Partida Rol por web

Tras tu partida de Roca Casterly has logrado contratar a unos sesenta mercenarios, divididos en dos grupos. Tu te encuentras con uno de ellos, saqueando las Tierras de la Reina y buscando el lugar en el que, por los rumores que te han llegado, debe andar el archiconocido como "El Tuerto".

Tus chicos han quemado unos campos y matado a un par de granjeros. Tu has entrado en la casa, junto con un par de mercenarios, para ver si había más supervivientes. En ese momento escuchas como los caballos relinchan alejándose de la casa.

Sales afuera y ves a tus hombres charlando con otro grupo de guerreros, unos diez más o menos.

Habéis visto lo que estábamos haciendo ¿no es así? Quemar campos, saquear pequeños poblados y matar a sus habitantes. Un trabajo fácil, bien pagado y muy divertido -te responde el mercenario haciendo caso omiso a tu comentario dirigido a Jaime.

Ves que en el fondo, de una pequeña casa, sale una mujer junto a dos guerreros más.

Antes de partir, mientras Symon vuelve, ves salir de una pequeña casa medio oculta, a una mujer acompañada por dos guerreros.

Allí reunidos debe de haber cerca de cuarenta hombres.

Detrás de ti escuchas el crujir de una rama al partirse. Cuando te giras ves a un hombre con una espada desenvainada mirándote fíjamete.

Tus hombres se levantan ante tu grito de alerta, cogen las armas y esperan las órdenes pertinentes.

¿Que hacemos jefe?

Antes de que podáis hacer nada veis como un hombre entra en la casa con urgencia. No sabéis si os ha visto o ha entrado por otra razón.

Perfecto... lo que me faltaba encima.. pienso para mis adentros y levanto las manos en señal de algo mientras trato de levantarme.

- Estaba intentando descansar un poco, buen hombre - le digo señalando la hierba en la que estaba tumbado y me acerco a mi caballo - Continuaré mi camino, por favor - trato de mediar.

Lo digo en voz baja. No sé quien es ni con quien va, pero esto no da buen rollo y no quiero meterme en problemas.

Cith hizo un gesto con su mano derecha, pidiendo calma a sus compañeros. Si aquél hombre los había visto.. pronto lo descubrirían.. sino... quizás la suerte les había sonreído y no se había percatado de su presencia. Lo que estaba claro es que había alguien en esa casa.. y esperaba que fuesen a los que estaban buscando.

El tuerto sonrió - Bueno siempre es agradable tomar el botín antes de la batalla jejeje Claro por qué no? nos uniremos a la partida, contra quien estamos? - Siempre estaba bien saber contra quien se batallaba más que junto con quien lo hacías. - Tuertos, parece que tenemos un nuevo patrón, pospondremos la búsqueda hasta encontrar nuevas pistas del tuerto, hasta entonces a disfrutar de las buenas batallas del camino.- dice girándose hacia sus hombres.

Veo a los diez guerreros desconocidos. Todos ellos tienen pinta de bandidos o salteadores de caminos. Ninguna heráldica.

Observo atentamente a mi alrededor. Es mejor no dejar testigos de lo que aquí ha acaecido.

Me acerco al grupo.

Muy buenas caballeros -digo desperezandome como un felino que recién se levanta de la siesta -bonita mañana para el pillaje y el saqueo. Miro con descaro al tuerto.Y para los negocios... claro. 

Tú debes de ser... -dejo en el aire un corto silencio por si lo quiere rellenar con su nombre -Mi nombre es Alezade y necesito... de hombres... hombres fuertes como vos -digo insinuante.

Busco un par de hombres en especial. Uno de ellos se hace llamar "el Tuerto" ¿Lo conoces? La información sería bien pagada.

El hombre gira su cabeza hacia la mujer que le habla - Precisamente estaba diciéndome que si hay gente dispuesta a pagar por luchar y saquear, es mi mejor patrón. Nosotros mismos estábamos en busca del Tuerto como le decía a su hombre. - Añado asumiendo que era la líder del grupo .- Le perdimos su rastro hacia aquí y ahora no tenemos sitio al que ir. Mi nombre es Steth, tuerto en honor al tuerto y líder del grupo de los tuertos.- Dice señalando al resto de su grupo todos ellos tuertos.

- Decidme preciosa Alezade, contra quien estaríamos haciendo pillaje y a quien servis? Nosotros estamos sin patrón y las lanzas necesitan un objetivo. - Mientras agarra su lanza intentando marcar los músculos para impresionarla.

Sonrío ante las palabras de Steth. Habría que seguir buscando al tuerto...

Pues ya tenéis patrón, vos y vuestros tuertos. Luego de decirme preciosa me lanza una serie de preguntas 

¿Contra quién? -digo abarcando las tierras al rededor. ¿No es Obvio? Contra todos esos señores que nos ningunea. Que nos miran por encima del hombro. Que se creen más que nosotros. El pueblo.

Acabaremos con los campos que alimentan sus ejércitos. Sin estos... no habrá más guerras en Poniente.

Empezaremos por las tierras de la Reina. Es por ella que acabé mendigando. Y es justo que la capital sufra la primera.

Le miro al ojo sano directamente. 

Habrá oro para ti y los tuyos. ¿Hay trato?

Harland adoptó una postura relajada y aguardó a que Seodoc o cualquiera de sus compañeros decidiera actuar. Algo sabía: los de Sairus no le dejarían con vida una vez más si le cogían, de modo que debía andarse con cuidado y planear sabiamente sus próximos pasos.

Decidió, así pues, pasar a un perfil bajo y discreto a la espera de acontecimientos.

-Manteneros listos para actuar.

Mientras sus hombres terminaban de incorporarse y preparar sus armas , Erik salió fuera de la choza.

-Vamos venir aquí , después de todo lo que a pasado , espero que no os asuste un jinete en mitad de la noche.

Erik desenfundo su espada y se coloco un paso por delante del resto de los mercenarios.

``vamos a qué esperas .. ven hacia nosotros.´´

Con la espada en la mano, envió una mirada fulminante a todos sus hombres con la intención de que el cansancio o el miedo se desvanecieran

Cuando sales de la cabaña ves con claridad a cuatro caballos con figuras montadas sobre ellos, a varios metros de vosotros, tratando de ocultarse pero sin mucho éxito ante tu suspicaz mirada.

Seis o siete hombres salen de la cabaña y, tras desenfundar sus armas, esperan pacientemente mirando a todos lados o hacia vuestra posición. Uno de ellos en particular parece haberse percatado de vuestra presencia.

El hombre mira al lugar que señalas pero no parece ceder -No solemos dejar a supervivientes con vida, no nos gustan los testigos. Ahora bien, tu no pareces un granjero ¿quién eres? ¿quién te envía? Habla