Partida Rol por web

Mi señor, Lord Robert, yace muerto en un carro, esperando para ser enterrado. Lady Water ha ido con un grupo de hombres a investigar Harrenhal, pues esta se encuentra habitada por unos hombres extraños. Mi nombre es Lord Darius y, si no me equivoco, vos sois Lord Rocken ¿no es cierto?-responde el líder del grupo.

¿Muerto? Maldición ¿habéis recibido ataques? ¿y que hace Lady Water en zona enemiga?-pregunta toscamente Lord Tudbury -estos son dos amigos de la dama, el maestre Atreides y el Maestre Tyrell.

Inclino la cabeza ligeramente cuando le presentaron, pero se mantuvo por el momento en un segundo plano. Estando el caballero y el maestre era lo mejor. Intervendría solo en caso de extrema necesidad. Hasta entonces lo mejor era escuchar y callar. 

No mi señor, Lord Robert simplemente enfermó y murió. No se si lo envenenaron o fue culpa de ese dios de la luz-continúa el hombre escupiendo al suelo tras hablar, como muestra de odio hacia el Señor de la Luz -Lady Water es una mujer excepcional pero algo impulsiva. Está con uno de los mejores soldados de la Casa de la Luz...o como nos llamemos ahora los supervivientes que juramos servir a Lord Gendry y sus hijos.¿Son esta vuestra gente? Debe de haber al menos dos mil, será mejor que paséis y acampéis, seguro que están cansados y tienen hambre.

Lord Rocken asiente ante todas las palabras del hombre -Está bien, manda a varios de tus hombres para que organicen el campamento junto a los míos. Hablaré con Lady Water cuando salga de aquí y veré si es una digna aliada. Si no me temo que deberé partir con mi gente a otra parte.

La reunión se disuelve y se empieza a montar el nuevo campamento. Tu y el maestro Tyrell permanecéis en una gran tienda, en la de Lord Rocken, donde esperáis pacientemente. Mientras este organiza a sus hombres.

La cosa pinta interesante, ¿no crees?-te pregunta el maestre.

Eso depende- responde- habrá que analizar que probabilidades tiene Lady Water de atraerse a mas casas a su bando- mira de reojo a Rocken tras decir esto. A pesar de que la mayoría de su "ejército" eran no combatientes, esto podía ser una pequeña prueba para la mujer. Si se atraía el caballero, quizás fuera un punto a su favor. Y quien sabe, quizás su resistencia al nuevo rey pudiera ser importante- claro que están los dragones- añadió. Y eso daba mucho ventaja al dorniense.

Pero todo se andaría. Primero tendría que aparecer Lady Water. No podía negar que tenía ganas de ver a la muchacha. 

Ser Huss os acompaña hasta una gran tienda de colores oscuros, lúgubres.

En su interior os esperan dos hombres, uno de ellos es un joven y el otro ya está entrado en años.

Sylven Water los conoce bien, son el Maestro Tyrell y Lucyen Atreides.

La tienda se abre y entra Lady Sylven acompañada por tres hombres. Uno de ellos es, sin duda alguna, un guerrero. Otro es un hombre de unos treinta años de pelo negro. Por último le acompaña también otro joven, que parece estar fuera de lugar.

Había entrado en la tienda reticente y alerta, pero tan pronto descubro a nuestros anfitriones me relajo hasta el punto de dejar asomar una sonrisa.

-Maestre -saludo alegre al anciano-, no creíais que volveríamos a encontrarnos pero aquí estamos -le estrecho la mano antes de mirar al aprendiz, aunque a decir verdad no sé si lo sigue siendo-. Lucyen, es un alivio veros con vida. Por cómo han discurrido las cosas temí que Ser Quentyn hubiera acabado con vos y los demás emisarios. ¿En verdad Lord Arryn ha muerto? Tenéis que contarme todo cuanto sucedió.

Me giro entonces hacia los hombres que me acompañan.

-Estos son ser Huss y Stannis Seaworth, leales soldados Baratheon, y Drake Blacktyde, vasallo de Asha Greyjoy pero aliado de mi Casa. Y Jano, mi improvisado maestre. Que no os confunda su aspecto, apuesto a que sabe más que muchos eruditos.

Lo mismo digo- responde a sus palabras con tranquilidad, alegrándose que hubiera sabido con vida de Desemarco- sir Quentyn me trató bien, al igual que sus hombres. Me dejaron marchar cuando cumplí con mi cometido.

En cuanto a Lord Arryn...- se encoge de hombros- le secuestraron, pero yo no he visto su cadáver en ningún momento. Pero decidme Lady Water, ¿cual es vuestra situación en estos momentos?

El muchacho, de revuelto oscuro y ademanes algo desgarbado, observaba atento la escena con su mirada aguda.

Vaya, qué sorpresa. De un momento a otro hemos pasado del temor a un ataque y un ejército al reencuentro de conocidos... Ya no sé qué es el destino, una continua hebra de hilo o una saca llena de tabas que sacudidas sin orden ni concierto.

Me siento un tanto nervioso ante el reencuentro de la señora con estos dos hombres de aspecto tan sereno y sabio. Sin duda parecen gente de artes y letras. Siento que se me acelera el pulso cuando me presenta la señora. Quién me iba a decir que me hallaría en estas circunstancias hace unos días en la aldea...

-Es un honor conoceros, mi nombre es Jano; pastor de ocupación y charlatán de vocación .me presento inclinando respetuosamente la cabeza pero permitiéndome una sonrisa 

Mientras saludo, mientras atiendo en silencio a la escena y el intercambio de palabras, obligo a mis ojos a recorrer a los dos hombres, observando cada detalle de su vestimenta, cómo se mueven, el filo de su mirada... Todos esos pequeños detalles que no se dicen por la boca pero que mucha veces son más sinceros que las mismas palabras para conocer a una personas.

Ni soy buen guerrero ni avezado cortesano. Mi única forma de salir adelante en este mundo de grandes señores es tener en mi cabeza más información que los demás...

Un placer, Jano- contestó Lucyen al saludo del joven pastor- el reencuentro de una vieja conocida me ha hecho perder mi educación- añade- soy Lucyen Atreides, aprendiz de maestre... aunque dadas las circunstancias en la que nos encontramos, a saber cuando podré convertirme en un verdadero maestre. 

Saludo con un gesto a los recién llegados.  Lo que la mayoría ve como buenas noticias a mí me parecen más bocas que alimentar. Si nos hubiese estado esperando algún tipo de general estaría bastante más tranquilo.

- Llegan en un momento algo particular de la oscura Harrenhal... De casualidad vendrán en su grupo algunos soldados además de campesinos famélicos y hombres de letras?

Un placer volver a veros, mi señora. Le he traído esa loción que tanto os gustó, creo que es un buen regalo de resurrección-responde sonriendo el maestre-joven, es todo un placer. Tienes un rostro que me resulta familiar ¿quienes son vuestros padres?

¿Campesinos famélicos y hombres de letras? Son mi familia y cualquiera de ellos tiene más coraje que tu, seas quien seas-dice una voz desde vuestras espaldas, desde la entrada de la tienda. Veis a un hombre maduro de rostro serio y rostro poco amistoso, aunque de nobles facciones -pero si, entre los más de dos mil hombres que he traído se encuentran al menos mil hombres cualificados para la guerra, trescientos de ellos soldados y caballeros de gran experiencia y habilidad. ¿Quien sois vos, por cierto, y con que derecho os creéis para juzgar a mis siervos y amigos? Vos debéis ser la hermana de Lord Robert, siento vuestra pérdida-concluye el hombre mirando a Lady Sylven.

Stannis ha llevado su mano al arma pero en el rostro de Ser Huss se ve una señal de reconocimiento.

Desde luego, las palabras de Drake eran bastante inoportunas dadas las circunstancias, y Rocken Tudbury no iba a contener su lengua, eso estaba claro. 

Antes de que empecemos a matarnos entre nosotros, me gustaría recordaros que al parecer tenéis un enemigo común al que hacer frente. Lo comento por si a alguno de los presentes se le ha olvidado. 

Esbozo una pequeña sonrisa al ver entrar al hombre que esperaba.

- Soy Lord Blacktyde, mi ánimo no fue de ofender a su gente aunque su orgullo debería dejarlo reconocer que están bastante deteriorados y cargando sus pertenencias por los caminos. En tales condiciones de poco les servirá tan alto coraje como sin dudas deben tener todos ellos. Como bien señala el joven Lucyen es el enemigo común lo que más me preocupa y sólo pretendía conocer con qué recursos contamos para enfrentarlo.