Partida Rol por web

El comedor está tan lleno como siempre a la hora de la comida. Diferentes grupos de alumnos se alimentan y conversan, discuten e intercambian novedades.

Parece ser una tarde tranquila. El clima está un poco nublado, puede que llegue una bonita lluvia veraniega por la noche, quizás sea de las últimas ahora que tan poco tiempo le queda la otoño por llegar.

Adel fue de las primeras en llegar al comedor, ya que se había saltado parte de la clase de Demian para ir a la enfermería. Se sentó en una mesa algo apartada para estar sola y que la mínima gente posible la viese en ese estado cansado y ligeramente desarreglado. Claro, había tenido que usar mallas negras y chaqueta para que no se viesen la cantidad de sarpullidos que tenía. Al menos ya no picaban, Haibara le había dado un buen remedio.
Estaba furiosa y triste porque había quedado mal ante el buenorro de Demian... Ella quería aprovechar ese día para coquetear con él... Y sólo había quedado como una tonta. Al menos Kross no se acercó a preguntar o a soltar un comentario estúpido de los suyos, quizá eso habría sido lo que más le doliese.

Juega con una hoja de lechuga en su plato, desganada, mientras espera que pase el rato. A ver si llega Devi pronto al comedor y charla un rato con ella. No le importaría explicarle lo que le ha pasado, con ella puede contar. El problema es que seguro que viene con la enana insoportable y no tenia ningunas ganas de verla.
Agarra el tenedor con fuerza y lo clava en una aceituna, rabiosa.

Akairaku era la otra cara de la moneda de Adel. Llegó realmente contenta al comedor, con una sonrisa de oreja a oreja por haber tenido un buen entrenamiento y en general, unos buenos primeros dias de clase. Y luego debia quedar con Flay para ir al club. Se sonrojó un poco al pensar en eso, mientras recogia la comida en la bandeja. Tenia ganas de comer algo de carne y patatas fritas, con un par de dulces de postre, y tras cogerlo y sentarse, se fijo en la muchacha de pelo azul. 

Contuvo discretamente la risa al verla tan tapadita y fue comiendo con tranquilidad, hasta que no pudo mas.
- Que guapa estas hoy Adel, te sienta bien ir asi. Casi hasta pareces una buena chica. ¿Te encuentras bien?- morderse la lengua en ese momento, para ella, habia sido demasiado. Y más si recordaba la preparación de la broma que le habia hecho. Que pena que Adel no habia dormido de lado o con la cara en la almohada, porque entonces tendria sarpullidos por la cara tambien. 

Con las manos en los bolsillos y cara de dormido, Kross escudriñaba la comida disponible para el almuerzo. Pone cara de feliz cumpleaños cuando al fin encuentra lo que buscaba: un pastel de crema batida con merengue picado y fresas, de dos pisos. Sin ir a buscar un plato coge la fuente con todo su contenido y se lo lleva a su mesa, sacando de la nada una cucharita de plata para comenzar a disfrutar de ese manjar delicioso.

-Ahí están las dos de nuevo... Pero hoy no creo que la tetona esté como para devolver los pelotazos.- Se pone a pensar con la cuchara en la boca mientras las mira desde lejos saludarse. Entre el murmullo de los alumnos en el comedor no alcanza a oír muy bien lo que se dicen. -Espero que la otra se controle.

Adel rueda los ojos con hastío. Tal y como se temía, ese no iba a ser un buen día. Le gira la cara a Akai intentando hacer ver que su comentario se lo pasaba por ahí, pero se notaba de lejos lo mucho que le había jodido eso.
No podía quedarse de brazos cruzados como una tonta mientras Akai se sumaba un tanto. No sospechaba de momento que haya sido la enana la responsable de su estado, pero sin duda estaba usándolo para reírse de ella.
Tras terminar de comer aparta el plato y se acerca a la mesa de la pirómana, agarra una jarra de agua y por un momento siente el impulso de tirárselo a la cara, pero no sabe cómo es capaz de contenerse. Se la queda mirando, desafiante, y finalmente sonríe maléfica.
-Disfruta de la comida. -Incluso le sirve agua en el vaso, aparentando tranquilidad-. Quizá no la disfrutes tanto en breve, preciosa.

Notaba la ira que hervia en las venas de la muchacha, y notó que ciertamente el juego era divertido. Asi que lo seguiria. Esta vez, puso una mueca de confusión.
- Oye... no entiendo que te pasa. Solo estaba siendo sincera. Asi la gente se fijará en tu personalidad y no encontrarás a tantos idiotas superficiales. No lo dije a malas.- esta vez, intentaba que se sintiese culpable por portarse mal con ella. Realmente, Akai no tenia que saber que estaba llena de ronchas, ¿no? Suspiró y desvió la vista de nuevo a la comida, mordiendose el interior de las mejillas para no sonreir. Tenia la cara oculta por el pelo mientras movia el tenedor por el plato.
- Solo pensé que habiamos empezado con mal pie.- lo dijo en voz bajita, casi como triste, aunque se moria por reirse.

El comedor de la escuela era un espacio cavernoso con alto techo que le recordaba mucho al gran salon de bailes de Canaan con la unica diferencia que donde uno habia sido un salon vacio y lleno de telarañas que hablaba del esplendor de dias pasados aquel era un salon alegre y bivrante lleno del olor de las comidas y las charlas de los alumnos. Con una mirada un tanto ausente Roland se sirvio algo de carne y algo que parecia ser un estofado estando aun un tanto estupefacto ante la abundancia y colorido de las comidas que ofrecia aquel lugar,aunque despues de años de recorrer una tierra yerma comiendo aquello que podia encontrar incluso la mesa de un sirviente le habria parecido un festin en aquel momento.

Vadeando varios grupos de estudiantes finalmente se sento luego de ubicar una cabellera de fuego en medio de la multitud-hola-dijo en un tono neutral mientras comenzaba a comer su plato con la mecanicidad de alguien que come solo para obtener sustento y no realmente buscando sabores(aunque incluso asi no pudo evitar maravillarse de lo bien que sabia),aun estaba un tanto perdido y por eso buscaba gente que le resultara familiar en medio de todo aquello.

-Te juro, maldita criaja, que te haré la vida imposible en esta academia. -la señala con un dedo-. Tú estás intentando sacar lo peor de mi, y acabarás arrepintiéndote. Encontraré todos tus malditos puntos débiles y clavaré allí dientes, uñas y lo que haga falta. ¡Te JURO que te voy amargar! -Akai la sacaba de sus casillas... Hasta que ella vino no tenía relativamente ningún problema con nadie, a pesar de que Kross es un poco estúpido y no podía evitar discutir con él en ocasiones. Pero esa... Esa iba a arrepentirse de haber pisado el suelo de esa escuela. Estaba que sacaba humo, podría decirse que estaba poniéndose tan roja que iba a echar llamas ella.

Akai casi no podia mas, le encantaba que estuviese tan rabiosa, casi tanto como a ella el otro dia, que lo estuviera Akai.

- Creo que deberias ir a la enfermeria, pareces tener fiebre. En serio muchacha, no se que te he dicho ahora para que saltes asi.- se encogió de hombros para hacerse la indiferente ante sus gritos, demasiado divertida como para tomarla en serio. Quizás era porque ella llevaba la ventaja por ahora, pero probablemente tardarian poco en cambiar la balanza de humores. Le sacó la lengua y se giro hacia Roland, que se habia sentado a su lado.
- ¡Hey! Hola. Siento los gritos, yo tampoco entiendo que le pasa. Suele ponerse asi a menudo. Creo que esta en sus dias, ya sabes.- esta vez si que no pudo contener la sonrisilla, se notaba que estaba devolviendosela a su manera.

Al parecer habia llegado en un mal momento porque Akairaku estaba discutiendo con una chica de cabello azul que parecia estar muy enojada con ella a juzgar por las amenazas que le estaba lanzando en su direccion-no te disculpes,aquellos que gritan generalmente lo hacen para ocultar la debilidad de sus amenazas-dijo el en una voz moderada mientras continuaba comiendo mirando alternativamente a las dos muchachas, la idea de que la del pelo azul tenia algun tipo de afliccion parecia confirmarse por el extraño sarpullido que cubria su cuerpo y tenia un aspecto bastante preocupante-si yo fuera tu iria a un medico a revisarme en lugar de perder tiempo con amenazas-continuo esperando poder ayudar a que la chica pensara con claridad en lugar de seguir hirviendo en rabia.

-No sé quién eres tú, pero no te metas en algo que no tienes ni idea. -le suelta a Roland, mirándolo de reojo. Después suspira, intentando relajarse, y se larga de allí para intentar olvidarse del tema. Va a buscar algo que hacer.

La pelea entre Adel y Akai atrajo un poco de atención pero tan pronto como se separaron el ambiente volvió a la normalidad.

Los alumnos comen y disfrutan de un descanso. Los que han tomado solo dos asignaturas optativas ya planean que hacer el fin de semana y la gran mayoría parecen apenarse de su decisión. Al menos tienen todas las tardes libres...

Suena una campanilla durante largos segundos, poco a poco el comedor se sume en el silencio y las miradas de los alumnos se vierten a la larga mesa donde están los profesores y otros integrantes del staff de la Academia (esencialmente los Guardianes), algo más elevada que las demás y orientada horizontalmente en la larga sala, mientras que el resto de mesas están orientadas de forma vertical de modo tal que en ningún momento hay algún alumno dandole la espalda a ellos.

Parece que la directora estaba llamando la atención con esa campanilla. Una vez está segura de haberla captado, anuncia:

-Este es un anuncio para los chicos y chicas del Primer Curso: Ahora que llega el fin de semana, deben saber que tienen la posibilidad de salir de la Academia y explorar la ciudad a placer, aunque deben estar de vuelta en la Academia antes de las doce de la noche a menos que estén acompañados de un alumno de Segundo Curso o superior y tan solo tras dejar un aviso en Asuntos Estudiantiles.

-Recuerden todos que pueden dejar anuncios en Asuntos Estudiantiles. La secretaria gestionará cualquier encargo que hagan al igual que las recompensas, de haberlas.

-Por último, les aviso que no todos los profesores estaremos disponibles durante el fin de semana y les deseo a todos un buen fin de semana.

Dicho esto la directora se volvió a sentar. Poco a poco el comedor volvió a llenarse del sonido de muchos alumnos hablando.

-¡Oye!-, una voz familiar suena detrás de Kross. Es la profesora Alma.

-Recuerda que mañana vamos a Humnom, ¿Eh?-, le da unas palmaditas en el hombro. -¿Quieres que vayamos por la mañana o por la tarde?-

Tras acabar el pastel y dejar en la fuente solo migajas, Kross se levanta de la mesa y con paso decidido va hasta donde la discusión está entrando en calor.

-Ten, es para levantar los ánimos.- Le deja sobre la mesa frente a Adel un cartón de leche de fresa. Y luego le habla a Akairaku. -Y tú.- La señala con el dedo, pero sin elevar la voz ni expresar algo que no sea cara de idiota. -Intenta molestarla menos, sospecho que está en sus días y tengo entendido que las chicas suelen ponerse temperamentales y deprimirse durante esas fechas.

Mientras habla aparece Roland también intentando calmar la situación. -A ti nunca te he visto. Vienes de la dimensión de los bishonen?

Cuando siente detrás la voz de Alma se da vuelta y responde rascándose el oído. -Sí, sí lo recuerdo. Sabes? he estado indagando a todo el mundo, y todos los caminos conducen a esa amiga vuestra.
-Se siente como un reloj de arena, todo converge en un punto luego del cual uno nunca sabe a dónde va a ir a parar...- Se rasca la cabeza con los ojos entrecerrados. -Aunque no tengo ni idea de lo que estoy diciendo.

-Me gustaría ir durante la mañana.- Pone una leve sonrisa. Fuera de sus compañeros de taller, Alma es uno de los pocos que más o menos le caen bien, ya que casi hablan el mismo idioma. La otra persona es Robert. -Si vamos por la tarde puede luego caer la noche y a mí me da miedito.

La profesora suelta una pequeña risa antes de asentir. -Ya, Ñyan tiene ese efecto, lo de que las cosas terminen convergiendo en ella. Para bien o para mal.

-¡Venga! Mañana por la mañana te espero en mi despacho, el que está cerca de los Talleres.

Akairaku resopló cansada. Estaban empezando a quitarle las ganas de comer. Miró fijamente a Kross con molestia, observandole con algo de rabia.
- Para empezar. No le he dicho nada. Estan todos de testigo. Simplemente le pregunte que como se encontraba y que estaba mas guapa vestida tapadita que enseñando mas carne que uniforme, y casi me come viva. No se que coño quereis que haga. Si soy buena malo, si soy mala, malo. Iros al...- Se mordió la lengua, ya hasta las narices. Aunque no es que fuese inocente, claro. Pero al parecer habia olvidado que Adel estaba asi por su culpa y venganza. Detalles menores~. 

Lo del fin de semana, la dejó algo dudosa. No tenia planes, ni sabia que hacer. Nunca habia salido del circulo inferior y no sabia si le iba a ir tan bien en el medio. Podria perderse o a saber que mas. Y tampoco tenia nadie con quien ir. Se desanimo un poco y dejo la comida a medias para atacar los postres. El azucar lo aliviaba todo. Luego por la tarde se tenia que pasar a ver a Flay para lo del club, pero aparte de eso, no tenia nada mas que hacer. 

Kross escuchaba a la pequeña Akairaku con cara de dormido. Prácticamente le entraba por un oído y le salía por el otro toda la perorata que le decía. -Sii sii... Entiendo.- Responde como quien no quiere la cosa.

Luego ve que arremete contra los postres. -Ah, tienes buen gusto.- Se cruza de brazos, mirándola comer con la misma cara de dormido que tenía cuando la escuchaba. -El azúcar tiene poderes milagrosos que ningún ser humano ha logrado descifrar aún.- Coge una rebanada de pan sobre la cual derrama un pote entero de miel, para luego esparcir azúcar hasta que no queda ningún espacio libre. -Uno no puede simplemente resistirse.- Dice dándole una mordida y hablando mientras mastica.

Luego se despide de Alma y se va caminando mientras come, sin prestarle atención a nadie en particular, planeaba echarse una prolongada siesta en el taller. Pero mientras camina se encuentra con un tablón de anuncios con cosas que llaman mucho su atención. Principalmente la mención de dinero. -Epa, y esto?- Se queda ojeando un rato, parecen recados. En el rostro de Kross se dibuja una gran sonrisa, acentuando la cara de tonto que tiene.

Se queda un buen rato pensando, pues la idea de probar un pastel exótico no era para nada mala, pero la recompensa que ofrecía ese tal Hatkins era tres veces más!
Mientras duda se frota los ojos con los dedos. -Aaah... Creo que haré las dos. O no. De la primera solo me importa el pastel, podría hacer que otro lo haga y que luego me enseñe la receta.- Junta las manos una vez se decide. -Sí, iré a buscar al Hattoman ese.

Y se pone en marcha, buscando a Dom Hatkins por todas partes, preguntando por él a toda persona que se cruza.