Partida Rol por web

El día siguiente comenzó con la lluvia atenuada, la tormenta parece que estaba pronta de pasar. Tan solo suaves lloviznas acompañan la mañana.

Ami y Wen despertaron a media mañana, tras que la mayoría de los alumnos ya se hayan ido de allí. Los que quedaron eran los que no tomaron clases por las mañanas de los Sábados, parecería: Vaguean y descansan después de una primera semana llena de nuevas experiencias y extraños aprendizajes.

Escuchando a los chicos hablar se enteraron de que el desayuno se sirve en el Comedor, ¡Lo cual era de esperarse! Parece que hay duchas cerda de la torre donde está cada uno, lo cual es bastante conveniente~

Tras los correspondientes aseos y desayunar, los dos nuevos se encuentran por los pasillos justo cuando llega una figura conocida a saludarles...

-¡Hola!-, la niña de cabellos rosados se acerca. La hija de la directora sonríe contenta y agita las manos con alegría.

-Mi mami me dijo que papá está dando una clase de repaso en la Sala de Estudios... ¡Yo los llevo!-, y sin esperar respuesta les toma de las manos y 'arrastra'. Bueno, lo intenta, no es que tenga la fuerza para hacer que se muevan un solo centímetro si no quieren acompañarla... Pero definitivamente es demasiado mona para negarse.

Cerca parece que un grupo de cuatro estudiantes ha escuchado eso. Se acercan, parece que van a seguirlos.

-¿Una clase de repaso? Deberíamos ir nosotros... ¿No?

-No, ¿Para qué?

-Seguro no han hecho mucho esta primera semana...

-Yo pasaré. Voy a entrenar al gimnasio.

-No deberías tomarte esto a la ligera, Ike...

-Deberías saber que la práctica no lo es todo.

-También hay que estudiar algo de teoría y crecer intelectualmente.

-... 

Están hablando entre ellos, cerca de Ami, Wen y Sabrina.

La noche había transcurrido sin ningún incidente, lo que era una buena señal, así que para empezar bien el día lo mejor sería una buena ducha fría. Recojo algunas cosas del baúl y me dirijo hacia las duchas, cruzándome con algún que otro alumno, al que saludo al paso.

Ya de vuelta, tras haber soltado lo que me llevé a los baños, estaba listo para tomar el desayuno y afrontar lo que sea que me deparara el día. Algo habría que hacer, la directora dijo algo de una clases optativas los sábados, puede que sea una buena forma de empezar, con algo no demasiado fuerte.

Cual es mi sorpresa al encontrarme a Ami tras volver del comedor, no esperaba que fuera a encontrarme tan pronto, pero ya no tenía mucho sentido tratar de esquivarla.

-Buenos días, pequeña -le saludo-. ¿Ha ido todo bien ésta noche? -probablemente habría hecho mejores migas todavía con la hija de la directora, esa era la parte buena de ser un niño, cualquier cosa te parecía maravillosa-.

Si antes pensaba en la pequeña del pelo rosa, antes aparecía. Con energías renovadas y noticias de su madre. Una clase de repaso para ponernos al día de lo que nos habíamos perdido. Puede que fuera incluso mejor que asistir a la optativa. Me coge de la mano y tira de mí, no puedo evitar reírme y dejarme llevar, se le veía demasiado ilusionada.

Mientras nos alejamos del pasillo, puedo escuchar la conversación que están manteniendo cuatro alumnos no muy lejos de donde estábamos. Puede que la postura del chico de la bandana en la frente fuera la que mejor se adaptara a mí, supongo que tendría tiempo para todo.

-Más o menos, ¿cuanto dura esa clase de repaso? -pregunto a Sabrina mientras tira de mí-.

La pequeña sonrió con alegría, asintiendo firme ante la primera pregunta de Wen.

Por el pasillo viajan diversos alumnos, todos parecen más o menos de la edad del chico nuevo... Que coincidencia que ha conocido primero a las dos alumnas más jóvenes de la Academia.

-¡Sipi! He dormido bien bien~-, la jovencita parece muy animada. Deben gustarle los días lluviosos... Definitivamente ha empeorado la lluvia, ahora que está terminando el medio-día.

-Papá dijo que la clase comenzaría en... Uui... Creo que una hora o algo así... Y terminaría por el final de la tarde..-, no parece acordarse muy bien.

- He dormido bien, aunque se hizo raro dormir en una cama que no es mía - le contesté a Wen mientras Sabrina tiraba de nosotros - Y he desayunado muy bien, como siempre me dicen, empezar bien desayunada, ayuda a una buena mañana.

Al ver que la niña nos arrastraba con mucha insistencia, me coloqué contenta a su lado. Estaba encantada de estar otra vez con ella, era una niña muy divertida. Aunque la clase de repaso no prometía ser muy divertida. Seguro que serían un montón de horas aburridas repasando cosas que habían echo. Yo prefería ir a jugar con Sabrina y conocer su dragón.

- ¿Tu vienes con nosotros a la clase de repaso, Sabrina?  le pregunté esperanzada.

-Eso es muy importante -respondo a Ami cuando dice lo de desayunar, sobre todo porque el día podía ser muy largo si las clases no paraban, aunque tratando con niños, algo me dice que eso no pasaría-.

Mientras las pequeñas siguen a lo suyo, yo continúo con la mosca detrás de la oreja. Dándole vueltas a lo que habían dicho en el pequeño corro que se había formado en los pasillos. Tendrían la misma edad que yo y, al parecer, inquietudes similares. Cuando la pequeña Sabrina me informa de que la clase podría empezar en una hora, siento una leve euforia y la idea de pasar por el gimnasio se hace más fuerte.

-Oye, Sabrina, si todavía queda una hora para que empiece la clase... ¿podríamos pasar por el gimnasio antes? Es que aún me pierdo por aquí -me sentía mal por utilizar a una pobre niña de esa manera, pero era la única forma de poder pasar por allí y poder asistir a la clase a tiempo. O eso creo-.

La pequeña chica asintió contenta. -¡Sí, vengan, vengan!-, dijo ella con alegría mientras emprendía prontamente el camino hacia la salida del castillo, la cual se encuentra muy cerca de la entrada al Comedor. Los cuatro alumnos que hablaban en el pasillo se quedan allí, aún entablando una conversación.

Al final del ancho puente y bajando por las escalinatas, Sabrina les hace virar a la izquierda: Siguiendo recto habrían llegado al portón de la Academia, el cual se encuentra abierto de par en par. Los alumnos parecen estar entrando y saliendo sin ningún problema. A la derecha está la bajada por la colina que lleva a una pequeña pradera que conecta con un bosque interno de la Academia, parecería, además de un bonito lago cristalino. Desde donde están no se puede ver muy bien que hay por allí o que tan grande son esas dos zonas.

Siguiendo por el camino que Sabrina les hizo tomar, pronto llegan a lo que parece una edificación oriental, definitivamente es un tipo de arquitectura diferente al usado para el castillo o la ciudad. Fuera hay algunas zonas circulares de unos cinco metros de diámetro, en ellas hay alumnos entrenando, tomando duelos amistosos entre ellos.

El edificio que marca el gimnasio no es demasiado amplio: Más parecería un pequeño templo si no se viese que dentro está preparado para usarse para entrenar. Aún así, se pueden ver pequeñas fuentes y jardines zen.

-¡Es aquí!

Al menos era fácil convencer a las pequeñas para desviar nuestro camino, también ayudaba que la pequeña Sabrina estuviera dispuesta a guiarnos por la zona, porque creo que yo no hubiera sido capaz de llegar hasta aquí solo, salvo que me hubiera puesto a preguntar varias veces para que me indicaran.

La diferencia de los edificios chocaba, puede que primero estuviera el templo y luego se alzara el resto del castillo, o puede que fuera al revés, pero estaba claro que no eran similares. Había actividad por allí, aunque claro, puede que fuera porque hoy es día libre y el resto no tuvieran clases, un problema por llegar tarde y tener que acudir al repaso, porque preferiría quedarme aquí y probar un poco.

-¿Este lugar suele estar así? -me refería a la actividad que había-. Por eso de que los alumnos no pueden salir del castillo entre semana y demás.

No sé cuanto quedaría para las clases, ni siquiera si me daría tiempo a intentarlo una vez. Aunque daría mala imagen si llegara el primer día sudado o manchado después de haber participado en un combate.

Troté al lado de Sabrina todo el camino, conversando de vez en cuando con ella sobre el desayuno y lo que les podrían esperar los siguientes días. Me alegraba de no tener que entrar todavía a la clase de repaso, cuanto más tarde tuviera que escuchar el sermón del profesor mejor.

Poco después llegamos a una zona de entrenamiento que despertó de inmediato mi interés - Uaaah, cuanta gente peleando, deben entrenar mucho. Me pregunto si yo también podría entrenar con ellos para hacerme fuerte - entonces miré mi cuerpo pequeño y luego la gente que entrenaba - bueno, al menos para que jueguen conmigo.

Wen estaba muy interesado en aquellos combates también - ¿Tu sabes pelear, Wen? Quiero verte pelear con ellos, seguro que eres muy fuerte - le animé a que se metiera en medio de uno de esos círculos.

-Creo que lo han entendido mal.-, dice una voz familiar, cerca de ellos.

La chica de cabellos azules que han visto la noche anterior en la habitación de las chicas se levanta, estaba sentada en el suelo mirando como los demás entrenaban. Parece que tiene un pequeño paraguas actualmente cerrado, después de todo hasta hace unos momentos estaba lloviznando y viendo el cielo uno puede asumir que seguramente siga lloviendo por la tarde...

-Todo esto es la Academia.-, le sonríe a los chicos, asintiendo. -Lo que no podemos hacer es salir fuera de las murallas por la semana:-, aclara antes de señalar al gran portón que ya vieron algunas veces ya.

-Todos podemos entrenar, creo, aunque... A mi solo me gusta mirar.-, la chica se lleva una mano a la nuca, sonriendo con un poco de vergüenza. -Es... No sé, divertido.

-Claro que sé pelear -sonrío a la pequeña, prefería no entrar al trapo con el comentario de Ami sobre si era fuerte. Fardar no era lo mío y mucho menos de algo así-. Pero recuerda que es para defenderse -muevo la mano hacia ella, mostrando el dedo índice, como si le estuviera sermoneando- no para buscar problemas -los problemas siempre te encuentran a ti antes...-.

Poco después de eso, apareció Sora, la chica que conocí anoche en los dormitorios femeninos, y añadió un comentario que me ayudaba a comprender un poco más todo ese lío que tengo sobre salir de la academia y qué partes eran accesibles y cuales no. Lo que estaba claro es que no podía salir de lo que delimitaba las murallas, todo lo que hubiera dentro sin problemas. Algo es algo.

-Oye, Sabrina -me giro a la pequeña de pelo rosa- ¿crees que me daría tiempo a probar? -señalo con la mirada hacia los círculos que se usaban para combates de entrenamiento. Al ver aquello, me podían las ganas por intentarlo, aunque fuera una vez. Algo me decía que me pasaría allí la mayoría del tiempo libre-.

Sabrina parece muy intrigada al escuchar que él sabe pelear. -Woh... ¿En serio? ¡Debes ser muy fuerte, sí!-, parece emocionarse ante la idea de verle luchar.

-¡Seguro hay tiempo, sí, sí!-, salta un poco en el lugar, ¿Realmente es su criterio confiable?

La chica peliazul se queda pensando ante la idea de Wen de probar su fuerza contra alguien.

-Supongo que cualquier oponente vale... ¿No? Uhm... Yo tendría cuidado con ese chico de ahí, es de Segundo Curso pero se pelea con los de Tercero sin problemas.-, señala a un pelirojo de aspecto bonachón y físico bien entrenado, parece que tiene las mangas de su ropa arrancadas, va enseñando músculos.

-Pero... Los demás creo que son todos de Primero... Creo...-, no parece demasiado segura, tiene miedo de aconsejar mal a Wen.

Tras alejarse del Comedor y pasear un poco por el castillo, Isen se encontró con que hay un varios alumnos entrenando cerca del Gimnasio, donde tuvo esa clase con Tao donde aprendió a sentir el agua.

Los alumnos que no están entrenando parecen ser nuevos, no reconoce más que a dos chicas: Una es una joven de pelo azul y la otra es una niña de pelo rosa. De los otros dos, una parece rondar por los doce años y el otro es de la edad de Isen. El chico de cabellos negros está examinando a quienes luchan como si buscase a alguien, quizás un oponente. Las demás solo hablan.

Me daba un poco de pena tener que recurrir a una niña pequeña para justificar la impuntualidad a la clase, pero ahora quería, más que antes, probar a los alumnos, probarme a mí mismo. Dirijo mi mirada hacia ese que Sora dice que es mejor evitar, y si era a quien todo el mundo evitaba era el mejor oponente contra quien probar mis habilidades. Que fuera de segundo, tercero o primero debería darme igual, ya que el tema de las edades variaba muchísimo entre alumnos. Quizás pudiera aprovechar la ventaja de ser mayor que el pelirrojo.

-¿Te importa aguantármelo? -le pregunto a Sora tras quitarme la chaqueta y quedarme con la camiseta. Llevar exceso de ropa durante una pelea era darle ventaja al oponente para que pudiera agarrarte, derribarte o frustrar un golpe claro. Si elegí a Sora, era porque las pequeñas no paraban quietas y, tras la lluvia, lo más probable es que acabara en el suelo-. Voy a ver que tal -hablo con decisión, algo que hasta el momento no había mostrado desde que llegué-.

Sin más, me acerco al círculo donde estaba el pelirrojo de la camiseta con las mangas arrancadas. Si estuviera en mitad de un combate, espero paciente a que termine para poder hablar con él sobre si quería o no practicar un poco.

Bajé un poco la cabeza cuando me reprendió - Claro, si yo lo decía en ese sentido - me hice la inocente, con un puchero. No me gustaba nada que me echaran sermones, por lo que siempre recurría a caritas y ojitos tiernos para saltármelos. Luego, por si acaso seguía con la charla, me acerqué un poco más a Sabrina.

Justo entonces, para mi sorpresa y alegría, decidió luchar. Intenté mantener un gesto serio y solemne, como si su pelea fuera un importante rito de iniciación. Aunque para mi era una oportunidad de ver lo que sabía hacer, y fardar de amigo. Cogí a Sabrina y Sora de la mano, y tiré de ellas para acercarnos un poco más donde iban a realizar las peleas. 

El pelirrojo que había dicho Sora, parecía realmente un duro contrincante. Wen tendría que andar con mucho ojo, pero si no podía con él, siempre podía consolarlo luego con un montón de dulces, después de todo, los dulces lo arreglaban todo.

Sora aceptó cordialmente sostener el abrigo, sonriendole con suavidad.

-Por supuesto. Lo cuidaré por tí.-

No parece que pretenda dejar que se ensucie~

En esos momentos, el pelirrojo se encuentra luchando contra una chica bastante pálida, de cabellos entre rosado oscuro y violeta.

El pelirrojo parece ser un poco más mayor que Wen.. Y definitivamente se lo ve fuerte. Está compitiendo contra la chica, él va con un espadón bastante... Curioso. Seguramente lo haya hecho él mismo, no parece de mala calidad. Tiene algunos engranajes y cosas raras y es definitivamente grandote y pesado.

El combate es un tanto intenso, ella es muy rápida y él parece muy fuerte y resistente.

Hablando de ella, parece ser muy ágil. A juzgar por la mardurez de su cuerpo, parece tener la edad del pelirrojo.

Lucha con una espada de largo medio, parece algo fina.

En un momento, el pelirrojo clava su espada en el suelo y una pequeña columna de tierra se dispara hacia la chica, la cual súbitamente desprende un aura negra antes de desvanecerse, reapareciendo tras Flay y ofreciendole una bonita patada en la espalda. Antes de que él se pueda terminar de girar, la chica se vuelve a teletransportar y aparece delante de él, alzando la mano. -Quizás puedas contra Ruko sin tener un Aspecto, pero contra mí no funcionará. Deberías haber seguido las reglas que tu mismo has propuesto y no usar magia.

-Ghk... Bah...-, él se está frotando aún la espalda, recuperándose del golpe. No le niega lo que ha dicho, pero tampoco lo acepta del todo. -Tu ganas, por ahora.-, se cruza de brazos y sonríe, con confianza de que eventualmente podrá contra ella.

Me quedo un poco apartado del círculo mientras dura la pelea. Observando a ambos mientras me quedo de brazos cruzados, viendo sus movimientos y sus reacciones. Si ver la columna de tierra consiguió sorprenderme, ver la capacidad de la chica para desaparecer y reaparecer en otro sitio se llevó todo mi interés. Si el comentario de Sora era cierto, el pelirrojo sería de segundo curso y la chica podría ser de tercero sin problemas, sobre todo tras ver el resultado del combate, ya que el chico no tenía demasiadas opciones ante la habilidad de ella.

Las palabras de la chica, eso del Aspecto, despierta mi interés, ¿qué sería eso? ¿tendría algo que ver con el elemento innato que me dijo Tao? Puede que más tarde tenga tiempo para hablar con ella sobre eso, pero de momento tenía que tener mi atención fija en el combate.

-Buen trabajo -digo para ambos, mientras sigo mirándolos tras terminar el combate-. Buen combate. Me gustaría probar con un combate de entrenamiento -digo ahora mirando al pelirrojo-, he oído que eres bastante bueno y me parece una buena opción para empezar -miro a la chica antes de continuar hablando- no te ofendas, pero tras lo que he visto, no te duraría ni 5 segundos.

Me quedé a unos pasos de distancia y me mantuve callada escuchando. Estaba deseando ver a Wen pelear, pero no quería otra reprimenda, por lo que aguanté mi entusiasmo y me senté en el suelo, meditando un poco todas las posibilidades. Yo era muy pequeña para esas peleas, pero ¿se podría pelear de otra manera?

- Sabrina, las peleas aquí sólo son así, ¿a ver cual es más fuerte? Me pregunto si habría alguna pelea en la que yo pudiera entrar para entrenarme, después de todo, si no avanzo la gente de mi pueblo estará decepcionada, y no quiero que pase eso.

La risueña pequeña se encoje un poco de hombros, contenta como siempre. -¡No lo sé! Creo que no. ¡Hay chicos que pelean a las cartas! Y... ¡Y con magia solo! No sé...-, se lleva una mano al mentón, como si intentase recordar.

En eso, interviene la mujer contra la que luchaba el pelirojo.