Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[M.4.0] - BRICK IN THE WALL

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02/11/2008, 07:07
María Ortíz

- Pues Dale tener que pensar y sentir por los demás - razonó María, cogiendo la botella y llenándose lo que Rewell no le había llenado en la copa. Se le estaba soltando totalmente la lengua - Yo no dejaría que te hiciera daño, porque eres bueno. Dale le gustas, pero no está enamorada. Ella tiene... Obsesión, no confusión. Quiere algo - agarra el aire con fuerza, hablando entre dientes - y hará lo que sea para conseguir. No le importa todo si consigue eso. No sé qué es... Pero cuando fuera del hotel... Tenía varias obsesiones "normales" y una muy fuerte, no la droga, otra cosa... ¿Tú sabes?

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02/11/2008, 07:17
John R. Dryden
Sólo para el director

Observo con ojos de cordero cómo retoma de nuevo la botella, algo que al parecer necesitaba con bastante urgencia, porque empieza a desahogarse de lo lindo... Y no sé si eso es bueno o malo. Bebo una vez más yo también, aunque me va a costar alcanzarla a ella... Tengo bastante tolerancia, algo de práctica, y un estómago demasiado alejado de la boca (los genes me hicieron un tipo alto, como se puede apreciar). Encojo los labios un momento tras escucharla.
-¿Te refieres a su ex-marido, verdad? -alcanzo a decir, más por inercia que otra cosa-. De todas formas ya sabía que no estaba enamorada, pero... Bueno, no sé, supongo que hay cosas que hay que cocinar a fuego lento... Pero tú no te preocupes, si quieres desahogarte... En fin, se me da bien escuchar... -esbozo una tímida sonrisa, empezando a palpar cómo la situación se me escapa poco a poco de las manos.

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02/11/2008, 07:26
María Ortíz

Las palabras mágicas para un borracho: "Desahogate, que sé escuchar". Mara observó a Rewell como si fuese un psicólogo pasándole consulta gratuita... Con sincero alivio y agradecimiento.

- Algo me falta. Soy más lista que Lex, pero menos guapa... Menos lista que Dale, pero más guapa, y no se me ve al lado de ellas - miró de nuevo la copa, suspirando - Creo que soy más buena, pero da igual... No se me ve... ¿No te pasa eso? ¿No te sientes así algunas veces, Rewell? - no preguntaba con ánimo de manipular... Lo sabía, lo había visto y sentido con su poder - Es muy... - no encontraba la palabra en inglés, pero ponía expresión de hastío y negaba a la vez con la cabeza.

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02/11/2008, 07:32
John R. Dryden
Sólo para el director

-Frustrante... -termino por ella. Asiento varias veces con la cabeza, dándole la razón pues, del mismo modo que ella se siente así, hay muchas veces que me pasa exactamente lo mismo. Suspiro largamente, buscando la forma más correcta de dar ánimos a esta chica que tanta simpatía y afinidad me despierta. Lentamente, sopesando la decisión, llevo la mano a su mejilla, sonriendo levemente una vez más-. No hay derecho a que no te vean... Eres la que está con las niñas, la que está ahí siempre que se la necesita, la que da cordura en toda esta mierda... Joder, si tú no estuvieras aquí seguramente nos habríamos matado ya entre nosotros... -sonrío amargamente ante lo triste que resulta la realidad-. Pero al final a una persona se la recuerda por sus actos, por lo que hace, y lo que hace le identifica. Y cuando todo esto se acabe y cada uno se vaya por su lado, te aseguro que la gente se preguntará: ¿dónde puedo encontrar ahora a mi propia María Ortiz?

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02/11/2008, 07:52
María Ortíz

En un primer momento, se quedó perpleja al oír a Rewell. Sus palabras eran sencillas, pero le parecieron bonitas. Se le escapó una lagrimilla, pero sonrió...

- Je... - se secó la lagrima con el índice y dijo, con un aire agridulce en la voz - Y yo estaré sola mientras demás buscan alguien como yo que no sea yo...

- Bueno... Mejor... Gente que quiero siempre me deja o les dejo yo...

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02/11/2008, 08:03
John R. Dryden
Sólo para el director

Sonrío nuevamente, comprensivo, acariciando tiernamente su mejilla con el pulgar de la mano que ahí estaba apoyada. Me parece increíble que una chica como ella pueda sentirse así, sinceramente... Sentirse como si no estuviera, como si le faltara algo... Es completamente insustancial e impensable, joder. Incluso, finalmente, paso de nuevo la barra, aunque de forma mucho más lenta que antes, para abrazarla como se merece, besando su frente con cariño.
-Eh, no digas eso, chica... No es mejor, porque tú no quieres eso. Y no se puede vivir siempre con miedo a dejar o a que te dejen... Te lo digo por experiencia... No lleva a ninguna parte más que a... Hacer de tu vida una mentira sin sentido... -susurro, afectuoso. Hace ya un rato que se me ha metido en la cabeza que esta chica esté bien, y soy el hombre más tozudo que hay.

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02/11/2008, 08:38
María Ortíz

María se deja abrazar, los tres lingotazos seguidos hacen que, si de normal no pone resistencia a los gestos de cariño, bajo el efecto del alcohol muestra incluso ganas de que los mimos continúen. Se abraza también a Rewell y le escucha, embriagada por la comprensión que aquel hombre le muestra y regala...

- Eres un encanto... - la española tenía magia en la voz cuando hablaba algunas veces. No era un impacto tan arrebatador como el que mostraba Dale con cada uno de sus mazazos de inspiración genial... Era algo sencillo... Era un atardecer contra un eclipse... Lo cotidiano e ignorado contra lo oscuro y extraordinario... - Gracias... De verdad... Tú... No tienes ninguna mentira...

Los susurros de una voz amable, la cercanía de un hombre atractivo, un desahogo y el alcohol alcanzando el rubor en las mejillas no eran buena compañía para una mujer como ella... O quizás lo era demasiado.
La carne se le erizó y sintió que el corazón le bombeaba turbado... Rewell estaba siendo un sueño esa noche, y ni Donovan ni Hugo la habían invitado siquiera a "salir"... Cosa que Rewell hizo en la medida de lo que le fue posible. No era una victoria, ni un trofeo... Era un tesoro. Y con ese sentimiento en la mirada, sus oscuros ojos se hundieron en los de él. De pronto se dio cuenta de que aquel verde era precioso, y de que él era guapo... ¿Qué era eso de que los caballeros de brillante armadura siempre pasan desapercibidos porque, en la vida real, sus armaduras estaban melladas y oxidadas de tanta batalla...?

El corazón latía con mayor intensidad y menor rapidez ahora. Igual fue el whisky y su aroma dulzón... Igual era la tristeza que ya quería irse... Igual él, de pronto, era una maravilla. Tanto quejarse por si misma... Y ahí había alguien que merecía miradas más que ella.

Igual fue... Cualquier cosa pudo ser para que la joven, aprovechando que él la abrazaba, levantara una mano hacia la mejilla de él e inclinara el mentón, abrazando con una caricia de sus labios, los de él. El sonido fue el de un beso, pero fue suave...

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02/11/2008, 08:44
John R. Dryden
Sólo para el director

Ninguna mentira... Ahora ya no, desde luego... Ya no las tengo, no más mentiras en mi vida. Aunque después de haber vivido tanto tiempo una mentira, mi propio subconsciente quizá me las autoimponía junto a un velo opaco que tapaba por completo mi visión, de tal forma que no pudiera ver lo que ahora mismo mis ojos están contemplando. No soy ningún romántico, o eso creo. Sé que soy cariñoso y que yo mismo he reprimido eso durante mi vida... Porque, sencillamente, no era lo apropiado en un macarra. No había fantaseado ni soñado nunca sobre cosas como "el primer beso"; "la primera novia"; "el primer amor"... Porque, sencillamente, tenía la cabeza podrida con otras cosas mucho menos interesantes y mucho más inútiles y superfluas. Y, este hotel, con sus cosas buenas y las otras malas, terribles, sí que me acaba de abrir las puertas de un salón que desconocía y me ha permitido, por primera vez, soñar.

No estoy borracho, soy consciente de todo lo que ocurre, a partir de ahora sólo yo soy responsable de mis actos, no el alcohol u otras sustancias, como ocurre tan frecuentemente en las películas. Así pues... ¿Qué quiero? ¿Qué voy a hacer? Se supone que me gusta Dale... Pero, ¿realmente me gusta? ¿Me he parado a pensar en ello fríamente? ¿Necesito de verdad hacerlo, analizar cada cosa y sentimiento cuando sé que no se me da bien hacer algo así? ¿Por qué preguntarse siempre tantas cosas y no ser, sencillamente, humano? ¿Por miedo a equivocarme, a errar, a hacer daño...? Soy humano. No puedo actuar siempre según lo que se considera perfecto, principalmente porque ni yo lo soy ni mis acciones me demuestran como un hombre perfecto, ni mucho menos.

Pero soy un hombre, y sé qué tipo de hombre soy. En realidad no tengo un concepto pésimo de mí mismo... Aunque siempre he tenido el mismo problema: siempre me ha resultado mucho más atractivo fijarme en mis defectos que en mis virtudes. Y una de mis virtudes es la paciencia. Quizá ha sido la paciencia y cierta voz en mi interior que me decía que esperase lo que me ha llevado a este momento. Tal vez el propio destino me puso en antecedentes, sin que yo lo viera... Porque fue con María con la primera chica con la que entablé contacto aquí. Y le conté acerca de mi vida. Y ella hizo lo mismo conmigo. Y lamimos las heridas del otro, y cuando regresamos ambos nos sentíamos mejor.

Ella cuida de Amber y de Victoria, mi sobrina y la hija de mi mejor amigo. Ella es una de las pocas buenas personas, un corazón verdaderamente puro por completo, entre la galería que se presenta ante nuestros ojos cada día. María siempre ha estado ahí, y yo siempre la he visto, y siempre la imaginé como la cuñada perfecta, porque se suponía que a ella le gustaba Donovan. Pero heme aquí, junto a ella, habiendo sentido en un instante mucho más de lo que podría hacer sentir a cualquiera la mismísima Lex Czigany con su poder aumentado doscientas veces. Porque sé cómo me siento ante Lex cuando se despierta su poder... Mi cuerpo reacciona de forma inconsciente, y eso a mí me provoca un rechazo inmenso. Y es algo que jamás ocurrirá con María, pase lo que pase.

Un suave y fugaz beso. Una explosión contenida en un vaso de cristal. Un batir furioso de alas que resuena en el mundo con el sonido del silencio.

Si mi mirada pudiera transmitir todo lo que se me pasa por la cabeza, sin duda expresarían ahora mismo todo esto. Lentamente comienzo a sonreír después de tan inesperado y mágico momento. Y, con la misma lentitud, recorro la distancia que separa ambos, nuestros rostros, buscando de nuevo los labios de ella, pues me llaman, y soy incapaz de resistirme a esa llamada. Y tal vez sea un beso torpe, pues la falta de experiencia habla por mí, pero no por ello es menos entregado y, también, entusiasmado.

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02/11/2008, 09:08
María Ortíz

La joven se abrazó a su pecho, inclinando la cara para recibir aquel beso. Igual que Dale Lantana, su estatura estaba muy por debajo de Rewell, pero aquello no impidió que el momento fuese menos especial, aunque en la mente de él estuviese Dale, aunque en la de ella estuviese Hugo o Donovan... ¿Y si ni siquiera estaban ellos? Sus labios habían pasado por cada chico que le había hecho caso... ¿Sería ese su triste criterio...? Quizás sí... Se dejaba llevar tanto por lo que le pedían sus latidos, gritando para acallar la voz de la soledad, que ni se molestó en analizar sus actuaciones...

"...siempre me has parecido estupenda y me caes de maravilla... Creo que podríamos pasarlo bien, ¿no?"

No había nadie alrededor. Nunca lo hubo, ni para ella ni para él. Ya era hora de que la soledad se fuera al baño y se despistara...
No había nadie ahí, ni en el entorno, ni en su mente... Solo Rewell, en ese momento. No entendían el idioma de cada uno, pero se entendían perfectamente. Solo por eso, el beso habría valido años... Solo por eso, los sentimientos podían condensarse, y los dedos aferrar la espalda con fuerza... Solo por eso, un error valía un futuro en el que al menos hubiese un buen recuerdo, un instante bonito.
No dijo nada...

Simplemente continuó. Daba igual si aquella corona era de oro o de plástico, ahora era una princesa.

Un beso...; Una historia. Por fin.

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02/11/2008, 09:38
John R. Dryden
Sólo para el director

Ni sé cuánto tiempo pasa ni me importa demasiado, la verdad. Es un momento tan perfecto el que estoy viviendo que no lo cambiaría por nada del mundo. Es acojonante... Como en las películas (mi principal recurso cultural, que ya es triste). Aunque, llegado el momento, simplemente me detengo y me separo. No por miedo, no por inquietud... Es sólo que quiero mirarla a los ojos, y que ellos me lleven atrás otra vez. Acaricio su mejilla con el dorso de la mano, apartando un mechón de cabello, mientras vuelo hacia atrás...

Cita:

Oh... Helou

La primera vez que hablamos ella y yo solos. Ninguno de los dos estábamos bien...

Cita:

¿Mis problemas? ¿O los tuyos? You problems? What? Speak to I

Estaba muy jodida en aquél momento, y aún con todo se preocupaba más por lo que me pudiera pasar a mí que lo que le ocurría a ella misma. Era diferente, y yo lo supe... Pero no fui más allá, porque...

Cita:

And... I; And... I... you brother

Y su sonrisa alegró ese bosque lluvioso y oscuro. Incluso dije que era "Cohonudou"... So María and Donovan... Cohonudou...

Cita:

Ma-rí-a, no "Maruia"

Se rió a carcajadas después de eso... Y yo también... Y llevaba mucho tiempo sin reirme...

Como ahora mismo. Aprieto los labios y, visiblemente, contengo un acceso de carcajada que amenazaba con escapar. Me siento feliz, me siento bien.
-Ma-rí-a, no Maruia... -susurro. Quizá yo mismo tenía razón: las cosas buenas se cocinan a fuego lento. Me sorprendo a mí mismo sin querer separarme de su contacto... Y, sin embargo, me obligo a hacerlo para mostrarle la otra cosa que tenía preparada. Me ha llevado buena parte de la tarde, pero después de un buen montón de hostias con internet y el ordenador, conseguí un cd que, espero, le guste.
-Ah... Te había preparado algo... -admito, apartándome ligeramente, llevando ahora mi mano hasta una de las suyas-. Recordaba del día en que nos conocimos que cantaste una canción de Moby y... En fin... -ahora sí me separo de ella por completo, aunque arrastrando la mano sobre la suya todo lo posible, manteniendo el contacto. Vuelvo al otro lado de la barra y activo el reproductor.

-He encontrado justo esa misma canción... Bueno, y algunas otras, por si no tenías música aquí y te apetecía escuchar en algún momento... -continúo, ahora sí, paradójicamente, nervioso, sonrojándome incluso.

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02/11/2008, 10:07
María Ortíz

Cerrando los ojos al principio y mientras se detenía el beso, abriéndolos con una inmensa sonrisa cuando Rewell pronunció su nombre como ella le enseñó, se quedó perpleja una vez más.

- Oh, Dios mío... ¡Estoy impresionada, lo has dicho muy bien!

Pero fue al oír las primeras notas de "Extreme Ways" que se emocionó completamente y ni se esforzó en reprimir la risa alegre que le salió. Una risa que salía con la misma energía con la que un hombre tosía tras ser reanimado de un ahogamiento... Aferrándose a la vida con todas las fuerzas que podía dar...
Suspiró repitiendo un emocionado "Dios..." mientras escuchaba la magia de Moby.

- Te has acordado de eso tan... Pequeño...

La gente no reparaba en los pequeños detalles. No tenía la sensación constante de que fuera así, y aunque no era algo persecutorio, era algo realmente dulce ver que un hombre cerca suya había recordado algo tan ínfimo...
Estaba a punto de saltárseles de nuevo las lágrimas de la emoción.

- Cuando estoy mal... - se acercó a él y colocó una de sus manos en su estrecha cintura, poniendo ella la suya en su hombro y cogiéndole la otra mano, empezando a llevarle el baile - Siempre escucho Moby... Y nunca sé qué significa... - reía, avergonzada pero algo alegre - Pronto sabré... ¿Verdad? - le sonrió, mirándole tiernamente a los ojos. Se moría de ganas por bailar.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d100
Motivo: ¿Entiende la canción?
Dificultad: 20-
Resultado: 47 (Fracaso)

Tirada: 1d100
Motivo: De bailar si entiende : D
Dificultad: 93-
Resultado: 60 (Éxito)

Notas de juego

Bailar es DES+PER/2, menos 30 por no tener la habilidad :D

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02/11/2008, 10:40
John R. Dryden
Sólo para el director

No es la primera vez que me pasa con esta chica que me pongo a bailar y no solo no me caigo, sino que lo hago con cierta desenvoltura, incluso. En parte me dejo llevar por ella, pero al parecer por pura memoria fotográfica también me animo a llevar las riendas cuando la cosa es necesaria. No es algo nada complicado ponerse a bailar y pasarlo bien con una chica como María, no obstante.
-¿Pequeño? No sé, nunca hay nada pequeño, ¿no? Sólo ojos que no ven y oídos que no escuchan... -acojonante... Eso me lo dijo mi madre una vez... Es curioso que de pronto lo suelte ahora, sin pensar, aunque resulta muy apropiado-. Y sí, dentro de poco sabrás qué significa, exacto. Me gustaría poder ayudarte con el inglés, pero no sé español... ¿Se puede enseñar inglés a una española sin saber español? -pregunto, sonriente y extrañado. Y, tras unos nuevos instantes de silencio...-. María... Me gustaría saber más de ti. Quiero escucharte, estar contigo, pasarlo bien juntos... Cuando volvamos de la misión.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: ¿Bailaremos bien?
Dificultad: 63-
Resultado: 21 (Éxito)

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02/11/2008, 11:09
María Ortíz

Una risilla que se quedó tras su cálida sonrisa surgió cuando Rewell habló de los pequeños detalles, enternecida y divertida, de esa forma en que los mediterráneos se estremecían sin pudores... ¿Porqué iba una risa a romper un momento bonito?

- Eres maravilla - asentía, mientras bailaba - Seguro que se puede hacer, tranquilo - reía una vez más, frotándole el hombro de forma cómplice y guiñándole un ojo.

Escucha después sobre los deseos de él, sin perder la sonrisa aunque recuperando algo de seriedad.

- Pues volvemos de la misión. Si volvemos, podremos hacer más cosas... Y yo también quiero más tiempo contigo... - se puso algo colorada, ladeando la cabeza - Me gustan el rojo, el amarillo y el marrón; bailar, teatro, jugar tabú, café... - reía de nuevo se inclinaba sobre sus puntillas intentando llegar a Rewell - Playa... - se reía un poco de su imposibilidad para llegar hasta él, a pesar de ponerse todo lo de puntillas que podía - ¡...Robar beso! ¡Y no puedo!

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02/11/2008, 11:34
John R. Dryden
Sólo para el director

Mentalmente, registro los gustos y aficiones de María como quien guarda oro en un paño. Aunque, realmente, tampoco es del todo necesario pues, curiosamente, los pequeños detalles siempre se me han dado bien. Bastante mejor que los grandes, de hecho.
-¡Genial! Pues entonces cuando volvamos, porque volveremos, podremos hacer un poco de todo. La playa no sé si voy a poder traerla hasta aquí... Cuando me transformo soy fuerte, pero no sé si tanto... -bromeo, desenfadado, entre risas. Y lo que más me hace reír, sin duda, son sus intentos por darme un beso, poniéndose de puntillas, incluso. Al principio río, desde luego. Sería imposible no hacerlo ante semejante muestra de ternura y encanto, pero no mucho más tarde acudo a acoger nuevamente sus labios, con algo más de seguridad esta vez, rodeándola con ambos brazos mientras las piernas continúan moviéndose lentamente al ritmo de la música.

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02/11/2008, 11:57
María Ortíz

Le hizo gracia el comentario sobre traer la playa. Estaba idiotizada por un conjunto de factores que le estaban alegrando la vida. Luego volvió a besar a Rewell, con ternura e inocencia al principio... Pero cuando él la rodeó y la estrechó con sus brazos, la cosa cambió. Entre lo contenta que iba, la necesidad física de liberar estres, que aquel Dryden estaba bastante mejor que "bien" y lo encantador que estaba siendo, María no se lo pensó dos veces e incluso mientras le besaba, sonrió, llevando una mano al trasero de aquel enorme veintiséis añero. Por muy tiernos que fueran, ambos tenían su puntito "macarra", y eso no desaparecía...

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02/11/2008, 12:08
John R. Dryden
Sólo para el director

Por primera vez en toda mi vida, mi cuerpo comenzaba a recibir reacciones y sensaciones hasta ahora desconocidas (aunque no por ello negativas, ni mucho menos). Algo, de pronto, había cambiado en el beso de María y en sus atenciones. Y ese algo incitaba al contagio rápido y directo. Aunque, en realidad, tenían todo el tiempo del mundo, mi cabeza no tenía mucho tiempo para pensar o ponerse a debatir sobre las cosas que estaban sucediendo y el proceder que el cuerpo debía llevar a cabo, así que éste tomó por completo el control.

Así, de pronto Rewell conoció lo que era la pasión, y le azotó como quien recibe un mazazo inesperado. Tomó, pues, esa pasión y la volcó sobre María, intensificando el beso, aunque sin llegar a hacerlo invasivo, dejándose llevar y llevando a la vez. Trabajo en equipo: en eso consistía esto, por lo que se veía. No dudó en hacer lo propio, igual que la española y echar mano del trasero de la chica, comenzando a comprender poco a poco por qué todo el mundo en el hotel (y en todas partes, en realidad) se volvía loco con el tema del sexo y el roce carnal. Unos pasos hacia atrás hasta que su espalda tocó la barra, acomodando su postura contra la misma para hacerse más accesible para María sin relajar el enlace que el beso era para ambos.

Aunque, dado el momento, se liberó repentinamente para poder contemplar detenidamente el rostro de la joven una vez más.
-Joder... Eres guapísima... -susurró, antes de volver a juntarse con ella en un beso muy similar al anterior.

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02/11/2008, 12:26
María Ortíz

María empujó a Rewell hacia una de las butacas de la barra aprovechando el acercamiento de éste a la misma y se le subió encima, a horcajadas, besándole la línea de la mandíbula, dejando que aquel arrebato fuera creciendo... Y cuando escuchó que la llamaba guapa, su mundo se volvió a iluminar con una sonrisa. "Siempre aparece algo por lo que vivir, María..."
Se lo recordaba y se lo intentaba constatar constantemente, pero aquel cumplido tan sencillo...

- ¡Qué tonto eres...! - agradecía de aquella peculiar manera, sonrisa incluída.

Y aquella sonrisa se mantuvo incluso con el beso. Ella le rodeó la nuca con los brazos y trasladó sus atenciones al cuello del joven, ya olvidado todo lo que le rodeaba, salvo a ambos. Los labios de la muchacha estaban cortados por el frío aunque ella no notara los rigores de la temperatura, pero el tacto era suave mientras sus manos pasaban a juguetear con su pelo, pegando el torso al de él para llegar hasta sus labios, pues la diferencia de altura era grande.

El contacto, el calor...

- Rewell... - la respiración empezaba a agitarse en la española. Dale había dicho que María no querría nada... Era inteligente, no adivina - ¿Vamos al baño...?

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02/11/2008, 12:47
John R. Dryden
Sólo para el director

Todo aquél asunto comenzaba a ser verdaderamente preocupante. Y que llegue algo de nerviosismo es completamente inevitable, por desgracia... Aunque consigo mantenerlos aislados y aguantar el tipo. Aquellas caricias... Los besos... Y la sonrisa de María... Todo mi ser comenzaba a introducirse en una espiral de la que no sería nada fácil salir. Claro que, ¿quería salir? Mi cuerpo, desde luego, no. Mi mente... perdía sus defensas una a una a velocidad de crucero. Ir al baño. Ahí estaba la cuestión. Instintivamente supe qué ocurriría en el baño. Y aquello, en cierto modo, le bloqueó. ¿En el baño? Era cierto que había algo en mí que me incitaba a ello, aunque no entendía qué. ¿Morbo, tal vez? Pero iba a ser mi primera vez, con una chica estupenda, una chica de ensueño, después de una velada perfecta. Tenía miedo de ir demasiado rápido y echarlo a perder. Pero, ¿cómo echarlo a perder con alguien como María? Era imposible tal cosa. Sin embargo, el baño no era la mejor opción. María quería sentirse como una princesa, y yo iba a hacer todo lo posible para que así fuera.
Pasando un brazo tras su cintura y el otro bajo sus rodillas, la cojo en brazos sin demasiado esfuerzo y sin apartar la mirada.
-No... -susurro, besándola nuevamente, esta vez en el cuello-. Pero vamos a otro sitio... -y, sin más que decir, salgo en dirección al patio interior, el lugar al que Taylor se fue a dar un baño para relajarse: los baños termales.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Voluntad - Hay que aguantar para hacerlo bonito... xDDDDD
Dificultad: 60-
Resultado: 9 (Éxito)

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02/11/2008, 22:52
[Lex Czigany]
Sólo para el director

Czigany siguió escuchando sin moverse de cómo estaba sentada. Poco a poco, conforme Hanne hablaba, fue notando cómo iba menguando la sala en la que se encontraban. La mujer hablaba con absoluta tranquilidad y con el gobierno de la razón en su boca, no en vano era una diosa...

Amor. Casi había odiado a la Dama por tener tanta razón. Ciertamente, Czigany era una cría que se había encandilado completamente de un joven en una situación demasiado complicada. Quizás habría sido diferente en situaciones normales; quizás no... Pero la nueva naturaleza de Reisel y el acabar con Art y Marcos habían conseguido que desconfiara también de sí misma y, a partir de ahí, enrevesar su corazón y su moralidad hasta crear un caos que no podía sujetar con sus propias manos y que le carcomía el cerebro. Ya desconocía quién era el malo, sólo sentía, sentía y se amargaba cada vez más...

Pero Herkus... Había tocado el cielo desde la primera vez que besó sus labios maltratados en Finlandia. No había abrazo que la apaciguara más que el suyo. Ni rostro más hipnotizante, ni gesto tan rabiosamente dulce... No existía voz que superara a la suya. Ni Donovan, ni nadie... Una sonrisa, un solo susurro en boca de esos labios cincelados, y Alexandra se derretía y sonreía como una imbécil. La tenía en la palma de su mano, y ella creía que también lo tenía a él... Aún así, no iba a pararse a medir cuánto lo quería, ni los días que habían pasado desde que lo conociera. Lo quería. Lo quería con locura y no habían más explicaciones... Era su muñeco de ojos aguamarina, su amigo, su ideal de hombre perfecto...

Cita:

Io te proteheré porque contigo es todo y sin tí es nada lo que tengo...

Cerró los ojos con fuerza, derramando lágrimas de frustración, de miedo, y asintiendo a la mujer cuando concluyó con la explicación, con una sonrisa algo derrotista. Se apartó de su pecho lentamente con la cabeza gacha...

Entonces se inclinó un poco, y sostuvo cuidadosamente con sus manos la mano con la que le había acariciado el cabello, con infinito respeto y humildad, aún tiritándoles de la ansiedad. Pegó la frente a sus muñecas, que quedaban juntas. Parecía una posición de rezo...

- Sólo decís verdades como puños... La atracción entre nuestros semejantes... Nuestra responsabilidad... El respeto por la Madre Naturaleza... - negó entonces, con un nudo en la garganta y con lágrimas en los ojos. Alex se había equivocado en algo: Había visto amor en los ojos de la Dama dedicados a su Guerrero, y sintió cierta culpa. Hizo una pausa dramática antes de seguir... Y encogió un hombro... - ...Detesto en lo que él se ha convertido... Pero lejos de saber si ese hombre me quería tanto como decía, yo no puedo sino perdonarle el error que ha cometido... No es el camino más fácil ni el más práctico. Nadie lo entenderá... Pero soy como soy. Puedo luchar contra una fiera, contra una máquina o contra una enfermedad... Puedo curar heridas, o cultivar flores... Pero no puedo luchar contra lo que siento. Yo tengo fé en quién ha sido... - alzó un poco la cabeza. Se le escaparon un par de lágrimas, y no borraba aquella sonrisa amarga y pesimista... - ...Y haría lo que fuera con tal de devolverle su humanidad... y de encontrar a Lior, si me dejárais... Le agradezco enormemente su tiempo... Pero le quiero - con aquello último se le rompió la voz... - Le quiero...

Temblequeó un poco, y luchó por mantenerse serena. Enseguida dejó descansar suavemente la mano de la mujer sobre sus muslos, bajando la cabeza en señal de que había acabado...

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03/11/2008, 15:19
Hugo G.Seras (Carroñero)
Sólo para el director

Me llevo de equipaje un par de mudas, una cruz y la baraja de naipes.

EDIT: Y un pinganillo de los que regala Dale, que casi se me olvida. :D