Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[ICEHOTEL] - Hab. 02

Cargando editor
08/09/2008, 21:10
Andrea Scerri

Lo tienen todo perdido e intentan provocar caos en la mesa, esperando que suene la flauta por casualidad, ni siquiera eran capaces de aceptar la derrota con entereza y dignidad, sabía lo que era un spoiler, un truco muy viejo para ganar a los que empiezan, ella me lo enseño en aquel hotel de Atlantic City, perdí tres mil dólares esa noche, hasta que le dio la gana de dejar de reírse de mi, si ganaras de primeras, huirías pronto de mi lado , ella sabía que eso no sucedería, lo sabía muy bien.

Una nueva prueba de voluntad al tenerlo tan cerca, echo hacia atrás la cabeza, con una mueca de disgusto, vamos a morir todos esa afirmación, a pesar de que parecía evidente visto lo visto, siempre era dura de escuchar, pero lo único que hago es sonreír una vez más cuando me da los golpecitos en el pecho, no quería morir, por supuesto que no.

La muerte es algo inevitable, ¿no?, digo con tranquilidad, nadie decide el cuando ni el como, siento decepcionarte con eso respondo a su gesto con otro similar, pero es bueno creer que puedes cambiar las cosas, ya sabes, un golpe de suerte, doy un paso lateral, y coloco una mano sobre su hombro, aunque según mi opinión, suele ganar quien mejores cartas tiene, sobretodo si sabe jugar suspiro acariciando la superficie helada de la pared, la camisa y las zapatillas no son suficientes.

La irrupción de un hombre me pilla por sorpresa, Lockhart, el doctor, era quien poseía la capacidad de tratar el virus, o eso me dijo Isenhall, pero eso de desentenderse de alguien no decía mucho a su favor, cuando cierra la puerta miro al llamado Hawkins, Bueno, no sé si daré la talla como hijo de puta, supongo que es como todo, depende de a quien preguntes mejor no comprometerse con nada, pero necesito empezar a conocer las reglas, o entonces si que estaré perdido.

Cargando editor
09/09/2008, 17:02
Taylor Hawkins

Cita:

La muerte es algo inevitable, ¿no?, nadie decide el cuando ni el como, siento decepcionarte con eso. Pero es bueno creer que puedes cambiar las cosas, ya sabes, un golpe de suerte, aunque según mi opinión, suele ganar quien mejores cartas tiene, sobretodo si sabe jugar.

Taylor había enarcado las cejas ante aquello. Pensó en dedicarle a Andrea una tesis doctoral titulada "Los caprichos de la UltraPerra Vol.1/12000", pero no había tiempo. Se conformó con encogerse de hombros ante tal demostración de ingenuidad. De todas formas, hubo algo que le interesó especialmente, más allá de la candidez de aquellas palabras: el tipo era jugador. De los de "veo tus cinco...y dos más", lo cual hacía visibles un buen puñado de puntos débiles. Aprovechable. Mucho...

...hasta que todo deja de tener sentido. Aún no estaba preparado para aquello. Necesitaba...descargar su impotencia sobre algo querido por Isenhall. Una última juerga. El concierto que cierra el Tour. Perder la cabeza hasta que las quijadas implorasen parar de reir. Entonces, sólo entonces, estaría listo para enfrentarse a sus propios demonios.

Ahora no...- balbucea sin poder apartar los ojos de Polly, retrocediendo temeroso, tropezando con el camastro. En parte, de una forma perversa, admira a Isenhall: ¡qué manera de torturarlo tan brutal y sutil a la vez!. Taylor no había escondido sus intenciones kamikazes - cualquier acólito o algún "correveydiles" como Lockhart terminarían por escucharlo -, y la Diosa lo premiaba dejándolo vivir sufriendo: una técnica tan refinada de producir dolor que aturde.

Sentado en la cama, los codos descansan sobre las rodillas y los dedos juguetean. La mirada oscila a espasmos entre el suelo y la niña. Los labios, apretados. El corazón, deshecho.

Por favor...- le dice a Andrea, señalando la puerta con la barbilla. El tono ha cambiado. Ni rastro del anarcosindicalista chulo y mal encarado. Ahora sólo se puede ver en él el perdedor que siempre ha sido.

Y aquello era, de entre todos sus incomprensibles y pavorosos dones, la habilidad más extraordinaria de la Diosa: sabía sacar de los hombres su verdadera naturaleza.

Cargando editor
09/09/2008, 18:25
Andrea Scerri

Ni siquiera me había dado cuenta de que había entrado, o tal vez mi subconsciente hubiera ignorado este hecho deliberadamente, pero el tono de voz aquel hombre, me hace seguir su mirada, mortalmente serio al clavarla en… aquella, ¿niña?, si, era una niña, pero distaba mucho de ser una normal, un solo vaso de agua al día o vomita y tiene convulsiones eso había dicho Sven, ¿qué enfermedad tenía?.

Todo esto no es asunto mío, el doctor está ahí lado, necesitas ropa y este tipo es un autentico gilipollas, si tiene un problema, seguro que se lo ha buscado, no estoy como para solucionar los de los demás, cuando ni siquiera tengo claro cuales son los míos, así que coloco la mano en el pomo de la puerta, pero, antes de abrirla, me vuelvo hacia aquel tipo, ¿Quién es? no puedo evitar preguntarlo, este sitio, una fantasía, un mundo irreal, eso había dicho, no debí haber preguntado.

Abro la puerta sin dejar de observarlo, lentamente, sin saber bien si irme o quedarme, temiendo que se volara la tapa de los sesos si tenía una pistola, o más bien compadeciéndole por no tenerla, quedar fuera de una mesa complicada estaba bien, pero a veces hay partidas que debes jugar contra tu voluntad, estaré… por ahí fuera digo sin mucha convicción, atravesando el umbral de espaldas y comenzando a cerrar, temeroso de oír su voz, pero no aliviado por salir.

Cargando editor
10/09/2008, 12:58
Victoria Hawkins

La niña se quedó mirando a Andrea mientras salía, con una expresión hueca que debería contener ¿curiosidad? ¿impaciencia...?
Cuando al fin cerró la puerta, la pequeña centró la vista en Taylor, con ambas manos juntas sobre el regazo, tal como debieron enseñarle en Dios sabe qué rincón de Nueva Orleans (por ejemplo, el sur al fin y al cabo).
Empezó a respirar trabajosamente, parecía encontrarse "menos muerta" desde que pasó unos días con Balaguer. Lo que antes parecían palabras de ultratumba que lucharan por un poco de aire, ahora "sólo" venían acompañadas de estertores agónicos:

- ¿Porqué... estás... tan... triste?

Cargando editor
11/09/2008, 16:58
Taylor Hawkins

Taylor no dedicó ni una mirada a aquel tipo, Andrea, cuando salió de la habitación. Se limitó a jueguetear con los dedos, tenso, sin saber muy bien qué hacer o qué decir. Cierra los ojos, respira hondo y se echa el pelo hacia atrás, presionando con las yemas el cuero cabelludo. Y alza la vista.

Cita:

¿Porqué... estás... tan... triste?

Aquella era La Pregunta, y Taylor conocía la respuesta: porque todo fué un sube y baja sin sentido hasta que Ella lo eligió. Y porque la ciénaga lo había engullido cuando se rompió su salvavidas. Un escalón tras otro, siempre hacia abajo, a veces de dos en dos, hasta llegar al infierno: un lugar que empieza tras el amasijo de hierros que una vez fué un coche deportivo..., y que termina aquí, en una prisión de hielo. Le sobraban los motivos, pero no se autocompadecía: el delito había sido matar a su mujer, y lo pagaba con una cadena perpetua de dolor. Justicia.

Abre la boca para decir algo, pero vuelve a cerrarla. Las palabras no salen, tampoco las lágrimas. Lo que sí se hace evidente es una mirada de pena infinita cuando sus ojos logran permanecer un par de segundos seguidos centrados en Polly: una marioneta tan viva como muerta, una criatura que personifica el lacerante recuerdo - latente pero podrido - que conserva de Victoria.

Tú...¿sabes quién soy...yo?.- acierta a farfullar. Todo encajaba salvo las fechas: era su hija, no había duda. Su hija asesinada y vuelta a la vida por los delirios de un loco. Esos ojos, las facciones,...aquel...presentimiento. Incluso Victoria había hablado por su boca:

Ella jamás lo mentiría.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Idea
Dificultad: 50-
Resultado: 35 (Éxito)

Notas de juego

Taylor hace cábalas preguntándose cómo es posible que la niña aparente una edad que, de ser su hija biológica, no debería tener. Haciendo auténticos esfuerzos por no quitarse la vida de inmediato, comienza a barajar posibilidades: ¿estaba su mujer embaraza cuando murió? ¿Manipularon su cadáver y extrajeron a Polly? ¿Acaso el aquel aberrante proceso de "renacer" implicaba un crecimiento sobrenatural?...

Cargando editor
11/09/2008, 17:11
Victoria Hawkins

¿Qué habrían hecho con Victoria cuando exhumaron su cuerpo, vendido supuestamente por Pete Foreman? ¿Qué tenía dentro? ¿Acaso era posible forzar el cuerpo de un ser no nato, hijo de mutantes al fin y al cabo...? La palabra "mutante" era un mundo inexplorado, aberrante y tan atractivo como peligroso. Cada uno de esos seres que caminaban entre los humanos era distinto a sus propios semejantes... Si una persona normal podía llegar a sentir curiosidad, ¿qué sentiría un científico con cientos de posibilidades...?

En cualquier caso, daba la impresión de que aquella muñeca rota en mil pedazos no tenía fuerzas ni para atar los cabos que cogía tanteando a ciegas en su sórdida existencia...

- Cu... ando... te toqué... - procedió, tosiendo un momento de forma violenta y profiriendo sonidos con su garganta que sonaban a hojarasca quebradiza - vi... a mi... mamá...

La niña levantó la mano y le acarició la cara a Taylor, sin que le importara lo mucho que pinchaba su barba, lo penoso de su aspecto... Y para sorpresa de aquel hombre, Polly le Mostró lo que la Rabia anhelaba ver...

Cargando editor
11/09/2008, 17:21
Obituary

Oscuro el entorno, algunos copos se colaban entre las tablas que tapiaban la noche tras aquellas ventanas de marco ricamente ornamentado, y la humedad casi se degustaba, rancia, en la lengua...

Tablones de madera mohosa, techo y paredes de papel y cerámica desprendida, destellos de urnas que contenían esqueletos humanos expuestos como si de un museo se tratara, y un espejo frente a sí, viéndose las puñaladas en la carne, ennegrecidas y de aspecto húmedo... Y la niña se tapaba con las manos y expresión triste todavía, bañada por la luz azul de la penumbra en un ronco invierno, a saber en qué idioma nevaba fuera...

Polly arrugó el rostro, contraído para llorar, pero ninguna lágrima surgió de sus enfermizos ojos. Tenía el pelo mojado y el cuerpo desnudo... Y pronto se hicieron oir pesados pasos sobre los vetustos tablones... Era él: Obituary, quien cargaba el mismo vestido con el que le habían encontrado en Kiruna...

- Ésto te cubrirá esas puñaladas tan feas, Polly... Es un vestido de princesa... - la voz de aquella especie de zombie sonaba algo compasiva al dirigirse a la niña, que cogía el vestido sin fuerzas siquiera para levantar los brazos y ponérselo. Debía ser horrible tener la fuerza de un moribundo...

Aquel hombre vestido de larga levita negra acabó vistiendo a la niña, y lo cierto es que el vestido tuvo un buen momento... Parecía sacado de algún museo de ropa antigua... Pero era sumamente tétrico verlo sobre esa niña, a la que Obituary cogió de los hombros y miró a los ojos:

- ¿Porqué te metiste en el agua, si sabías que el hielo se rompería...?

Polly tosió un par de veces.

- Por que quería que el hielo se rompiera... - respondió amargamente.

- Estás tosiendo... Y mira cómo se te han puesto los ojos... - negó un par de veces, pasándole la mano por la cara - No puedes morir, Polly... Ya estás muerta...

- Los demás niños se asustan cuando me ven... ¡Los odio...!

- No les odies a ellos por ser diferente tú... - se levantó y cogió de la mano a la pequeña, llevándola entre las hurnas...

- Tengo algo que quiero que veas, Polly... Es un regalo...

- ¿Qué es...?

El hombre se detuvo ante una de las hurnas y la señaló... Eran unas piernas inconfundibles... De lo poco que se había salvado en el cuerpo de Victoria Balhani... El reflejo del cristal insunuaba que el resto del cuerpo respondía a la descripción post mortem...

- Tu mamá - respondió Obituary mientras la niña se pegaba con las manos y la nariz a la urna, temblándole los labios y tosiendo de forma cada vez más preocupante...

- Qué guapa... - apenas le salió la voz cuando habló... Puede que su corazón estuviese parado de antes, pero en ese momento se le rompió...

- Era muy hermosa, es cierto... Pero tienes que pedirle perdón por intentar ahogarte. Ella quería hacer lo mejor para tí, pero tú quieres ponerte más malita de lo que ya estás...

- Nunca me curaré... Me lo dijeron... Que los muñecos no se curan..

- Tonterías... Si te has estropeado más, puedes arreglarte, Polly... - le acarició la cabeza - Eres como Pinocho... ¿Recuerdas el cuento que te leí el otro día...? Y seguro que dentro de poco encontramos a alguien que pueda convertirte en una niña de verdad...

Polly hundió sus ojos en los párpados hinchados y cerrados de su madre, dejando que las palmas resbalaran sobre el cristal con aspecto de no estar demasiado convencida... Apoyó la frente en la cabeza y al levantarla se encontró el reflejo de una mujer. Una mujer preciosa que rondaría los treinta y pocos, de tez oscura seguramente por naturaleza pero con los ojos algo hundidos, de aspecto cansado...
Tenía la cara mojada y estaba frente a un lavabo cuando sonó el timbre...

Pero aquella mujer cogió su copa de una mesita auxiliar (probablemente era la habitación de un hotel) y se echó sobre la cama mientras decía en voz lo bastante alta:

- La puerta está abierta, entra.

Otro joven entró en la habitación. Era otro ejemplar de belleza espectacular. Nada más entrar, se despojó de su camisa y pantalones, dejándose caer junto a la mujer.

- ¿Sabes qué día es hoy, Darian...? - preguntó aquella mujer, balanceando su copa.

El muchacho, algo más joven que ella, se dejó caer hacia atrás en la cama y resopló con cierto hastío y amargura.

- ¿Me has llamado para eso...? - preguntó - No me lo puedo creer... Si quisiera pasarme el día llorando por algo que no recuerdo, me iría con mi padre... O incluso con mis tíos, ya puestos... ¿Porqué lloriqueas tú? ¿Qué coño era ella para tí? La conociste nada y menos...

- Jugó conmigo, encanto... - respondió ella, mirando la televisión - Cuando ya había perdido la esperanza me salieron un padre y una amiga. Era una cosa... Pero era una cosa consciente... Y gracias a ellos dos creo que me convertí en una persona...

- En realidad fué gracias a mi padre, pero bueno, piensa lo que quieras... Yo no voy a vivir a la sombra de nadie, cariño... Tú deberías hacer lo mismo que yo y olvidar las cagadas de esos vejestorios... Hay que vivir la vida, son dos días, como decía tu viejo...

Ella simplemente se encendió un cigarro y empezó a fumar.

- Era la jodida estrella del alba, Darian... Como tú, pero buena. Joder... No puedo olvidarme de ese féretro tan pequeño... No puedo... Yo pensaba que sería al revés... Casi lo deseaba...

Él le quitó la copa, le dió un trago y se echó sobre ella.

- Sólo "no puedes olvidarlo" en Navidad... Mañana, cuando sea veintiséis de diciembre, volverás a llamarme para que te haga sentir guapa... ¿O es que te irás de Oz...? - le acarició la cara - ¿Crees que no me siento culpable...? Ayúdame un poco, nena...: Fué mi madre la que estranguló a mi hermana, y yo le causé ese ataque de nervios... Pero dime... ¿Qué más da? Eres tú la que siempre dice que "ésto podría no pasar nunca"... Así que mejor aprovechar... ¿No...?

Y de nuevo la habitación helada. La presencia de Polly con el vestido raído... Y nada más.

Cargando editor
12/09/2008, 17:11
Taylor Hawkins

Taylor sintió la caricia de Polly tan fría como las placas de un aparato radiográfico. Por un instante dudó, echándose ligeramente hacia atrás. La niña acompañó ese movimiento, acortando distancias y haciendo inevitable el contacto.
Todo cuanto se escucha es el murmullo de piel contra piel: una, suave y marchita. La otra, áspera y palpitante.
Taylor, aún sentado sobre la cama, cierra los ojos con fuerza y se agarra los muslos, tan tenso y desconcertado como un piloto con aviofobia. Se muerde el labio y contrae los músculos del cuello hasta que las venas amenazan con mostrar algo de lo que, a buen seguro, Polly carecía.

El primer fogonazo no le reveló nada. Sólo fué un destello de luz blanca que sacudió sus hombros, haciéndole levantar la barbilla con un espasmo. El gemido se apaga conforme, poco a poco, la luz se extingue hasta que sólo queda la oscuridad tras sus párpados....y la certeza de que, finalmente, el Sello de Isenhall, aquello que anulaba todo poder mutante bajo el techo del Hotel, estaba a punto de caer...

Y entonces, embriagado por una mezcla imposible de esperanza y desesperación, el Padre se entrega a la Hija..., y ese Sello se desmorona finalmente. La Visión aparece lentamente, tan suave y oscura que a Taylor le parece estar muriendo desangrado. La vida se le escapa al tiempo que ante sus ojos aparece otra tan real como la anterior: el empalagoso olor de la madera húmeda, el sonido de aquellos pasos, la lengua seca, el sabor de la muerte...

Había estado antes allí. Habia visto a Jolene Dryden, cadáver, mientras su hombre la lloraba. También lo había visto a él, aquel repugnante ser con el cuerpo y el juicio enfermo,...y con los días contados. Pero ahora todo era diferente: Obituary mostraba por la pequeña y triste Polly una sombría ternura paternal..., tan lúgubre y aberrante como el amor del Doctor Frankenstein por "su" criatura.
Allí, en aquella estancia, percibe el aire viciado por la decrepitud...y respira: está ahí, presente. Polly no puede verlo. Obituary tampoco. Pero él los siente tan cerca y de forma tan real que ni aquel olor ponzoñoso a anciano embardurnado en linimento logra desviar su atención. La visión es tan cierta, tan innegable...como que aquellas piernas pertenecían a Victoria.

Unas piernas que había recorrido a besos tantas veces...,¿En cuantas ocasiones había masajeado esos pies? El cuerpo de Victoria desprendía un perfume natural ante el cual palidecía cualquier otro artificial. Recordaba su olor. También su tacto, el dibujo de sus muslos, cada adorable imperfección, cada poro de su piel...
Y, al igual que su hija, su cara se pega a la urna, llenándola de vaho. Ahí vá su alma entera: a estrellarse contra el cristal que le separa de su mujer muerta, mancillada, vendida, desenterrada, profanada, abierta en canal, manoseada. Lo que él había perdido, La Rabia se lo devolvía: le entregaba a Victoria como nunca deseó verla y, además, le regalaba un motivo, una vía para la redención.

- Polly...- dice en sueños, con una amargura tan devastadora que no deja salir ni una lágrima, ahogando cualquier grito. Polly, su nuevo salvavidas, el legado de Victoria, el fruto de su sangre,...

- ...nuestra...hija...

Cargando editor
12/09/2008, 21:33
Taylor Hawkins

Cita:

Y seguro que dentro de poco encontramos a alguien que pueda convertirte en una niña de verdad...

- Eh! No! NO! Un momento! Déjame un minuto...un segundo...!- acierta a decir mientras una espesa neblina comienza a formarse ante sus ojos. Mientras, la habitación se diluye, engullida por una bruma que convierte aquel museo de los horrores en ceniza: la madera, las urnas,...Victoria..., todo se desintegra en silencio, poco a poco, hasta que el blanco roto ocupa cada resquicio de su visión.

Taylor no tarda en comprender que ahora está entre dos tierras. Ni aquí ni allá: a jirones, distingue a Polly entre la espesura, con aquel vestido ajado,...hasta que una nueva descarga le sacude violentamente, convirtiendo de forma súbita la niebla en la habitación de un hotel.

Dos personas. Jóvenes, bellas. Una fecha. Un féretro...pequeño..., y una extraña sensación: por un motivo que no comprende, Taylor siente el penetrante e irresistible fulgor de los Dryden en aquella estancia.
Angustiado y aún terriblemente shockeado por las anteriores revelaciones, trata de memorizar cada detalle, cada frase, cada gesto...porque no sabe cuándo va a terminar.

Aquello guardaba una estrecha relación con Polly - no podría ser de otra manera, pues era la pequeña manita de su hija lo que funcionaba como "transmisor" -,...pero ¿cómo?. No, no se trataba de una pre o postcognición demasiado lejana en el tiempo: ella, la chica - cómo no - morena y hermosa, había aparecido en otro lugar. Una foto...Antti. Si, fué el quién le enseñó todas esas fotografías. Entre ellas estaba Victoria, y también esta mujer.
Una mutante que cumplía con la descripción. Un objetivo prioritario para ellos. Más claves. Más pistas. Más dudas.

Y esperanza entre palos de ciego.

Taylor abre los ojos, despacio, y vuelve a la habitación helada. Frete a él, Polly lo mira con esos ojos de muñeca antigua. Él pone una rodilla en el suelo y toma su mano, acariciando la piel de cera.

No sé si...- quiere comenzar, pero un nudo en la garganta se lo impide. Traga saliva, apretando mucho los dientes. Iba a decirle lo mucho que la querría su madre de vivir para verla, y lo que él estaba dispuesto a hacer para aliviar el sufrimiento de su pequeña. Después de todo esto, el rechazo no es una opción. No puede. Ella lo observa, donde quiera que esté...y no va a decepcionarla. No esta vez.

Polly es un buen nombre...pero yo conozco uno mejor.- dice tratando de disimular un gesto desaprobador al tocar aquellas ropas raídas.

Victoria. ¿Te gusta?. Así se llamaba tu madre...

Taylor se incorpora y la mira, sabiendo que no será fácil. Sólo verla andar, con aquellos movimientos deslabazados,...Había que ser fuerte para mantener el juicio, y listo para protegerla. Lúcido, vivo...hasta dar con aquel que transforme a Pinocho en un niño de verdad. Y, mientras tanto, trabajar para encontrar a Geppetto y volarle la jodida tapa de los sesos.

Notas de juego

Te has cargado a Taylor "Living Fast" Hawkins. Estarás contenta...XDDDDD

Cargando editor
12/09/2008, 23:45
Victoria Hawkins

- ¿De... Ver...dad...? - pregunta, sufriendo un par de convulsiones que agitan su estrecha espalda, sin desviar la mirada de la de Taylor - ¿Tendré nombre... Y apellido...? - no obstante baja la cabeza dividiendo ese sencillo movimiento en tres espasmos - Pero... ella... era... muy guapa...

Notas de juego

Yo estoy contenta si tú estás contento y cómodo jugando. No quiero que pienses que mi intención era capar el personaje ni nada así, Taylor me encanta. Si me dices que es una evolución que has decidido para él, estupendo, pero no te sientas obligado a nada, no es mi intención censurarte XDDDD

Y bueno, tú decides con qué nombre se debe quedar éste pnj XDDDD

Cargando editor
13/09/2008, 17:32
Taylor Hawkins

Victoria Hawkins...- susurra, acariciando con el pulgar las mejillas. Cada espasmo, cada convulsión, es un latigazo que remueve las entrañas. Pero lejos de minar su voluntad, la estimula: Taylor se traga el llanto, lo digiere y lo excreta en forma de...determinación.

...y serás tan guapa como ella. Ya lo verás.

Inclinando un poco la espalda, extiende los brazos hacia la cría, tomándola suavemente de las axilas. Sin forzarla, esperando que la niña dé el paso, que acepte su regazo. Y cuando lo hace, Taylor la sube, estrechándola contra su pecho...

...sin acordarse de que "Random People from L.A" empezaba en Mi menor, de lo mucho que disfrutaba organizando la cocaína en un pequeño montículo sobre el ombligo de cualquier gruppie, del jet privado de "Sniper", del "white alive" - un cóctel de su invención que mezclaba tres partes ginebra, dos de vodka, una de ron blanco, y media de semen...

Tampoco se acordaba en ese momento de las fiestas en las que se cerraban las cortinas para que nadie supiese si era día o noche, de los puños de Lenox Lewis o las tetas de Susan "Holly Body" Summers. Ahora piensa con el corazón: por la válvula tricúspide fluye al amor de un padre. Por la mitral se desliza el odio de quien ha sido traicionado.

No tengas miedo, Victoria.- dice con un murmullo al oído de la niña, acariciando su pelo, empapándose de un olor con un regusto reconocible.

Tu padre va a cuidar de tí...

Notas de juego

Creo que el cambio de actitud de Ty es una evolución lógica: había pensado en Taylor renegando de su hija, abandonándola, pero luego me dí cuenta de que eso no sería lo suyo. ¿Cómo iba a negar lo único "tangible" que conserva de su esposa?. Ahora veo más interesante al personaje, más dificil de llevar...y me gusta (lo de

Cita:

Te has cargado a Taylor "Living Fast" Hawkins. Estarás contenta...

era un bromilla XDDD ). El PJ lo pedía a gritos.

Lo del nombre (Victoria por Polly) pues...también lo veo lógico: Taylor no sabe de dónde ha salido ese nombre. Es más, imagina a algún científico loco o al mismo Obituary bautizándola...y eso debería ponerle enfermo. Así que, si la niña acepta ( que friki XDDDD) se queda con Victoria Hawkins! :)

Por cierto!!:

// Taylor sale de la HABITACIÓN 02 y regresa al PASILLO (con su hija en brazos).

Cargando editor
22/09/2008, 04:30
Director

Un nuevo día en la habitación 02, con sus integrantes en sus posiciones y en sus sacos y pijamas. Y como siempre, los despertares no eran normales en el hotel, pues de algún sitio salió música...

Al empezar suavemente no fué especialmente desagradable, pero desde luego la elección del tema era surrealista, "alguno" incluso se lo tomaría mal si se levantara con mal pié, que no era para menos tras tánto tiempo sin comer. Pero cuando ya se tenían los ojos bien abiertos, algo mucho más surrealista se alzó un instante por encima de la música:

- Buenos días - una voz agradable de hombre, algo rasgada pero aterciopelada y amable sonaba en Dios sabe qué altavoz, pareciendo un locutor de radio si no fuera por el curioso acento mediterráneo, a pesar de hablar de forma fluída el inglés - Son las seis y media de la mañana. La temperatura es de -4.7 ºC. Se servirá el desayuno entre las siete y las siete y media sólo si todos los huéspedes del hotel se sientan juntos a la mesa. Se recomienda ponerse ropa que permita el movimiento de forma fluída y cómoda. Os saluda Milo Notara desde el almacén, nos vemos en el comedor.

De nuevo volvía a subir la música y el resto quedaba a elección de los huéspedes.

Cargando editor
22/09/2008, 11:20
Andrea Scerri

La maldita música y esa voz que aunque familiar el acento, se hace bastante insoportable, creo que aún necesito dormir otras doce horas más, pero es un nuevo día, y a pesar de que es imposible olvidar lo sucedido ayer, lo necesario es que no se vuelva a repetir, así que más vale ir tomando cartas en el asunto.

Me incorporo con rapidez, sino no lo haré, y agarro el mono que llevaba ayer, miro a mis compañeros de cuarto que aún no dan señales de vida, los saludo con la mano por si acaso, y sin hacer mucho ruido, me encamino hacia las duchas, que falta va haciendo, quizás ayude a ver las cosas con más claridad, de siete a siete y media, odio las reuniones sociales, pero odio aún más no tener comida en el estómago.

Cargando editor
22/09/2008, 12:14
Taylor Hawkins

Taylor, desde la cama, abre un ojo al escuchar los primeros acordes del tema elegido para despertarlos. ¿A quién pertenecía esa mente enferma?. ¿Qué clase de desequilibrado mental había seleccionado aquella odiosa canción?.
El comienzo no es demasiado jodido,...pero cuando entra la batería enlatada a Taylor se le revuelven las tripas: el "efectito de las gotitas"..ploim ploim...le hace sentir ganas de matar a alguien. Y cuando aquella voz se impone, casi lo agradece.

Hijos de puta...- exclama incorporándose, y mira a las esquinas del techo en busca de los putos bafles.
Hijos de puta...- repite, esta vez con la voz distorsionada por la lengua pastosa. Al quitarse las legañas puede ver a Andrea, ya levantado, y allá al fondo distingue un bulto que, por el mechón rubiajo que asoma, bien podría tratarse de Michael.

Bad morning.- saluda, ya sentado en el camastro. Dos palabras, "Victoria" y "desayuno" se le clavan en la cabeza y en el estómago, respectivamente.
¿Quién es ese?- pregunta levantando la barbilla, refiriendose a la "voz en off".- No lo reconzco...

Cargando editor
22/09/2008, 15:58
Michael Fauchon (Loki)

Me cago en la puta

Son las primeras palabras en salir de mi boca cuando abro los ojos

Si estamos aqui encerrados sin nada que hacer por que hostias hay que despertarnos a las seis y media de la mañana

Me levanto empezandome a quitar todas las cosas de dormir de encima, y me comienzo a levantar para ir a la ducha a quitarme la mierda de grasa

Pues no se quien coño es, pero como DJ le veo poco futuro

Cargando editor
23/09/2008, 14:05
Taylor Hawkins

Sin poder evitarlo, Taylor bufa una risilla al último comentario de Michael. Lo mira de reojo desde su camastro. Finalmente se termina de incorporar y se dirige a él.

Mira..., no voy a descubrirte nada nuevo si te digo que me caes como el puto culo. Es algo mutuo, desde el principio.- se rasca la barba, como si esas palabras saliensen de su boca arrastrando un pesado lastre. De todas formas, ahorá sé quienes son mis enemigos..., y tú no estás entre ellos.

Inesperadamente, tiende la mano a Fauchon...y la retira casi al mismo tiempo, llevándosela al pelo, como percatándose de algo en ese instante. Levanta las cejas y dá un paso atrás, deshaciendo el descuido.

No...no creas que esto es una coña. Es que...es demasiado temprano para otro...viaje.- se disculpa y encara la puerta de salida.

Notas de juego

// Taylor sale de la H.02

Cargando editor
25/10/2008, 12:00
Victoria Hawkins

Victoria sonrió de nuevo, con las comisuras de los labios temblando débiles por el esfuerzo que ello suponía, y esa fué la única respuesta afirmativa que dio a su padre respecto a si sabía que la quería. No obstante, la seriedad regresó pronto...

- ¿La... Mamá de... Amber...? - preguntó entonces - Ella es... M... Mi ami...

En ese instante un espasmo la sacudió. Un presentimiento...

- Saulot... - concluyó, con la mirada perdida en la puerta que se había cerrado tras el californiano.

Cargando editor
27/10/2008, 10:30
Taylor Hawkins

Taylor estaba harto de ver en las noticias a esos putos locos que se subían al tejado de la escuela elemental con un fusil de asalto M-16 y un cinto de granadas. Los muy gilipollas se pintaban la cara de camuflaje verde, marrón y negro (a pesar de estar en ciudad), se apretaban la cinta del pelo como el jodido Sly y...

..pues eso...

...Kelly Kapowsky, Zack Morris, el hijoputa de Screech y la niñata negra cuyo nombre Taylor jamás pudo recordar acababan metidos en una bolsa de plástico. Hasta el chuloputas de A.C Slater terminaba añadiendo un hoyuelo en la frente a los dos que se marcaban en sus mejillas.

Luego, cuando el teenager Rambo era llevado a juicio - si antes no se había volado la tapa de los sesos -, los abogados apuntaban a "un proceso traumático de la infancia" como origen de la paja mental de su cliente.

"Proceso traumático de la infancia" - reverberaba en la mente de Taylor cuando sentó a su hija sobre la cama y se arrodilló delante suya. En el mejor de los casos, si todo salía bien, si Balaguer cumplía con su parte, si Vic se convertía en una chica normal, si sus heridas físicas llegaran a ser sólo cicatrices...¿qué clase de marcas quedarían en su cerebro?. Taylor necesitaba apelar a un tacto ajeno a su condición natural para poder escabar en lo que aquella pequeña cabecita guardaba con celo...

- No, Vic.- dice tragando bilis para fingir una sonrisa - Tu madre era...era incluso más guapa que la mamá de Amber. Y, ahora que lo pienso, os parecéis un montón. Como tú, se llamaba Victoria...Tenía también el pelo negro, y era muy buena. Tan buena como...como María. Eso es.

La cosa se ponía complicada: no ya por lo difícil que resultaba para él evocar cualquier imagen de su esposa, sino por el cuidado que debía mostrar en ese campo lleno hasta las trancas de minas antipersonales. Un paso en falso y...¡booom!...

- ¡Eh!.¡Se me ocurre un juego!. Se llama...se llama...ummm...¡BUENOS y MALOS!.- Taylor se incorpora, dá un par de saltitos hacia atrás y canturrea un jingle improvisado de cabecera de concurso.

"Good or Evil. Good or Evil.
Try to say who´s
Good or Evil.
Let´s play the funniest game in the woooorld...

...the prize is waiting and HERE WE GO!!"

Ty acompañaba la musiquilla con payasadas quitahierros: sonreía exageradamente en "Good" y ponía mala cara cuando decía "Evil", al tiempo que copiaba alguna coreo de Gene Kelly. Terminó la canción aplaudiéndose a sí mismo e imitando el ruido de un público que vitorea.

-Bien, te diré cómo funciona: nos cogemos de las manos y decimos una persona que nos parezca buena y otra que nos parezca mala....y ¡atención!.¡Esto es muy importante!: nos concentramos mucho, mucho en ellas, ¿vale?. Empiezo yo.

De nuevo se agacha hincando la rodilla frente a su hija. Coge las manos de Victoria, traga saliva y cierra los ojos. De pronto, abre uno.

-¡¡Hey!!. Olvidé decirte que has de cerrar los ojos. Así, fuerte...¿ok?. Bien, allá voy.

Empieza el juego. Un juego necesario pero peligroso..., quizá el más arriesgado en el que se ha visto envuelto. Aquí no hay dinero de por medio: ojalá fuera sólo eso.

- Amber...¡BUENA!.- hace una pausa, meditando el siguiente paso.-Lundquist...¡MALA!- dice finalmente, proyectando una imagen de ambas. El pulso se acelera y, si hubiese sudor, éste sería frío.

- Te toca, mi niña.

Notas de juego

¿Cómo resolvemos esto?. ¿Alguna tirada?.

(Vaaale. Se me vé el plumero: estoy acojonao...porque como la pifie y proyecte la imagen de...qué te digo yo...Zaan, por ejemplo...La hemos liao parda.)

Cargando editor
27/10/2008, 11:47
Victoria Hawkins

Victoria asiste atenta a la descripción de su madre. La había visto, y desde luego la recordaba parecida a sí misma: Muerta. Y sí: Con el pelo negro y largo. Por desgracia no pudo comprobar lo buena que era... Pero la idea de que fuera como María le gustaba, de manera que una vez más hizo un esfuerzo para sonreír.

Respecto a la introducción de "Good or Evil", ante tanta efusividad parecía confusa, no muy acostumbrada a escuchar jingles ni comienzos como aquel, pero acabó dejando escapar una ténue risilla acompañada de una agobiante tos cuando su padre gesticuló de aquella forma tan exagerada. Como cualquier crío haría, acompañó el aplauso después, aunque bastante menos sonoro que el de Taylor.

Escuchó las normas del juego, y puso atención en el ejemplo, cerrando los ojos tal y como el californiano decía. Cuando fue su turno, volvió a cerrar los ojos y se concentró en su parte...

- María...

El susurro dio paso a aquella inyección delirante de imágenes una vez más... Quizás sugestionada por las muecas de Taylor diferenciando "Good or Evil", la mente de Victoria añadió un marco algodonoso y blanco a aquella escena en que María sacaba un montón de ropa de su maleta y, saltando con la bufanda de colores en la mano, exaltaba para las niñas lo bonita que era la prenda:
- Geez! - decía, fingiendo fascinación, acuclillándose para que ambas tocaran la lana - ¡Mirad qué suave y qué bonita! ¿A que Vicky poder estar súper guapa con ésto, Amber? - la pequeña Dryden asentía y la española le daba la bufanda - ¡Venga, vamos a regalarle bufanda!
La niña se acercaba entonces, sonriente, y le enrollaba la bufanda torpemente al cuello. Victoria la tocaba y las miraba a ambas alternativamente, sin saber qué decir...

- ...¡buena! - exageró sin abrir los ojos, igual que lo había hecho él segundos antes... Pero se concentró de nuevo... Tocaba decir otro, o eso creyó, pues Taylor había dicho dos - Jolene...

Ésta vez, la aguja pinchó dolorosamente la vena...

Notas de juego

Continúo...

Cargando editor
27/10/2008, 12:09
Jolene Dryden

- ¡Mami! - Amber, ya con seis añitos, bajaba las escaleras de aquella bonita casa que Taylor ya había visto: El sueño americano. Arrastraba un osito de peluche y vestía un pijama con dibujos de Barrio Sésamo. Llegó hasta la puerta del salón y la abrió, encontrándose a su madre sentada en un sofá, con las manos en la cabeza y un marco hecho añicos frente a ella.

Amber se acercó a su madre lentamente. Jolene parecía llorar, casi desquiciada... Ninguna chiquilla de dieciséis años debería ser madre de dos niños.

- ¿Qué coño quieres, Amber...? - sollozó, quitándose la aguaza de la nariz con el antebrazo.

Amber tragó saliva, deteniéndose achantada. Se armó de todo el valor que puede armarse una niña de su edad, y dijo, vigilando el tacto con el que le hablaba a su madre:

- Como hoy no hemos cenado, me hace ruido la tripa, mami...

Los labios de Jolene temblaron al oír a su hija. Debía ser difícil, en el fondo, descubrir que tu hija de seis años puede darte lecciones de madurez. A la perla de los Dryden nunca le habían gustado las broncas, por suaves que fueran.

- Pues súbete a una silla y coge galletas del armario... - resolvió.

Amber volvió a tragar y suspirar. El diálogo iba a ser complicado, seguro.

- Papá no quiere que me suba a los muebles... Dice que es peligro...

- ¡NO ES TU PADRE! - gritó Jolene, súmamente irritada - Así que haz lo que yo te diga, que para eso te parí, además... ¿¡Ves a Alex por alguna parte, joder!?

Amber encogió los hombros y así se quedó, encorvándose un poco, temblorosa.

- Viene mañana, mami... No hace falta que lo rompas todo... - la pequeña no tenía mala intención, más parecía un intento fútil de calmar a su jovencísima madre.

- ¡ROMPERÉ LO QUE ME DE LA GANA! - rugió, estallando de nuevo en llanto y arrojando al suelo la lámpara junto al sofá, atenuando la luz de la habitación... - ¡VETE A LA CAMA, AMBER, JODER!

Amber retrocedió dos pasos y miró a su madre, apenada por ella... Finalmente venció el buen corazón de la pobre niña, y acabó acercándose a Jolene, poniéndole una temblorosa mano en la rodilla...

- ¿Porqué lloras, mami...? - miró el marco roto en el suelo, la foto bocabajo, pero la pequeña lo reconocía - ¿Es que ha salido en la tele Lalaine otra vez...?

Jolene se rindió un instante, dejándose caer sobre el respaldo del sofá, asintiendo con la cabeza, la mirada fija en la televisión apagada... Bastantes pulgadas, por cierto, y lo impensable allá por el 2002 en el que Taylor vivía: Plana.
Amber tuvo que hacer un nuevo acopio de voluntad para seguir consolando a su madre...

- No te preocupes, mami, seguro que cuando Lalaine y yo seamos más mayores, nos pareceremos más... Y yo seré más guapa, te lo prometo, me maquillaré mucho y me echaré cremas para ser tan guapa como tú...

Aquello pareció no gustarle a Jolene. Negó con la cabeza y apretó los labios.

- No... Tú... Tu te pareces cada vez más a Sven... Y esa preciosidad de niña... Es igual que... Que ÉL...

- Pero mami... Lalaine no vive con su papá, un perrito y un hermanito, como nosotros...

- Ni puta falta que le hace... Ella y la zorra de su madre se lo pasan de maravilla... Su jodida madre ni siquiera echa de menos al padre de la cría, nunca lo quiso... Y en todo caso, sólo tendría que mirar a su hija para ver su rostro... Es... Jodidamente idéntica...

Empezaba a ser demasiado para Amber. Las lágrimas asomaban al ver que Jolene fantaseaba con tener otra hija que no era precisamente ella... Y al final, tuvo que llegar la rabieta, la envidia...

- ¡Pues el papá de Lalaine nos quiere a las dos igual! ¡Y tú deberías quererme también, eres mi mamá, tienes que quererme y darme de cenar si me da hambre! ¡Y no puedes decirme que papá no es papá, cuando nos fuimos de la casa del abuelo me prometiste que tendría un papá, y él me quiere y dice que soy su hija!

- AMBER, TE LO ADVIERTO: CIERRA LA BOCA Y VUELVE A DORMIR.

- ¡NO! - pataleó - ¡SIEMPRE TENGO QUE CONSOLARTE YO, LAS MAMÁS Y LAS HIJAS NO HACEN ESO! ¡ES AL REVÉS! ¡NO ES JUSTO, MAMÁ, NO ES JUSTO, YO SI TE QUIERO!

- ¡TE LO HE ADVERTIDO! - Jolene se levantó de súbito, Amber echó a correr escaleras arriba, chillando al ver la violenta actitud de su madre... Pero cuando llegaron al piso de arriba, Jolene la alcanzó y cogiéndole de la muñeca empezó a abofetearla con saña mientras la niña no dejaba de gritar. La puerta principal se hizo oir, pero la joven madre estaba fuera de sí, y no atendió cuando una voz adolescente le gritaba:

- ¡NO, JOLENE, NO! - pasos rápidos subiendo la escalera, otra voz lejana, la del mismísimo Taylor, intentaba frenarla: - ¡¡VICTORIA, NO ENTRES, NO!!

Pero antes de que Taylor la alcanzase, su hija ya había acortado la distancia entre si misma y Amber, cogiéndola en brazos e intentando arrebatársela a la desquiciada Jolene... Quien, aún más corroída por la ira, empujó a la adolescente del jersey rojo escaleras abajo...

Al llegar al suelo, los sollozos de Amber no habían desaparecido, pero Taylor se quedaba helado ante la puerta: Tarde. El cuerpo de su hija había amortiguado la caída de Amber...

Jolene se echaba entonces las manos a la cara, observando ojiplática la escena, sin poder creerlo... Sólo tenía que darle unas simples galletas a su hija...

- Amber... ¡Amber, cariño! ¿¡Estás bien...!? - un ataque de ansiedad amenazaba desde los pulmones de la menor de los hermanos Dryden...

- ¡¡VICKY!! ¡¡VICKY NO SE MUEVE!! ¡VICKY, MUÉVETE, POR FAVOR...!