Kiara llegó pasadas varias horas, se le ve preocupada y deprimida pero es comprensible dada la situación.
- Ya todos hablan de la muerte de un comerciante a manos de un mago. No he escuchado el nombre de mi padre pero seguro se sabrá para mañana, no se si fue Kalid o quizás alguno de los que estaban haciendo el trato. - Kiara mira sin modificar el gesto triste a Lobo - tus compañeros.
La muchacha se derrumba sobre un sillón.
- De seguro el loco Hizord lo averiguará y vendrá a preguntar.
Seguí allí como una figura, imperturbable mi rostro , y aunque la muchacha parecía decirme algo, seguí en mi misma postura y mi mirada hacia el frente. Lo que dijese ésta muchacha ya no era de mi incumbencia los hombres habíamos hablado y llegado a un acuerdo. Mi estancia en ésta casa no era para saciar las preguntas de la joven ni para consolarla, sólo esperaba la venida del consejero para que nos diese la pista y ayuda que necesitábamos. No obstante mi compañero seguro que podría consolarla así que salí de la casa y me quedé afuera en la puerta como perro guardián .
- Kiara ... - dijo Kevril acercándose a ella - No has de preocuparte. Encontraremos al culpable. No se sabrá nada de contrabandos ni de tratos extraños. Podrá saberse que tu padre ha muerto, pero por suerte, siempre tuvo buenos contactos. ¿Sabes quién es el Consejero Quin?
- Sí, claro. Todo el mundo sabe quién es el consejero aunque no todos le conocen en persona. Solía comerciar con mi padre, sobre todo en el pasado. Es dueño de la mayor forja de la ciudad y de varias minas, además de otros negocios. Mi padre le apreciaba bastante, cuando los clientes nos empezaron a abandonar él continuó trabajando con mi padre. Le compraba cuero, lana y otros productos para sus forjas. Era el dueño de todo un pueblo de armeros no muy lejos de aquí, pero los orcos lo arrasaron y ya no pudo comprar las cantidades que compraba. Igualmente mantuvo negocios con mi padre hasta el final. Supongo que vino a hablar no? Kalid dijo que iba a ir a buscarlo.
- Me ha dicho que no va a abandonarte. Asi que no hay que preocuparse, nos ha pedido que busquemos al mago que mató a tu padre para ajusticiarle. Iremos tras ellos. Haremos justicia, Kiara. Y todo saldrá bien. Espero poder sacar algo de este extraño trabajo, y asi podremos empezar una nueva vida. Si sigues queriendo, claro.
Kiara esboza una sonrisa trista, al parecer no creía que fuera posible cumplir la promesa de Kevril. Casarse sin tener un negocio del cual vivir le resulta imposible y para empeorarlo todo siempre cabía la posibilidad de que al no poder pagar las deudas terminara en prisión. Al menos no terminaría como esclava ya que el imperio desde hace ya 150 años que prohíbe el esclavismo, pero sí que podría terminar siendo azotada y arrojada a algún calabozo. En Olkau un gnomo o un enano podrían tener mejor suerte pero siendo humana a lo mejor que podía aspirar un moroso era a un látigo amable y comida sin gusanos en una celda con algo de luz.
- Les traeré algo de comer, se está haciendo tarde. Pueden dormir en casa, Kevril puedes usar la habitación de mi padre y tú - dice a Lobo - puedes quedarte en el sofá, es bastante cómodo.
Dicho esto la muchacha desaparece para preparar la cena. Una hora más tarde vuelve para armar la mesa y servir la comida.
Mientras esperaban un gnomo golpeó a la puerta. Traía noticias de Gimbar, al parecer no se había visto salir a Gallion o al menos a nadie con sus características ni había salido ninguna carreta.
Díganme si piensan hacer algo esta noche.
Gracias dije ante el ofrecimiento de la mujer, Kevrill si Gallion no ha salido de la ciudad puede que éste en la posada , ¿qué te parece si vamos haya y preguntamos?
- Yo no sé dónde se reunió con vosotros, pero si crees que puede estar alli, podria ser un buen sitio donde empezar a buscar. - Kevril ayudaba en lo que podía a Kiara, con la mesa y la comida, no obstante, no pudo rechazar la oferta de lobo y se encaminó hacia la puerta una vez hubieron preparado sus cosas.
- Vendremos en un rato, solo vamos a ver si aun sigue alli.
Paseamos por la ciudad haciendo la travesía de la puerta del almacén donde tuvimos el encuentro hasta donde dejé mis pertenencias , preguntando a aquellos que vimos como vagabundos , los que tenían algún puesto fijo por las calles, posadas ...
Motivo: Reunir información
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 12 (Exito)
Lo que resta del día pasa mientras buscan algún rastro de Gallion y sus hombres, las carretas aún están allí junto con los caballos por lo que pueden suponer que siguen en la ciudad tal como les informó Gimbar. El condestable les asegura que no han pasado por allí pero que tan solo pagaron el día y la noche así que los espera en la mañana.
Al llegar la noche ven cómo los primeros niveles de la ciudad son iluminados por lámparas de aceite mientras que la zona media y alta cae en la oscuridad. No logran encontrar a Gallion recorriendo la zona más rica y la noche les impide recorrer con facilidad las zonas más oscuras.
Al volver a casa de Kiara notan que mantiene el lugar iluminado y cálido. Lobo no tiene un sitio dónde dormir aún y la hija del finado mercader pide a Kevril que no la deje sola esta noche, no se encuentra bien y prefiere no quedarse sola durante esta primera noche sin su padre. Por lo tanto deciden dormir allí y esperar a que la luz del día traiga mejor suerte.
No es tan fácil. El cofre con el dinero es relativamente pequeño y Gallion conoce la ciudad, además la ciudad es grande. El cofre contiene unas 600 monedas de platino, que pesan lo suyo (unos 6kg) pero no ocupan tanto espacio.
Avanzo el asunto y los cambio de escena.