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La 7ma puerta: El resurgir de los heroes

Prologo: Donde los caminos convergen

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21/01/2013, 06:05

 

Prologo: “Donde los caminos convergen”

“El jabalí herido” no era una posada celebre por sus comidas, ni hospitalidad. Sin embargo se sabia en toda la ciudad de Num que entre la suciedad de los pisos y las telarañas colgando de las vigas de madera del techo, se ocultaban la peor calaña de toda la ciudad, si querias tramar algo oscuro ese era el lugar.
Korgoth la conocía bastante bien, como el ratonero gris había estado muchas veces allí buscando un comprador de su ultima adquisición o fijando el precio de su próximo trabajo. Raad Ndaam le había hecho llegar el mensaje de que le necesitaba para un trabajo, la paga según decía seria suficiente como para mantenerse inactivo por 10 años, aunque a él quizás le alcanzara para 5 gloriosos años, con las mejores mujeres y bebidas.
El lugar como siempre estaba repleto y el griterío de los borrachos, conformaba un buen ambiente para hablar sin temor a ser escuchado por oídos curiosos.  Un tío en una mesa arrinconada te hizo una seña cuando te dirgias a la barra para esperar, te costó reconocerlo, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez y no era exactamente como le recordabas. El tiempo le había sentado bien, ya no tenía la apariencia de novato temeroso, sino que en su mirada se notaba que había visto demasiadas cosas, esa misma mirada que tú mismo tenías.
Llevaba una capucha echada sobre su cabeza aunque no le ocultaba el rostro, pero le confería un aspecto misterioso. No había rastros del anciano mago que le acompañaba la ultima vez, en la mesa además de la jarra de hidromiel había un único vaso, y aunque se notaba que esperaba a otros, pues era una de esas enormes mesas que se usaban para apostar en juegos de cartas o comer un banquete para festejar un trabajo bien hecho.

Toma asiento Ratonero ¿o ya no usas ese nombre? – Dijo e hizo una seña a una camarera gorda que pasaba por allí. Cuando regreso con otro vaso para ti, Raad siguió hablando.- Te debía un favor, pues aquella vez salvaste mi pellejo y el de mi maestro Nimor. El lamentablemente ya no está para pagar su deuda, pero yo honrare su memoria duplicando tu parte.

Su mirada dejo de prestarte atención y continuo hablando algunas cosas, pero para entonces tus ojos se habían desviado hacia donde él había mirado, de hecho toda la posada miraba a la hembra descomunal que había entrado, su nombre se te escapaba, pero ese cuerpo jamás lo olvidarías. Ella también había estado en el asunto del Gremio, después de aquella noche juntos no le habías vuelto a ver un pelo, aunque en varias ocasiones escuchaste historias que hablaban de su bravura y bestialidad al castigar a los opresores.
Raad le hizo señas y al acercarse, luego de tener que apartar bruscamente a un par de ebrios que creían que tendrían suerte esa noche, el hombre de la capucha la descorrió, dejando al descubierto una lujosa tiara con una gema granate en la frente, segunramente estuviera valuada en más de cien monedas de oro en cualquier mercado negro. Hizo un ligero quiebre inclinándose ante la belleza y le habló.
- Gracias por acudir tú también, estaba aquí con este viejo amigo que quizás recuerdes. Juntos hicieron un gran trabajo para escapar del Gremio y tengo entendido que luego tu sola te has enfrentado a cosas aún peores, como un particular grupo de Gnolls bastante interesados en el rapto de doncellas. El viejo Grrarklam extraña su ojo aun, aunque la última vez que le vi lo había reemplazado por un rubí.
Te sirvió un trago y levantando su vaso brindo por los viejos tiempos y la memoria del viejo Nimor. Luego narro un poco sobre sus desventuras tras ser liberado del Gremio, incitándoles a ustedes dos a hacer lo mismo. Cuando le preguntaste sobre más detalles del trabajo que había propuesto, dijo que en cuanto llegaran los otros detallaría todo. Estaban hablando cuando un hombre, que casi parecía un noble por la forma en que vestia y su porte gallardo, interrumpio.
- Ya solo falta uno – Dijo Ndaam y señalando al recién llegado procedio a las presentaciones – Korgoth, Red Alice…Azrael. No se dejen engañar por su apariencia, su fiereza en combate podría rivalizar con la tuya muchacha.
Finalmente luego de hablar cada uno un poco de sus aventuras, cuando la medianoche se acercaba y ya habían bebido un par de jarras de cerveza, hidromiel y aguardiente, llego el ultimo integrante. Parecia un animal salvaje suelto en medio de la plaza mayor, su mirada furtiva iba de un lado a otro, agitando su capucha de piel de bestia, sus musculos tensos listos para saltar o asestar un golpe al primero que intentara algún movimiento brusco demasiado cerca suyo. El salvaje había formado parte en el escape del Gremio, y era conocido ya de antes de Nimor y Raad, aunque tras ser liberado se marchó sin siquiera decir adiós.
- Roargh, aquí están Azrael, Red Alice y Korgoth. Les he reunido para pedirles ayuda con una tarea particularmente difícil que debo llevar acabo. – Antes que Korgoth objetara algo al escuchar lo de pedir ayuda, el aventurero agrego mirándole – Cada uno recibirá su pago, en metálico aquellos que así lo quieran, en forma de venganza para otros  o como una forma de ganar traer algo de luz allí donde hay oscuridad.

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21/01/2013, 06:11

 

 

Prologo: “Donde los caminos convergen”

“El jabalí herido” era el lugar de la reunión, eso posiblemente fuera un dolor de cabeza, despues de todo sabias lo que causabas en los hombres y como estos se comportaban en grupos numerosos y con algo de alcohol encima. Sin embargo el mensaje de Raad Ndaam era prometedor, dejando de lado los elogios hablaba de tu cuenta pendiente, de aquel que en lo que te parecía otra vida, había acabado contigo. O mejor dicho, te hizo renacer en Red Alice.
El maldito shaman gnoll, tendria un recuerdo tuyo para siempre, su cuenca derecha vacia y la cicatriz a lo largo de todo el hocico inmundo habian sido en aquel entonces suficiente para mostrarle que habia sido un error darte por muerta. Aunque quizas si lo estuvieras despues de todo. 
Entraste en el antro, he inmediatamente todas las miradas se posaron en ti. La seña de un hombre encapuchado en una lejana mesa retirada del resto enseguida te atrajo la atencion, esperando que no fuera ningun idiota adinerado tomandote por prostituta, te encaminaste dejando tirados en el camino a unos energumenos que se te cruzaron por el camino.

El hombre de la capucha la descorrió e hizo un ligero quiebre inclinándose ante ti, llamaba la atencion el cambio operado en aquel jovencito miedoso que salvaron de las garras de los esclavistas, ahora aunque su rostro fuera el mismo, tenia la seguridad de todo un hombre.
- Gracias por acudir tú también, estaba aquí con este viejo amigo que quizás recuerdes. ​ Juntos hicieron un gran trabajo para escapar del Gremio y tengo entendido que luego tu sola te has enfrentado a cosas aún peores, como un particular grupo de Gnolls bastante interesados en el rapto de doncellas. El viejo Grrarklam extraña su ojo aun, aunque la última vez que le vi lo había reemplazado por un rubí.
Le sirvió un trago al otro hombre sentado en la mesa, no tardaste en reconocerlo, "el ratonero gris" se hacia llamar. Raad levantó su vaso brindo por los viejos tiempos y la memoria del viejo Nimor, el anciano mago que hacia las veces de tutor y maestro de Raad. Luego narró un poco sobre sus desventuras tras ser liberado del Gremio, incitándoles a ustedes dos a hacer lo mismo. Cuando le preguntaste sobre más detalles del trabajo que había propuesto, dijo que en cuanto llegaran los otros detallaría todo. Estaban hablando cuando un hombre, que casi parecía un noble por la forma en que vestía y su porte gallardo, interrumpió.
- Ya solo falta uno – Dijo Ndaam y señalando al recién llegado procedio a las presentaciones – Korgoth, Red Alice…Azrael. No se dejen engañar por su apariencia, su fiereza en combate podría rivalizar con la tuya muchacha.
Finalmente luego de hablar cada uno un poco de sus aventuras, cuando la medianoche se acercaba y ya habían bebido un par de jarras de cerveza, hidromiel y aguardiente, llego el ultimo integrante. Parecía un animal salvaje suelto en medio de la plaza mayor, su mirada furtiva iba de un lado a otro, agitando su capucha de piel de bestia, sus musculos tensos listos para saltar o asestar un golpe al primero que intentara algún movimiento brusco demasiado cerca suyo. El salvaje había formado parte en el escape del Gremio, y era conocido ya de antes de Nimor y Raad, aunque tras ser liberado se marchó sin siquiera decir adiós.
- Roargh, aquí están Azrael, Red Alice y Korgoth. Les he reunido para pedirles ayuda con una tarea particularmente difícil que debo llevar acabo.
Cada uno recibirá su pago, en metálico aquellos que así lo quieran, en forma de venganza para otros – Dijo y miro a Alice  – o como una forma de ganar traer algo de luz allí donde hay oscuridad.

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21/01/2013, 06:25

 

Prologo: “Donde los caminos convergen”

“El jabalí herido” se llamaba el antro donde aquel hombre llamado Raad Ndaam te había citado, el mensaje ponía que tenia cierta información que podría serte util, sin mencionarlo en ninguna parte daba a entender no solo que conocía algo de tu verdadera naturaleza, sino que la llamada era relacionada con esto mismo. No hacía mucho que le habías conocido, enfrentando ambos a aquel licantropo y sus vastagos malditos. Sus conocimientos de magia no solo resultaban utiles, tambien parecian ser mucho más vastos de lo que hasta ahora habías conocido. 
Aunque te sentirias más seguro de entrar en un sitio asi con tu armadura puesta, no querias traer contra ti la furia de una muchedumbre asustada, sabias que el poblado era bastante supersticioso y aquellos que habian visto tu "verdadero" rostro por poco se morian del susto, obviamente nadie dio las gracias por deshacerte del licantropo e incluso has oido que se murmuraba que el diablo en persona le había llevado por no cumplir con la pactada entrega de almas.
Vestido con tu ropa "elegante" llegaste al lugar y caminaste con todo tu porte, decidido y altivo. La tiara del hechicero te ahorro el trabajo de preguntar por el, la gema engarzada a la altura de su cien era como un faro que te atraia, te preguntabas como se atrevia a mostrarla en un lugar asi.

- Ya solo falta uno – Dijo Ndaam y señalando al recién llegado procedió a las presentaciones – Korgoth, Red Alice…Azrael. No se dejen engañar por su apariencia, su fiereza en combate podría rivalizar con la tuya muchacha.
Finalmente luego de hablar cada uno un poco de sus aventuras, cuando la medianoche se acercaba y ya habían bebido un par de jarras de cerveza, hidromiel y aguardiente, llego el ultimo integrante. Parecia un animal salvaje suelto en medio de la plaza mayor, su mirada furtiva iba de un lado a otro, agitando su capucha de piel de bestia, sus musculos tensos listos para saltar o asestar un golpe al primero que intentara algún movimiento brusco demasiado cerca suyo.
- Roargh, aquí están Azrael, Red Alice y Korgoth. Les he reunido para pedirles ayuda con una tarea particularmente difícil que debo llevar acabo.
Cada uno recibirá su pago, en metálico aquellos que así lo quieran, en forma de venganza para otros  o como una forma de ganar traer algo de luz allí donde hay oscuridad – finalizo sin demasiadas explicaciones con la mirada clavada en Azrael.
 

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21/01/2013, 06:38

 

Prologo: “Donde los caminos convergen”

El mensaje habia llegado magicamente a ti, en medio de la nada mientras buscabas siguiendo la pista de una criatura que prometia ser la que venias siguiendo desde dejar tu  poblado hace mucho tiempo. Te costo reconocer la procedencia del mismo, pero luego lograste recordar quien era Raad Ndaam, aquel joven que olia a miedo, acompañado del anciano poderoso que te recordaba al shaman de tu tribu. 
El mensaje te citaba a encontrarte en una taberna de un poblado que quedaba en la direccion que te dirigias, no perdias nada con acudir, ademas prometia tener noticias sobre La bestia. 
El lugar hedia a alcohol, y los hombres alli eran como ratas, ni juntandoles a todos podias hacer alguien que tuviera algo de valor. El grupo de una mesa alejada sin embargo era absolutamente diferente, rapidamente reconociste sus aromas al acercarte, eran todos viejos conocidos, camaradas de batalla. Guerreros nobles que los Hados volvian a ponerte a tu lado para lograr tu cometido. 
Raad Ndaam, ya no era ese muchacho temeroso, su mirada reflejaba sabiduria, sufrimiento y valor. El era ahora tambien un guerrero, pero tenia ademas la sabiduria de un shaman, finalmente habia logrado alcanzar a su maestro. Cuando te acercaste comenzo a hablar de manera segura y atrapante.

- Roargh, aquí están Azrael, Red Alice y Korgoth. Les he reunido para pedirles ayuda con una tarea particularmente difícil que debo llevar acabo.
 Cada uno recibirá su pago, en metálico aquellos que así lo quieran, en forma de venganza para otros – Dijo y miro a Roargh – o como una forma de ganar traer algo de luz allí donde hay oscuridad

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21/01/2013, 06:52

 

Apuro el trago y carraspeo antes de comenzar con el relato:
Grraklam, es actualmente líder de un nutrido grupo de gnolls, no ha dejado su afición por secuestrar doncellas y la falta de un ojo la ha reemplazado con magia demasiado poderosa para alguien como él. Sus seguidores se han vuelto revoltosos y brutales,  arrasan caravanas  y azotan poblados  enteros, por pura diversión o para almacenar comida.

Yo estuve prisionero en la guarida que han hallado en la antigua torre de Zur, les he visto reírse con sus fauces llenas de comida cruda de sus víctimas, mientras estas gritaban desgarradoramente implorando piadosamente una muerte rápida. Pero lo peor son las bestias que ha estado alimentando y confiriendo parte de su poder. Una de ellas, la primera,  devastó la aldea del pueblo de Roargh, yo he visto al menos 3 de ellas lidiar con un tiranosauro y devorarlo en solo 5 minutos.
Sé que Grraklam está planeando algo aun peor, ha encontrado magia antigua, muy antigua y tengo mis sospechas de que intenta traer a nuestro plano una criatura que los gnolls llaman Shakrram, una especie de dios para ellos aunque me temo que es más cercano a un demonio.

Solo confió en sus capacidades, he visto de lo que pueden hacer y he oído historias sobre vosotros que aunque la mitad fuera mentira superan al mejor guerrero de la guardia real del reino donde nací. Si se unen conmigo en esta, no solo les garantizo la recompensa que pidan en oro, sino también la gloria. Muchos reinos les estarán agradecido y hasta incluso podrían olvidar algunos de sus peores momentos si se deshicieran de esta amenaza que pende como una pesada maza sobre nuestras cabezas…
 

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21/01/2013, 13:19
Azrael

Azrael muestra algo de preocupación en su rostro, la oscuridad cubre sus ojos mientras se inclina hacia atrás en la silla y apoya su jarra de aguardiente en la mensa.
- No puedo permitir que un engendro así ponga un pie sobre esta tierra, asi que acabemos con esto pronto... 
Sabe muy bien que no puede permitir que una bestia con características demoníacas pisen este mundo, solo significaría una carnicería sin fin, una bestia insaciable que causa horror y sufrimiento y solo deja destrucción a su paso. No lo tiene que pensar mucho, termina de tomar su bebida con un sorbo y mira fijamente al grupo. 
- Estoy adentro, cuenten con migo.

- Tiradas (1)

Motivo: Expertise: Demonology

Tirada: 1d20

Resultado: 9

Notas de juego

Azrael intenta recordar si el nombre de Shakrram le resulta conocido.

Tirada: Expertise: Demonology (estudio y conocimiento de los demonios)

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21/01/2013, 13:34
Roargh

Llevaba días siguiendo aquel fétido rastro que se desvanecía como por arte de magia una y otra vez, la escurridiza criatura se le escapaba entre los dedos, obviamente no era un monstruo como ningún otro que había visto, o recibía algún tipo de ayuda, probablemente mágica."¿Por qué alguien querría ayudar a un ser así?". En tal búsqueda y en tales pensamientos se hallaba Roargh cuando el mensaje de Raad Ndaam llego hasta él. Acababa de perder el rastro del ser una vez más, así que poco tenía que perder, más bien todo lo contrarío, quizás en algún pueblo de camino pudiera obtener información. Además, el chico Raad Ndaam y su maestro siempre le causaron simpatía, aunque le sorprendía que aun, hoy en día, ambos pudiera estar vivos, y más tomando en consideración la facilidad que ambos tenía para meterse en problemas.


Durante días corrió por las llanuras como el guepardo, trepo las montañas más escarpadas donde solo las aves de presa se atreven a hacer sus nidos, y nado para cruzar ríos, estanques y lagos matando y desmembrando a cuanto ser o bandido trato de impedírselo, hasta que se le hizo evidente que se aproximaba al pueblo en el que le aguardaba el chico. Desde una colina, oculto, estudio el lugar. Un lugar como aquel hedía todo tipo de aromas que el podía captar a kilómetros y sin esfuerzo. El miedo, la violencia, el sexo, el vicio, la muerte, el desasosiego, y también alegría y felicidad. Roargh normalmente solía evitar los lugares así, tantos olores tan intensos terminaba por empalagarle y aun podía recordarlos perfectamente varios días después. Y cuando no los evitaba era porque iba en busca de alguno de sus deliciosos licores, aunque no pudiera emborracharse, y de alguna mujer con la que yacer, aunque con frecuencia necesitaba varias pues en raros caso una o dos bastaban para saciarle.


Cuando descendió al pueblo , este era justo lo que se esperaba de él, un lugar repleto de gente débil y oportunista y de aventureros y mercenarios de poco monta que venían a gastarse sus últimos tesoros o su soldada en putas y vino. Y pese a todo, antes incluso de adentrarse en la posada, reconocía ciertos olores, la mayoría familiares, de gente segura y orgullosa. Hubiera podido llegar hasta ellos con los ojos cerrados, en aquel lugar precisamente, era donde más destacaban. Apenas habían cambiado nada, Azrael seguía manteniendo ese serio semblante, Red Alice seguía siendo una de las criaturas más sexys que había visto, y Korgoth seguían poniendo esas caras ensayadas de soy el mejor del mundo.(Bueno esto está solo como detalle, si os parece mal avisad y lo corrijo o lo quito XD.)


Al llegar hasta ellos se golpe el pecho con el puño a modo de saludo, con tanta fuerza que casi podría haberse tratado de un tambor de guerra el que emitió tal sonido. Cogió una silla sin mediar palabra, pues Roargh nunca desperdiciaba tiempo con palabras que creyese innecesarias, y se sentó a horcajadas y apoyo sus voluminosos brazos en el respaldo. Escucho cada una de las palabras del chico, era evidente que había madurado, la edad y las experiencias le habían sentado bien, y estaba convencido que si lo veía morir, vería la muerte de un valiente. Para Roargh solo había una respuesta racional.- ¿Cuando empezamos?.- Incluso no pudo evitar arrancar parte del respaldo de la silla con una mano por la momentánea euforia que sintió al oír del objetivo de su venganza.

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21/01/2013, 14:44

Notas de juego

Shakrram es conocido por su brutalidad y salvajismo, es un demonio menor de las circulos demoniacos más bajos. Se le conoce tambien por "El devorador" y su aspecto es el de un enorme Gnoll de poderosas garras y enorme cabeza, ataviado en una armadura con varias cabezas de bestias enseñando sus colmillos, tambien posee unas enormes alas membranosas como las de un murcielago y una cola llena de puas ponzoñosas.

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21/01/2013, 19:42
Korgoth

Los recuerdos se agolpaban en aquella piojera mientras trasegaba un vino tan basto y malo que apenas se notaba toda el agua con la que lo habían bautizado. Quienquiera que dijese que los viejos tiempos siempre fueron buenos tendría que estar a esas alturas con las tripas desjaretadas sobre alguna cuneta, sangrando como un cerdo.

-¿Cochinillo?

estuvo a punto de reírse con aquella reunión de viejos compañeros. Cochinillo había pasado de ser otro saqueador sin ínfulas que no llegaría a dos semanas sin que le estampasen los huesos en la mazmorra a alguien como él, alguien que no se parecía nada a su pasado. Igual que Cochinillo había madurado en algo capaz de sobrevivir en el mundo marginal, él tampoco se parecía nada a lo que había sido en sus comienzos. Ahora era mucho más rápido, mucho más seguro de sí mismo y, por encima de todo, mucho más fuerte. Como mínimo, la vida de rufián sirve para sacarse unos buenos dineros y no estar malnutrido, y entre jugarse el cuello y huir tras que jugarse el cuello no fuera la mejor idea se desarrollaba todo el ejercicio que uno necesitaba y más.

-Tanto como tú te llamarás Cochinillo ahora -dijo, apurando aquella porquería de un trago para entrar en el negocio, y apartando el vaso- Alguien parece montado en el oro ahora, no te podrás quejar...

Él tampoco podía, realmente. Que te llueva un trabajo con tantos posibles de la nada es casi una bendición. Y en cuanto al ahora, bien, Raad sabía cómo agasajar a alguien, y nada más había terminado su bebida una moza le trajo lo que debería ser la reserva particular del sitio. Aguamiel. No era su plato de gusto, pero si estaba bien hecho no tenía problemas. Echó un trago y chascó la boca con aprobación; efectivamente, no era el peor que había probado. Se dejó reclinar sobre el asiento, desbarazando un poco la capa. Dudaba que nadie viniese a interrumpierles con el acero que llevaba en cima, y si lo hacían, bueno, siempre podía darse un rato entretenido para explicar por qué era de mala educación interrumpirle a alguien las copas o los negocios, pero que los dos ya era de una audacia que no se debía permitir en este mundo.

"Cooooooño..."

Los mejores recuerdos volvían a aquella sala. Vale, algunos eran muy buenos recuerdos. Pero con esas curvas del infierno, era imposible tenerlos por malos.

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21/01/2013, 20:06
Korgoth

Los mejores recuerdos volvían a aquella sala. Vale, algunos eran muy buenos recuerdos. Pero con esas curvas del infierno, era imposible tenerlos por malos.

Miró con cierta incredulidad y luego con una sonrisa torva pero no carente de humor a Red Alice, y una breve carcajada que ahogó el vaso que se llevó a la boca. Y aquí estamos todos para bajar de nuevo a un infierno, decía aquella actitud. Pero también decía que no le importaba demasiado, mientras alguien pagase las bebidas, el patrón se luciese con una tiara semejante y figuras tan sobrenaturales como las del Tajo de Sangre fueran a ser sus compañeros en aquellos días infaustos. Porque con semejante recua de interesados, y la cuantía de un botín tan alto al final, no podía ser otra cosa lo que les esperasen: había saqueado gemas de estatuas como ojos en templos perdidos que habían reportado mucho menos que todo lo que se les estaba prometiendo.

"Azrael"

Miró al tipo y no pareció impresionado; se encogió de hombros y dejó que se sentase, tras reconocer su presencia con un ligero asentimiento. Por mucho que dijera Raad no parecía de la misma quinta que ellos, así que no podía sino preguntarse que hacía el hijo de un noble con ellos, a quién conocería... o qué le habrían enseñado sus padres en aquellas grandes salas a espaldas de todo el mundo, donde no se tiene que justificar nada.

"Roargh"

Joder, qué pedazo de bárbaro. Aquella mole sí que sería una buena adición al grupo si tenían un problema. Se le ocurrían pocas personas en el mundo que pudieran ganarle a estas alturas en el sentido de fuerza bruta, pero aquel tipo parecía cumplir esos estándares. Había pasado tiempo para ambos: él se había hecho incluso más grande, si eso era posible, y Korgoth había dejado de ser un bribón de la calle con ínfulas por aparentar y una buena mano con las armas a convertirse en una verdadera leyenda, alguien que ya no necesitaba hacerse ninguna imagen porque la tenía grabada por toda la cara y el cuerpo. El mundo hace eso cuando consigues sobrellevarle lo suficiente.

-...y después de eso todo fue un camino fácil hasta llegar a la ciudad, excepto porque la mitad del grupo intentó matarse unos a otros para quedarse con el cetro. Eh, más para mí. Ese dinero me sirvió para estar al menos un par de meses sin un trabajo, quién iba a decir que robarle a un brujo podía llegar a ser tan productivo. Pero, no creo que lo volviera a hacer... -levantó la vista por un momento mientras Roargh se estampaba el puño en el pecho, y levantaba una mano para saludarle- Malditos brujos. Casi me dejo allí la mitad de mí.

Grraklam sonaba como la clase de bastardo que resultaban los peores: alguien que jugueteaba con la más siniestra brujería, y que para cuando llegabas allí poco o nada quedaba del hombre que habías ido a buscar. ¿Tan peligrosos eran los gules por esa zona como para haber conseguido el poder para hacer eso? Como sea... el peligro es grande, pero piensa en todo ese dinero, en todo lo que podría hacer con eso. Es mucho mejor que cualquiera de los trabajos que pueden ofrecerte últimamente, y si podemos degollar al brujo pro sorpresa en su sueño antes de que utilice sus artes para hacerse con todos nosotros, mucho mejor.

-Suena bien -admitió, y esto era todo- Pondrás lo necesario para el caso...

Notas de juego

Es presuponer demasiado, al menos por mi parte, pero como el juicio de un personaje no tiene por qué ser objetivo no voy a pedir que lo quites, hombre XDDDD

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22/01/2013, 00:49
Red Alice

Red Alice da un gran trago a su jarra de cerveza, se limpia la espuma que hay en sus labios y observa con ojos asesinos a Raad: "Grraklam... Veo que los años no solo te han convertido en un hombre, joven principe. También piensas como un Rey. Nos ofreces riquezas y gloria, pero sabes que solo la mitad de los presentes queremos eso. Somos un grupo peligroso, si. Pero lo que realmente nos hace especiales es que no le tememos a la muerte. " Mira a sus camaradas  respetuosamente y agrega:" Me alegra ir a la muerte con ustedes." 

 

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22/01/2013, 03:40
Azrael

Muerte? no, seguramente nadie de los aquí presentes le teme a la muerte. Veo ante mi un grupo de guerreros curtidos por el fragor de la batalla. Y no solo juzgo apariencias, es que si no fuera así, simplemente no nos habrían convocado.- sus palabras fluyen de su boca, con una perturbadora tranquilidad que rompe la tensión. Azrael se sirve otro trago de aguardiente y vuelve a dirigir su mirada al grupo.
Muerte has dicho? - muestra apenas un esbozo de sonrisa y levanta levemente el tono - Incluso hasta el mismo infierno los acompañaría si es necesario...
Sabe muy bien que los Gnolls no iban a ser rivales para tal formidable grupo, y... las bestias? je! no creo que sean mas feroces que el grandulón que rompió la silla solo por causal accidente. pero todavía algo le preocupaba, algo que seguía haciendo eco en su mente... un demonio.
Muy bien Señorr Raad Ndaam, felicitaciones, parece que acaba de hacerse con su grupo de "matones", pero creo que hay algo que todos deberían saber y creo que es la razón principal por la cual estamos todos aquí esta noche.- se levanta suavemente de la silla y apolla los brazos en la mesa.
Sin duda Grraklam es un verdadero problema, incluso sus bestias  sedientas de sangre, pero como yo lo veo, mi mayor preocupación seria Shakrram, este ser "cercano a un demonio" como lo definió el Sr Ndaam. - Se toma una pausa mientras camina lentamente alrededor de la mesa y prosigue - Por si alguno de mis colegas aquí presentes no lo conocen, Shakrram o "el devorador", como algunos lo llaman es sin duda una bestia demoníaca brutal e insaciable, y si bien no es uno de los mas poderosos del infierno, su presencia en el mundo de los mortales podría ser una verdadera catástrofe.
Termina su breve paseo alrededor de la mesa y se apoya en una pared cercana casi hundiéndose en la sombra.
No se ustedes, pero yo creo estamos algo atrasados y ya comenzaron sin nosotros. No quiero imaginarme lo que pasaría si llegan a descubrir la forma de traer al Devorador a este plano. Pero no es nada bueno señores, se los garantizo... 

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22/01/2013, 12:59
Roargh

Roargh escucho a la roja mientras tomaba consciencia del trozo de silla que había arrancado y lo lanzaba por encima de su hombro con despreocupación. Alice no parecía haber cambiado tampoco en su manera de ser, era la guerrera que recordaba, y eso le agrado."Somos especiales por que hacemos que otros teman a la muerte, por que la mitad de los presentes ha tenido la muerte de frente en más de una ocasión y la a derrotado cada una de las veces", pensó, pero no dijo nada, el prefería que sus actos hablasen por él.


Luego hablo Azrael, hablo de muerte y de demonios, de males y de pesares para este mundo. La verdad, normalmente Roargh habría hecho una autentica casquería con los Gnolls, solo si los hubiera encontrado de frente, rara vez hubiese hecho un esfuerzo por buscar presas tan pequeñas, pero que estuviesen con la bestia era cosa bien distinta, y ensombrecia cualquier otro destino para el, ya fuese un demonio o cientos, para él, lo primero era la venganza.


-Nadie se hace conmigo.- Hablo con sus aspereza habitual cuando el caballero tenebroso ceso en sus palabras.-Estoy aquí para ayudar a un viejo amigo. Estoy aquí para hacer una matanza de gnolls y ver como los pocos supervivientes que dejemos sobrevive para extender el temor en su pueblo.-Hizo una leve pausa, afilando la mirada, mientras un destello sobrenatural de color ambarino aparecía en sus ojos.-Y sobre todo estoy aquí por una de las bestias que sirve a los Gnolls.-No pudo ni quiso evitar apretar los dientes un instante como un animal rabioso, lo que buscaba desde hace años estaba cerca, y le costaba sentarse a esperar.-Cuando la vea, sabréis que bestia es, y ella sabrá que ha llegado su final. La bestia es miá, solo me pertenece a mi para desmembrar la y romper su corazón por la mitad con mis manos. Ese es mi precio.- Dijo mirando con detenimiento a cada uno de sus compañeros, y clavando la mirada finalmente en Raad Ndaam. Tenía cierto aprecio a cada uno de los allí presentes, pero realmente no sabia que llegaría a hacer si alguno se entrometía entre el y la criatura, prefirió dejar claro lo que significaba para su persona.


-Contad conmigo para todo lo demás. Y más le vale al Gnoll ese tener un gran ejercito, muchas bestias, y al demonio ese en buena forma, por que si no la diversión se acabara pronto.- Declaro esbozando una leve sonrisa, queriendo demostrar la confianza que tenía en las habilidades de sus compañeros. El tiempo solo podía haberlos fortalecerlos. Y aunque bien sabía que un señor de la guerra Gnoll, podía ser un hueso duro de roer, y la situación probablemente fuera la más peligrosa ha la que iban a enfrentar, sabía que todos eran más que conscientes de esto, ¿así que por que no fanfarronear un poco?, no todo iban a ser palabras sombrías, no para él claro.- Posadero, un barril de vino, cerveza o lo que tengas más a mano.- Vocifero desde la silla, girándose en esta a la barra, y teniendo completamente asumido que Raad corría con todos los gastos.-¿Vosotros queréis algo?-Se giro a sus camaradas para preguntar, ya con su sequedad habitual.

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23/01/2013, 00:54
Azrael

Azrael escucha atentamente y se siente algo identificado por el sentimiento de venganza de Roargh, - Entiendo tu sentir, la presa es tuya mi estimado colega y yo veré que nadie se interponga entre tu y la bestia.  Mi preocupación no es por nosotros, Yo tampoco le temo nada ni a nadie y se que ustedes son orgullosos guerreros que tampoco conocen el temor. Pero quiero terminar lo antes posible con esto para dar fin al sufrimiento de las victimas inocentes de esta matanza.- Mira a Roargh con algo de nostalgia en su mirada - Como la gente de tu Pueblo Roargh... habrán mas aldeas devastadas, y ese daño es irreparable.

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23/01/2013, 04:42

 

Raad sonrie en silencio mientras cada uno expresa su conformidad, no se habia equivocado en el grupo. No existirian otros que pudieran tener exito en una empresa descabellada como esta.
No sin extrañeza y alentado por las monedas de oro autentico que saco de su pequeño bolso el anfitrion el posadero hizo llevar un tonel del mejor vino que tenian alli, algo dulce y frutal, de poco añejamiento pero para la posada era una suerte que no fuera vinagre.
Raad espero a que se sirvieran y aprovecho un silencio para llamar su atencion y decirles.
- Bien lo saben que no sera facil concretar el cometido, pero ahora prestad atencion.
 
Sus manos comenzaron a moverse por encima de la mesa, como si estuviera amasando una vasija invisible y torneandola con sus movimientos, finalmente ante ustedes y flotando en medio de la mesa aparecio una torre en medio de un paisaje arido y rocoso. 
Torre de Zur
- Esa es la antigua torre de Zur, a la que nadie puede llegar sin ser visto y nadie puede escapar sin ser devorado por los gusanos de la roca que habitan los alrededores. 
Por fortuna contamos con algunos ases bajo la manga que nos permitiran acercarnos alli sin ser vistos y hasta incluso depositarnos en esta parte, la terraza de observacion, sin peligro. 
No hace falta decirles que la torre es una fortaleza, resguardada por un verdadero ejercito de esas hienas, mantienen puntos de vigilancia en estos parapetos, de manera que el viajero incauto no les advierta pero ellos sepan todo de quien se acerca. 
Una vez en la terraza, tendremos que desender al siguiente circulo, nuestro objetivo esta bajo tierra, por debajo de las mazmorras y es el area de trabajo de Grraklam, hasta las prisiones puedo guiarlos con seguridad, más alla desconozco que podria depararnos.
Entre las criaturas que defienden la torre, son las bestias, sus mascotas, lo más temible. Luego podria suponer algun contratiempo su lugarteniente, Fruggt, el resto apenas si saben sostener un hacha por más de 10 minutos.
Grraklam tiene muchos más trucos bajo la manga ahora Red Alice, asi que no lo subestimes porque de lo contrario la muerte llegara sin dignidad. 
En cuanto a la bestia Roargh, no es una sola, he visto al menos 3 de ellas, la cual más grande que la que le sigue. Entiendo tu deseo, y cumplire mi palabra y hare cumplir la del resto, al decirte que podras enfrentarla tu solo con la bestia, mas es posible que no sea una sola de ellas, y creeme juntas son un torbellino de garras y dientes. Que el orgullo guerrero no te supere y mueras en vano.
Apura el vaso de un trago y acercandose al tonel de vino, saca un zurron no más grande que un gato domestico, luego lo abrio y comenzo a tirar de la abertura, como si un terrible animal intentara deglutir un elefante con todo y vivo.Finalmente y en una maniobra hace desaparecer por completo el tonel de vino y el zurron vuelve a su tamaño normal.
- Es un lindo chisme para viajeros que no quieren llevar mucha carga.- comenta señalando el zurron y luego agrega.- Ese tonel nos servira para celebrar nuestra victoria sobre el cadaver de Grraklam.
Les mira a todos aun de pie, y poniendose nuevamente la capucha dice:
- Si no necesitan ultimar nada, yo he ido adelantandome a vuestra respuesta y tengo nuestros transportes y equipajes listos para el viaje. 
Con esta ultima frase golpeo el zurron magico para luego enfilar hacia la salida, no sin antes pasar junto al tendero y dejarle una bolsita de oro resonante.
Finalmente en la puerta les dice:
- Encuentrenme en lo alto de aquel risco a las afueras del poblado, partiremos en cuanto el ultimo haya llegado.
Acto seguido chasqueo los dedos y su imagen parpadeo, para luego rapidamente desvanecerse no sin antes dedicarles una sonrisa grandilocuente.
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23/01/2013, 05:41
Azrael

Azrael no se sorprende en lo absoluto por el acto de desaparición de Raad y se coloca su sombrero mientras apenas deja escapar un esbozo de sonrisa irónica y comienza a caminar dirigiéndose hacia el risco.
Creo que no hay nada mas que decir, asi que vallamos entonces.- 

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24/01/2013, 00:01
Red Alice

Levantandose de la mesa, Red Alice estira sus musculos y se pone en marcha. Sale del Bar y se dirige a la caballeriza. "ey, muchacho! traeme a mi pegaso. No, ese que tiene alas. EL UNICO que tiene alas." Cuando traen a Valkiria, Red Alice sube de un salto sobre ella y se dirige en un trote hacia sus compañeros. "Hay lugar para uno más, quien quiere acompañarme?"

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24/01/2013, 00:22
Azrael

Azrael se sorprende por la majestuosa bestia alada y no resiste la tentación de aceptar la invitación de Red Alice - Si no hay problema ya tiene su compañero de viaje milady - se acerca tranquilamente al pegaso, y súbitamente da un perfecto salto en el aire con mucha gracia y estilo, aterrizando sentado sobre el lomo del animal. -muy bien, partimos? 

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24/01/2013, 01:47
Korgoth

Demonios. Brujerías. Torció el gesto; siempre eran asuntos horribles de los que uno no salía bien, y perdía mucho más de lo que ganaba. Se lavó el amargor con un buen trago de bebida, pensando en las ingentes cantidades que iba a ganar con eso. Y quién sabe, tal vez respeto, y poder, y prestigio, y esas cosas en las que tenía que ir uno pensando conforme se hacía mayor y la vida empezaba a exigir el cobro del préstamo, que algún día estaremos jodidos y qué mejor que un ejército para respaldarte. La última vez no funcionó pero, ah, ¡detalles!

-Seguro -dijo, dejando el pichel vacío en la mesa, y limpiándose la boca con la mano- No discuto con la gente que encarga bebidas en barriles. ¡Y barriles para todos, esta noche!

Llegó otra ronda, para él. Raad era un verdadero prínciope, la clase de príncipe que veía que te llenaban el vaso siquiera cuando habías terminado otro. Quizá no la clase por la que moriría, pero seguramente sí la clase por la que mataría... eh. Seguro que muchos de los allí presentes habían matado por causas mucho peores o por ideales o gente más flaca que aquella. E incluso si no lo habían hecho, ¡al infierno! No tenía que rendir cuentas a nadie, y ya tocaría el día en que los gusanos se tuvieran que cebar con él. Mientras tanto, sería la cebada, en su versión destilada, la que le cebase a él.

"¿Zur? ¿Pero aquella no estaba en el desierto del norte?"

Gruñó. No es que creyera que podía ser la misma torre, las podría haber construído el mismo tipo, pero... en materia de brujos, nunca se sabe. Igual que Raad tonteaba con un poder que desconocía, pero al menos se mantenía "limpio" y lo dejaba como ligeros entretenimientos que no eran tan impornates como amasar ingentes cantidades de riqueza, poder y prestigio personal, un método mucho más aprobable y menos siniestro; cuanto menos, no podías hacer derretir una cara con un chasquido a alguien con las anteriores sin que este tuviera poder al menos para echar mano al hierro y vender cara su piel.

-Heh.

Hizo un leve saludo militar al despedirse. Si aquello era una trampa, los dos sabían que si hacía falta montaría en las alas del infierno para arrancarle la piel al joven príncipe con sus propias manos, pero eso sólo eran "posibles".

-¿Nadie va a querer remojar antes de iniciar el viaje? -preguntó, mirando a Roargh. Apuró de nuevo su bebida- En fin... supongo que es hora de moverse.

Tendió una bota para que se la llenasen con hidromiel, todo ello a cuenta del más que generoso dinero que Raad había proporcionado. Si había una bebida buena en aquel sitio, no veía por qué no llevarse un pequeño recuerdo gratis para cuando la noche se hiciese demasiado fría.

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24/01/2013, 18:55
Roargh

Roargh permaneció en calma en su asiento mientras Raad hablaba. Parecía tener lo que para él era la parte más difícil de conseguir, para un grupo, controlada, podía depositarlos sobre la torre sin ser vistos. Para alguien como él era sencillo pasar inadvertido en el paisaje mientras hacia su aproximación, y a pesar de que no dudaba de sus compañeros, bien sabía que una incursión en la que participan cinco personas , son cinco oportunidades para poner en alerta al enemigo."Por lo visto el niño lo tiene cubierto", pensó nuevamente acerca de Raad, y esbozo otra ligera sonrisa nuevamente, pues sabía que el siguiente paso tras ese primero era el más fácil de dar, la matanza, tan solo habría de abandonarse a sus instintos y matar a tantas hienas como fuera necesario para llegar a la bestia."¿Que no me ciegue el orgullo?", medito aguzando la mirada ligeramente disgustado, pues su instinto le iba pidiendo ya algo de sangre, y la bien intencionada advertencia del príncipe vagamente podía haber sido un insulto. Roargh termino por asentir al muchacho, pues comprendía que era su sed de sangre la que martilleaba su cabeza en ese instante y no su buen juicio de cazador. -Podéis quedaros las otras dos.-Era realmente un la dueña de su interés, y así lo declaro interrumpiendo por un momento a su amigo.


Poca le gusto que su barril desapareciera frente a sus narices, ¿que se supone que se iba a beber ahora?.-Grrrrrr.-Gruño algo molesto viendo el remojo de su gaznate desaparecer. No podía quejarse por el entusiasmo del príncipe, al fin y al cabo le acercaba con más celeridad a su recompensa, pero decidió guardar esa frustración convertida en rabia para luego, para Grraklam, pobre de aquel diablo cuando lo pillase.- Ya empieza a joderme todo este asunto.- Declaro a Korgoth en lo referente a la bebida, y acompañando sus palabras con un manotazo en el hombro, uno que habría tirado al suelo a un hombre corriente, y herido a uno débil, y que para un individuo fuerte  como el bárbaro seria un gesto de camaradería. Aguardo a este un instante en la entrada de la posada, admirando al majestuoso caballo alado de Red.-¿Tú no tienes uno de esos?.- Le dijo al aventurero sin siquiera girarse mientras este terminaba de llenar la bota.- Te espero, si no vas en un caballo alado.- Lo que de verdad le apetecía al Cazador, era escuchar en el corto trayecto, alguna de las historias de su compañero. La mayoría solían ir sobre aventuras , tesoros perdido o mujeres, y casi en un cien por cien de los casos tenían un final sangriento, pero le resultaban tremendamente hilarantes, al menos como las recordaba. Hasta estaba dispuesto a bajar su ritmo y correr frente a un caballo para oír uno de tales relatos, aunque fuese breve.