Partida Rol por web

Respiro de forma agitada cuando veo a esos salvajes caníbales desplomarse al salir el haz del brazalete. Me falta el aire y me duele la cabeza, probablemente por haber abusado de un arma alienígena que afecta a las conexiones neuronales, pero no es momento de flaquear ni tomarme un descanso. Parece que Emma está bien, pero no podemos dejar que esta gen... estos animales sobrevivan. Si lo hacen, pondrán en riesgo a otros, matarán gente... y se la comerán. No podemos permitirlo, no podría soportar que otro niño y su padre mueran por no hacer lo que hace falta.
Me cuesta coger aire, pero aún así vuelvo a elevar el arma apuntando al que queda en pie antes de que tenga opción de huir o atacar, me concentro todo lo que puedo, pero algo bajando por mi nariz me hace perder la concentración y llevarme la mano a limpiarme un poco de sangre que cae desde mi nariz amenazando con llegar al labio.
Siento que todo se mueve durante unos momentos, y me siento mareado, de modo que tengo que apoyar la mano del brazalete en el asiento para no desplomarme, pero por suerte pronto ese estado de confusión comienza a pasar y los sonidos que me llegaban lejanos vuelven a escucharse normales.

Mira por allí- Digo al ver a Etain y a todos los demás avisando a Cass aunque ella ya parece haberlos visto.

Al cercarnos a ellos y ver su estado bajo del todoterreno para ir a buscar a Nadia y darle un abrazo. Después de ver como la violaban no se me ocurre que decirle para apoyarla de modo que me limito a abrazarla.    

El todoterreno es grande, pero pese al optimismo de Cass dudo que quepamos todos en él. A una mala podríamos ir algunas sentadas en el capó o en la baca del techo, avanzando despacio….  -Pienso mientras abro la puerta del copiloto y ayudo a Nadia y a otro de los que estén en peor estén a subir en mi sitio, si se aprietan seguro que caben.  

El problema es que íbamos a ayudar a Vincent -Le explico a Etain señalando una colina cercana- Hemos escuchado disparos, puede que esté en apuros. Hay que ayudarle.     

Id a ayudar a Vincent -Le pido a Cass - ¡Date prisa! Nosotros os seguiremos a pie.  

Resumen del turno.

El caníbal que estaba junto a la moto iba a disparar pero Vincent es más rápìdo y esta vez sí, acierta de lleno matando al enemigo. 

El caníbal superviviente, sabiendo que vivir o morir depende de lo rápido que sea Vincent en recargar el arma y volver a apuntar, se lanza a por él machete en mano.

Tras matar a uno de los caníbales todo se reduce a un duelo entre tú y el caníbal del machete, la cuestión es saber si conseguirás abatirlo antes de que te de alcance.  

 Vincent, golpeado por la suerte, da en el blanco. No tiene tiempo para alegrarse, sigue en peligro de muerte, se gira todo lo rápido que puede, prepara el rifle y se dispone a disparar. Creo que alguien está de su lado en alguna parte para concederle puntería, para permitirle aguantar. No es alguien religioso, pero si suficientemente respetuoso con teorías cercanas a la religión, cuestiones mucho más metafísicas que dogmáticas.

 Se prepara para apuntar el gatillo, consciente de que tal vez, cuando lo haga el caníbal ya esté justo encima suyo. No duda. Pero todo falla. Desconoce si tendrá tiempo de seguir corriendo, pero sabe que todo acaba allí. Está fuera. Se acabó.

Cuando veo a Lau doy un respingo. No culpo al cámara por haberme abandonado, yo en su situación seguramente habría hecho lo mismo, pero no esperaba encontrármelo allí. Al llegar su lado y ver todo el percal abro mucho los ojos.

-A pedir de boca. Esto nos viene de perlas -Pienso emocionada al ver el todoterreno, el gordo no creo que sea un problema, aunque quizás sería mucho pedir que el todoterreno estuviera en buen estado. -Si los caníbales no lo han usado por algo será. Seguro que esta roto- Pienso negativamente.      

Llegaría junto a Lau y le daría un toquecito en el hombro para advertirle de mi presencia. ¿Estás bien? Le pregunto en un susurro, más para azuzarle que por verdadero interés, no es buen momento para hundirse en la autocompasión.

Me inspecciono la herida del costado, sigue sangrando pero es poca cosa. Trato de taponarla lo mejor que puedo mientras le pongo al día en voz baja.- Los de las jaulas han conseguido escapar, incluso tu amigo Jon- Le digo sin poder evitar un deje despectivo al pronunciar el nombre del reportero- Etain los está guiando pero a pie y con heridos no llegarán muy lejos.

Crees que puedes distraer al tío ese? -Le pregunto señalándole al gordo que parece estar dándose un banquete. -Si te presta atención a ti, tal vez pueda acercarme por su espalda y despacharlo en silencio. - Me quedo unos segundos esperando una respuesta antes de buscar la espalda del tipo. Lo intentaré de todas formas, pero siempre será mejor si él colabora. 

Apretaría un poco el volante de manera impaciente mientras subían, casi maldiciendo por dentro. Al escuchar a Sam afirmaría con la cabeza -Manténte a salvo.- Le rogaría y sin pensarlo mas, pisaría el acelerador. -Les recomiendo agarrarse a algo -Iría por Vincent tan rápido como pudiera, rezando por llegar a tiempo.

El paralizado chico consiguió que su cuerpo reaccionase ante el contacto de la joven asiática, una suave palmada en el hombro que causó que su cuerpo se tensase al instante. Sin duda no se lo esperó. Escasas ocasiones que le habían pillado con la guardia baja, y no fue para menos teniendo en cuenta que el temor le hizo sacar su lado menos valiente que le hizo dejar atrás la misión de rescate, y a los demás.

La escena del gordo que había devorado parte de una chica, le removieron el estómago, un sabor amargo inundó su boca. No tuvo más remedio que desviar su mirada de desconcierto, y sus ojos se clavaron a la chica, en concreto a su herida. Los ojos se le abrieron, al igual que la boca. Después su atención se fijó en el rostro de la chica que le habló de los heridos, y contra todo el pronóstico inundando de desesperanza en todo su esplendor que tuvo en mente, habían salido airosos. Incluso Jon y Etain. Aquello le dio fuerzas.

Afiló su mirada al enemigo. Aún no los había visto, una suerte. Una que no duraría eternamente, había que actuar rápido. Asintió ante la sugerencia de la chica. Sin duda la mejor elección. Él ileso y ni idea de sigilo, ella todo lo contrario. La mejor opción. Eran dos contra uno. Nada que ver con la anterior escena. – Escóndete. Y dame la señal cuando estés lista. – Le dijo a modo de respuesta, con una voz tan baja, que casi pareció que la perdiese en cualquier momento.

Se preparó con sus armas, tomó aliento. Necesitó mantenerse sereno, y la furia, la rabia, desapareció hasta dejar paso la pesadumbre. Y en silencio, esperó a que la joven le hiciese caso, no era cuestión de captar la atención del tiempo con los dos a la vista. Y con el panorama actual, ella herida, y los otros también, los vehículos se convirtieron en una prioridad.

Resumen 2º turno de combate.

Austin trata de repetir el disparo con el brazalete, aunque es todo un milagro que pueda manejar un artilugio alienígena el control que ejerce sobre él es todavía bastante precario y nuevamente el arma no se activa al perder la concentración.  

Emma le grita al único caníbal que queda en pie, tratando de intimidarlo, pero antes de que el caníbal pueda tomar una decisión Tim finiquita el asunto con dos disparos.

Todo termina tan súbitamente como empieza quedando el campo de batalla en un silencio que contrasta con los frenéticos momentos vividos hace unos instantes.

El motor de la furgoneta de los caníbales os sobresalta cuando el ventilador se enciende automáticamente para refrigerar el motor del destartalado vehículo.

Vuestra camioneta tiene la moto y algunos restos humanos incrustados en los bajos, no parece nada grave, pero os llevará un tiempo ponerla a punto.

Amortiguados por la distancia os llegan lo que no pueden ser sino disparos provenientes del campamento de los caníbales, parece que todavía se lucha en algunas partes. Hacia el este, una gran columna de humo negro se levanta en la dirección por la que se fueron Sam, Cass y Becca con el todoterreno.

Vincent intenta disparar casi a bocajarro al caníbal que se le viene encima pero en el arma se le encasquilla en el momento menos adecuado, dejándolo bastante vendido.

Vincent intenta huír pero el caníbal le da alcance y le lanza un machetazo que rasga ropa y piel abriendo un surco rojo en la espalda del profesor.

Los disparos de Tim me sobresaltan justo cuando pienso coger el fusil. Cuando miro, el caníbal está en el suelo muerto. 

Con la chatarra en el suelo, y el fusil agarrado y apuntando a los cuerpos, todavía tengo la respiración agitada y tiemblo aún con la rabia y la inquietud en el cuerpo. Durante unos segundos de absoluto silencio comparto miradas con Tim y con Austin, que se me hacen una eternidad, hasta que el motor de la otra furgo hace un ruido raro que me hace pegar un saltito y apuntar hacia ella. Por suerte no era "nadie" vivo.

Entonces  me muevo, mirando nerviosamente a todas partes, como si fuese a aparecer otra de aquellas berenjenas-monstruo de cualquier rincón u otro caníbal con machete saltando de cualquier parte detrás mío, y me acerco a los cuerpos sin dejar de apuntarles. 

El corazón aún me palpita fuerte, y la nariz seguirá doliendo probablemente durante días. Busco sus armas para quitárselas o apartarlas con el pie, pero no dejo de apuntar directamente a su cuerpo. *A la mínima que uno se mueva apretaré el gatillo hasta reventarle los sesos!!-  pienso algo histéricamente, aún con el frenesí en las venas, que todavía puede notarse en mi respiración agitada y la mirada. Claro que con la nariz así, poco voy a poder respirar con calma.

-Ti..Im - Sale de mi garganta su nombre como un gallo desafinado -  la moto está... tenemos... Hay que sacar esa moto de ahi.. - mi mente está algo confusa. Entre el dolor, las ganas de matar a los cabrones del suelo, y los disparos de fondo. Pero me doy cuenta de Tim y de Austin y mi mente se estabiliza un poco - Estáis... bien?.. - me parece ver restos de sangre en la nariz de Austin .

Espero haberles desarmado a todos, y pongo las armas en la camioneta.

Becca también se baja del todoterreno para dejar su sitio al mando de la ametralladora, al coronel.

¡Vamos!-  Mc Knight golpea el techo del todoterreno azuzando a Cass para que acelere. La conductora no se hace de rogar y el todoterreno sale derrapando hacia la colina en la que hasta hace no mucho se escuchaban disparos, aunque ahora ya no se escuchan disparos ni nada, puede que sea demasiado tarde para ayudar al profesor.

Dejas atrás  a Sam y a Etain junto a  otras cuatro personas que no caben en el todoterreno y en cuestión de minutos llegas a la cima de la colina. Por el suelo están los cadáveres de varios caníbales, solo hay dos personas vivas, una es Vincent el otro es un caníbal que se lanza contra él.

Puedes ver como Vincent intenta dispararle a bocajarro, pero el arma se le atasca en el peor momento. El profesor intenta escapar pero el caníbal le da alcance y le da un machetazo, cortando ropa y carne, abriendo un surco rojo en su espalda.

Seis personas os quedáis en tierra, Jon , Becca, el profesor Zimmerman y Hanna están con vosotras dos. Los demás han subido al todoterreno que se aleja hacia la colina dejándoos rápidamente atrás.

Vais siguiendo al todoterreno lo más rápido que podéis, pero Hanna no tarda en daros la voz de aviso.  -Chicas, tenemos compañía.

Siguiendo la línea de su dedo no tardáis en ver las siluetas de vuestros perseguidores, una veintena de caníbales os persiguen, afortunadamente van a pie aunque aún así os van recortando distancias. Están bastante lejos, pero pronto queda claro que no conseguiréis llegar junto a vuestros amigos antes de que ellos os alcancen a vosotros.  

Mierda- Mascullo al ver a los caníbales.  Siempre que algo pueda salir mal…  saldrá mal, ya lo decía el pseudo profeta de Murphy, pero como persona racional me enerva constatar que esa absurda lógica siempre se cumple.  

¿Qué armas tenemos?- Les pregunto sacando mi pistola, con el inevitable enfrentamiento en mente aunque descartando la idea casi al instante. Si están tan pirados que durante la persecución en esnifaban pegamento y saltaban de sus vehículos al nuestro…   no creo que cuatro pistolas, en el caso de tenerlas, detengan a veinte de esos chalados.

Estamos jodidas – Pienso tragando saliva sin encontrar una solución -¡Iros! a lo mejor puedo distraerlos un rato.  De algo hay que morir…