Partida Rol por web

Escucho atenta al elfo -pues solo queda a ver donde están, no me gusta que estén aquí, no presagia nada bueno-  miro al lobo, recordaba cuando lo encontró y lo salvo, y sabia que a él tampoco le gustaban los humanos.

Los elfos te llevan por el bosque murmurando entre ellos y mirándote por encima del hombro cada vez que te giras. El líder, o al menos el que parece su líder, lidera la marcha y parece estar ignorándote. Los demás parecen caminar a una distancia muy prudente de ti y notas su perpetua vigilancia que tensa mucho el silencio.

Tras caminar durante un rato llegas a un claro del bosque donde tres grandes árboles se alzan. Tardas un poco en darte cuenta de que ya estás en el poblado élfico: las casas, construidas en los árboles, se camuflan tan bien en su entorno que tienes que fijarte mucho para encontrar cada una de ellas. Los elfos se separan y cada uno va a encargarse de sus propios asuntos excepto el líder. Algunos de los que te han escoltado hacen señales a los niños que juegan despreocupados para que se alejen. Otros van a hacer guardia.

El líder te lleva hacia el tercer árbol, que parece ser el más antiguo. Una escalera que lo rodea os permite subir hasta arriba, donde encuentras la mayor construcción del pueblo. No tiene puertas ni ventanas, sino cortinas hechas con el follaje del propio árbol. El elfo te obliga a detenerte con un gesto y entra. Hay dos elfos en la entrada que te miran con severidad.

Tras unos instantes, el elfo asoma la cabeza entre las hojas de la puerta y te indica que pases. Dentro te encuentras con una elfa alta y hermosa cuya escasa ropa revela mucho más de lo que cabría esperar en una elfa común. Lleva flores y pequeñas hojas en el pelo como si viviera en el estado más salvaje. Cuando entras te mira con unos ojos verdes y grandes que te analizan mientras dibuja una sonrisa.

- ¿Quién iba a pensar que un mago entraría en estos bosques?- pregunta de repente con una voz serena y dulce pero autoritaria.

Alethein se cruza de brazos y frunce el ceño, mostrando al fin una emoción en su impertérrito rostro.

- ¿Insinúas que vas a venir conmigo?- pregunta sin dejar muy claro si le disgusta o le agrada esa idea.

Lo miro algo extrañada -Si, siempre es mejor seis ojos que dos, por muy bueno que esos dos sean, además, DarkWind y yo crecimos en este bosque, lo conocemos mejor que muchos- lo miro  y se cruzo también de brazos.

Por el camino mas que nervioso voy con admiración, el poblado elfo es lo mas hermoso que había visto jamás, no me arrepentía de lo mas mínimo de estar aquí, sigo las instrucciones que me dan sin oponerme y todo cambia al ver a esa elfa tan hermosa.

Me arrodillo sin que me lo pida siquiera mirando a los ojos a la elfa con admiración y seguridad a partes iguales, perdón señora Veshiana si mi presencia ha causado algún problema en tan hermoso lugar, si puedo compensar mi falta será un honor para mi.