Subí sin pronunciar palabra , la vida de un semiorco podía ser muy mala , vilipendiado por los humanos e infravalorado por los orcos. Ese RoGhar había demostrado ser un buen rival, el jodido sabía manejar los dos puños igual de bien y además era ágil, así que sin más que poder hacer que obedecer... "Subí al exterior", mi aspecto era asqueroso con heces impregnadas en la ropa me sentía peor que una bestia...
OH! El bebé sube...bravo bebé! dice con una sonrisa rota. Mira me quedé tu espada. dice con la espada bastarda apoyada en el hombro... vamos, ven... ¡El jefe quiere verte! dice con un tono de voz un poco sombrío.
"Asentí" , podía utilizar alguna estratagema pero ahora no era el momento, ¡el jefe quería verme! así que estaba en el poblado. No fue un buen recibimiento pero estando entre orcos se podía entender como una bienvenida sino estaría como esos huesos que vi en el pozo...
Andaba patizambo intentando resaltar más mi lado orco que humano, ésto solía gustar bastante a los orcos saber que sentía aversión por mi mitad humana, ya que éstos veían con enemistad a la prole humana, que en numerosas ocasiones los habían tratado como esclavos. La inteligencia en los orcos era su debilidad pero si dejaba que mi lado humano sobresaliese entonces estaría muerto...
La chica se acerca, hasta el momento nunca me había fijado realmente en ella, es alta, hermosa sin duda, es bastante extraño que una mujer atienda una posada como esta y nada indica que sea la mujer del posadero o su hija.
Cuando me menciona los platos hago una mueca, pero tengo que comer y esta claro que la chica intenta vender la cocina como puede ¿acaso le pegará el posadero si no lo hace? le devuelvo la sonrisa un instante anguilas por favor y llámame Berald con cerveza bien fría habitualmente tengo por costumbre pagar nada mas realizar el pedido pero después de lo de esta tarde quiero tener una excusa para permanecer mas tiempo en la taberna.
me lo servirás tú ¿verdad? a lo mejor un poco de conversación con alguien que no hieda a borracho puede quitarme el dolor de cabeza de encima
Enseguida se lo traigo. Disculpe pero no puedo conversar ahora. Mi jefe no me lo permite. -La pregunta del hombre era una invitación a hablar, pero lamentablemente la chica no tendría demasiado tiempo antes de que comenzaran a gritarle otra vez.
Tras tomar el encargo te diriges a toda prisa a la cocina, mientras vuelves ves a Ragalth que no te ha quitado ojo ni un momento, incluso ha dejado de hablar mientras tomabas nota, un deje de incomodidad te recorre mientras te sigue con la mirada en silencio.
Durante todo el tiempo que la chica esta atendiendo al recién llegado, Ragalth centra totalmente su atención en ambos, la conversación es corta, la chica toma nota y vuelve hacia la cocina con los ojos del tabernero fijos en ella, no es el único que la sigue con la mirada, Berald no le quita ojo desde la mesa
Sin hacer ni decir nada, miro la escena a la espera de que alguien me responda.
"Veremos quien ríe el último, gordo". El agua está tranquila y la noche me protege, así que me sumerjo en el agua manteniéndome alerta ante cualquier posible contratiempo. Al principio buceo un poco pero más tarde me voy acercando a nado, tratando de no llamar la atención.
El agua estaba demasiado fría para mi gusto y el ir con la ropa me estaba haciendo más pesado el viaje, pero una sonrisa se me dibuja en la cara cada vez que imagino cómo puedo responder a la pequeña afrenta de los piratas.
En teoría el mensaje se debía haber mandado junto a la tirada de nadar, ha debido de ser un error por mi parte.
La chica regresó a la cocina a preparar las anguilas asadas para Berald. No pudo evitar sentir la mirada fija de Ralgath. Mantuvo sus impulsos destructivo controlados, debido a la deuda que la mantenía atrapada en aquel cuchitril. Sin embargo, en el fondo tenía ganas de que aquel cruzara la línea de lo correcto, para poder aplicarle todo el peso de su venganza.
En lo que aquellos pensamientos iban y venían la comida estaba lista. Tomó una jarra de cerveza lo más fría posible y regresó a la mesa del caballero.
Aquí tiene, señor. ¿Necesita algo más? - Estaba consciente que la mirada de su patrón permanecía clavada en ella, pero mantuvo su autocontrol.
Por algún extraño motivo los mensajes se mandan por defecto para todos, por favor, pulsar el botón "solo para el director" para asegurarse de que eso no pasa, gracias
Ragalth parece calmarse y volver a la realidad cuando haces mención a comprar el alma, escupe al suelo para alejar los malos espíritus antes de responderte nada de eso, tiene una deuda, la paga trabajando un poco molesto como si alguien lo hubiera ofendido la he tratado como a una hija, ni la he tocado, pague una gran deuda a alguien que se la habría cobrado de modos menos honestos no era necesario que el tabernero especificara a que tipo de gente se refería, los burdeles estaban llenos de mujeres que tenían que pagar una deuda o salvar su vida si no complacían a los clientes.
Ragalth continuó explicando las bondades de su trato a la muchacha, escuchandolo parecía un annegado monje de Mielkiki
La muchacha no tardó mucho en volver a salir de la cocina con un humeante plato de anguilas no sin antes detenerse a llenar una jarra de cerveza para acto seguido ir a la mesa de Berald
-¿Entonces debo entender que no me presentarás a esos honrados marineros cuando hagas negocios con ellos?-Digo en un susurro mientras finjo beber otro trago de ron.
-Entiendo.-Digo en voz alta para disimular.
Despejandose del dolor de cabeza se dió cuenta de como el tabernero muestra un exceso de celo por la muchacha, se perdió largo rato en sus propios pensamientos mientras el pirata y el tabernero conversaban, al parecer de algo que no querían que los demás se enterasen.
Lo saco de su ensimimistamiento la voz de la muchacha al dejar el plato en la mesa, sacudió la cabeza mientras sacaba unas monedas de su bolsa depositandolas en la mano de la muchacha ¿tú nombre tal vez?, es mejor que llamarte muchacha o camarera sonrió, cosa que no hacía muy a menudo en dichas situaciones pero que no le cabía duda que era una sonrisa que gustaba
Le doy 3mo y lo que valga la comida
[DM] generoso
Mientras limpia un poco la barra empieza a mencionar en tono bastante alto y casual las bondades de la comida de esa noche para a continuación en un susurro que apenas llegas a escuchar En el risco del rabo verde cuando el sol este en su cenit, ni antes ni después si aprecias tu vida, una vez allí, sin preguntas sigue a quien se presente, cuando se presente ¡Leira saca un plato de cena, Nox tiene hambre! ya veras como hoy la cena es esquisita.
Reconoces el lugar mencionado como una zona bien alejada de la ciudad, un lugar ideal para esconderse y al mismo tiempo para vigilar, aparte, un lugar peligroso, mucha gente ha caído accidentalmente perdiendo la vida, ahora te preguntas cuantas de dichas caídas fueron realmente accidentales.
La muchacha se acerco al tabernero con la furia bullendo en sus ojos.Tomó el pago de la comida y lo arrojó a los pies de Ralgath.
- ¿Pues tiene hambre el señor? - respondió en tono irónico. - Pues que tal si mueves tu estúpido e inútil trasero y le traes la comida tu mismo.
Berald paga su cena como es costumbre apenas es servido solo que esta vez deja una mas que generosa propina con ella 3mo, con eso podría cenar todo el mes sin problemas, aún no te ha dado tiempo a responder cuando oyes la conocida voz de Ragalth ¡Leira saca un plato de cena, Nox tiene hambre!
Es una perdida de tiempo bebe no dará diversión, bebe humano, seguro que bebe se pone a llorar caminas detrás de RoGhar, conforme ascendéis un murmullo creciente llega a tus oídos pese a que no eres capaz de discernir su origen.
RoGhar te lleva por unos pasillos mugrientos y largos con celdas, de ellas te llega el inconfundible olor a pochedumbre, sangre y enfermedad, en las celdas debe haber gente con heridas, muchas de ellas infectadas, a pesar de que las ventanillas de las puertas estaban abiertas no puedes ver a ninguno de sus ocupantes sin asomarte.
La cueva estaba mucho mas lejos de lo que esperabas, ya a mitad de camino el frío y el oleaje hacían cada brazada un suplicio, sin embargo decidido como estabas a llegar nadando, mas por pura fuerza de voluntad que por los músculos alcanzas los riscos cercanos a la cueva, ciertamente un lugar estupendo para esconder algo, la mayor parte del día la marea alta cubre al completo la pequeña cueva que ahora se halla ante ti, por la noche, con la marea baja debía ser una cueva mucho mas grande, la marea aún descendería varios metros.
Desde el interior de la cueva apenas audible a pesar de estar bien cerca de la entrada escuchas voces aunque no eres capaz de discernir lo que dicen.
De todos modos no te queda otra que entrar en la cueva ya que no puedes ver nada donde asirte y descansar o nadar a otra zona del risco donde puedas descansar y esperar a que la marea baje.
(tu te acercas desde la parte derecha, a esa hora apenas la parte superior de la cueva es visible, aproximadamente el agua esta a la altura de la montaña que se ve en el horizonte)
Tirada oculta
Motivo: oleaje
Tirada: 1d20
Dificultad: 19+
Resultado: 14(+5)=19 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Largaria cueva
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+5)=21
Si entras a la cueva nadando dif 17 si buscas una zona donde descansar Avistar 15
Eh vamos RoGhar dije lo más firme que pude aunque tenía que hacer un esfuerzo para que la voz no me temblara, - estos jodidos orcos me llevaban a una arena de lucha-, para que quieres una espada como esa si no sabes utilizarla dámela y yo te enseñaré como se maneja, y de paso daré un buen espectáculo después volverá a tus manos y te enseñaré como utilizarla , ¿qué me dices? ¿hacemos trato?.
No hacía falta mirar en las celdas , esos infelices eran los derrotados en la lucha o iban a serlo, para qué ver su rostro...