Partida Rol por web

¿Tirar la toalla? Eso es para los cobardes, para los débiles y para los boxeadores malos. Y tú no eres ninguna de las tres cosas, Johnny Boy...- le dice a su amigo, sin sonreir, sin bromear. Serio, escrutador, agradecido, copartícipe de su dolor y comprensivo con su rabia..., dispuesto a hacer lo que sea para que el veneno de la deseperación jamás se atreva a tocarlos.

Totalmente sin palabras observo como Donovan se bebe la tila que he preparado para Dale... No me da tiempo más que pare decir un ¡¡ No !! tardío, y quedarme sin saber que hacer por lo que acaba de pasar... Para cuando quiero reaccionar, Donovan ya se a desaparecido...

Maldita sea... menos mal que preparé una jarra... Vuelvo a llenar el vaso con otro poco y sigo caminando hacia la habitación haciendo caso omiso de sus advertencias...

Mirad..., no creo que sirva de mucho, pero...- se encoge de hombros tras intercambiar unas palabras en privado con Rew.- ...los baños termales están abiertos. Hace un buen rato estuve allí: hay...hay nieve alrededor del jacuzzi.

Con el pulgar, señala la dirección.

Me despeloté, entré en el agua y empecé a refregarme hielo por todo el cuerpo. Os juro que sólo faltaba Monica Bellucci encerándome el sable y dándome luego un biberón. Relax total...

Ni que decir tiene que sólo imaginar una escena con Lex y Dale en los baños, embadurnándose de nieve, ahí...tranquilitas, a lo suyo..., hace que Tytie despierte de su letargo. Sin embargo, estaba dispuesto al mayor y más doloroso de los sacrificios:

Me...me quedaría fuera, claro.- dice antes de que alguna mirada perversa se le clave.- En fin,...supongo que es poca cosa, pero creo que podría funcionar.

Pasea la mirada por todos, especialmente por Dale...allá al fondo, casi arrastrada por la musa húngara. Durante un par de segundos la enfoca, mordiéndose el labio...

Necesitamos entrar en esa enfermería...- no sólo por la australiana, evidentemente. Los hijos de puta se habían cuidado bien de aislar la estancia clave del recinto..., y una idea ronda la cabeza de Taylor para remendar esa jodienda.

Donovan regresa por el pasillo, desandando el camino que antes había hecho antes de que Isabela llegara a cruzar la esquina que la llevaría a las habitaciones. Parecía menos enfadado y nervioso que hace unos instantes e iba seguido por el siempre impasible Dr Lockhart.
Fuera lo que fuera que habían hablado, había sido rápido.

Al pasar junto a la chica, Donovan mira con avidez la nueva taza de tila que lleva en la mano, aunque esta refrena su deseo de cogerla.
Isabela, de verdad, será mejor que no vayas para allá. Las cosas no están nada bien.
La adelanta sin mirar atrás y tuerce la esquina.

-Vale, ¿Y que sugieres?

Dije bastante irritado y cabreado, la situacion se me hacia mas frustante y molesta por momentos, con Dale cada vez mas desquiciada y los dos hermanos comportandose como dos monos idiotas enamorados y cabrones, aunque precisamente yo no era el mas adecuado para quejarme."Que desgracia, cuantas problemas se arreglarian si el mundo aceptara el termino "Trio" y "incesto" como algo moral. Incluyendo los mios." Aun asi, en el fondo tenia que reconocer que estaba de acuerdo con Taylor, si habia alguna manera de salir de este tugurio y poder tomar las medicinas, cazar lo que uno quisiera o simplemente por joder un poco a la dueña, yo seria el primero en la mano por muy mortal o dificil que fuera la solucion.

-Porque te recuerdo que mientras Isenhall nos devuelva los poderes... Espera un momento.-Me lleve la mano hacia la cabeza, comprobando y concentrandome si el taboo de usar poderes seguia vigente...

De nuevo sin hacer caso a Donovan, prosigo mi camino hacia mi habitación, para encontrarme con Lex, tal y como había hablado... Callate impero a las palabras del rubio...

Y sin mas lo adelanto y me meto en mi habitación...

... Entonces Hugo se convirtió en un animal: Bípedo, pelón por el cuerpo, perilla y melenita sobre los hombros. Animal conocido como humano, humano conocido como Hugo. Curiosamente no había pasado absolútamente nada.

No obstante, con Donovan llegaron no sólo Lockhart, sino también Isabella con una tetera y una taza, además de cara de malas pulgas, caminando por delante de Donovan. Seguían todos ahí salvo Lex y Dale. Por lo visto habían ignorado la petición de Rewell.

- ¿Dónde está el fuego? - preguntaba sin entusiasmo Lockhart, caminando hacia su habitación - Voy por mi maletín.

Tras ellos, con gesto distraído y algo pálido, llegaba Scerri.

"Nota mental, tengo que pedirle lecciones de carisma a Donovan. El chaval ha conseguido con un medico pasota y cascarrabias, lo que yo no he conseguido con una adolescente con problemas mentales." Pense distraido mientras miraba como Donovan llevaba al doctor para salvar a Dale. Todo un heroe el chaval, si exceptuamos que su padre es un cabron y el chaval tiene una sutil tendencia a arrimarse a mujeres que no son suyas, y no, no me referia a mi y a Maria por una ocasion.

-Ejem, como te iba diciendo.- Dije bajando la mano y volviendome a fijar en Taylor, levemente distraido.- Sin poderes, no es que tengamos mucho recursos para romper una pared de hielo auto-regenerativa, y tampoco creo que seamos capaces de cavar un tunel bajo la pared, demasiado facil y simple seria para que Isenhall no se haya encargado ya de darle un toque magico o alguna trampa mortal relacionado con algun animal y algo de sangre.

¿En qué habitación está Dale?
Pregunta mirando alternativamente a Taylor, Rewell y Hugo, indicándole a Lockhart a donde dirigirse cuando cualquiera de los tres responde.
Allí está su paciente, doctor. Muchas gracias por tomarse la molestia de atenderla.
Había un obvio resquemor en sus palabras, pero también estaba realmente agradecido, así que había llegado a un empate técnico.

Había conseguido traer al médico tal y como había prometido. No es que hubiera descubierto una panacea universal, pero en su estado de ánimo, era un logro importante para él. Quería decir que uno de sus problemas mas inmediatos estaba a punto de pasar a mejores manos que las suyas y que podría dejar de preocuparse por ese asunto en concreto durante... el tiempo que fuera. Siempre era bienvenido cualquier tipo de descanso. En este caso era mas bien deseado con fervor.

Bufa hastiado al escuchar la diatriba de Hugo sobre intentar escapar mientras se deja caer contra una de las paredes de hielo del pasillo, con la cabeza gacha y la vista perdida en el suelo. Había olvidado por completo que Rewell le había golpeado la espalda momentos antes, y contrae el gesto, contrariado, cuando una oleada de dolor le recorre toda la columna vertebral.
Mira... no me quiero meter dónde no me llaman, pero ya le he cogido el gusto y deshacerse de las malas costumbres es muy difícil... pero creo que estás gastando saliva para nada, Hugo. No podemos salir de aquí. No porque sea imposible escapar, que no creo que lo sea, sino porque no queremos salir. Queremos estar bajo las órdenes de Isenahl, sometidos a ella y sus designios...
Parece que le cueste decir lo que está diciendo, porque su expresión es toda una oda a la incomodidad y la falsedad. Y no se estaba esforzando por ocultarlo.
Porque queremos curarnos. Y queremos que sanen nuestros seres queridos. Y solo bajo... la tutela de Isenhal podremos hacerlo... Si nos ha encerrado, es porque nos quiere encerrados. Así de sencillo. No le des mas vueltas, no merece la pena y al final solo te llevará a una calvicie prematura.

Jaleo en el pasillo, y en este lugar un reunión que englobe a más de una persona tiene un elevado porcentaje de acabar en discusión o altercado, ando despacio, miro por un momento a Taylor, ya habrá lugar para seguir indagando en asuntos que no son de mi competencia.

Apenas presto atención a Hugo, escapar, iluso, por esta vez Donovan tiene razón en sus argumentos, pasando con corrección a su lado, sin inmiscuirme en su conversación, espero que Dale se encuentre mejor, no es que me preocupe especialmente, porque no encuentro mucha justificación a algunos comportamientos, pero no me apetece tener que ver morir a ninguno de los que estamos en el hotel.

Así que continuo mi camino sin tener un objetivo claro, tal vez lo mejor sea tumbarme un rato, e intentar descansar algo.

Entro delante de Donovan y miro a Dale... Parece que finalmente Sven si que hará algo por ella... Pero entonces que coño hago aquí yo... Doy un suspiro negando con la cabeza y mirando a la gente que esta dentro del cuarto. Dejo la la jarra con la infusión de tila sobre la mesa y el vaso lleno a su lado, al fin y al cabo si Sven tiene medicamentos no será necesario mas que para calmarme yo misma.

¿Como, ha llegado a ese estado? pregunto a nadie en concreto y a todos en general... Escucho las palabras de Donovan Do, Donovan ¿verdad?, si Isenhall tiene la cura, ¿porque no nos la facilita? Yo llevo casi todos los años de mi vida dedicada a encontrar una cura, algo que aunque sea ralentice la rapidez con la se expande y no he logrado nada...

Donovan abre los ojos, sorprendido, al escuchar de labios de Isabela que lleva años buscando una cura.
¿Años? Pensaba que el Ígnea era... bueno, mucho mas reciente que eso.
Niega con la cabeza, el ceño fruncido, sin apartar la mirada de la nueva, a la que apenas había prestado ningún interés en el poco tiempo que la conocía pero a la que ahora miraba con otros ojos, unos mucho mas curiosos.
Isenhal no tiene una cura propiamente dicha. Mientras estemos dentro de los límites de su poder, en sus estructuras de hielo o cerca de sus fuentes de aguas curativas, el Ígnea se mantiene a raya, su avance se detiene. Puede incluso evitar el paso de una fase a la siguiente... pero nada más.
Suspira y desvía la mirada hacia la puerta tras la que se encuentran María, Victoria y Amber.
Nosotros tenemos que encontrar esa cura por los métodos que nos sean posibles. Ella nos suele -o al menos debería hacerlo- poner en la pista de esa cura. Aunque creo que lo único que hace es utilizarnos para sus propios intereses... ¿Eres algún tipo de científica? Quizá te interesaría hablar con mi padre. Por lo que se, sus laboratorios desarrollaron una vacuna. Y parece funcionar.

Bueno... soy inmunóloga, y... llevo bastante tiempo en busca de esa solución. Me quedo totalmente absorta ante lo de que su padre quizá haya encontrado una solución para el Ignea... De mi mente desaparece toda la situación de Dale. Yo estaría encantada de hablar con él... quizá pueda ayudarle. Y puede que analizando esas fuentes...

Mis ojos brillan como si un niño pequeño acabara de encontrar un arcón mágico de caramelos que nunca se terminan... En todas mis investigaciones no he encontrado mas que la misma pared contra la que me chocaba... miro mis manos, y luego de nuevo a Donovan... A veces pienso que me precipité cuando me inyecté...

Taylor sabe sin duda cómo animar a alguien. Agradezco silenciosamente su apoyo, manteniendo el pico cerrado en lo sucesivo conforme la gente va de un lado a otro por el pasillo y las conversaciones se suceden. Por un lado la idea de que Sven trate a Dale me tranquiliza, pero sus palabras sobre que el médico la odiaba... No termino de saber si debo considerarlas una realidad o un delirio provocado por las drogas, pero de cualquier forma me provoca cierta intranquilidad el asunto. Sin embargo, Lex está con ella, así que si hay cualquier problema ella se encargará de avisar al resto... Y Donovan, de cualquier forma, parece también bastante dedicado en la protección de esa estancia. De todo lo que se habla a mi alrededor sólo asimilo el dato del jacuzzi aportado por Taylor... Resulta curioso que haya recuperado sus poderes haciendo algo tan sencillo... Habrá que acercarse a ese sitio. Y, ¿por qué no? Disfrutarlo también. Al fin y al cabo no tengo el Ígnea, el agua caliente no me hará mal (si hay agua caliente, claro...).
Por ahora tengo algunas cosas que poner en orden, y como de cualquier modo tampoco me sorprende que Arthur haya encontrado una vacuna para la enfermedad (la misma que corre por mis venas), simplemente me acerco hasta la puerta de la habitación donde están María, Amber y Victoria, a la que llamo con los nudillos un par de veces.

Es lo que tiene. La vida está llena de paredes infranqueables y callejones sin salida. A veces son situaciones que no podemos vencer... otras, personas a las que no queremos enfrentarnos. Sea como sea, lo mas fácil siempre es darse la vuelta y mirar para otro lado.
Mira a su hermano cuando este llama a la puerta del cuarto de las chicas y suspira. Parecía cansado a niveles bastante mas profundos de lo habitual en él.
Repiquetea con la punta de los dedos sobre la pared de hielo en la que se apoya y se aparta de ella con mucho cuidado, moviéndose lo justo para recuperar la completa verticalidad.
Deja caer la cabeza sobre el pecho y niega lentamente mientras comienza a andar hacia el final del pasillo, con dirección al almacén.
Voy a pegarme un tiro. Metafóricamente, claro. Amo demasiado esta magnífica vida como para querer perderla tan pronto y de forma tan violenta. Hoy en día está de moda morir lentamente de una enfermedad o autodestruirse con drogas y demás conductas a largo plazo...
El sarcasmo era tan claro como un día de verano en las costas españolas del mediterráneo. Acababa por quemar si se pasaba demasiado tiempo expuesto a él.
Por favor, no me busquéis a no ser que el mundo se esté acabando de golpe. Y solo si estáis seguros de que lo único que lo puede salvar es mi presencia. De verdad. Todo lo demás puede esperar hasta mañana...
Y con esas palabras gira la esquina y se pierde de vista.

Sven sale de su habitación maletín en mano y tras eso, entra en la habitación que comparten actualmente Lex, Isabella y Madison, en la que se encuentran la primera de ellas y Dale Lantana. Cierra tras de si sin mediar palabra.

En menos de diez minutos, Sven vuelve a salir.

- Es alérgica al diazepam. Aquí si que no puedo hacer nada: Hace falta una clínica entera, muchos meses y enfermeras con turnos para éstos casos. No un médico con un maletín de emergencias. Si me disculpáis...

Se marcha entonces de nuevo a su habitación.

No, qué vá...- dice Taylor, interponiéndose entre Sven y su habitación. No te disculpamos. Al menos yo no.

Con el Ignea como el menor de sus problemas ahora, Taylor se planta frente al matasanos. Sorbe un buen gargajo por la nariz y se lo lleva a la lengua, mostrándoselo al doctor. Luego traga.

No sé...desde que estoy aquí hay una pregunta que me ronda la cabeza: ¿qué queréis de nosotros?.- dá un paso atrás, para que el tipo no se sienta hostigado. En realidad quiere hablar, aclarar algunos asuntos. - Quiero decir...¿a qué cojones viene esa actitud tuya?, por ejemplo. Mira, comprendo que te pases aquello del Juranmento Hipocrático por el forro de los huevos...Igual, en tu caso, yo lo haría también, pero...¿te reporta beneficios?.

Encoge los hombros, arrugando la nariz.

Lo diré de otra forma: ¿os somos más útiles jodidos o sanos?. Isenhall nos dió dos opciones, y elegimos la primera: quedarnos y CURARNOS. ¿Estás haciendo algo al respecto...aparte de pasearte como si todo te importase una mierda?.

Lo mira ahora, a los ojos, sereno y sin querer que Sven entienda aquello como una amenaza. Más bien, a su forma, Taylor está rogando.

Mira, colega. He visto toneladas de mierda con una pinta muy parecida a la de Dale...y hay opciones aparte del puto Valium. Yo lo sé, y tú lo sabes.- dice intentando expresar convincentemente algo muy distinto a lo que piensa.
Lo que te estoy pidiendo es...colaboración, joder. ¿Tanto te cuesta? Es tu oficio, coño. ¿Cuánto te pegaste? ¿Seis años? ¿Siete...estudiando?.

...Para...¿esto?.

Con la palma de la mano, señala el maletín.

Entiendo que te la sude. De vedad, lo entiendo. Pero si no quieres hacer nada por nosotros...por lo menos no estorbes y condúcenos a la enfermería. Ya nos apañaremos.

Sven se detiene sin sombra de sorpresa o molestia cuando Taylor se le pone delante. Tampoco parece asqueado cuando el californiano le muestra la flema que posteriormente traga.

- Respondiendo a su primera pregunta: Son unos inútiles vivos, muertos, sanos y enfermos - contesta tan impertérrito como siempre - Por eso estabais tan lejos en la lista de prioridades. Sabía que traeríais problemas, por mí sólo habrían entrado Amber y Polly. En cuanto a mi actitud, soy siempre así, además soy pediatra, ni psiquiatra, ni psicólogo, ni un trabajador social que se encargue de los malditos yonquis a los que, por cierto, veo a menudo en mi clínica con bebés con el síndrome de abstinencia. Yonquis como tú o como Dale con mucho dinero, que pueden pagarse los servicios de mi clínica privada o sobornar a los servicios sociales y con los que me llevo bien a fin de que se me avise de sus funerales y poder verlos bien muertos.

Ni siquiera al decir eso pareció entusiasmarse, su mirada no cambió, el tono de voz no subió un ápice ni se agitó. Tampoco estaba rígido, más bien parecía un vecino antipático que nunca sonríe dándole el "si y no" a otro que le hablara del tiempo mientras llegaba a su piso.

- La enfermería es un edificio anexo, como la habitación de Falken. No se puede acceder desde aquí estando encerrados. Y aunque pudiera ser así, no os dejaría ni mucho menos las llaves de los botiquines. Cuando salgamos de aquí me ocuparé de la chica en tanto en cuanto esté en mi obligación, y nada más. Me pasé seis años en la facultad para ayudar a gente que quisiera vivir, y el término "drogadicción" no aparece en la definición de esa idea. Y que no sepa yo que os "apañáis" manejando medicamentos sin licencia. Apártese.

Ni siquiera se enrojeció ni apretó los dientes. Nada: Sin reacción.

Cruzo la puerta, todavía agradecida en silencio por lo amable que ha sido, que quiera que mejore nuestra situación y me dispongo a cumplir lo que ha dicho, quedarme tranquilamente en el dormitorio, aguantaré el dolor de estómago que tengo como pueda…

El sonido de voces me indica que hay gente en el pasillo… sólo espero que no estén liándola. Doblo la esquina, vestida con una sudadera azul con capucha y unos vaqueros del mismo color, ojos algo enrojecidos pero secos, manos metidas en los bolsillos de los pantalones.

Me paro tras acercarme un poco más, echando un vistazo rápido a los que hay, “abrirme a mis compañeros” resuena en mis oídos todavía. Trago saliva. ¿Todo bien? Eso no es suficiente Madi. Escuchad, por favor, ha entrado un hombre en el hotel, teleportándose…. Miro a Sven, supongo que lo conocerá. Es Milo…. Milo Notara. Está en el almacén.

Escucho absorta las palabras de Taylor... No me puedo creer que Sven, que cualquier médico medio decente pudiera obrar mal, bueno sinceramente, después de ver lo que he visto aquí... puedo esperarme cualquier cosa. El... el solo quiere ayudarla... digo con bastante seguridad...

Miro la jarra de tila y el vaso y me bebo de trago el contenido... No se que narices hago aquí... Necesito pensar, si... si lo que Donovan ha dicho es cierto, su padre... si su padre... Cierro los ojos y los abro de nuevo, pasando de ambos, y abro la puerta entrando en mi habitación... Ya no por ver como estaba Dale, o hablar con Lex o con quien estuviera dentro. Necesitaba descansar y pensar durante la noche en todo lo que había pasado durante ese día, todo lo que había descubierto y presenciado... Había que, asimilarlo, si eso era posible...