Partida Rol por web

Al entrar, con los ojos entornados, Taylor abre la boca.

Su intención, al ver a Hugo, María y...-está vivo, joder...está vivo...Por fin una puta buena noticia...-

..., es la de hacer algún chiste: soltar una chorrada de gilipollas sobrado que se ríe de sus propios chistes. Pero, en vez de eso, se traga el aire y lo retiene. Durante unos segundos le es imposible respirar: una venilla se le marca en la sién y su cara se congestiona. La ha visto...y no sabe que decir.

Sólo mira a la niña, como quién vé a su propio fantasma, y los ojos se tornan vidriosos, acompañando un parpadeo con cada uno de esos horribles quejidos que surgen de aquellos pequeños huesecillos al moverse. La mano agarra fuerte la botella. Los labios parecen sellados.

Poco a poco, asustado, se acerca a la chiquilla, arrodillándose frente a su cama, perdiéndose en esos enormes ojos sin vida. Estira el brazo, tembloroso...y con la yema de los dedos roza su mejilla.

¿Donde...está...tu madre?- pregunta sin poder reprimir las lágrimas,...y sin esperar respuesta.

- Casa... - responde la niña como si su voz fuese una fina tela rasgándose. Levanta un dedo tembloroso haciendo crujir sus huesecillos al mover el brazo, y señala a Balaguer - Saulot... Casa...

La puerta se abre de nuevo violentamente, entrando por ella Arthur Hayes, que arrastra del brazo a John Rewell, quien tiene un rastro de lágrimas en la cara y parece ciertamente desconcertado.

Nada más entrar, sin decir nada, toca a Taylor y su brazo sana aunque no demasiado: Puede moverlo y utilizarlo, pero duele. Lo mismo hace con Hugo y también con el propio Rewell... Y tras ésto, con la cara llena de magulladuras, hiperventilando y empapado de sudor, abandona la sala de camillas y entra en el quirófano de Lockhart...

Desconcertado, esa es la palabra clave. ¿Mi hermano? ¿Qué tenía que ver con ese hombre? Arthur no parecía contento con él, en absoluto. Desde luego tenía pinta de cabrón, y recuerdo que es el mismo que vi el día que... ¡Hostias! ¡Podría ser el puto secuestrador! Vale, tranquilidad, la Dama Isenhall acaba de hacer (con muy pocos escrúpulos) un trato con él. Eso significa que es invulnerable por ahora. Sólo habrá que esperar a que alguien la joda para que el trato se rompa y poder darle lo que se merece. Increíblemente siento la furia dentro, pero no la exteriorizo... No hay motivo para hacerlo. Pero en mi presencia se ha dado mucha información valiosa, y tengo que hacer un esfuerzo para recordarla toda. Creo que podría hacerlo, no es tan difícil. Es como cuando en el colegio hacía matemáticas. Memoria, todo memoria... para luego aprobar justito. Al menos servía. Nombre importante: Madhatter Devil, Pierrot. En Inglaterra. Mi familia está en jaque. Tenemos que ir ya a Inglaterra, hostias. Hugo es el jefe. Tay y yo iremos con él. Vale, está todo más o menos registrado. El camino hasta la enfermería más tendría que ayudar yo a Arthur que él a mí... Una vez ahí me acerco primero a Balaguer, para comprobar que está bien y, junto a él, observo a Hugo.
-Hugo, tenemos órdenes de la Dama. Taylor, tú y yo tenemos que ir a Inglaterra para cazar a un tipo. Podría ser una especie de demonio cabrón... Tú eres el capitán de la misión. Taylor, tenemos que seguir sus órdenes al pie de la letra... Ya sabes qué ocurrirá si no lo hacemos. Ah, y Hugo... Me ha dicho que aceptes el cargo sí o sí. La otra opción es la muerte. Tenemos que irnos ya.

-Es que conoces a Polly Tayl...
Entran de golpe otros dos,es que esto parece un Carrefour la noche de Reyes...Pero por una vez los reyes me han traido algo que me gusta,no una mierda de polo de Lacoste ni nada de eso.
-Rewell...
Lo miro como..."Coño,es DIOS"
Pero parece que tiene prisa y si es por Jolene...No le voy a hacer perder el tiempo...ojala que pudiese yo ir,pero eso es imposible,no soy tan gilipollas,tengo el organismo reventao.
-Gracias...
Se lo digo con el alma en la mano.He cambiado y ha sido gracias a su hermana,a su sobrina y a el...
-...Amber esta bien?

Desvío la vista hacia Balaguer, con una sincera sonrisa en el rostro, muy distinta a las anteriores, más forzadas en general que esta.
-No te preocupes de otra cosa que no sea descansar y recuperarte pronto. Hay cosas que hacer, ya lo sabes -animo, estrechándole la mano-. Amber está perfectamente, sí. Antti se está ocupando de ella. Parece bastante tranquila ahora mismo, descuida -continúo.

Polly?...

Mientras Arthur trataba el brazo de Taylor, éste alterna la mirada confusa entre la niña y Balaguer. Sólo la voz inconfundiblemente profunda del Big Dryden le saca de su burbuja.

No voy a hacer más que retrasaros, John.- farfulla moviendo con cuidado la extremidad lastimada, llena aún de pústulas.Con esta mierda en el brazo, van a saltar todas las putas alarmas Biohazard de aquí al Big Ben.

..., pero lo dice sin convicción: sabe qué le haría Isenhall a la cría, y sabe que ni en sus peores pesadillas va a permitir que sufra algún daño. Sobre todo si él puede evitarlo.
Obedecer primero. Las preguntas, después. Es la Ley: nueva e insalvable.

Sin apartar los ojos de la niña, acaricia su pelo muerto, y finalmente se incorpora. Despacio, camina unos pasos hacia atrás.

Ya ves, Saulot...Parece que, después de todo, tenemos cosas en común: los dos estamos bien jodidos...,y los dos somos padres de hijos sin vida.

Tenemos mucho de qué hablar.

No estaba seguro de si era porque Maria porfin iba a estar ausente en una mision peligrosa, porque iba estar lejos de aquella niña que parecia pedir a gritos que terminara con su sufrimiento o porque porfin podia hacer algo realmente util para que realmente hubiera un futuro para mi, pero de cualquier manera, me alegraba por fin poder salir de la enfermeria.

Me giro a Maria y le explico la situacion, aunque con una mirada llena de culpabilidad y una mueca de disgusto. Por lo poco que conocia de ella, era una persona que tenias que tener cuidado con lo que dices a menos que quisieras que se preocupara y hiciera locuras que podian resultar caras para ella, pero eso no significaba que fuera facil mentirle cuando tenia una facilidad asombrosa para leer las emociones de los demas, sin poderes o con ellos.

-Maria, me tengo que ir. La diosa nos envia a Taylor, Rewell y a mi hacia Inglaterra.- Dije obviando sobre lo de cazar un demonio o lo que se refiriera Rewell.- Por favor, quedate aqui y cuida de Balas. Creo que tu eres una de las pocas personas que aun no tiene ganas de matarle.- Otra mentira sutil, en verdad lo que queria decir es que se quedara en la enfermeria y se recuperara del accidente.-¿De acuerdo?

María miró a Hugo con los ojos algo cargados mientras él hablaba... Pero no le interrumpió...

- Cuidaré de Balas, claro... - le cogió la mano, pero no pudo sino bajar la vista - Pero sobre todo de Amber y de... Bueno, de ésta niña, si es que eso es posible... Tú... Cuídate, ¿eh...?

- Todavía no te he dicho que seas mi novio - le miró entonces y alzó las cejas, esbozando una sonrisa triste - Si vuelves... Quizás lo haga - levantó una sóla ceja ésta vez, dejando la oferta en el aire y por fin suspirando y rodeándole con el brazo que le quedaba sano - Bye-bye...

Lo último que hizo aquella chica fué coger a Hugo de la nuca y atraerle hasta darle un beso, suave pero decidido. Después le miró y sonrió, revolviéndole el pelo.

- Ve... Y vuelve.

Se recostó entonces y se giró sobre sí misma en la cama, no quería ver cómo se iba... Y cerró los ojos para no hacerlo.

La niña giró muy poco el cuello, pero los ojos los ladeó tánto que casi quedaban en blanco, en dirección a María y Hugo.
No pestañeó mientras la española le hablaba con ese cariño a Hugo, aunque seguramente no entendía nada, pero tampoco perdió detalle, sin demostrar más interés que el de su fría e inmóvil atención... Luego imitó exáctamente lo que hizo María, cómo se giró y cerró los ojos, aunque mucho más trabajosamente...

Me daba pena, podia sentir en aquel beso maravilloso y como me acariciaba el pelo, el miedo que tenia de perderme y de que ya no pudiera estar con ella. Sonrei amargamente, mientras ella se volvia a recostar y me ignoraba, consciente de que aunque me encantaba estar con ella y me gustaria haberle dicho en ese momento que no iba a ser tan jilipollas de morirme despues de saber que nunca iba probar mas esos labios en la otra vida, en el fondo yo tambien tenia miedo de que la muerte nos separara y nos dejara solos en este infierno.

-Puedes estar tranquila, Maria. Volvere.- Dije semi-sonriente mientras me levantaba de esa cama y me deshacia de la escayola, a base de golpes y maña.- Tal vez tenga una suerte horrible, pero puedes estar segura de que no soy de esos que mueren facilmente por tonterias como un camion blindado a toda velocidad. Hasta pronto.

Una vez liberado de aquella escayola, empeze a caminar silencioso hacia fuera de la enfermeria y en direccion a Isenhall, sin mirar atras o dedicar una ultima palabra o caricia a ella.Podria haberle dicho muchas cosas a Maria en vez de la chorrada que habia contado sobre el camion, pero lo preferia asi, no me gustaba decir las despedidas dramaticas, y mucho menos tener que hablarle como si fuera la ultima despedida que hariamos en nuestras vidas.

Tras quedar dormido, Balaguer se despertaba legañoso y descansado para mirar ver que su compañía en la habitación había cambiado: Polly no estaba, pero en su lugar había otras dos personas.
María dormía a su lado, y frente a él, en una cama rodeada de electrodos y alarmas, se encontraba la que con dificultad reconoció como Alice Doyle. Tenía un torniquete hecho a mitad del muslo de una pierna, y a partir de la rodilla, una masa de carne y hueso astillado se dejaba ver.

- ¿No crees que podrías hacer algo, tío...? - preguntaba Arthur Hayes, pálido y ojeroso, sentado en la cama de al lado - Te he nutrido bastante... No creo que haya podido arreglarte las costillas, hoy vas a cirugía, pero... Ya sabes... Es que... Va a perder la pierna... Isenhall dice que tú podrías hacer algo...

Joder Alice...Que te han hecho por Dios...
Es que por mi forma de pensar es como si no hubiese sido nunca un asesino...Es sorprendente lo que me han hecho cambiar en una semana...
-Si Isenhall lo dice...Es porque es verdad.Acercame a ella para que pueda tocarle la pierna,y quitale eso cuando yo la toque...Aunque...No se... hablo destrozao,me duelen las costillas y todo lo que protegen
Isenhall dice que puedo...
-Si venga,acercame...

Arthur se acercó a la camilla de Balaguer y la movió con cuidado y bastante destreza hacia la de Alice, poniendo una de las manos de Alejandro a la altura de la pierna de Alice, estando ésta a los pies de Balaguer y vicebersa...

Le toco las astillas de los huesos y se van juntando solas...Y luego la carne...Pero cuando toco la carne.Ignoro los gritos de dolor que le cause regenerarse...Estara mucho mejor despues de darlos...Pero sale demasiado bien y segun se cura mis ojos se vuelven amarillo chillon y me crecen los colmillos como a un vampiro...No puedo evitar reirme al ver lo que estoy consiguiendo,es perfecto...Cuando entro en ese estado ni tener las costillas destrozadas me quita el sueño...Me creo mas cerca de ser un dios y no soy yo mismo...
El dolor se vuelve placer para ella,es lo que consigo cuando soy...asi.

Alice siente una increible oleada de placer.

- Mmmmhhh... - Gime mientras abre los ojos. Una fuerte luz la golpea, haciendo que se lleve el brazo a ellos para protegerse. ¿Eso era el cielo? Siempre lo habían descrito como un lugar luminoso y feliz...Parecía que tantos años de ateismo habían sido en vano.

Retira el brazo de encima de sus ojos y cuando la luz ya no le daña mira a su alrededor...Ella había estado en ese lugar...¿La consulta de Sven?

Se incorpora lentamente, encontrándose entonces con una escena horrible. - Mi...mi pierna... - Se lleva las manos a la boca, encontrándose entonces con Balaguer. ¿Le estaba curando la pierna? ¿Qué le había pasado? - ¿Qué....qué ha pasado?

Estábamos en Australia... Michael negociaba con esos hombres...

Balaguer había quedado exhausto en la camilla, pero parecía tan satisfecho como si se hubiese dado un festín y hubiese hecho el amor con su preciosa Jolene... No había un poder más placentero que el que maneja la vida en sí misma, por agotador que resultase.
Arthur Hayes estaba junto a él, y recolocó la camilla en su sitio, ajustándole de nuevo sueros y alarmas al español.

- No sabemos qué te pasó... Pero tu pierna estaba completamente aplastada - en ese momento, el restallido de las vigas metálicas pareció sonarle a Alice junto al oído, el trauma estaba ahí... Creía que moriría... Y esa viga le aplastó completamente cada parte de su pierna... Recordó muy bien qué había sucedido, y porqué - Balaguer te ha sanado... ¿No recuerdas nada de lo que pasó...? - se sentó en el borde de la cama, echándose un mechón de pelo que le molestaba en el ojo hacia atrás, interesado.

Alice se lleva las manos a las orejas, intentando alejar el estruendo metálico de su cabeza - Cayó....cayó sobre mí... - Nota como los ojos se le llenan de lágrimas y se encoge completamente mientras todo su cuerpo tiembla - Iba a morir...

- Bueno... - el indolente Hayes torció el gesto como quien dice "podría haber sido peor", y dice, mientras se levanta - Ya tienes otra cosa en común con Falken. Podrías haberla palmado, pero tú por lo menos podrás volver a ponerte minifalda - sin más, desaparece de la habitación.

Alice se sorprende de la forma en la que le ha hablado Arthur pero lo deja en eso. Suspira.

Falken...

Recuerda perfectamente hacia donde se dirigió su mente en aquel momento...

Tengo que ir a verlo...tengo que decirle que estoy bien...

Mira a Balaguer, exhausto a su lado. No podrá nunca el español llegar a imaginar lo agradecida que le estará por siempre - Gracias...Muchísimas gracias - Le dice sincera, sin encontrar otras palabras mejores para decirle.