Partida Rol por web

-En parte sí, es por Leigh -admitió Kate-. Pero por otro lado, como ya os he dicho, es cosa mía. No encajamos. Tampoco es tan grave: mirad a Hécate, o a Edgar. A ellos los dejamos marchar porque eran lo que querían. Respetad eso en mi caso, por favor.

La Furia Negra dio un paso hacia atrás.

-Nos vemos, ¿vale?

Y se alejó de allí.

Ashley se enfadó. Aquello era un insulto para ella. ¿No quería estar en su manada, después de lo que habían conseguido aquella noche? Sintió deseos de darle un garrazo para que cerrase la boca, pero se contuvo. Dejó que se fuera y la miró ceñuda.

-Bueno, ella se lo pierde -murmuró de mal humor.

Viviane clavó los ojos en la tierra. En parte sí, es por Leigh. No era porque ella hubiese matado a Leigh, si no más bien por el esfuerzo que le pedían, pensó, y aquello había sido el detonante. Tenía que ser eso. La observó alejarse y pensó en correr tras ella para decirle algo, lo quer fuera. Los ragabash siempre tenían algo que decir respecto a todo, pero temió agobiarla más que ayudarla. Probablemente todo lo que pudiese decir no haría sino entorpecer su marcha.

Al hablar Ashley hizo una mueca discreta. Ahora sabía que esos comentarios venían desde el orgullo herido más que desde el desprecio. Aun así, replicó.

-¿El qué? ¿Ir descuartizando cosas por ahí? Oh, que futuro tan prometedor...

Pateó una rama y contempló la danza frenética que todavía había en el consejo.

Alecto, que había observado toda la escena en silencio, le dio un pequeño toque a Viviane en el brazo a modo de reproche:

-Oye, no digas eso. Si este no es su sitio, tarde o temprano tendría que marcharse... pero ella se lo pierde de verdad. Venga ya, tenéis... -estiró un brazo en dirección a Ashley- la valiente alfa Fenris, líder y Philodox sobre la que escribiré cientos de canciones, aunque Digna-hija-del-Klaive no rime con nada... -señaló a Donny- Y tenéis a vuestro temible Ahroun, que nunca parece contento con nada, y que siendo apenas un Cliath ya blande un Gran Klaive. Y después -señaló a Viviane teatralmente-, la sabia Ragabash, que esta noche recordó a los Ancianos que el úlrimo deseo de un guerrero caído es sagrado. Y me tenéis a mí, que puede que no sea la mejor Galliard del mundo, todavía, pero seguro que soy la más insistente.

Se detuvo un momento para pensar. La última frase no había quedado tan bien como el resto. Carraspeó, más tranquila:

-Tenemos una gran manada. Encontraremos otra Theurge, una que se quede mirando al vacío y haga todas esas cosas de Theurge. Y se sentirá orgullosa de formar parte de... la manada -dijo intentando recordar si le habían dicho el nombre en algún momento. Estaba casi segura de que no, o ya habría intentado rimarlo con algo.

-El ir descuartizando cosas, sí. Te guste o no, eso es lo que hacemos los Garou. Pero, ¿sabes qué? Ella lo hacía demasiado mal. Tirando sillas a los fomori... -Ashley esbozó una sonrisa cruel-. Viviane, esto no es culpa tuya. Ni nuestra. Todos hemos elegido seguir pese a todo, ¿no? Ella es la que tiene que excusarse, no tú.

A las palabras de Alecto, Ashley soltó una carcajada.

-Me empiezas a gustar mucho, chica.

Viviane se paró y buscó la mirada de su alfa.

-¿Por qué sigues siendo tan estúpidamente cínica? ¿Es que lo de Leigh no te ha enseñado nada o sigues tratando de hacer como tus amigas las animadores? No. No ha sabido afrontarlo como nosotros, pero tú sigues empeñada en mofarte de ella.

La ragabash se sacó la sudadera por la cabeza y de inmediato pasó a ser un crinos negro e imponente. Le iba a enseñar respeto de la única manera que la Fenris parecía conocer; demostrando que era más fuerte que ella.

-Te reto -gruñó.

Menuda manera de aguarles la fiesta. Donny no tenía nada que añadir. No tenía muchos amigos, o lo que fuese su manada, pero contaba a Kate entre ellos, como había contado a Edgar y a Hécate, antes de que decidieran que estaban mejor sin ellos. Le parecía bien que Kate no quisiera jugarse el cuello cada vez que Ashley decidía que era hora de que necesitaban mejorar su posición. Todos estaban allí porque querían. De todos modos ya era mala suerte que ahora que le estaba pillando el truco a lo de ser una manada ésta se deshiciese. Frotó el morro contra la mano de Rencores-Pasados, a modo de despedida, y lo siguiente que pasó fue que Viviane era Crinos. No las estaba escuchando y no sabía de dónde salía aquello. Sí que había causado conmoción Kate. Como aquello no iba con él, y la verdad, no tenía ganas de ver a su manada dándose de leches, se alejó y se metió otra vez en el tumulto. A lo mejor alguna otra Sirviente quería partirle la cara.

Ashley frunció el ceño y negó con la cabeza.

-¿Por qué ves fantasmas donde no los hay, Viviane? No voy a aceptar tu reto. No lo haces ni por diversión ni por verdaderas ganas, sino por rabia. Yo no tengo la culpa de que Kate se haya ido. Si cree que eso es lo mejor para ella, pues que se largue. Tampoco es que nos haga falta: mira todo lo que hemos conseguido y sin su ayuda. ¿Y qué ha hecho ella hasta ahora, más que discutir cada cosa que decíamos? -La rubia apretó los dientes en otra sonrisa-. Además, ni siquiera estoy completamente en forma. Alecto me ha curado, pero tampoco hace milagros. Otro día, por otra razón, si quieres. Ahora no.

Viviane resolló, todavía en crinos con las fauces entreabiertas. No estaba de acuerdo con su actitud pero llevaba razón en lo que decía. Esperó unos segundos hasta contener la Rabia y volvió a pasar a homínido.

-Tienes razón en todo lo que has dicho -admitió, agachándose para coger la sudadera y sacudirla-. Es que la mención de Leigh otra vez...

-¡Olvídate de eso de una vez! O mejor, aprende y acéptalo. Lo que no puedes hacer es como Kate. Ninguno podemos. Hay que pensar en el futuro. Y si quieres retarme, que sea a ver quién de las dos bebe más. Cuando acabe este Festejo, nos vamos a la ciudad a celebrarlo -contestó Ashley sonriendo-. Creo que después de perdernos por Reinos Umbrales nos merecemos un poco de diversión Urrah.

Por un momento temió que de verdad se fueran a pelear, con la líder recién salida de otra pelea. Pensó que a lo mejor podía poner paz, si algún otro miembro más antiguo de la manada la apoyaba, pero se quedó con dos palmos de narices cuando vio al Ahroun poner pies en polvorosa. Afortunadamente la cosa no llegó a más y la Philodox consiguió apaciguar los ánimos de la chica.

-¡Tu líder te ha retado! -dijo Alecto acercándose a Viviane cuando Ashley mencionó convertir el reto en uno en el que se midiera la capacidad para ingerir alcohol, habilidad que Alecto había desarrollado a lo largo de toda su adolescencia con tensón-. ¡No hay vuelta atrás!

Viviane esbozó una sonrisa amarga. No era fácil asimilarlo, pero tampoco iba a dejarse abatir como había hecho Kate. Se había propuesto levantarse y lo haría de una forma u otra.

-Beber, ¿eh? Tú no conoces mis antecedentes antes de que fuese Garou. -Le tendió la mano a la Philodox para sellar el reto-. La que pierda paga.