Partida Rol por web

Con el rabillo del ojo, Qüenya vio la figura con antorcha corriendo en dirección a la casa, rápido como elaleteo de un pájaro, la Elfa llevó la flecha a su arco y sin siquiera apuntar disparó. La flecha silbó en el aire mientras rotaba sobre su eje para clavarse en la garganta del imbécil que había incendiado el techo de paja y madera del establo en el que se refugiaban. Inmediatamente el bandido cayó llevándose las dos manos a la garganta intentando respirar mientras se desangraba rápidamente, no había sido una muerte placentera, pero eso no le importó a la Xenofóbica Elfa.

Sin embargo, el daño ya estaba hecho, las llamas empezaban a extenderse con gran rapidez sobre el techo del establo y no había nada que pudieran hacer para apagar las llamas, a pesar del infructuoso intento de las 4 hermanas. Deberían salir de los establos si no querían sufrir las consecuencias del fuego o algo peor.

La mayor de las hermanas decidió seguir a su hermana, no sin antes intentar un tiro hacia el bandido que había huído de último al bosque. La flecha se estrelló contra el macizo tronco de un árbol. Las sugerencias a sus hermanas habían caído en saco roto ya que ellas intentaban aplacar las llamas que empezaban a comerse el edificio.

Por su parte, Adonai intentaba provocar a los enemigos, para que se acercaran y dejaran de ser cobardes. No lo vio ni lo escuchó, pero recibió risas en respuesta.

Lía y Dim, analizaban la situación mientras todo ocurría, sin hacer mucho...

Lía tenia claro que tenian que salir de ahí, estaba claro que cuando salieran los acribillarian a flechas piedras o vacas si fuera posible, asi que se aseguro de tener bien puesta la rodela y avanzo hacia la salida... se cubriria con el arbolito de la entrada y dispararia desde ahi, con suerte quedaria difuminado por la distancia y la precencia del caballo.

Adonai miró por el rabillo del ojo: Xanthe aún no estaba montada. Aún tardarían un poco más en cargar. Con algo de suerte esos canallas morderían el anzuelo y saldrían de su escondrijo justo a tiempo para que Xanthe y Quenya cargasen contra ellos.

Al ver que los bandidos no respondían a su provocación, Adonai se plantó en medio del campo de batalla, preparándose para el combate y gritó:

¡Arderéis en el infierno por lo que habéis hecho, malnacidos! ¡Venid a por mí!

Chasqueo la lengua con fastidio, un incendio en un bosque, estos tíos o son muy tontos, o están muy desesperados. O incluso una peligrosa combinación de ambas. El techo se incendia rápidamente y con fuerza, intento aguantar lo máximo posible dentro antes que las llamas alcancen mi posición.

-Esto se está poniendo feo- miro de reojo al que acaba de ser alcanzado por una flecha- bueno, siempre hay niveles...

Con la ayuda de Qüenya, la mayor de las hermanas se subió al caballo y se agarró a la cintura de la morena con la mano derecha, la izquierda sobre el pomo de la espada lista para evitar un mal rebote o para desenfundar en cuanto hiciese falta.

-Vamos -dijo entredientes, no sabía adónde pero tenía ganas de acabar con esos insolentes que se atrevían a quemar su casa.

Las 4 hermanas no insistieron en apagar el fuego y acudieron a la razón y salieron del edificio en llamas, empezaron a correr en dirección a la casa, quizá para tomar algunas armas y combatir a los bandidos, pero seguramente a la vuelta el combate ya habría terminado.

Las demás hermanas siguieron con su preparación del combate. Lía avanzó lo más que pudo, seguía dentro del edificio ya que prefirió atacar a los bandidos a la distancia sin nada de éxito, pero al menos los distraería. Dim permanecía oculto, pero las posibilidades se le agotaban y las vigas del techo amenazaban con venirse abajo en cualquier momento. Adonai salió a la intemperie, cerca de donde normalmente las Elfas preparaban una fogata en las noches y que ahora permanecía apagada, intentando ponerse valientemente como carne de cañón para atraer al enemigo. Al fin, Qüenya y Xanthe estaban montadas en el lomo del caballo, listas para el combate cercano.

Pero los bandidos no eran estúpidos, sacaron sus arcos y empezaron a disparar flechas a los enemigos mientras salían del edificio. Un trío de flechas pasaron muy cerca de las hermanas sobre el caballo, lanzadas por los bandidos regulares más cercanos, suficiente para causarles un gran esfuerzo esquivarlas.
El otro bandido, más alejado, intentó clavarle una flecha al clérigo, pero pasó bastante lejos del objetivo.

La palabra de Xanthe cayó en saco roto, antes de que el caballo hubiese dado un solo paso las flechas llovieron y tuvieron que preocuparse mas de esquivar que de avanzar. En el respiro que les dieron mientras los atacantes cogian la siguiente flecha, la mayor de las hermanas se cogió más fuerte a Qüenya y azuzó al caballo en los flancos para que avanzase, no podían permanecer por mas tiempo como blancos inmóviles.

Lia avanzo y se cubrio con el arbol para ofrecer menos facilidad a los enemigos rufianes, pero su punteria no era la de siempre y no solo eso....hoy no tenia el dia ni la noche ni la semana por lo que parecia.

Al ver a las hermanas que iban a cargar a caballo contra el lider bandido, Adonai se adelantó para cortarle el paso al enemigo que podría flanquearlas. Vio como ellas le rebasaban por la derecha a toda velocidad mientras el se movía como una tortuga intentando mantener el aliento.

La carnicería estaba a punto de empezar.

Esto no se podría alargar más, el techo empieza a desprenderse con amenaza de que me llueva fuego encima, que estas elfas hayan perdido su granero por nuestra intrusión, siento una pequeña punzada de culpabilidad, aunque también podrían ser gases. Con una daga apretada en cada mano, salgo corriendo con la cabeza baja y dando grandes zancadas, para ir detrás de mi compañero, el único en el que ahora mismo confiaba.

Xanthe empezó a golpear con sus talones al caballo para que avanzara ya que Qüenya estaba paralizada sin hacer nada, no sabía si era miedo o estaba pensando. Infortunadamente aquel caballo solo obedecía a su jinete por lo que no se movió y amenazó con elevarse en sus dos patas traseras si seguían golpeándolo.

Lia salió porla ventana y se cubrió con el árbol, el calor la invadía pero estaba relativamente segura. Disparó con su honda pero la piedra se estrelló contra el grueso tronco de uno delos árboles. Adonai y Dim corrieron al encuentro de los bandidos.

Uno de los bandidos salió al encuentro de Adonai, lanzándose a la carga, lanzó un tajo con su hacha, pero la habilidad de Adonai en combate era notable y la esquivó con relativa facilidad. Los demás bandidos seguían moviéndose y atacando con el arco. Afortunadamente ninguna flecha dio en el blanco.

Pero fue el líder de los bandidos quien más dio problemas, se lanzó a la carga junto a su esbirro, contra el clérigo, con su espada larga arremetió contra Adonai, el clérigo tuvo que utilizar un gran esfuerzo para amortiguar el golpe con su escudo, sin embargo, la espada alcanzó a penetrar un poco el pectoral derecho de Adonai. Una herida pequeña pero herida al fin de cuentas, estaba ahora exhausto por el esfuerzo y el combate apenas empezaba!

Nuevo turno!

Estando cerca de Adonai, veo como recibe los ataques de ambos ladrones, van a por él. Sin dudarlo rodeo a uno de ellos y le intento clavar las dagas en los riñones, sin embargo parece que me ha visto y mi ataque puede ser demasiado previsible. Aún así espero que estar ahí con él le de alguna oportunidad más, sin embargo no llevo armadura y cualquier corte me puede hacer mucho daño.

Sin duda era la hora de ir terminando el trabajo a distancia, pero aun estaba demasiado expuesta, asi que simplemente cargo otra canto rodado en la honda y disparo.

Justo despues dejo caer la honda y saco la otra espada corta.

Adonai evitó el ataque del primero de los bandidos con medio quiebro, pero por culpa de ese movimiento cargó todo el peso en su pierna izquierda, lo que le facilitó la tarea al líder de los bandidos en su carga. Recibió el impacto y consiguió frenarlo en gran medida con su escudo, pero la punta de la espada resbaló y se deslizo sobre su pecho, dejando un tajo que ya notaba caliente por la sangre.

Mientras amortiguaba el impacto y cogía impulso se dio la vuelta por breves instantes para ver cómo el caballo seguía en su sitio, mientras Xanthe le azuzaba y Quenya miraba de forma impasible, casi disfrutándolo, como ambos hombres estaban siendo masacrados.

Sus votos le importaron un bledo, el dolor no le dejó pensar con claridad. Esa elfa parecía que tuviera leche en las venas. Le han quemado su granero, sus hermanas necesitan su ayuda y sigue con esa pose tan altiva y enajenada... No vivía en el mundo real.

Rezando porque se decidiera a actuar, Adonai aprovechó la inercia del impacto para abrir un camino directo entre el caballo y el líder bandido, con la esperanza de que tuviera la decencia de entrar en la batalla.

Tras la carga, ambos bandidos eran vulnerables, pero Adonai apenas tenía fuerzas para atacar. Si lo hacía recibiría un duro contraataque que posiblemente no pudiera soportar.

¿Qué sería lo siguiente? ¿Que ese caballo se asustase por no haber cargado contra un hombre en su vida?

Dim se apresura a ayudar a su compañero con su daga en la mano, una daga es un arma poco eficiente en las manos de cualquier guerrero, pero en las manos de Dim podía matar con facilidad si acertaba el impacto. Infortunadamente, la movilidad del bandido evitó que la daga se clavara en el cuello y en su lugar se estrelló contra el cuero tachonado sin hacer mella en su cuerpo.
Lia por su parte cargó otra bala en su honda, la batió por los aires y lanzó un proyectil en dirección a uno de los bandidos (bandido 4). La pesada bala se estrelló de lleno con la cabeza del enemigo abriendo un agujero. Perdió la conciencia y la vida inmediatamente.
Adonai, respirando entrecortado y la lengua afuera, permaneció en postura defensiva, a la espera de la ayuda de las Elfas que quizá no llegaría.

Uno de los bandidos cargó contra el clérigo, pero no logró traspasar sus defensas mientras otro bandido atacaba a Dim, quien hacía un esfuerzo sobrehumano por esquivar el tajo. Sin embargo, el líder bandido aprovechó la distracción del ladrón para clavar en el costado la espada que blandía, la sangre empezó a brotar y el mundo se empezó a oscurecer para Dim que veía las sombras cada vez más cerca.

De cierto modo, (uno retorcido), Qüenya observaba y podía hasta disfrutar lo mal que lo estaban pasando los hombres recién llegados. No era un secreto el odio que sentía por todos los no-elfos.

Un golpe en la cabeza de Xanthe la sacó de sus pensamientos y fantasías, aunque disfrutaba ver a los hombres sufrir, también sabía que aquellos bandidos eran una amenaza tanto para sus hermanas como para su hogar y eso no lo iba a permitir. Agitó vehementemente las riendas de su caballo quien salió disparado a la velocidad de una flecha, ambas Elfas con espada en mano cargaron contra los bandidos. La espada de Qüenya se clavó profundo en el tórax de uno de los bandidos y la espada de Xanthe cortó profundamente el rostro del líder de los bandidos, el corte le desfiguró la cara completamente y la piel y la carne le colgaban desagradablemente.

Una inspiración divina llegó al clérigo, una voz que solo pudo oír él le ordenó atacar al bandido que tenía acorralado a su compañero ladrón. Su maza pesada se estrelló en la cabeza del enemigo, salpicando sangre y sesos por igual. Dim aprovechó para avalanzarse contra el líder que aún gritaba de dolor y enterró su daga en la clavícula, matándolo al instante.

De todos los bandidos, solo uno quedó vivo, asustado ya no forcejeaba por escapar de las garras de las plantas, solo gritaba de miedo y desesperación, clamando misericordia para si mismo.

 -Ustedes, llegaron como si nada y nos pusieron a mi y a mis hermana en peligro, miren como ha quedado este lugar! -Dijo con el suficiente enojo y odio en sus ojos como para saber que ella no quería saber nada más del clérigo ni del ladrón. Sin confirmar sus pensamientos, tomó las riendas de su caballo y se fue a ayudar a sus hermanas con los baldes de agua para intentar apagar el fuego del establo. Un intento que no rendiría frutos.

Rodeados de un manto de cuerpos, se encontraban reunidas las hermanas Xanthe y Lía y los hombres -muy malheridos- Adonai y Dim. Había un bandido aún con vida y decisiones importantes que tomar...

Tras la eventual carga de las elfas que acabó con la vida de sus perseguidores, Adonai sintió algo que llevaba 3 días sin sentir: Alivio. Alivio que, por otra parte, dejó que la adrenalina segregada por el miedo y el fragor de los últimos acontecimientos dejara de actuar.

Sintió como se le nublaba la vista y su mirada comenzaba a perderse, pero fue entonces cuando vio el estado del tajo en el costado de Dim que no dejaba de sangrar. Dim estaba inmóvil sobre el cadáver del líder bandido y aún empuñaba sus dos dagas que estaban clavadas en el hombro y en el pecho del agresor. Al ver que no se movía, Adonai, sus niveles de adrenalina volvieron a dispararse y brincó en su ayuda.

- Dim... ¡Dim! ¡Reacciona! ¡Despierta!

Comprobó que él aún respiraba y que estaba relativamente consciente. Le agarró de los hombros y el cuello para incorporarle levemente.

- Por la gloria de Lazthander que esté no será tu final. ¿Me oyes? Mírame, estás aquí conmigo. ¡Conmigo!

Y emitiendo un sonoro grito, invocando la fuerza y misericordia de su dios, golpeó a Dim en el pecho con la palma abierta, tras lo que salieron chispas doradas que se introdujeron en la piel descubierta de Dim e iluminaron suavemente su interior.

La mirada de Dim se volvió a ver viva. Tras apenas un segundo, se incorporó él solo, vigilando con la mirada a aquel bandido aterrorizado.

Adonai le vió, pero estaba demasiado cansado tras ese acto como para hacer nada más. Estaba claro que había que capturarle y retenerle mientras atendían sus heridas. Confió en que Dim y las elfas se abalanzaran sobre él e hicieran todo lo necesario cuanto antes. Él solo podía tumbarse y, entre gemidos, resistir el dolor del tajo de su pecho que cada vez se hacía más insoportable.

La mayor de las hermanas elfas veía como los dos humanos se batían contra tres mientras ellas permanecían sin moverse, no entendía por qué Qüenya no azuzaba al caballo y acababan con los que habían incendiado su establo. Estaba por gritarle algo cuando vió que el que se llamaba Dim era herido de nuevo y decidió actuar mas que hablar: levantó la mano y le soltó un pescozón en la cabeza, de esos que mas que doler molestan, y estiró el brazo que portaba la espada en la dirección que debían avanzar con una expresión que no dejaba lugar a palabras. No bien había acabado de hacer el gesto cuando el caballo salió como alma que escapa del infierno.

Xanthe, bien cogida con la diestra, aprovechó la altura que le brindaba el equino y la fuerza de la embestida para atacar desde arriba al jefe de los bandidos. No estaba acostumbrada a la postura ni al movimiento del cuerpo ajeno bajo su cuerpo y el filo de su arma no se hundió sino que solo desgarró la carne. Antes de que la elfa pudiese rematar la faena, Dim se escabulló y, en un último esfuerzo, clavó una de sus dagas en el cuello del desdichado líder haciendolo callar. Xanthe desmontó y vió como el clérigo se acercaba a su amigo, ella nada podía hacer por él por lo que se acercó al bandido que todavía permanecía atrapado entre la vegetación que había hecho crecer su hermana.

Mientras se alejaba escuchó las palabras de Qüenya y por el rabillo del ojo la vió alejarse a caballo hacia las reservas de agua, pero ella siguió hacia su objetivo e hizo que las luces que había creado lo rodeasen a modo intimidatorio. Al llegar a su altura la mirada que le dedicó estaba cargada de desprecio e ira y, elevando la espada hasta la altura del cuello, comenzó el improvisado interrogatorio.

-Quien os envía, cuál es la misión y cuánto os pagan. -escueto y directo como todo lo que hacía la elfa.

Lía no tenia mucho que decir, simplemente recogio de nuevo la honda que habia dejado caer y guardo una de sus espadas para acercarse tranquilamente pero cautelosamente hacia el unico superviviente.

Y bien, que nos tienes que contar, humano. Esto ultimo con un tono de desprecio.

-Yo...ejj..Yo solo.... yo solo seguía órdenes! -Tartamudeó el bandido que había sobrevivido, su cara reflejaba una expresión de miedo por lo que pudiera ser su futuro, que quedaría en decisión de aquellos a los que había atacado y había incendiado su casa.

-Por favor, yo no deseo morir, quiero vivir. Por la misericordia de Lazhander, quiero vivir! -El hombre se quebró y empezó a llorar.

Luego de calmarse (o calmarlo a la fuerza), empezó a explicar entre sollozos y gemidos y sorbidas de mocos como estaban ofreciendo una recompensa de 2.000 leones dorados por traer una daga negra que habían robado dos hombres, uno era un clérigo de Lazhander y el otro un vulgar ladrón. Narró las descripciones y coincidían con las de ambos sujetos que no hace mucho habían llegado malheridos a la morada de las hermanas.

2.000 piezas de oro por una daga negra de ceremonia era bastante dinero, pocas recompensas se elevaban tanto. En unos cuantos días, varios mercenarios y cazarrecompenzas del mar de la luna estarían invadiendo el bosque fronterizo y el valle de la daga en busca del par de personas, estos bandidos solo eran una advertencia de lo que estaba por venir. Parecía un objeto sumamente importante y valioso, aunque a simple vista no se tratara de algo más que una daga completamente negra.

Un interrogatorio más amplio no revelaría nada más de información, solo era un bandido que ganaba unas cuantas monedas por cumplir órdenes y que ganaría un porcentaje mezquino de la recompensa si recuperaban esa daga.

Las llamas se habían aplacado y el establo había quedado completamente destruido cuando el prisionero terminó de hablar, Xanthe y las demás hermanas inspeccionaban el interior para salvar lo que el fuego no se hubiese llevado. Ahora quedaba una decisión difícil de tomar.

¿Pediría ayuda el clérigo con su causa?¿Las hermanas acompañarán a este par? o ¿serán historias separadas? ¿Se quedarán en casa y partirían al amanecer?¿Partirán de inmediato?¿a dónde?......