. La imágen vuelve de repente.

-Es un asunto de alta seguridad, pero aquí les mando la orden de registro...- contesta finalmente éste, en tono muy serio y con el semblante muy rígido. En pocos segundos deja de verse la cara del fed para proyectarse un texto legal, la orden de registro reclamada.

"Orden #3582041

Asunto: Registro de todas las entradas y salidas por nave espacial del sector 15437.

Motivo: Identificación y localización de agente patógeno.

Autoridad emisora: Clasificado.

Prioridad: Máxima.

Alerta: Biohazard. Protocolo básico de cuarentena en caso de positivo."

-Van a continuar ofreciendo resistencia o voy a tener que dispararles por el bien de la Seguridad de los pueblos unidos de la Alianza?- añade finalmente éste, algo mosqueado con tanta tardanza. Si se demoran más en frenar y continuan estando empeñados en oponer resistencia a la realización de su trabajo, Lorence está más que dispuesto a dar la órden de disparar. Una nave abatida siempre es mucho más fácil de registrar...

[Sala Común]

Amanda no responde nada más, sigue indignada y nerviosa pero parece que las buenas intenciones de Julian hace que la discusión no vaya a más.

-Está bien, Capitán, pero no se olvide de mis palabras o lo lamentará- se sienta, muy seria. Luego se lo piensa mejor y se vuelve a levantar.

-Natie, será mejor que nos preparemos para el "abordaje", que estemos en medio del espacio no quiere decir que tengamos que parecer unas pordioseras- espeta ésta. Coge de la muñeca a su hija y tira de ella para salir lo más rauda posible de la Sala Común y dirigirse al cuarto que tenían asignado en la zona de los pasajeros.

Me quedo pensando un momento. Seguro que Jules puede pasar sin saberlo, pero Dariel... no sé, lo decidiré luego, cuando ya tenga su dinero en la cuenta. Asiento convencido

- Claro, no hay problema. Tú paga bien y yo no diré nada. Pero todos se darán cuenta de que falta Ashton cuando nos presentemos ante los feds. Además - señala la caja negra de Henry - ¿qué demonios es ese cacharro?

Henry vuelve a levantar la cabeza, desviando la mirada del aparato que tiene en las manos.

-Nada, sólo es un pequeño cacharro, una PDA, porque? Quiere uno?- se queda algo extrañado y confuso, mirando a Kratos. Salta una señal en la pantalla de la PDA y Henry vuelve a mirar.

-Ashton, date prisa! Van a entrar ya!- apremia al otro hombre.

-No debería volver a su puesto? Quizás le echen de menos, ya sabe, cuando pasen revisión de la tripulación...- se muerde el labio, inconscientemente. La verdad es que si entraban sería justo en el punto donde estaban, el hangar.

-Cuando todo termine, tendrá su recompensa, no se preocupe- finaliza, como despedida. Metiéndole prisas a Ashton, se marchan por una de las pasarelas, buscando la famosa "escotilla" alternativa, para salir al espacio exterior, dejando solo a Kratos y su maravilloso sueño de revolcarse en centenares de créditos...

[Puente de mando - Puente de carga]

Leo atentamente la orden que se muestra en el comunicador, mientras coloco las manos sobre los controles de la nave.
Finalmente me doy por vencida y acabo haciendo que la Orpheus frene completamente, para dejarles hacer lo que les venga en gana, que desde un principio fue su objetivo.
- En cuanto deseen... estamos esperándoles con los brazos abiertos, Coronel -Corto la comunicación con ellos y tras respirar hondo tomo el comunicador de la nave.

- Los Feds están a punto de entrar, así que es mejor que todos nos dirijamos al puente de carga, no vaya a ser que alguno no llegue a tiempo, se "pierda" y nos culpen por traficar con personas... -Suspiro resignada.- Joo How Rin -Dejo el comunicador donde estaba y salgo corriendo hacia mi bunker.

Una vez en él busco corriendo mi pintalabios especial y tras usarlo, vuelvo a guardarlo bien escondidito. Salgo esta vez más tranquilamente y me dirijo al puente de carga, para recibir a los nuevos invitados.

Tras varios minutos de espera tensa, la Orpheus se detuvo del todo y el círculo de las naves Feds se estrechó algo más. Una de éstas se acercó y lanzó los cables de conexión para acoplar las puertas de acceso de ambas naves y permitir así la apertura sin pérdida de oxigeno alguna. Tras alguna sacudida y ruidos metálicos, con algún momento angustioso por parte de toda la tripulación y pasajeros, finalmente se oyó la voz por el intercomunicador de la puerta del hangar pidiendo la entrada. La población de la Orpheus se apretujó toda, ansiosa, en el hangar, esperando que aquel maltrago pasara rápido. Pero lo cierto es que cuando ambas puertas se abrieron, la firefly dejó de inmediato de estar en manos de sus tripulantes para pasar a estar bajo el control Fed, siendo conducida hacia el puesto de control que las Fuerzas de Seguridad de la Alianza tienen en la Skyplex llamada Andromedes.

Todos tenían la extraña certeza de que aquel despliegue de medios de seguridad era exagerado para lo que solía ser, ya que normalmente los Feds hacian la vista gorda en cuanto se salía de la zona del núcleo central. A eso además había que añadir el que hubieran tomado los mandos de la nave para asegurarse de que no intentaban huir... Si más no, empezaba a ser muy sospechoso, incluso para el más tonto. Algo gordo tenía que estar cociéndose en las cocinas del Verso para que los duros engranajes de los mecanismos del Gobierno se estuvieran moviendo de ese modo...

Tras anclar la nave en el embarcadero y situar más soldados a su alrededor como vigilancia, toda la tripulación y los pasajeros sufrieron un doble ultraje:
El primero de todos cuando vieron que entraba una docena de soldados que se pusieron a revolver entre sus cosas, sacando y tirando al suelo todas sus pertenencias. No dejaron ni un solo hueco del interior de la nave sin revisar...

El segundo momento humillante fue cuando les condujeron como si fueran ganado bovino hasta una Sala de espera en el interior del complejo anexado a la Skyplex que los Feds utilizaban como Puesto de Control o cuartel. Les separaron los unos de los otros y custodiados cada uno por dos soldados, fueron enviados a distintas estancias, esperando a ser interrogados...

Ten. Johansson: -Por favor, acompáñeme- al menos mantiene cierto tono de educación, en su tono se nota que es una persona con cierta educación, de alguno de los planetas del núcleo. Los dos soldados se sitúan uno a cada lado de Ivy y el Teniente encabeza la marcha, que les lleva hasta unas puertas metálicas de apertura metálica, que dan al interior de una sala de paredes blancas relucientes.
Es una estancia de tamaño mediano, únicamente decorada con una mesa de metacrilato y metal en el centro, con dos sillas del mismo material, situadas una a cada lado de la mesa, encaradas la una a la otra.
-Siéntese, sólo queremos hacerle unas pocas preguntas...

Ivy: Sonrío de lado mientras sigo al mandamás. Me sentía famosa y todo, tan rodeada…
Por el camino no pierdo detalle de por dónde hemos entrado y todo tipo de información que pueda serme útil si he de salir por patas.
Tras pasar unas puertas metálicas parece que hemos llegado a nuestro destino. Miro la sala de arriba abajo, aunque no había gran cosa que mirar, la verdad. Eso si, daba muy mala espina… todo tan blanco… Tan de locos.
Tomo asiento donde indica, no sin antes asegurarme con la mirada de que la silla no tiene nada raro y me cruzo de brazos, esperando.

Ten. Johansson: Al ver que la chica que le ha tocado interrogar (algo que se habían jugado a suertes el Coronel Lorence y la Capitana Ngui, a pesar de sus protestas por la falta de toda formalidad) parece aceptar de buen grado sentarse sin montar ningún alboroto, éste saca de un panel un informe y dos cajas negras pequeñas, luego se situa al otro lado de la mesa y se sienta en la silla que queda libre. Deja las dos cajas negras y la carpeta en la superficie de la mesa, de forma ordenada, una de las cajas en el centro de la mesa, justo entre Ivy y él mismo. El expediente lo situa de forma casi milimétrica, delante de él, totalmente recto, y al lado la segunda caja negra. Se entretiene desplegando la caja, que resulta ser una PDA y saca un boligrafo electrónico, dispuesto a tomar apuntes de todo lo que se diga durante la conversación.
Luego acerca la mano a la caja negra del centro y le da a un botón-
-Esta conversación va a ser grabada. Hoy es día 20 del mes glorioso de la victoria de la alianza, del año 2518 de nuestro Señor- empieza éste -Interrogatorio número 1.5.8.3. Lugar: Puesto de Control 1578, en la Skyplex Andromedes. Interrogador: David Wilmer Johansson, teniente del Regimiento 16º -hace una pequeña pausa, para darse algo de impulso.
-Usted se llama Ivy LeFay, es correcto?

Ivy: Miro con atención todo lo que deja sobre la mesa. Casi consigue más llamar mi atención el hecho de que lo colocara todo de forma asquerosamente perfecta que el contenido de las cajas en sí. Pensaba que el tío no podía ser más maniático después de haber visto eso, pero estaba claro que me equivocaba al ver la retahíla de datos que acaba de soltar por la boca.

Eso si, lo que no podía olvidar era su actitud al ver que me tenía que interrogar, y lo usaré todo lo que pueda. Descruzo los brazos y me coloco recta en el asiento.
- Así es, Teniente Johansson –Contesto, casi susurrando su nombre mientras clavaba mi mirada en la suya.

Ten. Johansson: Hace una leve inclinación de cabeza, confirmativa, luego le devuelve la mirada perforante a Ivy.
-Es usted la piloto de la nave Orpheus?- dato que sabian por la conversación con el comunicador, pero como a Johansson le gusta ser meticuloso, lo quiere tener todo bien grabado, para la revisión posterior de sus superiores.

Ivy: - Correcto –Sonrío- Si que está usted bien informado… -Comento, acercándome más a la mesa- Pero siempre podría dejar esa nave para pilotar otras cosas… -Concluyo, pícaramente.

Ten. Johansson: Mira con frialdad a la mujer que tiene delante, no es que no le pareciese atractiva, si estuviera en un bar, fuera de servicio y sin el uniforme puesto, seguramente la invitaría a varias copas, pero no es el caso. Carraspea levemente para volver a tomar el control de la conversación.
-Cuantos miembros tiene la tripulación y sus nombres, por favor- responde éste -Y déme la lista de pasajeros que llevan. Hacia donde se dirigen exactamente?- continua Johansson.

Ivy: Enarco una ceja al ver su mirada, la cual podría enfriar hasta a Jules cada vez que ve a Cassia.
- Pues somos… la mecánica, Steve, que casi podría considerársela mecánico, aunque es una gran tía, mola ir de copas con ella. El segurata, Kratos, de ahí no hay nada que sacar… El Capitán, Julian y la Acompañante, Cassia, el primero está ya que tiene poluciones nocturnas, y todo por ser un estrecho de mierda, a la segunda la compadezco, por eso y por lo que tiene que aguantar… -Miro un momento hacia el techo, haciendo memoria- También está el co-piloto, Dariel, morenito, muy guapo él y Ian, el médico, al cual casi me tiro… -Apoyo el codo en la mesa y la cabeza sobre un dedo- Creo que no me olvido a nadie… En cuanto a la lista de pasajeros… lo siento mucho pero no la tengo, me paso casi todo el día en el puente de mando, ¿cree que tengo tiempo para hacer vida social? Follar no es vida social, es algo de primera necesidad, así que no me eche en cara lo del médico –Comento casi de carrerilla.

Ten. Johansson: Mira con detenimiento y paciencia a Ivy, luego coge el boligrafo electrónico y empieza a apuntar cosas, a medida que va escuchando las respuestas de Ivy.
-Entonces conoce bien a la tripulación pero no a los pasajeros, es eso lo que quiere decir, Srta. LeFay?

Ivy: - Exactamente –Afirmo con la cabeza mientras dejo caer la mano sobre la mesa- Soy una profesional y mi trabajo es pilotar y acatar órdenes, no ser relaciones públicas, ¿no cree? –Sonrío.

Ten. Johansson: No sabe si creerse eso o no, cuantas probabilidades hay de que en una nave pequeña como una firefly no se supiera quien hay en su interior? Infimas.
-Pero sabría a donde se dirigían no? Porque como piloto usted debería saber hacia donde debe volar la nave...- se denota un cierto tono de escepticismo en su voz.

Ivy: - Por supuesto, ¿por quién me toma? –Enarco una ceja mientras simulo un tono molesto en la voz- Vamos a Whitefall, nos han contratado para ir allí, así que allí nos dirigimos –Me vuelvo a acercar nuevamente a la mesa y bajo el tono de voz- ¿Es ahí donde han aparecido los primeros casos del agente patógeno?

Ten. Johansson: Se remueve algo intranquilo en la silla al oír la última frase de Ivy y luego se envarara de repente, tratando de recuperar la compostura.
-Somos nosotros los que hacemos las preguntas Srta. LeFay, no al revés- responde éste muy sécamente. Dirige su mirada a la PDA durante unos segundos y luego coge el expediente y lo abre, tratando de retomar el control perdido por sólo unos instantes. De nuevo. Se pregunta que tal les estará yendo a los demás con sus respectivos...
-Conoce o a visto a esta chica?- saca una foto, una captura de una cámara de seguridad, donde se ve a una chica joven, de cabello largo y castaño, con la mirada perdida y con aspecto de agotamiento, y se la pasa para situarla delante de los ojos de Ivy -Sabe si alguno de sus compañeros de tripulación la conoce?

Ivy: Miro la foto que pone justo delante de mi. Estaba segura de que no la había visto en mi vida, pero también estaba segura de que aunque así fuese no se lo diría. Solo había que mirarle la cara… No sé que le harían pero menudos hijos de puta.
Negué con la cabeza al poco de que me pusiese la foto delante de los ojos.
- No la he visto en mi vida, en cuanto al resto de la tripulación, me supongo que tampoco la habrán visto, pero tampoco puedo decírselo con certeza, yo no veo todo lo que ellos ven… ¡Y doy gracias! –Exclamé, tratando de quitar de mi cabeza la imagen de Kratos en la ducha. Sacudo la cabeza y vuelvo a mirarle.
- Y perdón por lo de antes –Contesto cabizbaja- No pretendía ofenderle… simplemente fue porque al ver el aviso del agente patógeno me alerté mucho, como es normal no me gustaría morir siendo tan joven, además, ¿no cree que sería una auténtica pena que un cuerpo como este se quedase sin vida?

Ten. Johansson: Coge la foto con un gesto seco y la vuelve a guardar en el expediente, con el resto de láminas transparentes de plástico.
Ha dicho hace un rato que entre la tripulación cuentan con un médico a bordo, como es eso? Es una nave de carga muy pequeña para necesitar un médico propio en plantilla... Es que ha habido síntomas de enfermedad entre la tripulación?- el teniente intenta concentrarse en el interrogatorio, tratando de no caer en la provocación de Ivy.

Ivy: Ladeo la cabeza, observándole, mientras no dejo de sonreír provocativamente.
- El chico quería viajar, no tenía dinero y era médico… -Vuelvo a apoyarme en la mesa- Blanco y en botella –Concluyo, a la vez que le guiño un ojo.

Ten. Johansson: Empieza a notarse algo de crispación en su manera de mirar. Vale, es guapa, pero está esquivando todas las preguntas y él está ahí para averiguar la verdad!

Ten. Johansson: Empieza a notarse algo de crispación en su manera de mirar. Vale, es guapa, pero está esquivando todas las preguntas y él está ahí para averiguar la verdad!
-Srta. LeFay, deje de intentar parecer lo que no es y responda a mis preguntas! Le recuerdo que está usted bajo el mando de las Fuerzas de Seguridad de la Alianza!- protesta éste. Respira hondo y mira de nuevo los papeles del expediente -El co-piloto. Se apellida igual que usted, son parientes? Hermanos tal vez?

Ivy: Abro los ojos, anonadada.
- Pero si he respondido lo que me ha pedido… -Contesto algo molesta. Suspiro resignada. No sabe la suerte que está teniendo, llega a ser otro y ya me habría abalanzado sobre él, tendría que estarme agradecido.- Sí, se apellida como yo, y no encuentro relevante esa pregunta, eso es algo personal, ¿somos parientes? No sé, ¿usted que cree? Nos apellidamos igual pero eso no significa nada, ¿verdad? ¿Está casado? ¿Estaría dispuesto a serle infiel a su mujer? ¿Y conmigo? Siempre he querido montármelo en un sitio así… ¿Usted no?

Ten. Johansson: Se levanta de golpe, airado, ante aquella falta de respeto hacia la autoridad. Golpea la mesa con la mano, creando un pequeño terremoto.
-Señorita, esto no es un juego ni un bar donde ligar! Hay cosas importantes en juego!- está bastante cabreado porque no consigue doblegarla. Porque no lo consigue? Porque esta maldita mujer, causa de perdiciones, no le da las respuestas que necesita?! Realmente la Capitana tiene razón cuando dice que él es malo interrogando a mujeres... Realmente se le dan muy mal.
-Srta. LeFay, espero que a su hermano le gusten las minas porque es allí donde va a acabar, realizando trabajos forzados! Así que más le vale que empiece a darme respuestas buenas!- finaliza éste, inclinándose sobre la mesa y acercándose un poco a Ivy -Entendido?

Ivy: Enarco una ceja y me echo ligeramente hacia atrás, sobresaltada por su reacción, aunque poco a poco voy relajándome al percatarme de que todo eso lo hacía porque estaba nervioso y nada más. Le tenía donde le quería.
- Entendido –Sonrío de lado y apoyando ambas manos en la mesa me levanto, dejándome caer levemente hacia delante- ¿Y usted? ¿Ha entendido que está a mi merced? –Sonrío más ampliamente, mientras levanto una mano de la mesa y la llevo al cuello de su uniforme- ¿Por qué no se deja llevar? Si usted no dice nada, yo tampoco lo haré… -Concluyo, sin dejar de mirarle a los ojos y tirando del cuello del uniforme hacia mi.

Ten. Johansson: Se sentía cada vez más airado ante la actitud de aquella chica y cuanto más se acercaba ella, más le quemaba la sangre. Estaba al borde de saltar cuando Ivy le coge por el cuello de la chaqueta del uniforme. Él no quería, era un hombre que creía en la disciplina pero algo en su olor, en aquellos ojos enormes de color claro o tal vez en esa sonrisa tan sensual encontró algo que le hizo simplemente salir de sí mismo, como nadie había conseguido hasta ahora.
-Soy un Soldado ma'am...- dice poco convencido, tratando de resistirse a aquella quemazón interior. La ira se estaba convirtiendo en deseo, uno que le iba a costar muy caro como se enterasen sus superiores, por no decir las burlas de la Capitana Ngui y el Coronel Lorence...
-No puedo...

Ivy: Pongo un dedo de la mano que tenía apoyada sobre la mesa en sus labios haciéndole callar. Me acerco algo más a él, quedando a escasos milímetros de su boca.
- Solo tiene que apagar las cámaras si es que las hay… y seré toda suya.

Ten. Johansson: Por unos segundos se le pasa por la cabeza realmente hacer eso, apagar la grabadora y las cámaras de vigilancia pero si lo hacía, su carrera se acabaría. Y además eso supondría borrar el archivo de sonido... "De todos modos tendré que hacerlo..." reflexiona éste.
-Está bien, Señorita LeFay, creo que deberíamos volver a las preguntas...- intenta sacar un poco de fuerza de voluntad y calmarse.
-Ha... enfermado alguien en la nave?- dice algo titubeante, tratando de volver al interrogatorio, aunque esta vez con menos autoridad.

Ivy: Afirmo con la cabeza ante todo lo que dice sin prestarle realmente más atención de la justa.
- No, nadie se ha puesto enfermo en la nave. Nadie salvo… yo, o eso creo… -Tomo una de sus manos y la coloco sobre mi cuello, haciendo que la deslice hasta llegar al pecho- No creo que sea normal estar tan caliente…
Oh si, acabo de sonar como el “guión” de una película porno de las cutres.

Ten. Johansson: Cierra los ojos unos segundos, intentando no saltarle encima a la chica, cuando ésta pasa la mano de Johansson por su cuerpo.
-Sabe... algo de un grupo de colonos... desaparecidos... hace un mes?- le cuesta algo respirar.

Ivy: Niego lentamente con la cabeza.
- ¿Y usted sabe que ya podría tenerme tirada sobre esta mesa? –Sonrío- Lo está deseando, y yo también…

Ten. Johansson: Cada vez está sudando de forma más copiosa y haciendo gestos de auto-control.
-Será mejor que terminemos con esto, Srta. LeFay...- casi susurra éste -Creo que podemos dar por finalizada esta entrevista- consigue decir en voz algo más alta.

Ivy: Sonrío victoriosa.
- Bien, ahora que ha dado por finalizada la entrevista… entiendo que quiere pasar a la acción –Me acerco a su oído para susurrarle- Ya ha acabado con sus obligaciones… ahora demos paso al placer.

Ten.Johansson: Vuelve a cerrar los ojos, tratando de mantener cierta calma.
-Ya puede marcharse- dice en voz alta, luego se acerca, duda un momento, vuelve a separarse de Ivy y finalmente parece decidirse. Se acerca a la grabadora y le da al botón para apagarla- Acabo mi turno en 2 horas. Hay un bar en la estación, el Holandés Errante, por si quiere pasarse a tomar unas copas...- le susurra éste, ya que hay otros dos soldados presentes y debe mantener cierta compostura de éstos.

Ivy: Estoy a punto de marcharme cuando escucho su proposición. Sonrío de lado.
- Allí nos veremos –Le guiño un ojo y salgo de la sala, cagándome en todo por no haber logrado robarle la PDA, pero sin mostrar ni un ápice de enfado en mi rostro.
Si hubiéramos estado solos en la sala habría caído. Joder. Eso si, el calentón no se lo quita ni dios, ahí se mate a pajas.

|Interrogatorio de Cassia Ren-Shen|

Cassia es custodiada hasta una enorme sala blanca, con una mesa de cristal y metal en el centro y dos sillas, una a cada lado. Dos soldados feds, de bajo rango, la acompañan con cierta amabilidad. Ser Acompañante Registrada no la libra del interrogatorio pero al menos le permite el lujo de ser mejor tratada que al resto de la tripulación. A uno de los hombres se le escapa una sonrisa, casi como un fanboy, e incluso está pensando en sacar su cámara de fotos y pedirle de hacerse una con ella... Aún así, ambos intentan mantener la compostura como pueden. Ser Fed supone mucha disciplina y orden (y mucho trabajo, para que vamos a engañarnos, ser Fed es duro, muy duro).

[Interrogatorio de Kratos Syn]

Se había necesitado 4 soldados feds para llevar a rastras a Kratos desde la Sala de Espera hasta la Sala 3 de interrogatorios. La Capitana Ngui suspira resignada, sabía que le había tocado al bestiajo de turno. Y todo porque perdió su apuesta con el Coronel Lorence. Le había caído el que nadie quería interrogar por miedo a acabar con los dientes en la mano... A Ngui le pareció bastante claro que ni al capitán ni a su lugarteniente, el supuesto co-piloto, les gustaban las placas, ya que ni siquiera intentaron frenarle, está claro que había cierta hostilidad en el ambiente. Pero era su trabajo y no le quedaba otra. La mujer, de piel muy oscura y pelo largo y trenzado, recogido en un moño, se gira para mirar el pelotón de soldados y a aquel hombre fornido, situado en el medio. Ella sostiene entre sus manos una carpeta de color marrón, apoyada contra su pecho, y dos cajas negras pequeñas.

-Sr. Kratos, si es tan amable de pasar...- la mujer de clara ascendencia senegalesa, señala el interior de una Sala blanca, con una mesa de cristal y metal en el centro y dos sillas, una a cada lado.

-Prometo que seremos breves si usted a cambio promete mantenerse calmado- tercia ésta.

Kratos: Me tomo mi tiempo para responder. Me quedo mirando a la capitana durante unos segundos con una sonrisa. Luego doy un par de pasos al frente, empujando a un lado con los codos a los tipos que me retienen. Vuelvo a pararme y finalmente con un gruñido me dirijo a la silla, en la que me siento pesadamente. Hay que demostrar a esta mujer que todo se mantendrá calmado mientras yo quiera. No puedo achantarme ante estos uniformes.

-Bien, seamos rápidos entonces. - Mantengo mi sonrisa mientras la miro esperando respuesta.

Cap. Ngui: Se queda mirando con detenimiento y calma a Kratos. Responde a su gesto con una sonrisa también. Se acerca a la silla que hay al otro lado, la que ha quedado libre. Primero deja la carpeta y las dos cajas negras, una en el centro de la mesa y otra al lado de la carpeta.  Apreta un botón de la caja negra situada en el centro.

-"Capitana Celeste Ngui. Sala de interrogatorios núm. #3, a las...- mira su reloj unos segundos -1209. Sujeto: Kratos Syn, tripulante de la nave Orpheus"- dicho esto, se sienta, con algo de más calma y abre la carpeta, mostrando una serie de láminas transparentes escritas. Luego abre la segunda caja negra y saca un boligrado electrónico.

-Kratos Syn, es su nombre, verdad? De donde es usted originario?
 

Kratos: Mantengo la sonrisa de suficiencia.

- Sí, es mi nombre. ¿De verdad que en esos papeles no le pone de dónde soy? ¡Venga, no haga preguntas tontas y abreviemos!

La actitud fría de la capitana parece decir que no dejará que Kratos tome las riendas del interrogatorio. Tras unos segundos en silencio, respondo.

- De la colonia minera de Haven.
 

Cap. Ngui: Enarca levemente una ceja mientras se queda mirando a su interrogado.

-Ve? No es tan díficil. Son preguntas sencillas. Es simple protocolo, Sr. Syn...- sonríe ésta, tratando de parecer algo más agradable. Realmente le ve muy tenso.

-Haven. Un sitio interesante donde vivir... Que tal va con el Consorcio? Tengo entendido que se llevan muy bien- dice ésta, recordando la información acerca del planeta minero y sus "relaciones" especiales con el resto del Verso- Es allí hacía donde iban ahora, a ver a la familia?- continua ésta.
 

Kratos: Miro a la capitana intentando ver si es una prueba o realmente los feds no están tan bien informados como parece. Opto por una respuesta neutra.

-Pues hace mucho que no paso por casa, la verdad. La última vez que hablé con mi padre parecía que los mineros habían decidido independizarse. Lo cierto es que me gustaría pasar al menos a saludar a mis padres, pero primero tenemos que llevar una carga y a unos tripulantes. Luego, si no tenemos nada más importante que hacer, quizá le pida al capitán hacer una parada. - Sonrío contento.

-Gracias por la idea, capitana.
 

Cap. Ngui: Sonríe levemente. Quizás, sólo quizás no será tan malo, piensa por unos momentos.

-Me alegra ser de utilidad, para eso somos un servicio público- responde ésta, con cierto tono de diversión, por la respuesta dada por Kratos.

-Así que llevan una carga y pasajeros. Y a donde llevaban todo eso? Quizás algún planeta del Rim?
 

Kratos: Me paso la mano por el pelo, divertido. Así que eso es lo que le interesa. Pues va lista conmigo.

-Supongo que sí, al menos por la ruta que íbamos a seguir, pero lo cierto es que no conozco los detalles. Mi tarea es la de mantener la seguridad, ni recluto pasajeros ni piloto la nave. - Sonrío una vez más, intentando aparentar absoluta sinceriad.

-No voy a poder ayudarle mucho con este asunto, capitana.
 

Cap. Ngui: Mira directo a los ojos a Kratos mientras éste responde y luego desvía la mirada hacia la caja negra. Apunta un par de cosas con el boligrafo.

-Quien se ocupa de "reclutar" entonces a los pasajeros?- vuelve a mirar a la caja negra -Y quien es Kaplan?- hace una pequeña pausa -Hace mucho que se ocupa de la seguridad de la nave Orpheus?- su voz se vuelva más neutra y fría.
 

Kratos: Mierda, sabía que esto no iba a ser tan fácil. Se lleva la mano a la barbilla y se la acaricia pensativo.

-Kaplan... Kaplan... - Hace como que recuerda algo importante. - Ah! Sí! El tipo ese estirado, claro. Pues era uno de los posibles pasajeros. Lo que no sé es si al final embarcó o no. A la hora del despegue yo estaba... - baja la voz como avergonzado, intentando reforzar la mentira -durmiendo la mona.

-Hace algún tiempo que soy jefe de seguridad, y hasta ahora con bastante éxito. - Sonrío satisfecho una vez más. - Por qué le interesa?
 

Cap. Ngui: Se lo queda mirando con cara de escepticismo.

-En serio pretende que me crea que como jefe de seguridad no sabe quienes son sus pasajeros?- dice ésta -Empiezo a creer que quiero su trabajo...- bromea ésta, antes de reemprender la nueva tanda de preguntas.

-Y tampoco debe saber qué hay en esas cajas amarradas en la zona de carga no?- se toma un pequeño respiro antes de continuar -Pero no me ha contestado a mi otra pregunta, quien se encarga de reclutar a los pasajeros?
 

Kratos: Vaya, para qué quiere tanto dato? Puede abrir las malditas cajas ella misma.

-Mientras el pasajero no la monte, no tengo que verle la cara. Y le aseguro que muchas veces lo prefiero. Ha pensado alguna vez en dedicarse a esto? No deben pagar tanto como en su trabajo, pero es divertido.

Me quedo un par de segundos parado como pensando si decir algo y al final, lo suelto.
-Por cierto, cuánto le pagan?
 

Cap. Ngui: Se queda pensativa unos momentos. En serio está intentando tomarle el pelo y escurrir el bulto?

-No lo suficiente, es obvio- responde ésta -Pero que tal si volvemos a lo importante... Si me responde, todo será más rápido, ya sabe, usted hace su trabajo... yo hago el mío.... - suelta el boli, por unos momentos, sobre la mesa -Y todos contentos!- nueva pausa

-Quien. recluta. a. los. pasajeros?- vuelve a insistir, remarcando cada palabra. Sonríe algo maliciosamente.
 

Kratos: Si sigo dando rodeos al final me tiraré aquí la vida. Abreviemos, no tengo nada que perder.

-Pues no está muy organizado. Los negocios importantes los apaña el capitán. Y luego esperamos en el puerto hasta que aparece algún tipo buscando transporte y si tiene dinero le metemos en la nave.

Suelto un bufido de resignación.
 

Cap. Ngui: Sonríe algo más complacida. Por fín, algo con un deje de verdad y coherencia.

-Entonces, conoce o no conoce a Kaplan? Va en su nave sí o no?- vuelve a insistir la mujer de aspecto oscuro.
 

Kratos: Sí, conozco a Kaplan. Es un tipo larguirucho, un poco plasta y que parece haberse dejado las pastillas antes de despegar, ¿no? Kratos busca la forma de decir la verdad sin responder a las preguntas directamente.

-Pues la última vez que le vi estaba preparándose para bajarse de la nave.
 

Cap. Ngui: Enarca una ceja, mientras mira algo escépticamente a Kratos. Aún así, le sorprende la respuesta. Apunta varias cosas en la PDA.

-Entonces porque no está en la Sala de Espera, Sr. Syn? Acaso es un ratón y se coló por el alcantarillado de la skyplex?- esta vez no hay ningún tono de burla en su tono de voz.

-Qué esconden sus compañeros y usted, de forma tan encarecida? Acaso ha habido enfermos en la nave y pretenden ocultarlo?- hace un primer intento, algo "encubierto".
 

Kratos: La mención a la enfermedad me pilla de sorpresa. ¿Ese tipo está enfermo y nos ha podido pegar algo? Como le pille no va a haber dinero en el Verso que le salve de tener unas palabritas.

-¿Enfermedad? ¿Qué enfermedad? ¿Es un tipo peligroso? Capitana, dada su capacidad, si alguno de nosotros estuviésemos enfermo creo que se habrían dado cuenta. Así que le puedo asegurar que no estamos ocultando nada. Nuestro viaje es totalmente legal, o eso creíamos.
 Sonrío un poco y luego remato.

-Nosotros jamás incumpliríamos la ley tontamente.
 

Cap. Ngui: Sonríe levemente y su voz suena igual de fría que su mirada.

-Dígamelo usted, Sr. Syn, es quien conoce a ese pasajero, no yo. Lo considera un tipo peligroso?- entrecruza los dedos de las manos, apoyándose en la mesa -Donde está el Sr. Kaplan? Y los colonos desaparecidos?- vuelve a apuntar, por si algo cae.
 

Kratos: ¿Colonos desaparecidos? ¡Ta Ma Duh! ¿Qué he hecho? No tendría que haberle dejado marchar.

-Ese tipo no tenía pinta de peligroso. Yo creo que un conejito me habría dado más miedo. No sé nada de los colonos. ¿De qué colonos está hablando? ¡Ya le he dicho que Kaplan se fue de la nave antes de que llegasen ustedes!

 Empiezo a perder la paciencia, esto no está yendo como yo hubiese querido. Más le vale no cruzarse en mi camino, o lo va a pasar mal
 

Cap. Ngui: Se relame mentalmente, ese enorme armario ambulante está empezando a perder los papeles. Eso es bueno.

-Los colonos que desaparecieron hace un mes, Sr. Syn. 6 Familias, con niños y mujeres, todos ellos inocentes e igual de desaparecidos!- su semblante cada vez se va endureciendo más- Qué fue de ellos, Sr. Syn? Se interpusieron en su camino y les mataron?- le lanza una mirada perforadora a Kratos.
 

Kratos: Ya estoy fuera de mi completamente. ¿Niños? ¿Quién se ha creído que soy? Me pongo en pie y la señalo amenazadoramente mientras grito.
- ¡Go Hwong Tong! Yo no mato niños. ¿Qué te has creído?

Golpeo la mesa con los puños.

-Si pudiésemos investigaríamos a nuestros pasajeros. ¡Joder! Pero tenemos que ganarnos la vida como sea. No podemos preguntar a cada uno si es un genocida.

Empiezo a dar vueltas como un animal enjaulado, intentando calmarme pero sin conseguirlo.
-Y más les vale encontrar pronto a ese tal Kaplan, porque le aseguro que como le encuentre yo primero pueden despedirse de él.

Dicho esto vuelvo a sentarme pesadamente en la silla con los brazos cruzados y cara de tener ganas de responder pocas preguntas más.
 

Cap. Ngui: Mantiene la compostura, incluso cuando Kratos golpea la mesa ruidosamente.

-No debería alterarse de ese modo, no le conviene, Sr. Syn- expone ésta, fríamente. Abre la carpeta del expediente que hay encima de la mesa y saca una foto de su interior. La desliza por la superficie de la mesa hasta ponerle delante de Kratos, para que la vea bien. Es la foto de una chica muy joven, con el cabello castaño ondulado y largo y cara de cansancio.

-Y ahora me dirá que tampoco ha visto a esta chica!
 

Kratos: Me inclino un poco para mirar la foto, pero no descruzo los brazos ni cambio mi gesto.

- Para nada. ¿Quién es?

Cap. Ngui: -Está seguro de eso, Sr. Syn? Mírela bien...- vuelve a insistir, esta vez inclinándose algo sobre la mesa, para acercar su cara y sus manos hacia Kratos.

-Mire bien esos ojos, es la socia del Sr. Kaplan. Usted no quiere ser cómplice de un asesinato de masas, verdad?- le susurra, muy tentadoramente -A nadie le gustan los asesinos de masas...
 

Kratos: Me fijo detenidamente en la foto. Intento hacer memoria. No me suena de nada. Luego miro a la capitana, está demasiado cerca.

-No me suena de nada.
Me reclino un poco para mantener la distancia con la fed.
 

Cap. Ngui: Se incorpora de nuevo, apoyando la espalda en el respaldo del asiento, no sin antes coger la foto de la chica y guardarla. Vuelve a revolver entre las hojas de plástico, mirando, en silencio, durante un par de minutos hasta que encuentra algo.

-Veo que ha sido detenido varias veces... pero nunca ha sido condenado a prisión. Ha tenido mucha suerte, no Sr. Syn? Usted y su otro... amigo, el tal LeFay? Hace mucho que se conocen?- pregunta ésta, algo menos tensa -Menuda fama gastan ambos...

Kratos: ¿Y ahora que pasa con Dariel? Esta tía sólo intenta ponerme nervioso.

-Bueno, le conoceré desde hace un par de años. ¿Qué tiene eso que ver?

Calma Kratos, calma, no puede saber nada de tu desliz.
 

Cap. Ngui: Sonríe algo torcidamente.

-Nada, nada, sólo me parece curioso un dato, parece que el co-piloto y usted coincidieron en la cárcel de Bellerephone hace un par de años y ahora ambos trabajan juntos para otro alborotador, el capitán Julian Crautchin. Casí parece que sea una nave ideal para los negocios ilegales...- comenta como si tal cosa.

-Que curioso, no cree?
 

Kratos: - Bueno, cuando necesitas trabajo tiras de los viejos amigos. Yo necesitaba el dinero y Dariel necesitaba un tipo duro. En lo demás no me meto.

Vale, parece que sólo está buscándome las cosquillas. Cosa hecha, juguemos su juego.

Cap. Ngui: Lanza una mirada divertida hacia aquel hombre grandullón.

-Por supuesto, usted pone los músculos y el Capitán el cerebro, es eso no? Espero que eso no le lleve a la perdición Sr. Syn...- responde ésta.

-Ya hemos terminado, puede irse aunque le recomiendo que se haga un chequeo médico, por si acaso...- añade la mujer.

-Ya sabe, hay muchas enfermedades pululando por ahí en el 'Verso- cierra el expediente con una mano y se levanta de la silla para ponerse de pie.
 

Kratos: Miro de arriba a abajo a la capitana. Bueno, al final ha sido más fácil de lo que esperaba. Creo que va a tener razón con lo del chequeo.

- Vale capitana. Gracias por el consejo.

Me levanto y me acerco a los guardias. Miro despacio a cada uno, demostrando que no me intimidan.

- Bueno, creo que tienen que escoltarme a algún sitio.

Cap. Ngui: Se acerca a Kratos y a los soldados que custodian la puerta.

-Lleven al amable Sr. Syn hasta la Sala de Espera, donde están esperando sus amigos. Hemos terminado, pero le recomiendo al Dr. Qing, tiene un dispensario en la Skyplex, al lado del mercado del pasillo N-Centauri-3- le ofrece la mano para entrechocarla, como un gesto de cortesía, algo poco habitual entre Feds y menos con civiles.

-Que tenga suerte, Sr. Syn, ha sido... "entretenido" hablar con usted- finaliza ésta.

-Por cierto, yo también nací y me crié en Haven, salude al Sr. Roscow de mi parte cuando vaya a visitar a su familia- hace una indicación con la cabeza para que los soldados le dejen pasar.
 

Kratos: Le da la mano. Curioso. Supongo que habrá feds que no son mala gente. Bueno, puede que haya una.

- Gracias. Lo tendré en cuenta.

Me marcho más animado de lo esperado. Al final no ha habido que revelar detalles sobre Kaplan. Oh, sí, Kaplan. Esbozo una gran sonrisa. ¿Dónde estará?
 

- ¡Pero bueno! ¡Almenos sírvanme un buen cubata, ¿no?! -Grito, algo indignado de cómo nos han tratado. Llevo más de... de... más de lo que tarda un porro en consumirse aquí dentro. ¡Y aún no ha venido nadie! ¿No ven que se me está pasando el colocón?- ¡Conozco mis derechos! ¡Sé que me deben un cubata!

Pero nada. Parecía que nadie quería venir. En ese caso, no tenía más remedio que cantar a pleno pulmón, desafinando lo máximo posible y cantando la canción más patética del repertorio de canciones patéticas que había escuchado en mi vida. Si no querían venir por las buenas, sería por las malas.

Si lograba sacar al Sargento de quicio con éstas canciones, a éstos sopla-gaitas también. Sólo tenía que seguir cantando como si no hubiera mañana.

Ni así aparecen... ¿Se han olvidado de mí?

- ¿Holaaa? ¿Que está la nave a la deriva y se han olvidado de mí? -Grito, cansado ya de cansar. ¡Jo! ¿Es que nadie va a venir a decirme algo? Porque, para una sala de espera, me parece la habitación un poco rara... sólo un poco-.