Partida Rol por web

El caballero trataba de ser amable con ella, pero la joven ni siquiera tuvo opción de responder. Aquel idiota seguía gritándole. Guardó su propina en un bolsillo oculto. Estaba tan cansada de aquel trato y estaba a punto de rebasar el límite. 

Estoy tan cansada de tí... - mientras lo pensaba un fuego iba apoderándose de su pecho a tal punto que sabía que lo que iba a decir tendría consecuencias, pero no importaba. Tomó el pago de la comida y lo arrojó a los pies de Ralgath.

- ¿Pues tiene hambre el señor? - respondió en tono irónico. - Pues que tal si mueves tu estúpido e inútil trasero y le traes la comida tu mismo.

La risa del orco sonó fuerte donde bebe va no necesita espada, bebe no dará espectáculo, bebe no sabe luchar apenas el orco dijo sus palabras la luz cayo sobre vosotros tan fuerte como el estruendo de los gritos, contrariamente a lo que pensabas no era una arena sino una plaza de venta de esclavos, cuando vienes a darte cuenta montones de orcos a tu aldrededor llevan  humanos a la tarima de venta mientras dos fornidos orcos se acercan a ti con grilletes.

Bebe servirá dócil a su amo, muy dócil una sonrisa se dibujo en la cara del orco mientras reía.

Como si no hubiera comido en meses me lanzo hacia la comida sin pensar en nada más, al cabo de unos pocos segundos y viendo lo que cuelga decido ponerme aunque sea una sabana alrededor de la cintura y sigo atacando al guiso.
Cuando lo acabo empiezo a curiosear, empezando por el arcón. Mientras escucho atento por si viene alguien, en cuyo caso estoy preparado para disimular.

-Temperamental...-Digo sonriendo y acariciándome el bigote.-Me gusta. Aunque no me gustaría ver como maneja una espada... Al menos no desde delante. No te ofendas, preciosa.

Dicho esto, me quedo mirando la reacción de Ragalth.

 -Ya podías haber sido un poco más alto y haber tenido unos brazos más fuertes, maldito bastardo- piensa en alto rememorando a su padre.

 No le gustaba nada estar escuchando voces, le ponía demasiado tenso. Sin embargo continuo hacia adelante confiado en su habilidad para la infiltración y en que, siendo de noche y refugiado por el sonido de las olas al romper contra las rocas, no le descubrirían.

 Ya cansado, trata de buscar algún sitio al que poder agarrarse y tomar un respiro.

Miré a mi alrededor para ver quienes eran los supuestos compradores , "mientras que me dejaba poner los grilletes", por ahora todo había sido lo lógico viniendo de los orcos, sólo esperaba que hubiese algún comprador que pudiera darme una vida de aventuras ...

Lo siento chicos he tenido un día duro de hospitales, si cuando descanse un poco me siento con animo os posteo, de lo contrarió se sigue mañana, perdonar las molestias

Resumen de control:

Francis drake: Iniciando la partida, apenas acaba de despertar

Krusk: en el mercado de esclavos esperando dócilmente su venta

Leira: en la taberna, acaba de cabrear al tabernero

Nox: a quedado para acudir al encuentro de los piratas, esta en la taberna

Ulmo: ha llegado a la cueva de los piratas bastante magullado

Al abrir el arcon encuentras una muda de ropa, justo de tu talla, al levantarla puedes ver en bastante peor estado a pesar de haber sido limpiado todas tus cosas perfectamente ordenadas en el fondo incluyendo, por increíble que parezca la bolsa de dinero, al comprobar si continuaba como antes descubres que faltan exactamente 2mo.

En esos momentos escuchas una voz femenina entonando algún tipo de canción y ruidos variados al otro lado de la puerta.

el contacto de los grilletes era frío y duro apretaban tus muñecas con indolencia, sin duda pensados para brazos mas pequeños, humanos.

-La espada- gruñe uno de los orcos con los ojos furiosos RoGhar entrego la espada al orco, al parecer era el motivo de su descontento todo el camino RoGhar debió matar bebe humano y entregar solo cabeza a jefe, jefe castiga no dejando quedar bonita espada antes de que puedas dar ninguna replica un dolor agudo sube desde tu estomago mareandote, un puñetazo directo del orco que no has podido esquivar a causa de los grilletes y el agarre de los orcos mas grandes RoGhar venderá bebe humano, si RoGhar lo hará los orcos te llevan a una fila con integrantes de todos los tamaños, algunos de ellos con varios golpes encima, curiosamente el mas magullado es un halfing quizás por su endiablada manía a hablar cuando no toca.

Uno tras otro los esclavos son vendidos de diferentes formas, el vendedor, un humano gordo  pero con fuertes brazos ensalza las virtudes de cada sujeto intentando sacar el mayor valor posible.

-Una esclava joven- escuchas -no es casta pero ¿quien quiere una inexperta?, limpiara la casa, agasajara a vuestros invitados y os calentara la cama ¿quien quiere esta joya de juventud y carnes firmes?- las pujas empiezan a darse una tras otra hasta que parecen estancarse momento que decide el vendedor para desnudar totalmente a la mujer dejando sus atributos totalmente expuestos, el efecto no se hizo esperar siendo seguido de una nueva tanda de pujas que triplico el valor de la muchacha apoyada por algunas sugerencias obscenas del vendedor.

A pesar de todo no eres capaz de ver a los compradores, la posición en la cola y el sol dando directamente a tus ojos apenas te permiten ver una luz cegadora.

-Prepárate semihumano, te toca en nada-

Las monedas tintinearon en el suelo unos momentos hasta quedarse totalmente quietas a los pies del tabernero, este, como hipnotizado miro el vibrar de las monedas estupefacto, tardó unos instantes en alzar la vista incrédulo mirando a Leira, en menos tiempo del que se tarda en pestañear su rostro paso de la sorpresa a la furia, los ojos se tornaron carmesi al llenarse algunas venas de sangre mientras miraba fijamente recogelas la voz sonaba firme, furiosa, amenazante y sorprendentemente baja, unos angustiosos instantes pasaron antes de que la voz, ahora sin furia pero con un dejo mas peligroso debido a su gelidez y a la disminución paulatina de los murmullos en la taberna mientras los clientes centraban su atención en lo que sucedia en la barra, el silencio era sepulcral cuando Ragalth repitió por segunda vez recoge las monedas y vuelve al trabajo  

Conforme te acercabas a las paredes del risco el entumecimiento de tus brazos y piernas pasaba factura, varias veces el oleaje te sumergió bajo el agua haciendote toser y nublando tu vista, un golpe en el hombro arranco un grito de tu garganta mientras el dolor te despejaba la mente y paralizaba las piernas, afortunadamente eso te salvo la vida al hundirte tan cerca de la pared tocaste suelo, de puntillas apoyandote en la pared mientras sujetabas el magullado hombro te esfuerzas por tomar aire cada vez que las olas te lo permiten, el frío te hace tiritar pero estas a salvo, la marea baja durante la noche y eso te permitirá estar mas cómodo, solo un par de horas piensas, solo un par de horas, recitas como un tantra para darte ánimos y aguantar.

Tras ponerme la ropa y acomodar el equipo, por si me hechan me acerco a la mujer intentando reconocer la canción que canta, en cuyo caso me uno a ella.

Me acerco al esclavista y le digo con sinceridad señor soy marinero y también sé manejar armas haga una buena venta y yo haré un buen servicio. Dicho ésto me dirijo al punto de venta , los grilletes presionaban mis brazos pero el sufrimiento formaba parte de mi ser, había nacido sufriendo y seguiría así hasta mi muerte , la suerte no cambiaba y todo había sido de mal en peor...

La había sacado de sus cabales, pero ahora no podía virar para atrás sus actos. Estaba dispuesta a mantenerse firme en su posición, y a atenerse a las consecuencias. Siempre encontraría otra forma de pagar sus deudas. De todas formas Ralgath había mantenido artimañas para mantenerla casi esclavizada. Eso no era justo, aunque la justicia en aquellos lados no solía significar mucho.

- No, no lo haré. - En sus manos los dedos jugaban nerviosos, como esperando a ver qué pasaba. - Ojalá y alguno de los clientes intervenga, o esto se va a ir por el camino malo. - se aventuró a pensar.

Los dientes te castañeteaban mientras el frío parecía querer convertirte en un tempano de hielo, unas dos horas llevabas parado en esa posición, la marea bajo relativamente rápido pero cuando lograste hacer pie comodamente te diste cuenta de que no podías continuar sin descansar, sencillamente las piernas no te respondían.

Ahora la cueva era enorme, dando cabida a un barco de gran tamaño, con mas cabezonería que fuerza  te adentraste en ella  tropezando de cuando en cuando mientras el calor retornaba lentamente a tus piernas, por desgracia mas despacio que la fatiga, los brazos te pesaban como sacos de harina y mover las piernas era un montón de punzadas de dolor, no solo eso, el golpe contra las rocas te había dejado el hombro dolorido tanto que dudas de poder usarlo en las próximas horas.

A pesar de que los sonidos de las voces se escuchaban con fuerza llegaban distorsionados por los ecos de la cueva y el golpear del agua contra la rocas, llevabas unos doscientos metros cuando el brillo en las paredes te indico cuando llegabas adonde se encontraban sus ocupantes.

El almacén resultaba ser todo un asentamiento clandestino aparentemente perfectamente preparado, poleas, casas en las paredes, no esperaban visitas, ya que no ves a nadie que haga guardia aunque escuchas perfectamente la juerga proveniente de algún lugar por las casas.

El muelle, flotante tenia unas pocas cajas repartidas en su superficie.

-Temperamental...-Dice el pirata acariciandose el bigote.-Me gusta. Aunque no me gustaría ver como maneja una espada... Al menos no desde delante. No te ofendas, preciosa.

-Vete, maldita ingrata ¡vete!- Ragalth perdió la compostura lanzando improperdios y golpes en la barra - así me pagas lo que he hecho por ti- bajando el tono entrecerró los ojos midiendo muy bien como lo decía -ya veremos como explicas a tus padres que su hija ha despreciado la ayuda que tan amablemente he ofrecido y como se lo toman sus deudores-

El pirata parecía asombrado por la reacción de Ragalth-¿Sabes? Casi mejor me marcho. Gracias por tu hospitalidad.- dicho esto dejo las monedas para pagar lo consumido y abandono la taberna sin mirar atras