Partida Rol por web

ARGGGG MINOTAURO YA ESTAR AQUI, TEMED A GRAN HACHA ARGGGGGGG

Me acerco al lugar donde fu convocado con el hacha al hombro, mirando a las demas criaturas.

-Hm, espero que esto sea divertido, jajaja.

Cerca de allí, muy cerca de allí en el tronco hueco y viejo de un árbol que aun tiene las raíces en la tierra, se oye un quejar..

ÑEEEÑEEÑEÑeee quien hace tanto ruido... de entre dos raíces, en lo que parece una madriguera de zorro, sale jarra en mano un pequeño hombrecillo con un particular sombrero y un par de botines... de color verde oscuro seria fácil perderle de vista entre las hierbas del lugar...

Que hacen todos aquí, a que han venido... seguro que quieren mi oro... pues no se los daré no, no señor...
Por que habría de hacerlo, denme una buena razón... tras un segundo continuo diciendo... ven no la tienen, por lo que ya se están largando de aquí, que me están echando a perder mi jardín..

ARGGG!!! MINOTAURO PENSAR QUE GRAN HACHA MEJOR QUE LA DE SER SENTADO EN SILLON ARGGG!!!

Corro por el bosque tan deprisa como me permiten mis ágiles pies, disfrutando de la caricia del viento en el rostro y el olor a tierra mojada. Rea me ha permitido recuperar mi forma de doncella para acudir a una reunión de criaturas mágicas, allí nos hablarán del mal que nos acecha. Conforme me acerco al lugar escucho las voces de los allí presentes, ya debe haber bastantes criaturas allí reunidas. 

- Saludos compañeros, espero que hayais tenido un buen viaje y que en esta reunión hagamos honor a las criaturas que se reunieron hace mucho tiempo.

Un suntuoso carruaje, escoltado por cuatro jinetes fuertemente armados se acerca al conclave. Se detienen a pocos metros del lugar de reunión, y uno de los jinetes ayuda a bajar a su único ocupante.

Ya hemos llegado mi hermosa señora. Dice respetuosamente el jinete.

Son sus ultimas palabras antes de convertirse en piedra. Ha cometido un grave error y su señora le ha regalado su bella y letal mirada.

Nadie me llama hermosa. Medusa se acerca al circulo y parece no prestar especial atención en las criaturas allí presentes.

Saludos, creo que no hace falta que me presente. Comenzemos pues con el asunto que nos ha traído aquí. 

Su fría y rígida belleza permanece a la espera.

Con la brisa de los vientos del este llegué al lugar del cónclave donde la llamada nos había convocado. Nada más llegar observé que habían llegado allí ya varios de los grandes avatares del mundo mágico y, como uno más me acerqué a las ruinas donde el destino del mundo debía decidirse por medio de nuestros actos y decisiones.

Tras tomar asiento a la sombra adoptando la posición del loto, saqué mi hauchiwa para abanicarme suavemente mientras alzaba la voz entre los distinguidos presentes y preguntaba interesado:

-¿Alguien sabe si todos los que hemos sido llamados estamos aquí?-

eeeeñññeeeñeñe como que si todos, es que aun van a venir mas? me van a destrozar mi jardín... eso lo hacen solo para minar mi auto estima y para que les diga donde esta mi oro... jajaja los he pillado, pues no se lo diré, destrócenlo todo, ya estaba cansado de este jardín, ya arreglare lo que destrocéis y me pondré una piscina en el nuevo que haga.. ea...

Achimallén estaba abrumado.
Moviéndose tan rápido como sus cortas piernitas se lo permitían, iba esquivando cascos de unicornios, escamas de serpientes gigantes aladas, la filosa hacha de un ser con cabeza de toro, las babas que caían desde las enormes fauces de algo parecido a un trasgo que también llevaba un hacha al hombro, y una miríada de seres fantásticos, con sus propias cortes, títulos o rangos divinos, que dejaban al pobre Anchimallen mas pequeño que un pedrusco.
Madre mía tralalin tralalen, ¿que hará aquí Achimallén?, se decía el pobre duendecito mientras se alejaba de la multitud y sus cascabeles tintineaban al viento.
A la sombra de un árbol entonces, vio a otro duende, este iba de verde con una jarra en la mano y el rostro congestionado por la ira.
Parece el primo Gervasio tralalero tralalio, iré a ver si tengo razón, se dijo, y hacia allá se dirigió.

Poco a poco me voy acercando y observo la gran cantidad de criaturas mágicas que se han reunido, se intercambian miradas entre ellos, algunos entablan conversación preguntándose el motivo de la llamada...algunos auguran un mal presagio.

Me intento hacer camino entre las grandes bestias, me asombro de la grandeza y el aspecto de muchos de ellos, y me percato de pequeñas criaturas que andan revoloteando entre ellos y que intentan hacerse hueco entre tantas piernas, patas y hachas...no puedo evitar sonreir al verlos dar saltitos de un lado a otro.

Decido extender mis grandes alas y alzarme ante ellos para hacerme notar:

- Saludos compañeros, soy Edaith....vengo del paraíso celestial al ser llamada para esta reunión. Es la primera vez que cruzo los límites celestiales y espero poder ayudar para lo que nos hayan convocado a todos.....no corren buenos tiempos, los cimientos celestiales se han visto sacudidos....el mal se acerca.

Seguidamente desciendo lentamente levantado nubes de polvo, haciendo estornudar a un pequeño ser con sombrero puntiagudo.

Poco a poco las criaturas mágicas iban llegando a las ruinas de la ciudad que acogería el cónclave.

Cuando os acercasteis a la zona donde las llamas danzaban pudisteis ver a la bella ninfa que las emitía…

Sus manos jugaban con la arena del suelo y del roce de sus manos y los granos de arena se elevaban al cielo lenguas de fuego que podían verse desde fuera de la majestuosa ciudad de piedra…

Su melena se confundía entre tonos caoba y ocres y el color de las llamas que la rodeaban… su cuerpo estaba vestido por finas sedas negras… que ondeaban al viento ajenas al fuego que las rodeaban…

Sus ojos albergaban el color de la miel… y sus labios estaban dorados por el sol…

Según os acercabais dejó de acariciar el suelo y se irguió y os miro mientras las llamas seguían envolviendo su cuerpo y su mirada…

Todos miraban con interés a la extraña ninfa rodeada de lenguas de fuego, algunos no salían de su asombro, otros susurraban por lo bajo en extrañas lenguas....

¿Quién será? ¿Es ella quién nos ha convocado? - susurro para mí

Por un momento todos quedamos en silencio, solo se escucha el crepitar de las llamas y el suave viento que sopla entre nosotros y que hace bailar las llamas que rodean a este extraño ser. Siento un escalofrío que hace temblar mis alas, la incertidumbre sobre lo que nos puede decir me impide hablar.

Cuando parecía que todos estaban disfrutando hasta que se pronunciara alguien para decirnos que hacíamos aquí reunidos. Una ninfa apareció allí con su cuerpo en vuelto de llamas. 

Me quedé fijamente mirando y a la espera de saber si era ella la que nos había convocado y decirnos porque de esta reunión con tantas criaturas diferentes.

Entre una tormenta de arena de grane negro una mística criatura surgió. Era una criatura cuyo origen era tan anciano como el tiempo mismo. Un fulgor rojizo salia de sus ojos y hablo con una voz grave y deformada, que no salio de el si no de cada estructura de la escena

Saludos,se me conoce como Dahaka. Soy el guardián de la linea del tiempo y protector del reloj de arena. ¿Quien me ha convocado a este plano inferior? ¿Quien requiere el servicio de las arenas?
 

Parece que llego de los últimos, como siempre. Mi vuelo esta vez ha sido placentero y me he entretenido un poco más que la mayoría de veces, si cabe. Al llegar, desciendo lentamente, y observo a todas las criaturas allí reunidas. Leyendas y relatos había oído del anterior cónclave, y de nuevo reunidos bajoe l mandato de alguien, allí habiamos muchos seres diferentes.

Oigo la voz, aterciopelada y suave que pone las plumas de punta, y me acerco un poco más mientras sacudo el polvo de mi lomo. ME paro a prestar atención a ver que es lo que pasa...

La enorme serpiente movió su cuerpo y del suelo surgió una inmensa piramide donde la serpiente se enrosco en la cima , observó y escucho con pacienca a todos los presentes y miró con suma atención a la ninfa de fuego.

-Paciencia compañeros, supongo que el motivo de nuestra asistencia pronto será revelado, aunque por lo que veo, nos hemso reunidos seres de diferentes puntos del globo- los ojos de la serpiente se clavarón en los de la ninfa, algo le decía que aquel ser era la clave  de todo.

Achimallén ya casi llegaba a donde el duende de verde se encontraba cuando dos cosas que no esperase le detuvieron en su andar.
Primero había sido victima de una nube de tierra que dándole en plena cara, le dejo tan sucio como un topo que se abriera paso en un terreno barroso, luego y mientras limpiase su pequeña carita regordeta, un vaho nauseabundo se coló por sus fosas nasales, a la vez que negras arenas le azotaban la piel, un ser horrible y gigante surgió de dicha nube, era tan feo como la peor de las pesadillas y Achimallén no pudo evitar lanzar a su vez un vaho por sus cantos también, afortunadamente para el, fue uno de los inodoros, ya un poco mas repuesto y mientras se alejaba lo mas silenciosamente posible de aquel engendro feo y oscuro, el suelo comenzó a temblar de una manera pavorosa.
Achimallén sin poder evitarlo grito como una niña a la que le hubiesen regalado un poni para su cumpleaños.
Con los ojos a punto de salírsele, vio aparecer desde el suelo una monumental pirámide trunca, y sobre la punta de esta, una gigantesca serpiente emplumada.
 

Tralalen tralalesco, tanto sobresalto no merezco, se dijo a si mismo, y corrió a meterse – sin pedir permiso – dentro de la casita del primo Gervasio.

Criaturas tan dispare como deidades y simples duendes se dieron cita allí. Todos habíamos sido llamados por el mismo motivo y razón y una ninfa surgida del fuego parecía ser la clave de todo lo que debía acontecer. Al verla surgir entre lenguas de fuego mi atención se volcó en ella después de ver como algunas criaturas, carentes de razocinio, dibujaban el cónclave de notas de humor.

Negando con la cabeza decepcionado, me quedé observando mientras aun me abanicaba con mi hauchiwa* esperando la terrible explicación que había reunido a tan selecto grupo.

Al sombrerero no le sorprendió la aparición de la ninfa, tampoco sintió ninguna curiosidad por aquel guardián del tiempo que surgió de una gran tormenta de arena, y mucho menos la gran estructura piramidal que invocó el Dios Quetzalcoatl, lo único que le causó sorpresa fué aquel pequeño ser cantarín y poético que corría de un lado para otro.

- Tralalen tralalesco, tanto sobresalto no merezco, tralalen tralalesco, tanto sobresalto no merezco jajajaja. Que divertido, me parece lo mas fantastijubiloso* que he escuchado en mi existencia.- El sombrerero rió como si la vida se le fuera en ello, tanto que un dolor de barriga comenzó a apoderarse de el. -A ver que te parece esta, figurín: Tralalen tralalesco tengo un pene que no merezco.-

¿Que broma de mal gusto es esta? ¿Acaso me han reunido aquí para oír a estos bufones perturbados?

¡Callaos de una vez y escuchad lo que tenga que decir la ninfa!

Su voz es cortante y brusca, pero su rostro no muestra ningún rastro de enfado, solo pétrea belleza.