Partida Rol por web

Me paseo cerca de Simmons, no sé por qué pero me tranquiliza tenerle cerca, a pesar de lo frágil que a veces parece el hombre me transmite, de algún modo, seguridad.

 Nada a destacar, banalidades. Me asomo al pasillo, agudizando el oído. Mi subconsciente escucha ruidos, propios de una casa vieja, pero mi mente los transforma en asesinos, vagabundos armados y... tal vez algo más.

Aún nos quedan varias puertas. A decir verdad, tal vez estamos demasiado sugestionados. Tal vez todo esto sea un malentendido, algo real y tangible que pueda ser demostrado mediante la razón. Tal vez, y sólo tal vez, me esté dejando llevar por mis miedos.

-Caballeros, propongo separarnos. Soy consciente de que he sido el primero en alterarme, pero me he dado cuenta de que así no conseguimos nada. Acabemos cuanto antes con estas habitaciones y vayamos hacia abajo. ¿Les parece bien? ¿Alguien me acompaña? Iré a la puerta opuesta a esta.

Jacques inmortaliza el salón con su moderna cámara mientras el profesor curiosea con la simbología religiosa que predomina en la estancia. Tratan de crucifijos y algunas vírgenes cristianas, nada anormal dada la inclinación religiosa de la familia Wells, aunque el exceso de este tipo de objetos parece casi obsesivo. Te das cuenta de que la mayoría de ellos son recientes adquisiciones.

Sin más dilación accedéis a la habitación contigua siguiendo los pasos del expolicía y os encontráis con lo que parece ser el comedor, con todo lo necesario y además una larga mesa de caoba, un aparador empotrado y siete sillas. En la mesa hay colocados tres cubiertos que no llegaron a ser usados, y en una sopera se pudre una sopa de arroz, la cual emite un olor desagradable palpable en el ambiente.

No halláis nada de interés en la habitación, y en ese momento, un nervioso y armado Aaron Bloen propone registrar la casa por separado.

De repente, un sonido seco y atronador os hace dar un respingo tal que casi sentís como se os escapa el alma.

POM POM POM POM POM

Golpes, tan bruscos y potentes que la casa parece temblar, que suenan como si alguien golpeara el suelo con una plancha de madera maciza. Al alumbrar hacia el techo observáis cómo la lámpara que cuelga se mece suavemente, los golpes provienen de la habitación superior.

Yo me estaba preparando para sacar una foto de esta habitación cuando se oyeron los golpes. Del susto casi dejo caer mi cámara al suelo. Entre el sobresalto y que casi rompo la cámara, me quedo sin palabras. sólo atino a cruzar miradas con el resto de mis compañeros.

-Vaya...- dije mirando la mesa -Si eso es caoba quiere decir que económicamente nuestro amigo Wells no estaba tan mal.-

Y entonces sucedió.

POM POM POM POM POM

Los golpes me sobresaltan al punto de hacerme saltar unos centímetros hacia atrás. Cuando pasan unso segundos y mientras todos paracen clavados en su sitio pudo articular en un murmullo tembloroso:

-¿Hay alguien ahi arriba?-

Ya bastante tenía con la lúgubre estancia y el horrendo olor que impregnaba el ambiente, un olor que se me asemejaba al de cadáveres. Sabía sobremanera que se trataba tan solo de una sopa en mal estado, pero la psicosis que me transmitía el lugar, y sumando ahora los golpes, me hacían desvariar por esos rumbos.

 -Caballeros, propongo separarnos. Soy consciente de que he sido el primero en alterarme, pero me he dado cuenta de que así no conseguimos nada. Acabemos cuanto antes con estas habitaciones y vayamos hacia abajo. ¿Les parece bien? ¿Alguien me acompaña? Iré a la puerta opuesta a esta. Espero que no les...

POM POM POM POM POM

-¡Mierda, y ahora qué!

Miro al techo, a las paredes, al suelo, a mis compañeros. El comentario del profesor termina de alterarme.

-¡Quién anda ahí! ¡Está en una propiedad privada, salga de aquí ahora mismo!

Tras decir esto, vuelvo a asomarme al pasillo.

—¿¡Qué coño está pasando!? —pregunto nervioso a nadie en particular.

Por un momento pienso en sacar mi arma, pero la idea desaparece rápidamente de mi cabeza. Con este estado de nervios cualquier sombra haría que apretara el gatillo, y sabe Dios si no acabaría hiriendo a algún compañero por error.  

—¿Ves algo en el pasillo, Bloen? —aunque más calmado, sigo clavado al suelo con los sentidos alerta.

Una vez pasado el primer susto, y tratando de conservar la cabeza fría (aunque con escaso éxito) digo en un susurro:

-Supongo que quien sea no quiere atacarnos sino amedrentarnos... cosa que ha logrado. Si quisiera atacarnos o escabullirse ya lo hubiese hecho.-

"O al menos eso prefiero pensar"

El pasillo está oscuro, así que Bloen echa un vistazo arma y lámpara de carburo en mano, aunque ahí no hay nada que ver.

El sonido de los golpes se repite de nuevo. Parece como si alguien golpeara violentamente el suelo con un palo de golf. Entre golpes podéis apreciar también el sonido de algo muy pesado arrastrándose por el suelo.

Proviene del piso superior.

—Joder, joder, joder —sacó el irremediablemente el revolver y este tiembla un poco en mi mano. En la mano izquierda llevo mi lámpara. 

Salgo al pasillo junto a Bloen y haciendo acopio de valentía avanzo despacio por el corredor hacia la escalera. El sonido no me ha asustado tanto como la primera vez, pero eso no quita que desee salir corriendo de aquí a pesar de estar adentrándome más y más en la casa. 

—¿Quién anda ahí arriba? ¡Conteste, maldita sea! —mi voz resulta bastante ridícula, pero ni puedo evitarlo ni me importa—. ¡Le advierto que estamos armados!

La mejor palabra que describiría mi estado de ánimo en estos momentos probablemente sería "acojonado". Me quedo con la espalda pegada a la pared al lado de la puerta, en el leado de dentro de la habitación, con los brazos colgando y las palmas pegadas también a la pared, tratrando de pensar, sin lograrlo, quién es el que está allí arriba. Luego de la segunda andanada de golpes y sel sonido de arrastre, cuando Simmons saca su pistola, algo hace click en mi cabeza y veo lo absudo de la situación y hasta dónde nos hemos dejado sugestionar, me separo de la pared y digo en un murmullo:

-Un momento. Ahí arriba hay alguien que pretende intimidarnos, o ya nos hubise atacado. Hasta ahora ha logrado la intimidación por lo que veo pero... qué cojones! Nosotros somos cuatro y tenemos dos armas.-

Y entonces me asomo al pasillo y a voz en cuello grito:

-QUIENQUIERA QUE ESTE ALLI ARRIBA, O BAJA AHORA O SUBIMOS A POR USTED!!-

Aliviado al ver que mis compañeros no salieron corriendo despavoridos, pero todavía algo sacudido por el sobresalto salgo al pasillo junto con ellos y manteniéndome detrás de los portadores de las armas, alumbro con mi linterna tratando de que la luz no tiemble demasiado.

Tiene razón el profesor, probablemente sea alguien tratando de asustarnos. Tal vez sea algún vagabundo que viendo que la casa estaba desocupada entró a guarecerse del clima o a robar...

Tras la amenaza del profesor los golpes cesan y el silencio asola la casa mientras la lumbre formada por las linternas tiemblan ligeramente. Afrontando la situación lógicamente, subís lentamente las escaleras, arrastrando la espalda por las paredes y con el revólver de Simmons en vanguardia.

Esta planta trata de otro pasillo y cuatro habitaciones con las puertas abiertas a vuestra izquierda. Hay tres ventanas que dan al exterior, una de ellas con el cristal roto, pero igualmente claveteadas.

La habitación 4 es la más pequeña. Es un cuarto que contiene un lavabo, una bañera y un inodoro con cisterna elevada. Todavía quedan ahí presentes toallas y objetos varios como algún peine, cepillos y algo de cosméticos. Observáis que en la bañera se ha acumulado un charco de agua salobre que gotea del grifo, que rompe el silencio con un regular e interminable chapoteo.
Las dos primeras habitaciones corresponden al dormitorio de matrimonio (habitación 1) y al cuarto de los niños (hab. 2), con los enseres típicos. Observáis nuevas cruces, un rosario y un breviario en la habitación de los Wells.
Por contra, la habitación 3 parece desolada y aparentemente en desuso. Desde el pasillo observáis el armazón de una cama, con las patas de recia madera y los muelles al descubierto. Esta se encuentra desordenada en medio de la habitación. Bajo la ventana llena de arañazos hay una cómoda antigua sobre la que distinguís una pequeña llave.

Traté de que no se me notase demasiado el asombro de no encontrar a nadie en esta planta, y limité mi desconcierto a preguntar al grupo en general:

-¿Alguien tiene idea de la zona aproximada de donde venían los golpes?- y mirando las ventanas clavadas digo -Porque evidentemente de aquí no podían ser, salvo que...- sigo mientras señalo la ventana del cristal roto -... fuese la rotura de ésta lo que oímos, cosa que personalmente dudo.-

Y dando un par de pasos me asomo a la habitación desordenada (la 3) y exclamo:

-Ahá! Aquí sí parece que tengamos algo diferente, señores.-

Los ruidos parecían provenir de la habitación 3. El armazón de la cama se encuentra desperdigado por la habitación y en el suelo puedes observar arañazos cerca de las patas. Es un armazón pero es una cama muy pesada.

En cuanto a la ventana, se trata de la del pasillo. No tiene pinta de que se haya roto recientemente. También tiene un clavo que impide que pueda ser abierta, tal vez se rompiera antes de eso, de un golpetazo, por ejemplo, como si al cerrarla de un golpe los cristales no hubieran resistido el impacto. No hay cristales en el suelo.

 -Sea lo que sea, vino de aquí. - miro detenidamente los arañazos del suelo - Pudo haber sido algún animal, o ... no lo sé. Ni siquiera puedo darle una explicación lógica a todo esto.

Doy una vuelta a la habitación, siempre sin perder de vista la puerta que queda a nuestras espaldas. Muchas veces las sombras me confunden. Toco con el dedo los arañazos del suelo, intentando buscar alguna lógica.

¿Arañazos?

-Tal vez el que hizo este ruido huyó por la ventana del pasillo. O por esta, quien sabe. Tal vez la caída sea pequeña. - dicho esto, me asomo a la ventana, linterna en mano.

Mientras algunos examináis la ventana del pasillo sacando conclusiones, Aaron Bloen se introduce en la habitación 3 alzando su lamparilla para iluminar la estancia.

De repente la puerta de la habitación se cierra de un golpetazo. ¡POM!

Os acercáis y giráis el pomo sin que este ceda. Parece como si alguien lo hubiera atrancado desde dentro.

Mientras examinan la ventana del pasillo, te adentras en la habitación alzando tu lamparilla para ilumiinar ampliamente la estancia. Con cautela, comienzas a acercarte hasta la ventana del fondo, cuando de repente, un sonido brusco se produce a tus espaldas. En un rápido movimiento te vuelves y observas que la puerta se ha cerrado y tus compañeros tratan de abrirla sin éxito.

Inseguro, la mano que sujeta la lámpara tiembla produciendo una oleada de sombras en la estancia. En la otra mano llevas tu revólver, aunque no estás seguro de contra qué podrías utilizarlo.

En ese momento escuchas un chapoteo a tus espaldas, y cuando te giras observas una escena dantesca: una especie de charco de sangre se halla extendido en el techo de la habitación, creando una gotera rojiza que cae incesantemente sobre el armazón de la cama.

Espantado, retrocedes unos pasos hasta que tu espalda choca contra la ventana. Mientras, el armazón de la cama comienza a moverse...

 Esto no puede estar pasando, esto no puede estar pasando...

-¡Mierda!

Tranquilo, tranquilo, es un efecto óptico, nada más...

Doy varios pasos hacia la venta, inconscientemente.

-¡Abran la puerta, maldita sea!

¡Joder la puta cama SE ESTÁ MOVIENDO!

-¡NO TE MUEVAS, JODER!