Partida Rol por web

Loguen intenta justificarse, sus ruegos para ser abatido de pie son claramente un desesperado intento por plantar algún tipo de resistencia. 

Avanzo hasta colocarme ahora tras el pobre salvaje.

Extraigo de mi cinto mi estilete y lo clavo sin miramientos en el punto al que Alastor había dirigido su espada.

-Deshaceros de el y que los hombres que lo han traído sean informados de que ha sido castigado como corresponde a la situación que corresponde.-

Antes de que Alastor se retire le dirijo unas nuevas palabras.

-No sois como el, no solo sois un ser civilizado, si no que pronto seréis caballero. Algun día poseeréis tierras y deberéis cuidarlas de seres como el.

Miro el cuerpo tendido en el suelo de Loguen y después hago un gesto hacia Alastor

-Retirad cuanto antes el cuerpo, no quiero tenerlo más tiempo a la vista.-le ordeno.

Luego miro a Ramiel.

-Quizás puedas utilizar lo ocurrido a tu favor. Puedes enviar una carta a la Casa Libertad pidiendo disculpas por la traición cometida por Loguen.- le comento-Por desgracia...servía a Quentyn y quería acabar con esa casa y otras...además, por supuesto, de que contigo también. Podemos decir que le encontramos veneno entre sus pertenencias y todo el mundo sabe que él era el último en manipular tu comida porque la probaba antes de que comieras.- No era un plan muy elaborado pero podría servir para ganar votos ante otras casas.

Alastor asiente con la cabeza y se agacha para recoger el cuerpo del férreo bárbaro, manchándose de sangre en el proceso. Abre la puerta con dificultad y, al salir, podéis ver como algunos guardias de vuestra casa os miran estupefactos, al igual que un mayordomo y como una sirvienta da un grito y comienza a sollozar al ver el cuerpo.

Salgo al pasillo ante las miradas estupefactas de los guardias y el servicio.

-Ese hombre, en vistas a la muerte de mi padre, fallecido señor de la casa Arryn, ha vendido su honor y su espada.-Exclamo.- Me ha traicionado y a conspirado contra mi vida poniendo en riesgo no solo mi carne, si no la vuestra, fieles soldados. Su muerte ha sido producto de mi acero, indigno de una sangre tan inhoble. -Muestro mi arma manchada a todos los hombres presentes.- Que a nuestros rivales sirva de lección. Nuestra victoria es ineludible y no hay salvajes ni usurpadores en el reino capaces de negarnos lo que nos pertenece. ¡Que vengan a comprobarlo!-Finalizo jaleandolos.

Salgo tras Ramiel.

-Que todo Desembarco del Rey se entere de que era un traidor y ha muerto bajo la mano del legítimo Rey de Poniente.-les digo a todos los sirvientes de la Casa Arryn.-Que se sepa que no permitimos traidores en nuestra hogar.

Lurleen, que se nos va de madre, en este momento aun no habíamos hablado con el Septom.

Los soldados miran a Ramiel, sin saber que decir, mientras el mayordomo se lleva a la joven y atractiva sirvienta, que no para de llorar.

Las palabras de Lurleen relajan un poco la tensión pero, aun así, ambos notáis que los guardias están estupefactos. Seguramente sea porque esos hombres, soldados de Lord Petyt, han convivido más tiempo con Loguen que con Lurleen y, aún mucho mas que con Ramiel, casi un desconocido para ellos.

No se de que os sorprendéis, apartad esos estupefactos rostros de mi.-Digo enfadado. -Sabéis cual fue siempre su actitud, era un ser salvaje y incontrolable ademas de traicionero.

¿Por qué les doy explicaciones?

Furioso, vuelvo a la habitación.

Entonces esta todo dicho , aunque no soy partidario de que una mujer tan hermosa se cubra tanto , estoy de acuerdo con mi cuñado pasar desapercibidos no nos haría nada mal ….. partamos entonces!!!

Noto las miradas de aquellos hombres. ¿Acaso ellos también estaban dispuestos a traicionarnos? Cuando Ramiel ocupe el trono tendrá que hacer una nueva guardia partiendo totalmente de cero...será lo mejor para nuestra seguridad.

Sigo a mi hijo hacia los aposentos.

-Creo que es el momento de anunciar la muerte de tu padre.-le digo tras cerrar la puerta.-Estos hombres deben jurarte lealtad a ti.