Partida Rol por web

-Buenas noches señor Jacob - Tomo la llave que me ha entregado el tabernero y me levanto mientras también observo como la mayoría de los clientes ya se retiran - Espero que no sea la última vez que nos veamos, pero si no nos vemos en la mañana, que el viaje os sea leve y el camino agradable.

Sin mas que hacer, con mi estomago lleno y contento, y con algunas monedas mas para el viaje decido dirigirme a mi habitación, en camino ha esta medito sobre si debo acompañar o no a Jacob en su viaje, ya que si bien es cierto no le conozco de mucho rato, tenemos un destino en común y la compañía hace que el viaje sea mas leve, pero también puede atraer atención no deseada, especialmente a el siendo un comerciante. 

Tras despedirte de Danna y saber que tu carro estará en buenas manos, te diriges a tus aposentos.
La habitación es tan mugrienta como el resto del lugar, la cama no parece muy cómoda y las montañas de polvo parecen mirarte con malos ojos. Sólo hay una cama, una silla y una mesita de noche
Tras una jornada de viaje tan larga estás demasiado cansado para quejarte, y estás tranquilo por tus posesiones.
Dejas las pieles en la silla y te acomodas en la cama.

Te duermes un instante, pero te despiertan unos golpes en el pasillo.

La habitación es tan mugrienta como el resto del lugar, la cama no parece muy cómoda, pero es suficiente para pasar la noche. Sólo hay una cama, una silla y una mesita de noche en todo el recinto, y una pequeña luz ilumina la escena.
Lo único que te queda hacer es dormir y desear que Jacob no haya desaparecido al día siguiente.

Te duermes en la dura cama, incluso con la ropa puesta, estabas realmente cansada, pero unos golpes en el pasillo te despiertan.

El cansancio acumulado convierte una mediocre cama en un lecho magnifico. Ajeno a toda la porquería que allí habita cierro los ojos y dejo que el sueño me posea.

No se si han pasado segundos, minutos u horas, pero mi sueño se ve interrumpido por un molesto ruido procedente del pasillo. Maldigo mi suerte y me incorporo para ver que ocurre.

- Malditas posadas de camino, todo son problemas.

Compruebo que mis pieles siguen en la silla y abro ligeramente la puerta de mi habitación hasta poder ver de donde proceden los golpes y quien es el culpable de mi malogrado descanso.

Me despierto cuando escucho el ruido, incorporándome lentamente a la cama y llevándome una mano a la cabeza. No soy una guerrera ni una aventurera, por lo que no estoy acostumbrada tampoco ha despertar así. Me siento al borde de la cama tratando de poner atención al ruido nuevamente, parecían golpes, tal vez este sucediendo algo y nunca se sabe cuando hay que huir. 

-Vaya, y yo que quería una noche de sueño.