Partida Rol por web

Se une a mirar por la ventanilla, ya visualizando dónde irá cada cosa...

- Pues esta - responde a Herkus, después de fijarse en su precio, para luego dirigirse hacia el vendedor y negociar la compra del vehículo.

Una vez pagado el coste de la caravana, la ajusta a su todoterreno por la parte trasera de éste:

- Es... Es genial. Es jodidamente genial - observa emocionada aquella imagen tan espaciosa. Ahora no pasarán frío, dormirán como personas y cocinarán incluso... Qué belleza. Se "abraza" a la caravana.

Tras haberla comprado, os la dan repostada y matriculada, lista para llevar. Además os hacen un precio por el coche, y mientras negocias con el vendedor, Herkus parece no quitarle ojo a cada rincón de la caravana.

- ¡Vamos comprar sartenes! ¡Y cazos! ¡Y cosas! ¿Cortinas? - sugiere riéndose, entusiasmado - Amarillo es bonito para cortinas...

Ya vendido su coche y comprado su nueva "casa", comienza a transportar sus cosas de un vehículo a otro, felizmente, separando las que ya no le sirven con las que aún puedan ser útiles...

- PPpfffff... Hay que comprar comida, sartenes, ollas... productos de limpieza... - se tumba en un sofá y empieza a apuntar en una pequeña libreta - Dios, qué comodo... TELE, hay que comprar una tele... Y películas, ¿por qué no? - se ríe - Cortinas también, tienes razón... Nos pasamos y vemos cuales nos gustan. Hay sillas, ¿no? Sí... Joder, qué caña... Tampoco te vendría nada mal comprarte ropa, Herkus- le dice a éste, tras echarle un vistazo a su ropa vieja. Cuando termina de apuntar todo lo que les hace falta, se pasa por el supermercado y por diversas tiendas más para no sólo comprar lo necesario si no vender lo que ya no les sirve de nada.

Herkus coge un carrito de la compra, felizmente, y empieza a mirar ropa que le gusta, cuando entonces cae en algo importante:

- ¡Sedes con música, Lek's! - dice, cogiendo un par de CD's de música clásica, echándolos al carro - ¡Platos! ¡Cubiertos! - parece eufórico. Se prueba todo lo que puede: Gafas, gorros, bufandas... Coge un after-shave perfumado, colonia de hombre, una buena maquinilla de afeitar... Parece que se siente como un crío en la fábrica de Willy Wonka, de tal modo que un pijama y unas zapatillas de pelo casi le hacen llorar de emoción al tocarlos y saber que puede permitírselo. Compra también ropa interior, encantado de la vida.

De vez en cuando juega poniéndote algún gorro hortera y riéndose afirmando que estás muy guapa y te queda bien, o se sube a una bicicleta sólo por verse encima de ella, etc...

Lex se da igualmente el gusto con la ropa y la cosmética, haciéndose con un segundo carro al ver que el primero va a llegar a la cumbre muy pronto e impulsándose en ocasiones contagiada por el ánimo de su compañero de auto.
También le da un par de consejitos sobre la ropa cuando el lituano se la prueba, y por una vez, desde hace mucho tiempo, añade a la cesta todo tipo de alimentos: frutas, galletas, carne y pescado, patatas... Compra una freidora, una estufa, un reproductor de música para añadirle a la autocaravana... Fundas para las camas, sábanas y cortinas, toallas nuevas...

Y tras haber hecho todas las compras y llegar a la puerta de "casa", se pone a meter las cosas con la ayuda de Herkus...

- Dúchate y cámbiate ahora si quieres, yo empiezo a distribuirlo todo mientras - dice, sacudiéndose las manos.

- Vale - entra en la ducha como si fuese la atracción más divertida de un parque de atracciones, y cuando empieza a oirse agua caer, Herkus se pone a canturrear alguna cancioncilla lituana, feliz. Sale al rato, ahora sí: Bien limpio y relajado, en la gloria, envuelto en un albornoz rojo calentito, sentándose en el sofá junto a la estufa con sonrisa de imbécil - Toda mi falta de suerete se ha compenesado... - suspira, reclinándose tras levantar un pié, enfundado en una zapatilla de lana y algodón con aspecto de ser muy cálida - Me sieneto como un rey... - murmura al borde del colapso emotivo.

- *Uuuuuaaaahhhhh...* - bosteza Czygani, tumbada en el sofá de enfrente con la camiseta interior y apoyando la cabeza sobre un brazo, con una toalla preparada a su lado:

- Y que lo digas... Qué gusto da saber que Dios existe de vez en cuando... - enciende la tele con el mando a distancia - Yo no se tú, pero cuando me duche me piro a la cama. Me duele la espalda de estar doblada todo el día... - dice, acomodándose en el sofá.

- Un siesta no venedría mal, no - ríe, observándote con cierto descaro de arriba a abajo para entonces esbozar una sonrisilla - ¿Puedo espiar? - bromea, riéndose e incorporándose.

- No, no puedes - le lanza un cojín a la cara bromeando igualmente, al tiempo que se levanta en dirección a la ducha con sus "productos femeninos" y su ropa - ¿Sabes usar un microhondas? Lo digo por ir haciendo la cena ya. No pienso cocinar esta noche... - exclama desde el baño.

Al ratito largo aparece ya vestida y con la larguísima melena húmeda y desenredada. Vuelve a echarse sobre el sofá para ver la tele, con una manta encima.

La caravana huele a ajo y mantequilla para freir, y en la mesa cuando llegas encuentras un combo insano pero delicioso, qué coño: Varitas de pollo con queso fundido encima y patatas con mayonesa de ajo.

- Típico lituano - dice sentándose con las piernas cruzadas sobre el sofá, cogiendo el primer palito de carne - ¿Gusta? - sonríe.

- ¡...Oh dios mío! - se incorpora frente a la mesa y enseguida se echa uno de los palitos a la boca, tomándose su tiempo para degustarlo y sonriendo mientras mastica - Esto está riquísimo... - pincha patatas - No pensé que tuvieras mano para la cocina. Para haber sido un vagabundo eres bastante raro, ¿sabes? - sonríe - Eres educado y sabes cocinar... A quien se lo diga no se lo cree.

- Hay que agradar a hente. Cuando vives en calle, te pasas el día pensando en cómo agradar hente para que te den uno trabaho - explica, viendo la tele, sin poder borrar la sonrisa de su rostro - trabahado de muchas cosas pero nunca más de un semana hasta que desastre... Caído todo vajilla, explotado uno vaso, malo general - abanica la mano como quien dice "vamos a dejarlo". Y luego extrae un colgante, que te muestra. Parece un medallón de rosa de los vientos, atravesada por un puñal en su asta horizontal, una flor de lis señalando el norte y una serie de círculos concéntricos en el centro... - Ésto mío desde siempre. Cuando intentado robarme de bebé, siempre pasaba malo ladrón, por eso conservado - sonríe, volviendo a colocárselo por dentro del albornoz. Parecía plata muy vieja - Seguro que segundo hijo de prínsipe o algo así - bromea.

- Vooaaaya... - se acerca para comprobar la antigüedad - Qué preciosidad - No pienso tocarlo - Hey, lo mismo eres una especie de "Anastasio Romanoff"... ¿Cuánto pagarían por encontrar a un miembro perdido de la realeza...? - se ríe, lamiéndose restos de queso del pulgar - A todo esto, no tengo ni idea de por dónde empezar a buscar cuando lleguemos a Suecia... ¿Cómo era el que te dió la carta?

No pilla muy bien lo de Anastasia Romanov. Parece que sus lecciones de historia tienen un límite...

- Muy rubio y muy alto, con ohos asules - ríe, encogiéndose de hombros - . Pelo corto. Me dió un boteia de vodka, pero ia me la bebí... - explica levantando una ceja un poco avergonzado - Hasía frío...

Y se supone que hay que buscar a un tipo alto, rubio y con ojos azules en Suecia... Chupado.

- ...Lógico que te la bebieras; tu ciudad es un infierno polar - se lleva otro palito a la boca, y remueve los pies frente a la estufa. Después saca un mapa con las autopistas y con un rotulador se pone a marcar la ruta...

- ¿Por qué directamente no te fuistes con aquel tipo? Porque vamos, pedirle a un vagabundo que atraviese media Europa... es ser un cabronazo.

- Habría perseguido a tipo, pero tenía fuersas justas para coger carta y beber botella, ese día hasía mucho frío y pensé que iba a morir... No había comido ni bebido nada. El alcohol me ayudó a llegar a un chavola... - se levanta para coger de una mochila que se ha comprado la carta - Quiere a los mejores metahumanos para que vivan... Supongo que es un prueba de ingenio y resistensia... - dobla de nuevo la carta y te mira - Te echaré de menos cuando esté en Suesia... Tu eres el persona que mehor se ha portado conmigo nunca...

Cita:

Qué odiosa soy. ¿Cómo puede encantarme que la gente me ponga a prueba? - sonríe.

- Tranquilo, quizás yo también me quede en Suecia... Además, no tengo otro lugar al que ir, y desde hace unos meses sólo viajo al norte... - termina de cenar, abrigándose de nuevo con la manta - ...Tenemos más cosas en común de lo que crees, Herkus.

- ¿En serio...? - se acerca, para intimar más la conversación, cogiendo comida, todo oidos - ¿Porqué no me cuentas?

Supira:

- Yo también he mutado, Her. Por eso huyo hacia el norte... lejos del virus - explica - Salí poco antes de verano en busca de ayuda, y tú eres el primer "metahumano" con el que me he topado en todo este tiempo...- se encoge de hombros, ladeando la cabeza - No te lo he dicho antes porque simplemente no me fiaba del todo de tí - finalmente alza una ceja, esperando su reacción.

Abre mucho los ojos. Parece que no se lo esperaba en absoluto y que tampoco abundan sus encuentros con mutantes...

- Vaia... - dice, enarcando las cejas - Qué... Curioso... - sonríe, en parte se alegra de conocer a "otro" - Supongo es noremal no fiarese de desconosidos gafes... - ríe - Bueno... Y... ¿Qué cosa hases con... "mutasión"?