Partida Rol por web

Dos guardias de la Casa de la Luz y dos hermanos del silencio se acercan al féretro y lo alzan con cuidado, poco a poco, hasta cargarse con él y comenzar a llevarlo hacia las puertas.

Mientras tanto la fila de hermanos comienza a moverse y se posicionan en diferentes frentes, algunos delante y otros detrás de este. Lord Gendry observa todo desde las puertas, acompañado por sus guardias.

Uno de los hermanos, el cual se ha colocado delante de la comitiva, se acerca a Lord Gendry rápidamente e intercambia varias palabras con él. Finalmente ambos se dan la mano y el hermano vuelve a su posición, liderando al grupo para salir de la sala.

¡Que os busquéis diversiones mas sanas! Alejaros de ese animal si no queréis sufrir su misma suerte. -Proclamo autoritario, sin amedrentarme lo mas mínimo ante ese mocoso.

He estado en batallas y he pisado la sangre derramada de hombres cuya mera presencia podría hacer que ese niño se meara encima, no veo motivo alguno para tenerle miedo.

Al escuchar a Sir Gaheris miro alrededor por si alguien está escuchando.

-Un funeral muy emotivo-digo en alto mientras sigo buscando posibles espías-Sir, aun estamos demasiado cerca para hablar libremente, mejor será ir a un lugar seguro.-añado en susurros.

Si todo esto no es lo que nos han contado...puede que quien lo haya hecho esté por aquí cerca y lo mejor es que piensen que creemos lo que nos han contado.-pienso mientras seguimos caminando.

Obedeciendo las indicaciones de Lord Gendry, me dispongo a acompañar el féretro. Me sitúo detrás de la comitiva, justo tras el féretro, en el mismo lugar que había ocupado durante la ceremonia. Pese a que la parte más comprometida ha salido adelante sin sobresaltos no me relajo, y mis ojos recorren todo alerta.

Al pasar junto a Lord Gendry hago una queda inclinación de cabeza. Las cosas van a complicarse a partir de ahora.

 Intrigado por las enigmáticas palabras de lady Lurleen, la sigo en silencio, esperando que pueda hablarnos libremente pronto a todos y responder algunas preguntas que, tenía el presentimiento, fuéramos a formularle...

Tras escuchar las palabras de mis acompañantes, asiento con la cabeza y susurro. - Creo que la Dama tiene razón. Brock me habíais comentado acerca de cierta posada, quizás allí podríamos tener las conversaciones pertinentes y relajarnos.

Espero que el Lanister nos guíe y así quizás podamos entre todos aclarar estos sucesos, por que me resulta muy extraño un brote de peste. Además prefiero que haya sido un asesinato al brote. Causaría menos problemas.

El movimiento de mis "compañeros" me toma por sorpresa. Quedo algo desorientado pero pronto me doy cuenta de que tengo que empezar a moverme. Siguiendo el ritmo de los pasos de los demás hermanos, me dispongo detrás del féretro para comenzar a movernos, de esta forma no pierdo de vista ni el ataúd ni a ninguno de los hermanos silenciosos, particularmente aquellos que se encontraban tan inquietos. De todas formas no quedo al último, me acomodo intentando mezclarme con los demás. Aún estoy muy tenso y con la cabeza llena de dudas. Veremos hasta donde puedo llegar husmeando cerca del supuesto cuerpo.

Sientes como te elevan bruscamente y como empiezan a mover el féretro en el que descansas, dando algunos bandazos en un par de ocasiones y moviéndote demasiado, llegándote a ser difícil permanecer quieta.

Tras varios minutos de marcha finalmente escuchas voces cerca de ti, notas como te empujan con fuerza sobre algún tipo de suelo que tu féretro ralla y como vuelven a dejarte quieta sobre algún tipo de superficie.

La comitiva sigue su camino, recorriendo el largo pasillo en el que se encontraba la sala del funeral y saliendo fuera de la fortaleza.

Los hermanos del silencio y los guardias de la Casa de la Luz llevan el féretro en volandas por algunas de las calles menos transitadas de la ciudad pero los ciudadanos cuchichean asustados y furiosos cuando pasáis.

Finalmente llegáis a una puerta donde os espera un amplio carruaje y varios caballos. Los guardias depositan como pueden el féretro dentro del vehículo, dejándolo totalmente cubierto de los peligros del tiempo. Mientras unos mozos de cuadra os traen varios caballos y se apresuran a por más para dar uno a cada Hermano del Silencio.

Los guardias de la Casa de la Luz se despiden, hablando antes de marcharse con Kyllian.

Lord Gendry me pidió que os dijera que vos debéis acompañar el féretro de nuestra joven fallecida dentro del carruaje y preservar por el buen estado de su cuerpo -te susurra uno de los guardias -además me dijo que vos dirigiríais la expedición siguiendo sus indicaciones.

Le respondo en un susurro intentando no quitar la vista de lo que sucede a mi alrededor.

-Así será; todo está discutido con Lord Gendry. Me encargo yo ahora de la guía y protección del cortejo y de la custodia del cuerpo de la joven señora.

Vuelvo la atención hacia la gente que se prepara en torno al carruaje, los hermanos del silencio que ya comienzan a montar en sus cabalgaduras. No estoy nada tranquilo; aún me queda por identificar a aquel hermano tan curioso. Echo un vistazo dentro del carruaje. 

No quiero perder de vista nada de lo que pase fuera.

El chico parece estar a punto de reir ante tu advertencia pero, antes de que pueda decirte nada, el otro chico le golpea el hombro y señala hacia el cielo, cerca de donde estás.

Los dos niños se retiran con rapidez, escabulléndose por una de las puertas de la plaza.

Detrás de ti sientes como alguien se acerca a paso rápido pero seguro mientras el animal te mira desde el suelo con el hocico cubierto de sangre.

Mi señor, debemos ir a un lugar seguro. Hay fuego en la ciudad -te dice Alastor a tus espaldas, señalando al mismo lugar que los chicos, a una nube de humo que se eleva hacia el cielo.

Ramyel se acuclilla sobre el perro intentando comprobar cual es su estado y tranquilizar al que, al haberse visto tan recientemente golpeado teme pueda atacarla.

Me gustaría saber que ha ocurrido pero no pienso dejar aquí a Logan.-Digo sonriendo, tanto para mis adentros como para Alastor.-Quiero quedármelo, seguro que es mucho mas fiel que esa bestia de mi padre. 

Hablando autoritario le digo al perro.

-Tienes una deuda de sangre conmigo, muchacho, y vivirás para poder pagarla. Pero no temas, no te pondré un nombre tan feo, o quizá si... Tu pórtate bien.-El incendio no me preocupa demasiado. Si, si fuese un poblado, pero en una ciudad de este tamaño considero normal que esta clase de cosas ocurran con cierta frecuencia.

-Coge mis cosas, lo llevaremos al castillo. Luego nos enteraremos de que ha ocurrido.

Es cierto que debemos ir a otro sitio mi amigo –le digo al hombre – sin embargo el sitio que te mencione no es el mejor para la señora que nos acompaña.
Lady Corbray tal vez usted pueda llevarnos a un sitio libre de oídos y ojos  indiscretos , tal parece que en esta ciudad abundan....

Entro en el carromato y me acomodo en el interior. Por mucho que esté al tanto de todo el plan no deja de ser un poco desagradable.

Doy un par de golpes para avisar al conductor.

-Podemos ponernos en marcha -le aviso-. Y si veis que nos sigue un mastín grande no le hagáis nada, es Morten, mi perro -digo sin poder reprimir una sonrisa. Casi parece ridículo preocuparse por esas cosas en un momento así. 

Siempre ha sido leal... Es un bueno perro.