Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[KIRUNA] - Milo

Cargando editor
12/03/2009, 16:04
Taylor Hawkins

Taylor chasquea la lengua y mira con desgana hacia una esquina del techo. Se pregunta por qué la gente tiene que hablar tanto, que PENSAR tanto. Las cosas son mucho más fáciles cuando los tontos obedecen a los listos, sin rechistar. Cuando los ignorantes acatan las decisiones y abandonan la idea de creerse a la misma altura que otros más y mejor preparados: un mundo así - cree Hawkins con firmeza - sería la puta hostia. Jerarquía estricta,...despotismo ilustrado. Lo dicho, la puta hostia.

- ¡Calla de una vez, coño!.- gruñe al nuevo, hastiado. Resopla y besa en la frente a su hija antes de ponerla en el suelo sin dejar de sujetar su mano.- Estoy hasta la misma polla de filosofía barata y...¡joder!...de que impongáis condiciones. ¡Tú cierra el agujero que tienes debajo de la nariz...y dame la puta mano!.

Taylor alarga el brazo y toma a Dorian con brusquedad, apretando fuerte...y, con los músculos de la cara crispados, se prepara para lo que ha de venir.

Cargando editor
12/03/2009, 16:22
Taylor Hawkins
- Tiradas (2)

Tirada: 1d100
Motivo: Precog (Dorian's Interview)
Resultado: 58

Tirada: 1d100
Motivo: Postcog (planes de Herkus)
Resultado: 58

Notas de juego

Taylor no alcanza a comprender (o más bien le intrigan) dos cosas:

La primera, con qué fin ha sido enviado Dorian a este tiempo...y qué planes tiene Herkus (Ty sospecha que el Dorian puede ser una especie de Caballo de Troya).

La segunda, conocer los detalles de la entrevista Isenhall-Dorian (algo que a buen seguro será privado). Quizá la diosa se muestre ante él más "humana" y deje escapar sus intenciones.

P.D: ¿Tiene premio eso de sacar dos 58's?
P.P.D: Me alegra leerte :)

Cargando editor
12/03/2009, 16:54
John R. Dryden

La hostia... Había que reconocer que, por muy sobrino mío que fuera, Taylor tenía razón respecto a él. Y ya puestos también Dorian estaba en lo cierto: acabábamos de conocernos. Lo que no quería decir que tuviera que caerme bien. Que lo protegería de cualquier problema que pudiera ocurrir: sí, desde luego. Que si me necesitaba estaría con él: claro, sin pensarlo siquiera. Pero me cago en la puta... Tanta historia empezaba a crispar los nervios. Por mucho que fuera mi sobrino del futuro, esta vez no iba a quitarle la razón a mi mejor amigo o a negarle nada de cuanto había dicho.

En resumen: hasta los cojones de filosofía barata y de que se impongan condiciones a la gente que sólo quiere ayudar sin pedir nada a cambio. Si todos en el mundo fuéramos tan desconfiados podrían pasar dos cosas: que el mundo sería una puta mierda peor de lo que ya era; o por contra un lugar mucho más seguro pero también mucho más loco. Así que a la mierda. No detuve a mi amigo cuando cogió la mano de mi sobrino. Tenía que ver lo que Tay tenía que enseñarle. De un modo u otro todos habíamos pasado por ese proceso, y hasta el momento nos había ido bien.

Por eso me crucé de brazos, sin más, serio ahora, a la espera de cómo reaccionaría Dorian. Porque si lo hacía de forma violenta tendría que pararle los pies...

Cargando editor
12/03/2009, 17:10
[Dorian A.]

Todo el cine de Orson Welles, Clint Eastwood, Steven Spielverg, Billie Wilder; reportajes de National Geographic y Life; series de todo tipo, desde ciencia ficción, policial, militares y fiscales; e incluso noticiarios repetidos cientos de veces. Esas fueron las enseñanzas de Dorian. La única cultura que aprendió durante años. Cuando hablaba era como si lo hiciese con un televisor, a no ser que estuviese Amber delante. Sistemático, parsimonioso y falto de cualquier tipo de sentimiento. ¿No había dicho lo que tocaba decir? Cuando Tyler le gritó se limitó a mirarlo con curiosidad, como un niño pequeño, y luego movió las manos recordándole que ya había las había acercado.

Toda esa situación ya la había visto en alguna de las películas. ¿Cuál era? Había un hombre con la cara picada por algún tipo de enfermedad y que constantemente parecía perder los nervios... ¿Cuál era? Mientras lo seguía pensando repitió por segunda vez el movimiento de sus manos.

Cargando editor
12/03/2009, 19:18
Dama Isenhall

De las junturas del techo y las paredes cayó agua, un torrente que cubrió en muy poco tiempo las paredes, dejando atrás los posters, las estanterías, y transformándolo todo finalmente en hielo... El altar de la diosa de hielo...

- De manera -Isenhall alzaba las cejas- que eres mi ahijado. No me sorprende -miró al muchacho de arriba abajo, Sanuye, unos pasos atrás, se mostraba imperturbable-. Tu padre podrá respirar tranquilo en Tuonela, desde luego -se acercó, tomando uno de los abalorios trenazados con los que se adornaba Dorian, sonriendo a Sanuye después, quien tenía algunos muy parecidos a ese... Era evidente de dónde lo había sacado- No sé qué te aflige tanto, Dorian... Al parecer has sido bien cuidado, y lo que nos has advertido hará que el momento del que vienes cambie, pues no escatimaremos en precauciones a la hora de acabar con ese vampiro... -se volvió, dándole la espalda con aquella mayestática desaprensión que la caracterizaba, llegó a su trono y tomó asiento, cruzando una de las largas y esbeltas piernas sobre la otra, observando con interés al muchacho- Pero eso, como quizás hayas imaginado, lo cambia todo. Ya no tienes adónde volver, tu tiempo, al igual que muchas de las visiones de Taylor, ha pasado a una realidad a la cual no puedes saltar desde aquí... Así que acomódate, ahijado. Vas a verte nacer. Y en cualquier caso... La mujer a la que buscas ya no tiene nada que ver con Herkus, le guste a él o no. Ella será mía.

El hielo se derretía, las caras cambiaban y las paredes volvían a ser las de la casa de Milo... Quizás esperabas mucho más, quizás esa fatídica cháchara de Dorian había estropeado la visión...

Notas de juego

Dos 58s... Tiene narices... Además has fallado las dos tiradas XDDDDD (Uy qué mal empezamos) pero por la tremenda serendipia vamos a ser buenos y a darte algo de la información que pides XDDDD

Cargando editor
12/03/2009, 19:50
Victoria Hawkins

Tras los gritos de Taylor hacia el joven y nonato Balaguer, Victoria observaba a una confusa Amber, que no se había enterado demasiado bien de qué diablos estaba pasando. Incluso miró a la pequeña Hawkins, interrogante.

- ¿"Polla"...?

Amber, más ilustrada, se reía colorada y se acercaba a Victoria, subiéndose al sofá en que su madre descansaba inconsciente para alcanzar el oído de la otra niña, dándole la explicación preescolar de lo que significaba el soez término.

Cargando editor
13/03/2009, 19:59
Taylor Hawkins

Al contacto con la mano de Dorian, Taylor reaccionó como si "El Terror del Garden" le hubiese propinado un hook de derecha invisible en la misma punta de la barbilla. La espalda impactó violentamente contra el respaldo de la silla, desestabilizándola y haciéndole caer hacia atrás: hacía mucho tiempo del último viaje...y la circunstancia se hizo notar. Corto pero intenso. Doloroso. Insuficiente. Decepcionante: el muchacho era tan cerrado por dentro como por fuera.

- ...mierda...- balbucea desde el suelo cuando el fogonazo se extingue. Los músculos del cuello, aún congestionados, más parecen los de Iggy Pop abriendo un Monsters of Rock. Tose cuando intenta incorporarse. Aún es pronto para alardes: el corazón sufre, y Taylor se percata del asunto cuando siente la punzada. Al fin desiste y se tiende boca arriba, exhausto pero con los ojos ya entreabiertos.

- Se me pasará. Es...estoy...bien...- y una mierda bien. Eso decía Danny "Boom Boom" Pearson, vocalista de "Random", cuando sus 136 kilos se vinieron abajo durante el solo de guitarra de "Bad Weisser",...y mira cómo acabó. Sobreesfuerzo cardíaco, dijo la revista Kerrang!. No te jode...

- Tuonela.- es cuanto le deja pronuncir el escaso fuelle. Toma aire y traga saliva.- Rew...Hazle hablar sobre...sobre Herkus. Que se deje ya de hostias...

Cargando editor
14/03/2009, 15:39
John R. Dryden

Las niñas... Es verdad, me había olvidado de las niñas escuchando aquellos improperios. Era muy pronto para que escucharan aquellas palabras, ya tendrían tiempo en su adolescencia de escucharlas y repetirlas, pero ahora mismo no era ese momento... Me llevé una mano a la frente, negando con la cabeza, cuando encima Amber se puso a explicar a Victoria lo que significaba la palabra "polla". Acojonante que la niña supiera algo así, pero bueno...
-¡Sht! -les susurré, serio-. ¡Esas cosas no se dicen ni en broma, ¿eh?! U os lavaremos la boca con jabón a las dos -advertí a las pequeñas con la suficiente autoridad.

Después llegó el golpe de Taylor, su caída y todo lo demás. Me apresuré a cogerle por debajo de las axilas, preocupado, al ver que era incapaz de ponerse en pie por su cuenta, sentándole sobre la silla ahora repuesta y corriendo hasta la cocina para volver con la misma velocidad con un paño húmedo que le coloqué en la frente. Aún desconocía el efecto que las visiones tenían sobre él, pero lo que sí sabía es que después de cada una de ellas solía meterse un chutazo por la nariz, lo cuál era bastante malo y significativo del estado en que le dejaban. Había visto otra cosa... Y al parecer estaba relacionada con Herkus. ¿Qué pasaba? ¿Acaso Dorian nos ocultaba algo sobre el vampiro?

-¿Tuonela? -pregunté, más para mí mismo que para el resto-. ¿Qué coño es eso? -me sonaba a algo de música... Pero tampoco podía identificarlo bien. Podría ser algo de música, sí... Al fin y al cabo Taylor trabajaba en aquél mundillo. Sin embargo, no tardé en encarar de nuevo a Dorian, aunque sin apartarme de mi buen amigo y, en general, del "fondo norte" que formábamos Milo, Taylor, Jolene inconsciente, las niñas y yo mismo.
-¿Y bien? ¿Acaso sabes algo más sobre Herkus que puedas decirnos? Ya has oído a Taylor... Ha dicho que te dejes de hos... De tonterías... -las niñas, nuevamente. Había que medir el lenguaje.

Notas de juego

No tiro nada para saber lo de Tuonela porque imagino que con conocimientos generales no se podrá saber sobre algo tan específico como es una parte de la mitología... ¿Finlandesa, creo? Y Rewell desde luego de eso no tiene ni zorra, xDDDDD

Cargando editor
15/03/2009, 23:26
[Dorian A.]

Dorian observó atento las distintas reacciones de Taylor. Torció un poco los labios hacia un lado moviendo a su vez la punta de la nariz. Abrió y cerró los puños varias veces para luego mirarse los dorsos de las manos. Él no había sentido nada, ni siquiera lo más mínimo. Lo que sí sintió fue la curiosidad por saber qué había provocado el desconcierto en el otro hombre. ¿Sería como en aquella película donde el espíritu de un hombre se introduce en el cuerpo de una mujer negra para bailar con su novia aún con vida? Al final ganaban los buenos, ¿cierto?

Aquellos pensamientos desviaron la atención del joven que se limitó a incorporarse y a mirar a los otros dos mientras le hacían preguntas.

- Sé de Herkus lo que os he dicho. Apareció, me atrapó y me trajo aquí, donde sea que estemos. Dijo un nombre, Alexandra o algo así. ¿Debería saber algo más? -se limitó a responder encogiéndose de hombros-. ¿Qué es Tuonela? No lo he oído nunca.

Lentamente subió una mano llevando la punta del dedo índice a su boca. Comenzó a mordisquear la uña con el ya característico gesto de indiferencia.

Cargando editor
16/03/2009, 11:08
Taylor Hawkins

Las fuerzas de Taylor le dan para tres cosas: la primera, agradecer con un guiño la ayuda de Rew. La segunda, sostener a duras penas el paño húmedo sobre su frente. Y la tercera, girar el cuello no más de 10 grados para dedicarle una media sonrisa -cansada y pretendidamente tranquilizadora- a su hija.

Se acabó. Todo lo demás constituye un sobreesfuerzo: siente el culo sedado contra la silla y la boca dormida, como cuando un dentista aplica la anestesia, por lo que es incapaz de percibir que un hilo de baba se le escurre labio abajo. También nota los oídos taponados, aunque es capaz de escuchar perfectamente. Oír es ya otra cosa. Procesar la información y asimilarla: jodido. Muy jodido.
Pero de entre todos los estímulos que percibe, el más claro le viene de dentro: un calor en el estómago, una molécula de mala hostia nacida en las entrañas a la que se le van uniendo nuevas amiguitas. Ahí está otra vez..., engendrándose. Multiplicándose como células cancerosas: Ella puede con la extenuación.

- Tú follas poco, ¿verdad?.- pregunta a Tarzán, malencarado, aburrido, cansado. Cuando los músculos del cuello apenas son capaces de sostener tu cabeza, poco importa el vocabulario. Y si cuando tu cuello la sostenía sin problemas tampoco te impotaba...el resultado es cristalino: las niñas debían crecer sin tabúes.- Pregunto.

Más que hablar, balbucea. La actitud hermética de Dorian empieza a impacientarle. Era imposible ser más frío, más terco, más...imbécil: el tipo estaba robotizado. Un puto libro cerrado pero con las páginas en blanco. Un animal de apariencia humana. Una pérdida de tiempo.
Taylor aprieta los dientes cuando un pinchazo le impide girar la cabeza para mirar a Jhonny Boy.

-Vámonos, Rew. Salgamos de aquí...ahora. Tenemos dinero y tu padre...tu padre puede con el virus. Montemos un bunker...lejos. Démosle tiempo y medios a tu viejo...

Taylor implora con los ojos vidriosos. Pasta no faltaría: puede que las cuentas fuesen bloqueadas, pero una megaestrella del rock desaparecida es una máquina de hacer dinero cuando asoma el pescuezo. Los Gelus serían un problema,...pero habría forma de contenerlos, de protegerse. Habría que actuar con precaución. Era factible.

-Y averiguemos dónde cojones está Tuonela,...porque es el lugar donde tienen a Balas y vamos a necesitarlo...

Cargando editor
17/03/2009, 13:44
[Milo Notara]

Milo pestañeaba confuso al oír la mención a Tuonela... Por un momento pensó que el músico había perdido la cabeza o quería gastar una broma... No obstante, se quedó quieto y pálido, de brazos cruzados y mirada triste mientras sus ojos se desviaron rápidamente hacia Jolene. Antes de que Rewell o Dorian dijeran una palabra más mientras Amber miraba extrañada a su tío (no entendía porqué no se les permitía a ella y a Victoria decir una simple palabra), Milo suspiró, tragó saliva y dijo:

- Tuonela es el inframundo en la mitología finlandesa... Donde reinan Tuoni y su esposa Tuonetar, de quien suponemos Isenhall es hija... -podría haber sido peor. La muerte de un pederasta y un asesino en serie era difícil de lamentar... Había planeado darle un buen puñetazo en la cara cuando viera a Balaguer en cuanto se enteró del embarazo de Jolene. Aquello era un disparate... Pero si lamentaba que aquel cabrón hubiese muerto o fuera a morir, desde luego fue por aquella chiquilla- Si está en Tuonela, significa que está muerto y ha ido al infierno...

Cargando editor
17/03/2009, 13:53
Victoria Hawkins

Victoria, que estaba vuelta hacia Amber y mirando con sus ojos al "tío Rewell", dirigió sus ojos inyectados en sangre, que tánto deberían parecerse a los de su madre, a Milo Notara. Habría palidecido de haber podido hacerlo más de lo que estaba. Se habría quedado "helada" si sus nervios funcionasen como debían. ¿Balaguer muerto? Ella también, entonces.

Miró al suelo un momento. Luego a Jolene. Un espasmo casi la hace sentarse al lado de la joven madre de golpe... Y entonces miró a Amber. Eran niñas listas. Sabían demasiado de un mundo del que no deberían siquiera tener pesadilla alguna... Y eso de algún modo hacía que su moral fuese extraña y un tanto deforme, así como el intento de consuelo que Victoria quiso dar a la benjamina Dryden, abrazándole de pie como estaba sobre el sofá y diciendo ahogadamente:

- Pobre... Ya tienes... Dos papás... En el infierno...

Notas de juego

Perdón por el retraso. Ya estoy a tope :D

Cargando editor
17/03/2009, 14:11
John R. Dryden

Negué con la cabeza la propuesta de Taylor. No es que no fuera atractiva, habida cuenta de la situación... El problema era que no podía marcharme de Kiruna. Me ataba un juramento, y siempre cumplo mis promesas, por descabelladas que sean. Además mi padre no había dado muestra alguna de interés hacia la vacuna del Ígnea. A aquellas alturas conocía lo bastante bien a mi progenitor como para saber que, si no se ponía a hacer algo, era porque tenía un buen motivo para ello, aunque no lo dijera.

-Lo siento, Tay, pero sabes que no puedo hacer eso... Tengo que quedarme aquí -además, aunque no lo había expresado hasta ahora, empezaba a creer en la misión que todos nosotros teníamos ahí, en el Ice Hotel, trabajando para Isenhall. Puede que no fuéramos héroes, pero nuestra misión era salvar vidas... Si no las de los humanos "normales" las de nuestros compañeros mutantes. Pero mi intención también era la de salvar a cuanta gente pudiera. Mis poderes debían servir para algo...

Lo que debíamos hacer, entonces, era buscar Tuonela. Pero no tardaríamos en descubrir que aquello no era posible. El infierno... Fuera gobernado por quien cojones lo gobernara... El infierno. Y no me sorprendió la naturaleza de aquél lugar, porque en un mundo en que tus sobrinos viajan en el tiempo hasta tus días, los dioses caminan sobre la Tierra y los metahumanos provocan conflictos a nivel internacional todo era posible. Y Milo y Taylor habían sido muy claros: Alejandro Cebrián de Balaguer había muerto.

Y, con ello, mi promesa se convertía en un grillete de un único sentido, el que me aferraba a Isenhall. Pero eso no era lo importante. Ni mucho menos. Eso sólo era una parte con la que podía vivir.

La pequeña Amber y Victoria... De no ser porque una de ellas estaba curándose de lo que fuera que le hizo el tal Obituary y la otra con un principio de alexitimia, probablemente podría verlas a ambas llorando ahora mismo. Eran apenas unos pequeños gestos de cada una lo que me hicieron pensar aquello. Amber de nuevo sin un padre. Victoria sin el sustento que el poder de Balaguer le daba... Sin posibilidad de vivir como una niña normal. Sabía que Balaguer era necesario, por eso hice aquél sacrificio... Sin él, por muy asqueroso que fuera su pasado, las cosas se hacían de pronto un poco peores.

No iba a derramar ninguna lágrima por él. Aunque aprendí a tolerarlo no tenía por qué quererle. No lo hice. Pero sí quería a Amber y a Victoria. Lo bastante como para sentir la pérdida del español. Fruncí el ceño, los ojos enrojecieron levemente y apreté los labios. Balaguer estaba en el infierno... Aquello no decía mucho de lo que había sido en vida, pero tampoco importaba lo más mínimo ahora su pasado. Cerré un puño, cuyos nudillos quedaron blancos por la fuerza ejercida.

Lentamente, con los ojos enfocados al suelo, me acerqué hasta Taylor lo bastante como para que pudiera escuchar lo que quería decirle en un susurro:
-El chico es hijo de dos mutantes... Tiene que tener habilidades... Intenta descubrir cuáles son, ¿eh, Tay? -y confiaba en que mi amigo, mi hermano, lo hiciera mientras yo me llevaba a las niñas a su habitación. A Amber, con su inocente tranquilidad debido a su enfermedad y a Victoria, con su frialdad antinatural. Y Jolene... ¿Qué le diríamos a Jolene cuando despertara?

Mierda... Puta mierda...

Con la misma tranquilidad y lentitud me arrodillé frente a las pequeñas, cogiendo a cada una de ellas con cada brazo. Posé un beso en la frente de ambas, tras lo que me dirigí hacia el dormitorio aparte de aquella sala, donde me quedaría con ellas. No quería que tuvieran la impresión de que queríamos dejarlas aparte, razón por la que yo debía quedarme junto a ellas, aislándome también, por muy adulto que fuera.
-Vámonos los tres a dormir, princesas... Ha sido un día duro, ¿eh? -procuré imprimir la suficiente calma a mi voz como para que aquello supusiera un bálsamo, aunque difícil de percibir, para las niñas.

Y es que por mucho que los niños puedan acostumbrarse a un mundo convulso y a la pérdida... Los niños siguen siendo niños...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Influencia - Don't cry, niñas
Dificultad: 103-
Resultado: 20 (Exito)

Cargando editor
17/03/2009, 17:24
[Dorian A.]

Lentamente Dorian tiró con los dientes de la uña que había atrapado. Arrancó un pedazo de uña que llegó hasta su carne, haciéndose algo de daño. Comenzaba a aburrirse, a cansarse de tal extraña situación. Fue curioso en un principio, incluso divertido. Pero aquella sensación comenzó a pasar ya que según pasaba el tiempo, Amber estaba más y más lejos de él. Y si realmente aquella pequeña niña se trataba de ella, poco le reconfortaba pues no la podía abrazar ni sentir junto a él.

- No. No follo -dijo casi escupiéndolo por la boca. Hastiado e impaciente el inexpresivo joven comenzó a agitarse intranquilo-. Quiero recuperar a Amber, y para ello tengo que encontrar a una tal Alexandra. ¿Quién es y dónde está?

Vasculó su propio peso de un pie a otro, impaciente, nervioso. Aunque no había cambiado el gesto, sus acciones demostraban que había comenzado a sentirse incómodo. Un animal que siempre había estado enjaulado se manifestaba intranquilo cuando era liberado por primera vez. Dorian había aprendido a calmar sus emociones a base de golpes, de peleas con el enorme indio, de ver películas que lo tranquilizasen. Deseaba comenzar a gritar, a golpear cosas, cabezas. ¡Sí! De igual modo que Robert de Niro en aquella película de Eliot Ness. El icor rojizo salpicaba todo, derramándose como una copa de vino sobre la mesa.

- ¿Quién coño es Alexandra? Vayáis donde vayáis, si no me dais ninguna indicación más iré con vosotros, junto a ella -señaló a la pequeña Amber-. ¿Por qué necesitáis a Balas? ¡Decidme algo que me sirva para encontrar Amber!

Cargando editor
17/03/2009, 17:16
Taylor Hawkins

En el infierno estamos todos...

Contestó a Victoria, pero lo hizo sólo por dentro. Escuchó a Milo y observaba a la pequeña: ella bajó la mirada. Se dió cuanta de todo. De lo que había ocurrido y de las consecuencias..., y Taylor creyó ver pedacitos del corazón joven y enfermo de su hija esparcidos por el suelo, junto con los propios.

Hawkins permaneció en silencio, con los labios cerrados y respirando por la nariz. Así encajó la respuesta de su amigo, cuyo sentido del deber, del honor y de la responsabilidad le hacía anteponer un juramento declarado bajo la tortura al propio instinto de supervivencia, aún arrastrando a familia y amigos con aquella terca y estúpida decisión. Rew no era capaz de ver que la caridad bien entendida empieza por uno mismo...y que incluso su abuelo, aquel que le servía como guía y ejemplo, mintió y faltó a su palabra, al menos, una vez en la vida...porque era humano. Y los humanos mienten.

Taylor traga saliva cuando John se acerca. No le mira a los ojos: es imposible apartar la vista de Victoria..., la hija que no vió nacer pero que verá morir.

- Que te jodan, John Rewell Dryden.- se limitó a decir, con la boca pastosa y las mejillas húmedas por el virus, que no por la pena. Para esa pena no existen lágrimas o, al menos, a Taylor ya se le han acabado.
Tan asesino es quién mata como quien deja morir, y la verdad de esa afirmación se refleja en un escalofrío cuando Victoria se marcha de la mano de quien puede hacer más. Aun así, Hawkins calla y atraviesa la robusta espalda de Dryden con una mirada cargada de todo lo que se está gestando en sus entrañas.

Rage...

Fué entonces, aún con Rewell y las niñas camino de salir de la estancia, cuando Taylor se volvió hacia Dorian. Apoyó las manos en las rodillas y trató de ponerse en pié: lo hizo con esfuerzo, ayudándose del respaldo y caminó como un jodido anciano, arrastrando los pies y dejándose el bofe, hasta la puerta de salida.

- Necesitamos regresar al hotel. Ese vodka puede esperar.- le dijo a Milo, casi sin aliento. Con la mano ya sobre el pomo escrutó al joven huérfano.- Vamos, Tarzán. Isenhall nos espera.

Cargando editor
17/03/2009, 19:23
John R. Dryden
Sólo para el director

No era lo que más necesitaba en ese momento... No el desprecio o la ira de mi mejor amigo, a quien consideraba incluso de mi propia familia. No pudo verlo. Tampoco las niñas, pero mi mirada se ensombreció, aún más entristecida, al recibir aquél insulto y sentir en la espalda aquella mirada. ¿Qué era lo que había llevado a Taylor a decir aquello? La rabia del Ígnea, quería creer... La rabia ante la negativa de su propuesta. De verdad quería que fuera sólo eso... Si, por la razón que fuera, descubría de pronto que el antiguo músico me odiaba no sabía si podría soportarlo.

En silencio entré en la habitación y dejé a las dos niñas sobre la misma cama, pensando que tal vez les agradaría aquello, aunque al menor atisbo de negativa por parte de cualquiera de ellas las colocaría en lugares diferentes. No sabía demasiado bien por qué, pero me daba la impresión de que aquella noche resultaría larga... Incluso con todo el cansancio que tenía encima, con todas las ganas de dormir, sabía que no lo haría hasta, al menos, pasado largo rato. Volví a la habitación principal para recoger a Jolene y dejarla en la otra cama. Que al menos su cuerpo no sufriera en su inconsciencia.

Y, cuando acosté a mis "tres pequeñas", suspiré. Suspiré y me senté en el suelo junto a la cama de Amber y Victoria, forzándome a sonreír. Tenía que hacerlo por ellas.
-Bueno, peques... ¿Qué queréis, que os cuente un cuento o que os cante una canción? Lo que vosotras queráis, pedidlo.

Notas de juego

He conseguido un ordenador :D

Cargando editor
17/03/2009, 20:27
[Amber Daelyn Dryden]

Victoria, abrazando aún a Amber como si ésta fuera su peluche mientras la pequeña Dryden se echaba el dedo pulgar la boca, melancólica y ausente, simplemente contestó a Rewell, respirando trabajosamente:

- Quiero... que me... cante... mi papá.

Amber se escurrió entonces hasta donde estaba Jolene, metiéndose debajo del brazo de ésta y abrazándose a su costado, acariciándole lo que más cerca tenía, el vientre, a modo de consuelo. Papá estaba en un sitio muy feo y no iba a volver. Eso no le iba a gustar a mamá... Y aunque Amber estaba triste, lo peor del mundo, para ella, era que su madre llorara y gritara.

Cargando editor
17/03/2009, 20:34
Victoria Hawkins

Observando a su amiguita, Victoria parecía analizar su situación... Pensar en ella.
Tenía los labios entreabiertos, y respiraba ruidosamente, pero el hecho de que respirara era una gran mejora... La última mejora, quizás, y aquello lo había logrado Jolene, Dios sabe cómo.

La niña tomó la temblorosa mano y cogió uno de los dedos del "Big Dryden". Abrió entonces los ojos como platos y miró a John, como si se hubiese percatado de algo importante. No había mucho tiempo para hablar, de manera que cogió un camino mucho más rápido...

Aquella sensación de transporte a velocidades mareantes no tenía nada que ver con la capacidad de teleportarse de Milo Notara...

Las paredes se llenaban de agua que poco a poco se congelaba, y ya no estaba en una habitación en casa del griego, sino en el Ice Hotel. Seguía viendo a través de sus ojos, que perseguían a su hermano Donovan apresuradamente por el mismo pasillo, a la misma altura, en que se pelearon aquella vez. Al ver los ánimos de Donovan, cualquiera diría que aquello se iba a repetir.

- ¡Donovan! ¡Espera, déjame hablar contigo! -espetaba su hermano mayor.

- No hay nada de qué hablar, Rewell. Mi primera prioridad son mi sobrina y mi bebé, ya lo sabes, y la tuya también debería serlo. Hasta que no consiga curar a Amber, Victoria tendrá que esperar. Lo siento.

- ¡Esa niña se está muriendo, Donovan! A Amber le queda mucho más de lo que a Victoria, ¡no sabemos si dentro de una hora estará viva, joder!

- Que se preocupe su padre, como hacemos Dale y yo, o como hace papá... -siempre tan egoísta.

- ¿Qué ocurre aquí? -Arthur Dryden salía arrebujado en un buen abrigo negro de su habitación, con Amber en brazos y observando a sus hijos inquisitivo: Los veía venir, se pelearían otra vez, y no parecía tener muchos ánimos de ello.

- Dile a John que me deje en paz -Donovan se acercaba hasta recoger en brazos a Amber, mirando esquivo a Rewell. Al parecer iba a ser padre de un hijo de Dale, y al mirar a Rewell más veía un antiguo pretendiente de la misma que a un hermano- . Hasta que Amber no esté curada y con Dale fuera de éste sitio... No me ocupo de nada, papá. No sé por cuánto tiempo tengo éste poder.

Arthur, que había soltado a su nieta, miró a Rewell. Parecía que el patriarca Dryden estaba cansado... Nunca había tenido unas ojeras semejantes.

- Hijo, hay opciones. Arthur Hayes tiene la capacidad de copiar poderes, creo que aún conserva el poder de Balaguer, prueba con él. Si no, mira a ver si Dorian puede hacer algo... ¿No tenía el poder de Alejandro?

Los ojos de Arthur se volvieron azules, su piel mortecina, el hielo del escenario se resquebrajó, formando de nuevo la habitación de Milo y siendo Victoria quien tenía delante.

- Corre... a decírselo... A papá...

Cargando editor
19/03/2009, 11:18
John R. Dryden
Sólo para el director

Una arcada me sobrevino nada más concluir la visión. Todo había ocurrido tan rápido, tan similar a como ocurría con su padre, que prácticamente no tuve tiempo ni de hacerme a la idea. Parpadeé un par de veces tras llevarme la mano a la boca. Casi no había reaccionado ni a su primera intervención, ni al paso de Amber hasta la cama de su madre... Demasiado para la mente, maldita sea. Demasiada mierda. Era lógico que Tay acabara en aquél estado tras sus visiones, porque por muy relajadas que fueran hacían algo en la cabeza. Demasiada información de golpe, supongo.

Mi primera intención nada más reponerme fue salir corriendo de la casa y, por consiguiente, de la habitación, pero me detuve en el sitio. No iba a dejar solas a mi sobrina, a mi hermana y a mi otra sobrina. Ni de coña, vamos. Sobre todo después de lo que ocurrió la última vez... Jolene y Donovan fueron secuestrados por Madsen. No, no me iba a apartar de su lado ni por un momento. Saqué el móvil del bolsillo del pantalón, conteniendo un nuevo acceso de arcada al tiempo que mi estómago se estabilizaba poco a poco.

Marqué, raudo, el número de Taylor, entreabriendo la puerta de la habitación para ver si Milo seguía en casa.
-Vamos, viejo... Coge el teléfono, no me hagas salir a por ti...
Lo que había visto era un rayo inmenso de esperanza. Uno que no pensaba dejar pasar de largo.

Cargando editor
21/03/2009, 12:31
Taylor Hawkins

-¡Eh!...¡¿Vas a ayudarme o no?!.

Taylor dejaba caer su peso en la mano que se apoyaba sobre el pomo. Las rodillas tiemblan y amenazan con ceder. Hawkins necesita del griego (o del trineo de Emma) para regresar al hotel, y empieza a impacientarse ante el pasotismo de su anfitrión.

-Mira...¿cómo era?...¿Miles?. Da igual. Tengo que ir al hotel. Ahora. Ella estará bien.- y eso era, en realidad, algo de lo que no estaba seguro. Jolene sería una demente con ataques de de ansiedad al despertar.- El chico y yo tenemos prisa...