Partida Rol por web

La florista medita tus palabras unos instantes y luego sonríe.

- Supongo que no.- coge tu moneda de oro y asiente.- Gracias por tu generosidad. Me gustaría decir que no necesito el dinero, pero... estaría mintiendo.- te mira a los ojos y luego baja la mirada.- Debes de haber caído del cielo. Tengo mucha suerte de que hayas decidido ayudarme.- los ojos de la chica se humedecen y se seca una lágrima con delicadeza. Sonríe y solloza a la vez.- Perdón, es que... estoy tan preocupada por mi hermano y... siempre le he dicho que tiene que tener cuidado...- vuelve a mirarte en silencio.- Me emociono con sólo pensar que volverá sano y salvo.- dice con un hilo de voz.

Sheila se frota los ojos y ríe con timidez y vergüenza. Tras recomponerse, empieza a explicarte la situación.

- Shethen, mi hermano, siempre ha sido diferente a los demás. Le gusta estar en contacto con el mundo. A veces quiere silencio, otras persigue el bullicio de la ciudad. A veces quiere estar solo, y otras se rodea de gente en la taberna y empieza a cantar. Algunos lo miran con recelo, pero yo creo que es feliz. Busca los extremos de la vida, y así se inspira para sus obras. Dice que se esfuerza mucho para escribir un gran poema que nos reporte una gran cantidad de dinero.- suspira y niega con la cabeza.- Ojalá lo consiga. En fin, el caso es que se fue hace... unas cinco semanas. Hacia el este, los bosques de Vilhahel. Donde viven los elfos, ¿sabe? Era otra de sus aventuras en busca de su voz interior... pero debería haber vuelto hace dos semanas. No hay tanto camino como para tardar tanto... a menos que se haya adentrado mucho. Eso sería terrible.- el horror se refleja en la voz de la chica.- Supuse que le habría pasado algo. No quiero ni imaginar qué habrá encontrado allí.

Sheila guarda silencio de nuevo durante un momento.

- Y eso es todo lo que sé.

Con delicadeza atraigo hasta mi rodeando la cintura de la joven con mis brazos, secando sus lágrimas de los ojos.
Te voy a dar una buena noticia, creo que se quien puede ayudarme a encontrar a tu hermano, conozco un elfo que quizás lo haga, no he caído del cielo pero algunos dirían que estoy estrellado. Lo único que me importa ahora es comer contigo y salvar a tu hermano, se me olvida una cosa que vuelvas a sonreír para mi... esa sonrisa si parece que viene del cielo.
No dejo de mirar los ojos de la joven.

Sheila asiente y sonríe tímidamente.

- Gracias.- dice con un hilo de voz.- Espero que ese elfo sepa dónde encontrar a mi hermano. Confío en su criterio para elegir el explorador que desee.- la chica se aparta de ti lentamente y se arregla la ropa con gestos dubitativos.- Le prepararé un banquete cuando vuelva. Me aseguraré de que sea lo mejor que ha comido en su vida.

No necesito un banquete, solo un plato de comida. No te sobra el dinero y.... ante todo no quiero quitarte mucho tiempo de trabajo. Añado sinceramente humilde a la joven.

Sheila asiente y sigue sonriendo con timidez.

- De verdad que es usted un buen hombre. Es difícil encontrar almas caritativas en estos tiempos.- medita sus palabras y las matiza.- Bueno, en cualquier tiempo.- te mira a los ojos y vuelve a asentir.- Esperaré noticias suyas. Le tendré siempre en mis plegarias y en mis recuerdos, señor.

Volveré para traer noticias, le guiño el ojo buscando cercanía, continúa trabajando y no pierdas la esperanza.
Tras despedirme de Sheila parto al bosque de Yarixa con la esperanza de volver a verle.

Sheila sigue trabajando, tal y como tú les has recomendado, y te despide con un gesto tímido pero sincero. Parece bastante más aliviada que cuando la has visto por primera vez, e incluso se atreve a sonreír. Quizá sea casualidad, o quizá sea por su nueva actitud, pero tan pronto como te vas dos personas vienen a comprobar sus flores, y entreves cómo una de ellas le compra un ramo entero.

Salir de la Encrucijada no es precisamente algo difícil. El camino principal de la ciudad lleva al exterior, aunque no puedes evitar toparte con algunos individuos con prisa, puesto que el camino está bastante concurrido. Llegan algunas caravanas, y también ves una troupe de artistas risueños.

Si los cálculos no te engañan, llegar a los bosques de Vilhahel, al menos a los más cercanos, requerirá una semana, quizá una y media. Están relativamente cerca... aunque nadie vaya a ellos. El bosque de la elfa Yarixa es uno de los más accesibles, por suerte. Con suerte, incluso podrías llegar allí a salvo.

Has llegado a uno de los bosques de Vilhahel, aunque no sabrías decir cuál. Ni siquiera sabes si éste es el lugar en el que encontraste a aquella elfa herida. El camino se pierde entre los troncos de los esbeltos pero fuertes árboles, que se ciernen sobre él como intentando esconderlo. Es curioso cómo la cantidad de vegetación aumenta notablemente con sólo traspasar la frontera entre Heptre y Vilhahel.

Delante de ti se encuentra un vasto y salvaje terreno. El camino puede ser seguido, aunque costará algo más. Además, no sabes con seguridad qué clase de peligros yacen en su interior.

Continúo el camino atento a cualquier cosa que pueda ocurrir, convoco al lobo sombrío en idioma oscuro y me hago un corte en la mano para sellar y dar sangre al lobo sombrío. Con el fin de cerrar la invocación.