Partida Rol por web

-No es bueno provocar la furia del kraken, tanto Lord Blackmont el mentiroso como la antigua casa del maestro Tyrell son claros ejemplos de nuestro poder.

Estas han sido las últimas palabras de Asha que han dado por finalizada la presencia de la Casa Greyjoy en el testamento de la reina. Os dirigís hacia el puerto, donde tenéis anclados tres barcos. La bahía aún no ha recuperado todo su esplendor desde la batalla que ocurrió siendo Joffrey rey. Aún así tiene un toque distinto que la hace especial. Quizás sea la proximidad del Trono de Hierro, pero sientes algo dentro de ti cada vez que ves la orilla. Camináis con prisa, Asha al frente, decidida. Intentas seguir sus pasos apresurados, acompañado de algunos otros hombres de hierro.

-Nosotros no sembramos...-susurra Asha en un gesto inconfundible de que algo está tramando en su cabeza-¿Cómo vamos a poner a un maldito dorniense en el trono de hierro?Sin tomarlo, sin merecerlo.No lo ha cogido por derecho. Si quiere presentar batalla, veremos quién es más fuerte, ¡ja!-continúa hablando. Después se percata de vuestra presencia-Pensarán que soy una mujerzuela sin agallas Drake. ¡Qué estúpidos pueden llegar a ser algunos!

El Aguasnegras está en aparente calma en este día soleado. Ya lleváis un par de días en Desembarco del rey. La muerte de la reina Daenerys ha causado una gran conmoción dentro de todo Poniente. Las aguas están turbias después de lo ocurrido, se nota en el ambiente. Estás al mando de tres barcos a la espera de Asha. Hoy se está celebrando el testamento de la reina, que no ha dejado herederos y ha tenido que designar a alguien como su sucesora. Tu tripulación está ansiosa por partir. No les gusta Desembarco del Rey, es evidente. Se aburren de la espera y algunos ya han optado por darle a la bebida o apostar a los dados. Ya es casi mediodía cuando a lo lejos, puedes ver cómo se aproxima Asha a paso ligero acompañada por su guardia y más hombres de hierro.

Dagon, Nakion y Jon Myre, carapicada, se encontraban junto a la mayor parte de la tripulación de Silencio en la popa del barcoluego. Nakion ya había perdido la mitad de su oro jugando a los dados cuando en un ataque de arrebatada ira comenzó a gritarle a uno de los tripulantes de Dagon. 

- ¡Madito Bastardo, estás haciendo tramp..! - Gritaba con su voz grave. Dagon, que estaba mirando continuamente el muelle, se dio la vuelta al oír gritar a su primo. Con un sola mirada lo hizo callar y calmó la situación. Aunque la mayoría de los tripulantes de Silencio no hablaran, si mataban por una mala palabra. 

- No es su culpa que seas tan necio, Primo- replicó el capitán con voz sosegada mientras caminaba hacia el grupo de hombres con las manos unidas detrás de la espalda- Ahora, dirígete a tu barco. La 'Princesita' ya viene. Jon -ordenó a sus capitanes, que obedecieron instantáneamente. Sin una palabra más. Todos los hombres del barcoluengo se dirigieron a sus puestos ahorrándole una orden a Dagon Harlaw. Ya me tienen el mismo respeto que a Euron. Más les vale. 

Drake camina apurado junto a Asha. Va muy metido dentro suyo, saboreando cada palabra y momento de aquella singular lectura de testamento. El ambiente se llena de ese olor de adrenalina y ansiedad. Una hermosa y cruenta guerra está a las puertas de Poniente y la idea excita al señor de la Casa Blacktyde.

- Son unos necios mi Señora. - responde a la frase de Asha - Querer poner en el trono a un hombre cuya mayor virtud ha sido mantener contenta a la reina. - sonríe de costado- Pero lo que más me sorprende, si me permite el comentario, es la altanería y soberbia con que algunas personas se han referido a usted y a nuestra casa señora.  Parece que veinte años de sobarse las espaldas los unos a los otros sin sacar un arma han hecho olvidar a algunos quien tiene la flota más poderosa de los reinos. 

-Me limpiarán las botas. Tendremos otra reina, pero esta de hierro. Hay que tomar lo que es nuestro, y lo vamos a hacer. Cómo bien dices Drake, verán nuestro blasón en Desembarco y en todos las putas ciudades que se opongan a nuestra causa-Dice mientras seguís caminando. Dobláis una esquina y os presentáis en el puerto del Aguasnegras. Allí os están esperando tres barcoluengos capitaneados por Dagon Harlaw. Asha ha decidido darle el mando en esta expedición, confía que así algunas viejas rencillas se cicatrizarán. Pero no por ello, la mayor parte de la tripulación deja de ser de Asha Greyjoy-Nos largamos de aquí. Habrá un consejo, pero en Pyke, como debe ser-dice mientras comienza a subir las escaleras que dan Al Silencio acompañado por diez de sus hombres. Una vez en el barcoluengo, comienza a sacudir su botas llenas de barro y se seca el sudor de la frente-!Dagon!, ¡ven aquí!

Asha sube acompañada de Drake, y diez hombres de hierro más. Sube con prisa, parece algo molesta, pero su mirada sigue siendo firme, sabiendo que todo está bajo su control. Una vez a bordo, comienza a sacudir sus botas, llenas de barro y se seca el sudor de la frente.

-¡Dagon, ven aquí!

El tono imperativo que siempre acompañaba a las palabras de Asha molestaba de sobremanera a Dagon. Gracias a ese tono de mandato, Asha había conseguido que la mayoría de los hombres de hierro la respetaran más que a su padre Balon. No había más remedio, la seguridad con la que Asha actuaba y  hablaba no eran propias de una mujer tan joven y eso era algo valorado por todos los isleños. 

- ¿Cómo fue la reunión de princesas y principitos, mi reina?

-Mejor no hablar más de eso, menuda panda de incompetentes. Se ahogan en un charco- dice soltando una carcajada-Pero que sepan que nosotros no nos vamos a someter. Quieren imponernos a un sureño como rey. No sé si habrás oído hablar de él, Quentyn Martell. De chiste-Se vuelve a colocar las botas una vez limpias-He oído chistes muy graciosos, pero tanto como este ninguno. Estaremos preparados para partir, ¿verdad?

- Siempre estamos preparados para partir- respondió Dagon, pensativo. Dudó sobre si añadir unas palabras sobre el Martell y la decisión de la Reina. Pero las palabras no eran lo que mejor se le daba al gran Capitán. 

-No esperaba menos de ti, Dagon-deja la frase medio suspendida mientras esboza una ligera sonrisa-Ahora os necesito a los dos, tengo algo que consultaros. ¡Y a solas!-Hace un gesto a algunos de sus guardias y se dirige al camarote principal del Silencio. Un hombre ataviado con una larga túnica grisacea, de rostro cansado, entra tras ella en la instancia. Parece alguien fuera de lugar, su presencia cuanto menos es llamativa. Los guardias hacen un gesto de admiración cuando pasa.

Llegando al puerto Drake pasea su mirada por aquellos parajes que han perdido su esplendor pero no su imponencia. Allí está Dagon Harlaw, vestigio de un pasado lamentable. Pronto las cosa cambiarían en Poniente, y la capitanía de la flota de hierro será una de esas cosas.

Acompaña a su señora al camarote para aquella reunión privada. Quien es ese hombre de extrañas túnicas. Nada molesta más a Drake que no tener claro quien lo rodea. Pero si Asha considera que debe acompañarlos ha de ser así.

Dagon asintió con una inapreciable inclinación de cabeza a la alabanza de Asha. Saludó a Drake Blacktyde con una mirada de superioridad acompañada de un esbozo de sonrisa. El capitán del Silencio solía andar con las manos unidas detrás de la espalda por lo que sólo le dejaba la cara para expresarse. Dagon tenía en alta estima a Drake. “Es todo un logro llegar a donde ese tal Blacktyde llegó siendo un hombre que no ha visto más allá de Desembarco del Rey, ni de los faldones de Asha”  le decía a los tripulantes de su barcoluengo. Ellos le respondían con otra mirada, incapaces de hablar.

Dagon miró de reojo al extraño acompañante. Sus ropas no se parecían nada a la de los hombres de hierro. Ellos no podían permitirse el lujo de perder movilidad por llevar una túnica, necesitaban pantalones de cuero, camisetas de lino y chalecos de cuero o piel de león marino. Materiales que no absorbían el agua, que te mantenían el mayor tiempo posible seco. Él entró el último cerrando el bonito cuarteto. 

-Pasad y tomad asiento-os dice mientras os fija un par de sillas situadas justo enfrente de ella-Espero que algunas de vuestras rencillas hayan quedado olvidadas. Ahora necesito a todos mis hombres, tenemos que tomar poniente, y nuestra fuerza son nuestros barcosluengos. De nada me sirven las niñerías que hasta ahora habéis traído-Os mira con gesto serio, reprimiéndoos-Por favor Assan...-Se dirige al hombre desconocido.

El hombre, de avanzada edad, recoge un frasco que hay en la mesa con agua en su interior y se dirige a Asha con paso seguro. Su gesto es serio, lo que va a hacer a continuación supone mucho para él.

-Bendice a nuestra kraken que nos llevará a la victoria sobre los impíos de Poniente. Bendícela con la sal, bendícela con la piedra, bendícela con el acero. Lo que está muerto nunca puede morir...-comienza a rociar el pelo de Assha con el agua del mar.

-Sino que se alza de nuevo, más duro y más fuerte-entona Asha justamente después-Ahora ya podemos comenzar la reunión.

- Asha, Lord Blacktyde y yo competimos por un mismo objetivo: servir a la empresa de los hombres de Hierro. Para eso seguiremos tus órdenes, pues el Dios ahogado así te eligió- Dagon no solía hablarle a ningún hombre con sus distinciones. A lo largo de su vida había visto y oído demasiadas cosas como para tener en cuenta quien es hijo de quien. Permaneció de pie, impasible. Mantenía sus manos en la cintura y su rostro se mantuvo serio, con la boca apretada y los ojos muy abiertos. 

- Ardo en deseos en saber más sobre esa reunión y sus planes- A Dagon le costaba hablarle con semejante respeto a Asha, al fin y al cabo, él nunca tuvo ninguna formalidad con Euron y si la Princesita Daennerys y las traiciones no se hubieran interpuesto podría haber conseguido grandes cosas por las Islas de Hierro. 

-Y eso espero que sigáis haciendo. Sé de vuestra valía e inteligencia. Para construir un reino hace falta mucho más que fuerza bruta-El hombre que sirve al Dios Ahogado toma asiento junto a Asha, en silencio-Bien, os voy a comentar qué pasó en la reunión Dagon-Mira a Drake y esboza una sonrisa de complicidad-Al parecer, la difunta reina dejó en su testamento quién sería el heredero en caso de una muerte repentina. Y no resultó ser otro que ese mocosín de Quentyn Martell. No ha sabido empuñar un tenedor en su vida, ¿cómo va a gobernar un reino?-El hombre suelta una pequeña carcajada-Al parecer todos son perros amaestrados, con modales. Seguro que a ninguno de los grandes señores está de acuerdo con tal decisión. Pero todos callaban como putas. A decir verdad, las putas son mucho menos falsas que ellos. El tullido se fue de la reunión con el rabo entre las piernas. Quizás eso también lo tenga tullido por lo que veo. Desde la caída que sufrió parece tener miedo a todo. El gordito de Tommen no dejaba de decir estupideces, una tras otra, igual que el borracho de Lannister. No Tyrion, sino su hijo, que parece que no ha heredado nada de la inteligencia de su padre. Menudo estúpido. Y para colmo tenemos que tragar con los imbéciles que adoran a ese señor de la luz. ¿A quién se le ocurre? Así que me harté de tanta discusión, tanta palabrería ocultando lo que todo el mundo piensa. Quentyn es un incompetente. Acabé con ese estúpido de Lord Blackmont, que organizaba todo el asunto dándose aires de importancia y dejé a esos pavos encerrados en su gallinero presumiendo quién tiene la cola más grande. Habrá guerra, y nosotros tomaremos lo que es nuestro.