Partida Rol por web

Escuchas a la perfección la conversación. La voz del pirata es dulce y melodiosa. La voz grave de Ragalth hubiese supuesto mayor problema, pero estás acostumbrada a escucharle. Oyes como el pirata se interesa por un barco. Busca algún barco pirata en el que enrolarse, parece estar embaucando al camarero para que suelte prensa y este parece estar entrando al trapo. Ragalth le ha comentado lo peligrosa que están las calles, que el negocio se ha ido a pique debido a un barco pirata que está imponiendo su ley con mano dura... Sin embargo hay un barco que se dedica al contrabando que está cerca de la posada. El pirata se interesa por tus deudas y por los ataques de ese barco que se impone a los demás...

Ragalth sirve el ron despacito. Arquea la ceja Hmm... ¿está de broma? JA! Debe ser el ron... yo le debería preguntar a usted... ¿Acaso no fue su barco el que se hundió a manos de otro barco? Usted debió verlos mejor que yo... Te da la sensación de que Ragalth poco sabe El barco de contrabando... dice contestándote tu segunda pregunta... Les he visto un par de veces por aquí. Bueno, hago negocios con ellos... La cosa está muy mal, ¿sabe? Y bueno no creo que a ningún pirata le guste que vayan husmeando en su almacén de contrabando. Entiéndame... que igual le reciban con los brazos abierto. JAAAAJAJAAJjajajajaa! se ríe el tabernero.

Aquella conversación agitó su corazón. La realidad de los saqueos era parte de su vida cotidiana. Pero si había alguien capaz de contrabandeas en tiempos tan convulsos, lo aplaudiría por su valentía. Pero primero ver para creer.

Realmente lo que le interesaba era por qué aquel pirata preguntaba sobre su deuda. Se atrevió a aventurar que quería comprar su deuda. Y a pesar que el dicho reza: "Mejor malo conocido que bueno por conocer" no creía que algo podría ser peor trabajar para la rata de Ralgath.

¿Pero como puedo ayudar a que la conversación me sea favorable?- Se preguntaba. Realmente era difícil sin tener más conocimientos.

Ya había pasado mucho tiempo desde que Drake no había vuelto a surcar los mares. Su anterior barco la "Vespertina" había encallado tras un brutal combate contra otro barco corsario, poco sabía de aquellos piratas que atacaron. Todo parecía un caos y una locura. Una explosión hizo que el barco casi se partiera en dos. Muchos piratas cayeron por la borda perdiendo sus miserables vidas. ¿Qué importaba a Drake? No conoció a ninguno pues no tuvo tiempo. El segundo fogonazo hizo que terminase de dividirse en dos. Media tripulación ya estaba en el fondo del mar. Drake aguanto como pudo en la proa del barco, encaramado al bauprés del barco, desafiante. No debió ser tan temerario pues un cañonazo le transportó lejos del barco. Estrellándose con unas rocas. 

Al día siguiente amaneces en una cama. Te encuentras lleno de vendas. Brazos, torso, cabeza. No te duele nada de tu cuerpo, ves una habitación humilde, todo en la misma habitación. No llevas nada de ropa y no ves a simple vista tus armas. Hay una cama al lado una cocina y pegado el salón, sin nada que los separe. Hay un pequeño bidé en el que intuyes harán sus necesidades. Un rico sabor a comida despierta tu atención. Parece conejo aliñado. No hay nadie en la habitación. Hay un par de estanterías y un arcón a los pies de la cama.

-A lo mejor.... brindo por ello.-Digo alzando mi vaso y bebiendo un sorbo.-Otra opcion es que la proxima vez que negocies con ellos me presentes para que pueda charlar con ellos.

Sabéis que ando en inferioridad para enfrentarme a una pelea con un orco , mi mitad humana es débil así que dejad que pueda compensar el desequilibrio saqué mi escudo a modo de defensa ahora podré decir si me ganas que la pelea fue justa . Me preparo para darle una paliza...

RoGhar esquiva con facilidad el primer ataque. JAAA! Lleva escudo Bebé humano! RoGhar parece que no esperaba que Krusk fuese tan rápido y al quedarse tanto tiempo sin saber que hacer dio oportunidad a un nuevo ataque. Después ya pudo reaccionar y lanzó un tímido puñetazo que no pasó ni siquiera cerca.

Le meto un buen puñetazo <<se lo pensaría dos veces la próxima vez que se quisiera reír de mí, ese mono de feria iba a morder el suelo si mi suerte no fallaba>>...

RoGhar recibe un buen puñetazo en la mandíbula que le despierta AAAAAJ! se limpia la sangre y devuelve el golpe. Dándote en el pecho. No te duele mucho, pero RoGhar te mira desafiante para la siguiente tanda de puñetazos. Bebé humano eso no ha sido nada! 

Al recibir el gran golpe entro en un arrebato de furia mi cara adquiere un cierto color rojizo mientras que mis ojos representan la locura del combate, mis músculos se inflaman y el dolor parece desconectar de mi cuerpo.

-El bebé humano se ha enfadado!!! NIaaa Jajajaajaa! grita el horrendo RoGhar. Tus ojos se inyectan en sangre y sientes como la cabeza te arde. Los bíceps bombean más sangre, un vapor de sudor impregna tu cuerpo, lanzas un poderoso gancho que si no llega a ser por la rapidez del orco le hubiese causado un buen golpe. Al agacharse aprovecha para darte un buen golpe en el costado que hace que Krusk se incline y se quede sin aire. RoGhar inclina el brazo izquierdo para coger impulso con el izquierdo y darte un golpe en la mandíbula que te lanza al suelo.
-Ves! No había nada que temer... Bebé humanoooooo!!! Dice Roghar
-¿Y ahora qué? escuchas a DurKhar
-Ahora ir... contesta Roghar
Y pocos segundos después te quedas inconsciente...

Ves entrar a un hombre alto vestido con ropas de cuero y una espada atada a la espalda, apenas sabes su nombre, Berald y que lleva unas semanas por la zona pese a que no has llegado a averiguar a que se dedica.

Siempre que lo has visto en la taberna se sienta en la misma zona, no habla con nadie, no intenta hacer amigos, no se emborracha, llega, pide, come y se larga.

Hoy no parece que vaya a hacer algo diferente sin embargo Ragalth interrumpe de inmediato su conversación y con cara de pocos amigos empieza a gritar.

¡Leira atiende la mesa!

Apenas cruce el umbral de la puerta los olores de la taberna me asaltaron fantástico como si no me doliera ya bastante la cabeza el día había sido duro, con los brazos doloridos y las sienes golpeándome con fuerza, afortunadamente mi mesa favorita estaba libre, separada lo máximo posible del bullicio general y de los borrachos. Me acomodo en el asiento dejando a mano la bastarda, nunca se sabe cuando puede hacerte falta.

El tabernero me mira con cara de pocos amigos, parece que he interrumpido algo, el grito que pega a la camarera me lo confirma resonando en mis oídos con contundencia.

Si al menos hoy la comida es decente el día no será un completo desastre.

Ulmo había abandonado a su padre el borracho, sentía pena por su madre ¿Quién sabía lo que ese imbécil podría hacerle? Eso ya era pasado y desde entonces ya había llovido mucho, quizás demasiado. El pequeño mediano no supuso lo duro que sería subsistir sólo en las calles. La vida en NewPort era dura, nadie quería ayudar a un mediano, nadie lo quería cerca. Ni Ragalth el tabernero lo quería de chicos de los recados...

La llegada de un barco pirata propició una oportunidad de cambio de vida al pequeño mediano que fue a alistarse con ellos de inmediato. Tras la negativa de enrolarse de uno de los piratas ¿Porqué ibamos a querer un niño abordo? Eres inútil! Vuelve con tu madre. jua jua jua! Lo que provocó el enfado del mediano quien juró vengarse. El pequeño sabía que estos piratas tenían un almacén con provisiones no muy cerca de NewPort... ¿Qué tendrían en ese almacén?

 Llevaba un día nefasto, una de mis botas tenía un gran roto en la punta e iba a tener que coserlo si no quería quedarme sin pie a causa del frío y la humedad, un carromato había estado a punto de atropellarme y al apartarme salí empapado, ya que la rueda había pasado por encima de un charco, y para colmo ese maloliente saco de grasa que se hacía llamar pirata me había negado entrar en el barco.

 -¿Con que un niño, eh? Vamos a ver si mi venganza te parece un juego -me digo a mí mismo a medida que me acerco al lugar en el que se encuentran la mayoría de almacenes. Llevo bastante en la ciudad así que no debería suponer un gran problema encontrarlo.

El almacén prometido parece imposible de encontrarlo. Ya casi te dabas por vencido cuando en la costa ves una barca con un farolillo se ve a lo lejos de la zona portuaria. Sale de una especie de cueva de su interior aunque oscuro, está más claro que lo que debería, pero todo está demasiado lejos. Para llegar tendrías que dar un rodeo por zonas de matorrales bastante grandes, zonas que cubren casi por completo al pequeño Ulmo, pero claro también podrías ir nadando...

-Buen ron, jefe.-Digo tomando otro sorbo.-¿La comida es igual de buena hoy? 

Acto seguido empiezo a susurrar.-Y ya que parece que nos han interrumpido dime, ¿Como es que tienes una cocinera tan llamativa? ¿Te vendió el alma o algo así?

Cuando por fin recobras el conocimiento te encuentras en un pozo. Está todo oscuro, lleno de heces y huesos rotos, las paredes lisas apenas tienen asideros donde poder cogerse y la humedad las hace resbaladizas, en el suelo puedes ver algunos charcos de diversos tamaños aunque sin poder distinguir los colores no sabes de que son. Intentas echar mano a algo de tu equipo y excepto la ropa, todo lo demás no lo tienes. Al rato ves como algo de luz entra por un agujero en el techo al fondo de la habitación, hay unas escaleras para subir por ahí. Ahora puedes distinguir que los charcos son de sangre. -¡Bebeeee! ¿Bebe humano? Es la voz de RoGhar ¿El bebé ya despertó de la siesta o me hará bajar?! RoGhar parece nervioso y cabreado.

Primero que me quede en la cocina. Luego que atienda la mesa. ¿Se decidirá de una vez?

Iba protestando mentalmente, pero en realidad estaba interesada de lo que acontecía en aquella mesa. De repente la taberna iba llenándose de personas. Con un puñado de propinas podría impulsar el pago de su deuda.

De camino a la mesa escuchó el comentario del amigo de Ralgath. Su rostro se iluminó por el cumplido que le dirigiera aunque indirectamente. Se dirigió a donde se había sentado solitario el tal Berald. Había captado su nombre a alguna ocasión no podía evitar preguntarse porque no lo había olvidado.

-¿ El señor desea algo de comer? Hoy puede escoger entre estofado de rábanos, anguila asada con legumbres o una pasta de harina con avena salchichas. - La joven trató de sonreír lo más naturalmente posible para que aquellos platos parecieran más agradables de lo que sonaban. ¿Pero que se iba a hacer? No podía hacer magia con los pésimos ingredientes que guardaba Ralgath en el almacén.